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ALFABETIZACIÓN PARA TODOS
UNA DÉCADA DE LA ALFABETIZACIÓN DE NACIONES UNIDAS
I. Antecedentes
La 54" sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una Resolución (Resolución
A/RES/54/122 del 17 de Diciembre de 1999) en el sentido de considerar la proclamación de una Década
de la Alfabetización de Naciones Unidas. La propuesta fue presentada por los siguientes Estados
Miembros: Bangladesh, Barbados, Belarús, Bolivia, Burkina Faso, Costa Rica, Ecuador, India, Madagascar,
Mónaco, Mongolia, Marruecos, Myanmar, Pakistán, República de Corea, y Trinidad y Tobago. La
Resolución solicitó al Secretario General de las Naciones Unidas presentar, en cooperacn con el Director
General de la UNESCO, una propuesta y un plan de acción para dicha década en la 56 sesión de la
Asamblea General en el año 2001.
Con este antecedente, la División de Educación Básica de la UNESCO convocó a una reunión de
expertos a fin de realizar consultas sobre las condiciones para lanzar una iniciativa mundial de alfabetización
inscrita en el marco de la Educación para Todos (EPT), y preparar un documento preliminar como base para
el desarrollo de dicho plan. A la reunión (Sèvres, Francia, 27-29 Marzo, 2000) asistió un pequeño
grupo de especialistas de las diversas regiones del mundo
1
.
El Foro Mundial de la Educación (Dakar, 26-28 Abril, 2000 fue una oportunidad clave
para una primera ronda de consulta en torno a la Década de la Alfabetización y al documento preliminar
elaborado. Así, se organizó dentro del Foro una sesión estratégica especial -"Alfabetización para Todos: Una
visión renovada para un plan decenal de acción"- organizada por la División de Educación Básica
1
El grupo estuvo compuesto por: Chander J. Daswani (India), Agneta Lind (Suecia), Michael Omolewa (Nigeria),
Adama Ouane (Mali), y Rosa María Torres (Ecuador). Asistieron además los siguientes funcionarios de la UNESCO: Aicha Bah-Diallo (Directora, Educación Básica), S.K.
Chu (Instituto de Estadísticas de la UNESCO), Suzanne Schnuttgen (Consulta Colectiva a ONGs),
y Ushio Miura (Sección de Alfabetización y Educación No-formal). 2
Organizador: A. Ouane (UIE, Hamburgo). Apertura de la sesión: A. Bah Diallo (UNESCO). Moderadora: L. King (UIE, Hamburgo). Expositores: R.M. Torres
(Ecuador/Argentina); D. Wagner (ILI, Estados Unidos), D. Archer (Action Aid, Reino Unido), M. Kere (Save the Children-Estados Unidos, Burkina Faso), M. Lamarana
Bah (ISESCO, Rabat) y P. Krug (Ministerio de Educación, Alemania). Comentarios finales: M. Omolewa (Delegado de Nigeria ante Ia UNESCO) y C.J.
Daswani (Consultor, UNESCO, India). Relatora: R.M. Torres. Secretario: J. Sequeira (UNESCO Kazakstán)
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de la UNESCO, el Instituto de Educación de la UNESCO (UIE), el Instituto Internacional de
Alfabetización (ILl), Action Aid y SIDA.
La sesión atrajo a cerca de 100 personas provenientes de todas las regiones y de sectores e
instituciones muy diversos: gobiernos, organismos no-gubernamentales, instituciones académicas y de
investigación, organizaciones religiosas, étnicas y comunitarias de base, y agencias de cooperación
internacional. Muchos países en desarrollo fueron representados tanto entre los panelistas como
entre los demás participantes en la sesión, incluyendo algunos de los países que promovieron la
Resolución. Los participantes apoyaron la idea de una Década de la Alfabetización de NN UU y
aportaron comentarios y sugerencias valiosas, particularmente en torno al plan de acción.
Este segundo borrador del documento incorpora los aportes de esta sesión realizada en
Dakar en el marco del Foro Mundial de la Educación. Está pensado como un documento base a ser
diseminado ampliamente a fin de promover la información, consulta y participación del conjunto más
amplio de personas e instituciones involucradas en el campo de la alfabetización a nivel
mundial, de cuya activa participación dependerá el desarrollo y éxito de esta Década de la
Alfabetización.
I. Preambulo
I) El año 2000 fue como un horizonte frente al cual la humanidad proyectó algunas de
sus aspiraciones más importantes, una de ellas el logro de la alfabetizacn universal. No obstante, el
siglo terminó y la meta está todavía lejana. Una combinación de objetivos y metas ambiciosos, esfuerzos
insuficientes y descoordinados, y subestimación de la magnitud y complejidad de la tarea, está sin duda
detrás dei continuo aplazamiento de esta meta. Las lecciones aprendidas en las últimas décadas dejan claro,
en todo caso, que lograr la alfabetización universal implica no solamente más y mejores esfuerzos. Se
requiere una voluntad política renovada para pensar y hacer las cosas de manera diferente a todos los
niveles: local, nacional e internacional.
2) La "visión ampliada de la educación básica" acordada en la Declaración Mundial sobre
Educación para Todos (Jomtien, Tailandia, 1990 se refería a una educación capaz de satisfacer las
necesidades básicas de aprendizaje de todos - nos, jóvenes y adultos - a lo largo de toda la vida,
dentro y fuera de la escuela. La alfabetización, de hecho, no tiene edad, se desarrolla dentro y fuera del
sistema escolar, y a lo largo de toda la vida. Es no sólo una herramienta indispensable para la educación y el
aprendizaje permanente, sino un requisito esencial para la ciudadanía y el desarrollo humano y social.
El derecho de cada persona a la educación, tal y como se reconoce en la Declaración Universal de los
Derechos Humanos, está enraizado en el derecho a la alfabetización.
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3) Grandes esfuerzos se han dedicado a la alfabetización en los últimos cincuenta años
tanto a través de medidas correctivas como preventivas. Por un lado, millones de personas analfabetas,
jóvenes y adultos, han sido atendidos con programas de educación no-formal. Por otro lado, la expansión
acelerada de la escolarización hizo de la alfabetizaciónsica un bien accesible para la mayoría de
nos y niñas en el mundo. Los números impresionan y hablan por sí mismos: para 1950, se estimaba que
la mitad o más de la población adulta a nivel mundial era analfabeta; para el año 2000, se estimaba que el
índice de analfabetismo se había reducido al 20%.
Asimismo, mientras que para 1950 había 206 millones de niños y niñas matriculados en la
escuela primaria, para 1998 esa cifra había crecido a 681 millones. En 1970, la tasa neta de matrícula
en la escuela primaria en los países en desarrollo era 62,7%; para el año 2000, se estimaba que dicha
tasa había crecido al 84,8%. En 1970, 68.8% de los nos y 56.2% de las nas en edad escolar asisan
a la escuela; para el 2000, se estimaba que estas cifras representaban respectivamente el 87,9% y el 81,5%.
4) A pesar de este avance enorme y sostenido, la alfabetización universal continúa siendo un
desafío cuantitativo y cualitativo de grandes proporciones, tanto en los países en desarrollo como en los
países desarrollados. El desafío incluye:
(a) Los 875 millones de personas jóvenes y adultas analfabetas y los 113 millones de niños y
niñas que permanecen todavía fuera de la escuela y que continúan aumentando cada año las estadísticas
mundiales de analfabetismo. Son los más pobres entre los pobres y la mayoría son mujeres: dos terceras
partes de la población adulta analfabeta y 60% de la población infantil al margen de la escuela. El
hecho de que el mapa de la pobreza coincida con el mapa de las inequidades sociales, étnicas y de género hace
de la lucha por la alfabetización una lucha no sólo en pos de metas educativas sino en pos de justicia social,
dignidad humana y empoderamiento de las personas.
(b) La presumiblemente gran proporción de la población mundial - niños, jóvenes y adultos -que
es considerada y se considera a sí misma alfabetizada, pero que tiene un dominio insuficiente de la
alfabetización para lidiar incluso con la tareas más elementales relacionadas con la comunicación escrita.
El llamado analfabetismo funcional, un fenómeno que concitó la atención mundial solamente en tiempos
recientes, afecta tanto a los países en desarrollo como a los desarrollados, y está relacionado con la mala
calidad tanto de la educacn formal como de la no-formal. Numerosos estudios y evaluaciones en torno al
aprendizaje escolar realizados en la dos últimas décadas revelaron resultados de aprendizaje pobres,
particularmente en el terreno de la lectura y la escritura. De este modo, si el analfabetismo estuvo
tradicionalmente asociado a la ausencia de escolaridad, hoy en día la asociación entre escolaridad y
alfabetización ya no puede darse por obvia. La batalla por la alfabetización se ha tornado un tema crítico
tanto fuera como dentro de las aulas.
(c) El número creciente de niños, jóvenes y adultos que saben leer y escribir pero que no usan ese
conocimiento de manera activa y/o significativa. El iletrismo ha surgido, así, como un nuevo concepto y una
nueva preocupación, no sólo en sociedades altamente alfabetizadas sino en aquellas que están aún
lidiando con probleticas extendidas de analfabetismo. El iletrismo es sin duda reflejo de algunas de
las contradicciones de los tiempos modernos: flujo sin precedentes de la información y el
conocimiento junto con niveles también sin precedentes de pobreza, desempleo y lucha por la supervivencia
que hacen del ocio, el estudio y el aprendizaje un lujo para unos pocos; es una era marcada por la prisa,
dominada por la cultura y los medios audiovisuales, con escaso margen para la expresión y la
comunicación interpersonales.
(d) La distancia creciente entre analfabetos y alfabetizados, en el contexto de las nuevas
posibilidades de desarrollo y aplicación de la alfabetización abiertas por las nuevas tecnologías de la
información y la comunicación. El riesgo de una creciente polarización social y educacional se ha vuelto
más pronunciado: mientras apenas una pequeña parte de la población mundial tiene acceso a los
desarrollos y usos más sofisticados de la alfabetización, incluyendo el uso del correo electrónico e
Internet para la comunicación diaria, la mayoría de la población apenas tiene acceso a formas y
niveles elementales de alfabetización o ni siquiera tiene acceso a ellas.
5) Las perspectivas para lograr la alfabetización universal no son alentadoras. Según las
últimas estimaciones de la UNESCO, y de continuar las tendencias actuales, para el año 2010 la
población adulta analfabeta representaría 830 millones de personas y la proporción decrecería
solamente de 20% a 17% (es decir, uno de cada seis personas adultas seguirá siendo analfabeta). Por
otra parte, satisfacer las necesidadessicas de alfabetización de la población ha pasado a ser una
empresa cada vez más compleja, dados los niveles educativos cada vez más altos requeridos por las
sociedades modernas a como la complejización del proceso mismo de alfabetización que hoy debe
lidiar con aplicaciones diversas y sofisticadas, incluyendo el uso de las nuevas tecnologías de la
información y la comunicación.
De ahí la necesidad de un renovado compromiso por lograr la Alfabetización para Todos
através de una nueva iniciativa mundial centrada en la alfabetización, no como una iniciativa paralela
sino como un componente integral de la iniciativa también mundial de Educación para Todos.
De ahí la necesidad de una comprensión y una práctica renovadas de la alfabetización,
que revitalice la estrategia a dos puntas - dentro y fuera del aparato escolar, con la poblacn infantil
y con la población adulta - y renueve los esfuerzos, enfoques, estrategias y mecanismos.
¿Por qué una Década de la Alfabetización de Naciones Unidas?
Porque la alfabetización universal - de niños y de adultos - contia siendo un desao cuantitativo y
cualitativo mayor para los países en desarrollo y para los países desarrollados.
¿Por qué una Década de la Alfabetización de Naciones Unidas?
Porque la alfabetización es un derecho humano fundamental, una necesidad básica de aprendizaje y
clave para aprender a aprender.
¿Por qué una Década de la Alfabetización de Naciones Unidas?
Porque el conocimiento y la experiencia han mostrado que la batalla por la alfabetización requiere
esfuerzos intensivos, sostenidos y focalizados, más allá de programas, proyectos o campañas de corta duración.
¿Por qué una Década de la Alfabetización de Naciones Unidas?
Porque la alfabetización favorece la identidad cultural, la participación democrática y la ciudadanía, la
tolerancia y el respeto por los demás, el desarrollo social la paz y el progreso.
III. Lecciones Aprendida
La investigación y la experiencia acumulados en el campo de la alfabetización infantil y la
alfabetización de adultos en los últimos cincuenta años han aportado a la comunidad mundial un cuerpo
considerable de conocimiento en torno a la naturaleza de la alfabetización y de su proceso de
adquisición. En particular, se han aprendido algunos Sí y No significativos en relación a las decisiones
de política y a la práctica en este campo.
Los intentos realizados en el pasado por el sistema de Naciones Unidas y la comunidad
internacional a fin de impulsar iniciativas educativas de alcance global o regional, han dejado lecciones
importantes. Estas han permanecido en buena medida como iniciativas de los organismos donantes, en
buena parte como resultado de la insuficiente atención prestada a las necesidades, las decisiones y el
manejo responsable de los países y los pueblos. El esquema vertical, no-participativo, también ha sido la
norma en el interior de los países, en la relación entre el gobierno central, las autoridades provinciales y
las comunidades locales. Enfrentar la brecha entre retórica y ejecución, entre planes y realizaciones,
brecha que ha pasado a ser parte del escenario de la reforma educativa en todo el mundo, implica
una revisión sustantiva de los esquemas tradicionales de formulación, toma de decisiones y asignación
de recursos, tanto a nivel internacional como nacional.
La UNESCO ha estado al frente del esfuerzo mundial en pro de la alfabetización, y
siempre preocupada por mantener visible la alfabetización de adultos en la agenda educativa nacional,
regional e internacional. En 1947 salía el informe sobre educación fundamental, en la década de
1950-1960 emergía el concepto de analfabetismo funcional, y en 1969 se lanzaba el Programa
Mundial Experimental de Alfabetización como un intento por vincular alfabetización y desarrollo. Las
décadas de 1960, 1970 e inicios de los 1980s vieron varias campañas masivas de alfabetización, la
mayoría de ellas llevadas a cabo en contextos revolucionarios, de las cuales la UNESCO y la
comunidad internacional aprendieron mucho, sobre todo en torno al valor de la voluntad política y
la movilización social para la alfabetización. El concepto de necesidades básicas de aprendizaje,
surgido en los años 70, sentó las bases para la educación básica y su "visión ampliada" acordada
en 1990 en la Declaración Mundial de Educación para Todos (EPT) en Jomtien, incluyendo el
aprendizaje permanente de niños, jóvenes y adultos dentro y fuera de la escuela.
Durante la década de 1990, y bajo el paraguas de la EPT, se hicieron esfuerzos
importantes de alfabetización, particularmente en relación a la población infantil y la
educación primaria. Como se afirma en el informe oficial de evaluación de la década, a partir de
1990:
la matrícula en educación primaria crecen cerca de 82 millones de niños y niñas;
los países en desarrollo en su conjunto alcanzaron tila tasa promedio de matrículas superior al 80%;
hubo una modesta mejoría en cuanto a la equidad de género en relación a la matrícula en educación
primaria en varias regiones, con 44 milloness de niñas en la escuela en 1998 en comparacn con 1990;
bajaron los índices de repetición y deserción.
Sin embargo, las seis metas fijadas para el año 2000 dentro del marco de la EPT no se cumplieron,
como se señala en la Evaluación Global 2000, presentada y discutida en el Foro Mundial de la Educación, en
Dakar. Aquí se fijó el año 2015 como nuevo plazo para el cumplimiento de la Educación para Todos,
nuevamente con seis metas (ver Recuadro).
En particular, la evaluación de fin de década de la EPT reconoce que no se pres suficiente
atención a dos áreas: el desarrollo infantil y la educación inicial, y la educación de jóvenes y adultos,
a pesar de las cuatro metas específicas acordadas al respecto en la Declaracn y el Plan de
Acción de Jomtien. Como se afirma en la Evaluación 2000 de la EPT, en la década de 1990:
el desarrollo infantil y la educación inicial se expandieron modestamente, sobre todo en áreas
urbanas; de los más de 800 millones de niños y niñas menores de seis años, menos de la tercera parte se beneficia hoy
de alguna forma de educación inicial;
•el índice global de alfabetización de adultos subió al 85% para los hombres y al 74% para las
mujeres, lo cual está lejos de la meta de reducir el índice de analfabetismo adulto a la mitad del vigente en
1990;
el crecimiento de la educación no-formal y la capacitación fue lento.
La concentración de esfuerzos en la educación primaria y la escasa atención prestada al
desarrollo infantil y a la educación de jóvenes y adultos durante la "década de Jomtien
"
, ha sido
reconocida por todos los socios de la EPT: gobiernos, ONGs, asociaciones docentes, instituciones
de investigación, agencias internacionales. Esto ya se había notado en la evaluación de mitad de
década (Amman) y fue posteriormente corroborado en la mayoría de informes regionales de
evaluación de la EPT así como en el informe global de evaluación de la década (Dakar). La
Declaración (en Recife, Brasil) de los Nueve Países más Populosos - Bangladesh, Brasil, China, Egipto,
India, Indonesia, México, Nigeria y Pakistán - reconoció el analfabetismo masivo en algunos países
como un gran desafío pendiente y decidió "acordar la más alta prioridad nacional a la EPT y en
particular a la erradicación del analfabetismo".
Existe consenso en el sentido de que, a pesar del compromiso de Jomtien hacia una "visión
ampliada de la educación básica", la EPT fue interpretada en general como un movimiento centrado en
la educación infantil y la escolaridad formal. Más aún: la
DE JOMTIEN A DAKAR
METAS DE LA "EDUCACIÓN PARA TODOS"
JOMTIEN: 1990-2000 DAKAR: 2000-2015
1. Expansión de la asistencia y las actividades de
desarrollo de la primera infancia, incluidas las
intervenciones de la familia y la comunidad,
especialmente para los niños pobres, desasistidos e
impedidos
1. Expandir y mejorar el cuidado infantil y la
educacn inicial integrales, especialmente para los
niños y niñas más vulnerables y en desventaja.
2. Acceso universal a la educación primaria (o a cualquier
nivel más alto considerado "básico") y conclusión de
la misma, para el año 2000.
2. Asegurar que, para el año 2015, todos los niños, y
especialmente las niñas y los niños en circunstancias
diciles, tengan acceso y completen una educación
primaria gratuita, obligatoria y de buena calidad.
3. Mejoramiento de los resultados del aprendizaje de modo
que un porcentaje convenido de una muestra de edad
determinada (por ejemplo, 80% de los mayores de 14
años) alcance o sobrepase un nivel dado de logros de
aprend
i
zaje considerados necesarios.
3. Asegurar la satisfacción de las necesidades de
aprendizaje de jóvenes y adultos a través del acceso
equitativo a programas apropiados de aprendizaje de
habilidades para la vida y para la ciudadanía.
4. Reducción de la tasa de analfabetismo adulto a la
mitad del nivel de 1990 para el año 20(X). El grupo
de edad adecuado debe determinarse en cada país y
debe hacerse suficiente hincapié en la alfabetización
femenina a fin de modificar la desigualdad frecuente
entre índices de alfabetización de los hombres y de las
mujeres.
4. Mejorar en un 50 por ciento los niveles de
alfabetización de adultos para el año 2015,
especialmente entre las mujeres, y lograr el acceso
equitativo a la educación básica y permanente para todas
las personas adultas.
5. Ampliación de los servicios de educación básica
y de capacitación a otras competencias esenciales
necesarias para los jóvenes y los adultos, evaluando la
eficacia de los programas en función de la modificación
de la conducta y del impacto en la salud, el empleo y la
productividad.
5. Eliminar las disparidades de género en la
educación primaria y secundaria para el año 2015, y
lograr la equidad de géneros para el 2015. en particular
asegurando a las niñas acceso a una educación básica de
buena calidad y rendimientos plenos e igualitarios.
6. Aumento de la adquisición por parte de los
individuos y las familias de los conocimientos,
capacidades y valores necesarios para vivir mejor y
conseguir un desarrollo racional y sostenido por medio
de todos los canales de la educación -incluidos los
medios de información modernos, otras formas de
comunicación tradicionales y modernas, y la acción
socialevaluándose la eficacia de estas intervenciones en
funcn de la modificación de la conducta
6. Mejorar todos los aspectos de la calidad de la
educación y asegurar la excelencia de todos, de modo
que todos logren resultados de aprendizaje
reconocidos y medibles, especialmente en tomo a
la alfabetización, el cálalo y las habilidades esenciales
para la vida
meta de la educación primaria universal tendió una vez más a centrarse en los indicadores de acceso y
matrícula, con escasa atención sobre la retención, la conclusión y el aprendizaje efectivo, todo ellos elementos
esenciales de la visión y las metas acordadas en Jomtien.
El compromiso por lograr la alfabetización universal ha sido renovado y pospuesto continuamente
al menos durante las tres últimas décadas. Se han renovado los conceptos y las terminologías, se han probado
diferentes estrategias y metodologías, han surgido nuevos énfasis, pero la magnitud y complejidad de la
tarea han derrotado incluso los mejores esfuerzos e intenciones. Mirar hacia atrás, identificando y
analizando críticamente los ingredientes del éxito y e1 fracaso, parece la única vía promisoria para
encarar el futuro.
La largamente reconocida y enfatizada "estrategia de alfabetización a dos puntas" -
articulando educación escolar y extra-escolar, alfabetización infantil y de adultos - ha sido mas bien
rara en el diseño de las políticas y en la ejecución de los programas. En realidad, alfabetización
infantil y alfabetización de jóvenes/adultos han sido vistas tradicionalmente como una opción antes
que como complementarias e interdependientes. Cada una se ha desarrollado por separado, con su propia
comunidad de teóricos y prácticos, sus propias instituciones, políticas, programas y presupuestos.
Tanto en el ámbito escolar como en los programas de educación no-formal han prevalecido
concepciones estrechas del analfabetismo y la alfabetización, así como enfoques y metodologías
atrasados. El importante avance de la investigacn y el conocimiento que ha tenido lugar en las últimas
décadas, particularmente en el campo de la alfabetización infantil y su adquisición en el medio
escolar, no ha permeado aun a las instituciones y programas de formación y capacitación docente, sobre
todo en los países y zonas de menor desarrollo. Paradójicamente, no obstante, es en estos contextos donde la
alfabetización se convierte en reto mas crítico y donde se requieren los recursos humanos más
calificados.
El bilingüismo y el multilingüismo constituyen la norma, antes que la excepción, en todo el mundo.
No obstante, la alfabetización ha ignorado tradicionalmente estas realidades así como sus consecuencias
pedagógicas, sociales y culturales. Millones de niños y niñas, jóvenes y personas adultas en todo el mundo
continúan siendo ensados en lenguas que no manejan e incluso a menudo no comprenden. Los
problemas son fácilmente atribuidos a quienes aprenden y a sus "dificultades de aprendizaje", cuando en
verdad están enraizados en un sistema educativo inadecuado y que no ha desarrollado aún una
comprensión cabal acerca del aprendizaje y sus requerimientos.
De la noción de alfabetización como una destreza simple y elemental, hemos pasado a
reconocerla como un concepto complejo y dinámico, un contenido y un proceso de aprendizaje que
dura toda la vida, y cuyos dominios y aplicaciones están en continua revisión y expansión. De la
percepción del analfabetismo y la alfabetización como meras cifras o índices cuantitativos, hemos avanzado a
admitir que calidad y equidad son componentes inseparables de cualquier esfuerzo alfabetizador. De la
noción de individuos aislados que se alfabetizan, hemos llegado a comprender que avanzar hacia el logro de
la alfabetización universal implica construir escuelas, familias, comunidades y sociedades
alfabetizadas. De la expectativa de la alfabetización como una herramienta de desarrollo individual y
social, hemos aprendido que eliminar la pobreza y eliminar el analfabetismo son dos caras de la misma
moneda, que lo uno no puede lograrse sin lo otro, y que la voluntad política es clave en ambos
frentes.
IV. Alfabetización para Todos: Una Vision Renovada
La Alfabetización para Todos promovida en el marco de esta Década de la Alfabetización
implica una visn y un compromiso renovados por parte de todos: gobiernos y sociedades
nacionales, comunidades locales, y agencias internacionales.
ALFABETIZACION PARA TODOS: UNA VISION RENOVADA
ANTES
HOY
El analfabetismo como patología social y
responsabilidad individual
El analfabetismo como fenómeno estructural y
responsabilidad social
La alfabetización como la panacea para el
desarrollo y el cambio social.
La alfabetización en el contexto de intervenciones
educativas y socio-económicas más amplias.
La meta es "erradicar el analfabetismo", "bajar los
índices de analfabetismo", etc.
La meta es crear ambientes y sociedades letradas.
La alfabetización asociada únicamente con jóvenes
y personas adultas.
La alfabetización asociada con la infancia, la juventud y la
edad adulta.
La alfabetización asociada con grupos al margen de
la escuela y con programas no formales.
La alfabetización como un proceso de aprendizaje que
tiene lugar tanto dentro como fuera de la escuela.
La alfabetización infantil y la alfabetización de
j
óvenes y adultos vistas y desarrolladas como
campos separados.
La alfabetización infantil y la alfabetización de venes y
adultos articuladas dentro de un marco y tina estrategia
integradas de política.
La alfabetización centrada en el punto de vista de la
enseñanza.
La alfabetización centrada en el punto de vista del
aprendizaje.
La alfabetización entendida como el logro de un
nivel inicial, básico, elemental.
La alfabetización entendida como alfabetización funcional
(la alfabetización, para ser llamada tal, debe ser significativa y
Funcional).
La meta aspira a la adquisición de la alfabetización.
La meta incluye la adquisición, el desarrollo y el uso
efectivo de la alfabetización
La alfabetización separada de la educación básica
("alfabetización y educación básica").
La alfabetización vista como un componente integral de la
educación básica.
La adquisición y el desarrollo de la alfabetización
asociados con un período especifico en la vida de
una persona.
La alfabetización entendida como un proceso de
aprendizaje que dura v se perfecciona a lo largo de toda la
vida
La adquisición de la alfabetización como meta del
primer grado o de los dos primeros grados de la
escuela primaria
La adquisición de la alfabetización como tina meta al
menos de toda la educación primaria.
La alfabetización asociada únicamente con el
lenguaje escrito y los medios impresos.
La alfabetización entendida como desarrollo de la
expresión y la comunicación tanto oral como escrita, con
una visión del lenguaje como totalidad (hablar, escuchar,
leer, escribir).
Búsqueda de EL método de alfabetización válido
en general y para todos los casos.
Comprensión de que no existe un método único o
universal de alfabetización.
La alfabetización como un área específica del
currículo escolar (la asignatura Lenguaje).
La alfabetización a lo ancho del currículo escolar.
La alfabetización asociada sólo con
instrumentos convencionales (típicamente, papel y
lápiz).
La alfabetización asociada con instrumentos
convencionales pero también con instrumentos
modernos (papel y piz, teclado y tecnologías digitales,
etc).
La alfabetización como responsabilidad únicamente
del Estado o únicamente de la sociedad civil
La alfabetización como responsabilidad conjunta del
Estado y la sociedad civil.
Alfabetización para Todos trasciende las edades, es la cimiento del aprendizaje permanente
y es un elemento clave del aprendizaje ínter-generacional. Alfabetización para Todos incluye a todos: niños y
adultos, niñas y niños, mujeres y hombres, áreas rurales y urbanas, países en el Sur y en el Norte.
Alfabetización para Todos implica asegurar niveles efectivos y sustentabais de alfabetización,
lo que implica a su vez proveer condiciones y oportunidades adecuadas para alfabetizarse, usar y
desarrollar esa competencia en el contacto con la familia, la comunidad, el lugar de trabajo, el
sistema escolar, los medios de comunicación.
Alfabetización para Todos implica políticas activas y esfuerzos colectivos no sólo para alfabetizar
sino para lograr que las personas y grupos alfabetizados hagan uso significativo de ese conocimiento
como medio de expresión, comunicación y aprendizaje permanente.
Esta visión renovada de la alfabetización exige modalidades y mecanismos también renovados de
operación, seguimiento y responsabilidad por los resultados
V Principios
Algunos principios claves deben organizar y orientar las decisiones de política y la ejecución de los
programas:
La alfabetización es fundamental: La Alfabetización para Todos y la construcción de una
sociedad letrada serán una posibilidad real solamente cuando exista una toma de conciencia y una aceptación
compartida de que la alfabetización es una necesidad básica de aprendizaje de todos, y uno de los cimientos
del aprendizaje permanente y de la ciudadanía. Mas allá de su valor instrumental para mejorar los
indicadores económicos y sociales a nivel micro y macro, la alfabetización constituye un veculo para la
adquisición y la creación del conocimiento, para ampliar la percepción del tiempo y el espacio, para liberar la
mente de los confines estrechos del aquí y el ahora.
Tener en cuenta las lecciones aprendidas: Los compromisos renovados y el planeamiento
estratégico a todos los niveles - local, nacional, regional, global - deben basarse en las lecciones aprendidas
tanto de los errores como de las mejores prácticas.
Intervenciones orientadas por la demanda y decididas por cada país: La propuesta de una
Década de la Alfabetización se originó en los países. Por tanto, la propiedad de la iniciativa debe
permanecer a nivel de los países, en un movimiento que va de abajo para arriba antes que de arriba para
abajo. Dentro de un marco global unificado, los planes y actividades para lograr la Alfabetización para
Todos deben ser definidos por cada país de acuerdo a sus condiciones, necesidades y posibilidades
específicas. Las Naciones Unidas y otras agencias internacionales comparten la responsabilidad de
esta Década, pero de ningún modo deben imponer o interferir en las decisiones de los países. Cada país y
cada comunidad concreta deberán definir los sectores y grupos de población a incluir y prioridad
dentro del Plan Decenal de Alfabetización, y qué estrategia gradual adoptar para hacer de la
Alfabetización para Todos una realidad.
Construir a partir de lo existente: Todos los países están de un modo u otro comprometidos en acciones
de alfabetización dentro y fuera del sistema escolar, y muchos tienen políticas y experiencias innovadoras
para consolidar. Por eso, antes que crear estructuras o programas ad hoc, los esfuerzos deben partir de lo
existente, reforzando, reorientando o expandiendo, según sea necesario en cada caso. Una clave del éxito
radica precisamente en articular la Década de la Alfabetización dentro de las actividades regulares de
las familias, las escuelas, las sociedad locales y nacionales, y las agendas de los organismos
internacionales.
Diversificar enfoques, estrategias, medios y métodos: La educación, y la alfabetización en
particular, son altamente sensibles al contexto y la cultura. Los programas efectivos tienen en cuenta el
conocimiento previo de quienes aprenden y enseñan, las necesidades y expectativas de educandos y educadores,
y las condiciones específicas de la cultura y el contexto locales. No existe una única ruta hacia la
alfabetización o un único método milagroso capaz de ser aplicado a todos, de la misma manera y
en toda circunstancia.
Amplia participación y responsabilidad social: Alfabetizacn para Todos implica una gran
cruzada con participación de las comunidades local, nacional, regional e internacional. Familias, sistemas
escolares, instituciones educativas, culturales y religiosas, bibliotecas, centros académicos y de investigación,
medios de comunicación masiva, empresa privada, organizaciones sociales y deportivas: todos tienen un lugar
y un papel en esta gran cruzada. Estado y sociedad civil deben renovar su interés en la alfabetización y
convertirse en aliados críticos en esta Década de la Alfabetización.
Estrategia gradual y políticas de discriminación positiva: El desafío es establecer prioridades
estratégicas pero sin perder una visión holística y sistémica. Indudablemente, el mayor desafío continúa siendo
la población analfabeta y la que continúa al margen de la escuela. Pero es también indispensable
promover el desarrollo y uso de la alfabetización entre importantes segmentos de la población infantil,
juvenil y adulta que sólo han alcanzado niveles elementales de alfabetización. La tradicional brecha de género
vinculada a la alfabetización en muchos países hace de ésta una dimensión clave para la aplicación de
políticas de discriminación positiva, tanto en el sistema escolar como en los programas para jóvenes y
adultos. No obstante, si bien dicha discriminación positiva deberá aplicarse sobre todo a la niña y la mujer,
en varios países y casos se requerirán esfuerzos especiales para llegar con la alfabetización a niños y hombres.
VI. Desafíos y Compromisos
Una visión renovada y ampliada de la alfabetización: Una visión renovada y ampliada de la
alfabetización es esencial para el éxito. Tal visión admite que la alfabetización no está reservada a una
determinada edad (la infancia, la juventud o la edad adulta), institución (la escuela o el programa no-formal
o sector (la educación; que ésta se vincula a diversas dimensiones de la vida y el desarrollo tanto personal
como social; que involucra una gran variedad de escenarios, estrategias y medios, y que es un aprendizaje
permanente. Comprende la necesidad de articular educación y cultura, y de dejar atrás dicotomías
convencionales tales como educación infantil/educación de adultos, aprendizaje dentro de la
escuela/aprendizaje fuera de la escuela, educación formal/ educación no-formal, tecnologías
tradicionales/modernas, desarrollo de lenguas vernáculas/desarrollo de las lenguas oficiales y de
comunicación nacional e internacional, lo local/lo global, lo particular/lo universal.
Integrar la alfabetización dentro de la educación básica y en el marco de los esfuerzos por
una Educación para Todos: La alfabetización es un componente esencial de la educación básica y es,
por ende, parte integral de las políticas y de la reforma de la educación básica en cualquier país,
dentro y fuera del aparato escolar. Así, la Alfabetización para Todos implica lazos visibles con la
Educación para Todos, antes que esfuerzos paralelos o en competencia. La Década de la
Alfabetización provee una oportunidad para perfilar mejor y promover la satisfacción de las
necesidades básicas de aprendizaje de todos.
Articular alfabetización de niños y de adultos, aprendizaje dentro y fuera de la escuela: La
alfabetización ha sido siempre, y continúa siendo, una misión clave delegada socialmente al sistema
escolar. Por otra parte, los sistemas de aprendizaje fuera de la escuela no deben ser vistos
necesariamente como correctivos o compensatorios, sino como complementarios e importantes por sí
mismos. La Alfabetización para Todos recupera un enfoque holístico del aprendizaje que articula
conceptual y operativamente la alfabetización infantil y la alfabetización de adultos, la educación
formal, no-formal e informal. El concepto de educación básica y el de necesidades básicas de
aprendizaje adoptados en el marco de la Educación para Todos proveen un marco ideal para
comprender y desarrollar esos vínculos.
No obstante reconocer la importancia de un enfoque holístico de la alfabetización - a
lo largo y ancho de la vida, dentro y fuera de la escuela - es importante tener en cuenta y evitar la
tendencia histórica a marginar la alfabetización de jóvenes y adultos. Plasmar efectivamente una
"estrategia a dos puntas" requiere romper con inercias y mentalidades tradicionales, desarrollando una
comprensión holística y sistémica de la educación y el cambio educativo, y construyendo una cultura
cooperativa de pensamiento y acción a todos los niveles y entre todos los actores involucrados.
Encarar el desafío alfabetizador de la educación escolar: La alfabetización continúa siendo
una batalla y un desafío mayores de los sistemas escolares en todo el mundo. Evaluaciones realizadas
en los últimos años tanto en países en desarrollo como en países industrializados muestran que ésta es
una área particularmente débil del rendimiento escolar, y una fuente principal de repetición y deserción
en los primeros años de la escuela. En verdad, la calidad de la alfabetización es un indicador clave de la
calidad de la educación en el medio escolar.
Encarar el desafío alfabetizador de la educación extra-escolar: La alfabetización contia
siendo una batalla y un desafío mayor para los programas de educación de jóvenes y adultos al
margen del sistema escolar. Niveles precarios de alfabetización y retorno al analfabetismo son
realidades frecuentes y temas de preocupación y debate en estos programas. La calidad, un tema
comúnmente levantado para la educación formal y los sistemas esolares, debe pasar a ser también un
tema clave de la educación no-formal.
Promover ambientes favorables a la alfabetización: Los esfuerzos en pro de la alfabetizacn
universal requieren no sólo incrementar la matrícula escolar o los programas para jóvenes y adultos. Es
esencial contar con ambientes adecuados y estimulantes en el hogar, el aula, el lugar de trabajo, la
comunidad, las bibliotecas, los lugares de juego y recreación, etc. Leer y disfrutar de la lectura, escribir y
disfrutar de la escritura, son las víass efectivas para el desarrollo de la lectura y la escritura con sentido. Los
esfuerzos deben por ello incluir cuestiones tales como: provisión y mejor aprovechamiento de bibliotecas
escolares y comunitarias, diseminación de materiales impresos, acceso más amplio a periódicos, radio,
televisión y computadoras, así como a una variedad de actividades culturales capaces de estimular la
expresión y la comunicación oral y escrita.
Atención especial al desarrollo de la alfabetización de los propios educadores: Los educadores y su
voluntad y capacidad para la enseñanza y para el propio aprendizaje, son un factor clave de la calidad de la
educación y de los aprendizajes. Esto es cierto para la educación infantil en el sistema escolar, como para la
educacn de jóvenes y adultos en los programas fuera de la escuela.
No obstante, tanto la alfabetización infantil como la de adultos se han movido tradicionalmente
con la idea de que alfabetizar es una tarea fácil, requerida de buena voluntad y paciencia más que de
conocimiento y competencia profesional. Lo usual es asignar los educadores nuevos, sin experiencia y
menos calificados, a los primeros grados de la escuela; por otra parte, en el marco de los programas para
venes y adultos, lo usual es una capacitación débil o incluso inexistente de los alfabetizadores y del
personal involucrado en los distintos niveles y tareas. No debe, por tanto, sorprender la baja calidad de
los aprendizajes vinculados a la alfabetización que resultan tanto del sistema escolar como de los
programas no-formales.
Los educadores y sus propias necesidades de aprendizaje constituyen una prioridad que debe ser
encarada. Esto incluye enriquecer su propia competencia como lectores y escritores, a como los
ambientes y oportunidades para desarrollar estas competencias. Si los propios educadores no aprecian y
hacen uso significativo de la lectura y la escritura, hay pocas posibilidades de que enseñen a sus estudiantes
lo que no tienen ni practican. El acceso regular a materiales de lectura, periódicos y otros medios, así como
a la computadora y otras tecnologías modernas, han pasado a ser parte de las necesidades
básicas de la profesión docente.
Fortalecer la alfabetización y la educación general de los padres de familia: Todo niño o niña debería
tener derecho no sólo a su propia alfabetización sino a la de sus padres. Porque, según revelan abundantes
investigaciones, el nivel educativo de los padres tiene fuerte impacto sobre la educación y el bienestar infantiles.
La investigación también confirma que el analfabetismo de los padres incide sobre las expectativas y
decisiones de los educadores en relación al éxito o al fracaso escolar de los estudiantes.
No obstante, no es suficiente que los padres sean alfabetizados; la meta es lograr que cada hogar
sea un lugar estimulante para el desarrollo de la alfabetización de niños y adultos, en el que padres
e hijos aprendan juntos y unos de otros, disfruten aprendiendo e incorporen la lectura y la escritura a las
tareas de la vida diaria.
Diseminar la información y el conocimiento disponibles en torno a la alfabetización: La
información y el conocimiento disponibles en torno a la alfabetización requieren amplia
difusión para llegar en primer lugar a las instituciones y programas de formación docente. Al Trismo
tiempo, es indispensable contar con nuevo conocimiento revelante y producido localmente, a fin de poner en
marcha políticas y programas adecuados, específicos y sensibles a las particularidades de cada contexto. En
esto, las instituciones de educación superior y los centros de investigación, así como las comunidades
académicas nacionales e internacionales, tienen un papel importante que cumplir.
Mecanismos incorporados de seguimiento y evaluación: Es preciso definir y establecer mecanismos de
seguimiento y evaluación a nivel local, nacional, regional y global, en sintonía con los ritmos de
ejecución a cada nivel. Es especialmente importante desarrollar indicadores apropiados y relevantes a
la visión renovada de la alfabetización propuesta para esta Década de la Alfabetización. En este
marco, el "éxito" deberá estar relacionado tanto con la cantidad como con la calidad, los procesos y
los resultados, la adquisición y el uso efectivo de la alfabetización, el cambio de actitudes y prácticas en
relación a ésta, y, por último, el impacto de la alfabetización sobre la vida y la calidad de vida de
las personas.
Uso eficiente de los recursos humanos y financieros: Poner en marcha este plan decenal implica no
sólo mayores recursos sino un uso eficiente y juicioso de los recursos financieros. Pero también un mejor uso
y un desarrollo estratégico de los recursos humanos a nivel local, nacional y regional. Más esfuerzos y
esfuerzos más creativos se requieren para hacer buen uso de los recursos existentes y para movilizar nuevos
recursos a nivel nacional e internacional.
Esfuerzos a gran escala: Avanzar de manera firme en la meta de la Alfabetizacn para Todos requiere
esfuerzos de gran escala apoyados por una movilizacn social amplia y sostenida. Multiplicar los
programas de base local o a cargo de ONGs es insuficiente para responder a la magnitud de la tarea
planteada. El rol del Estado es crucial a fin de asegurar el necesario ímpetu, la coordinación de
esfuerzos, la compensación de inequidades regionales y sociales, y el seguimiento y la evaluación de las
actividades y los resultados a nivel nacional.
Encarar los problemas estructurales que reproducen la pobreza y el analfabetismo: Sabemos
que la alfabetización, y la educación en general, tienen un impacto positivo sobre el desarrollo personal,
social y económico. No obstante, romper con el rculo vicioso de la pobreza excede los alcances de la
educación y requiere esfuerzos específicos dirigidos a combatir la inequidad social. La expansión y el
mejoramiento de los sistemas de aprendizaje ha llegado al límite en muchos contextos, límite
puesto por los niveles crecientes de pobreza extrema extendidos entre amplias capas de la población
mundial. Al filo del nuevo siglo, encarar los problemas estructurales que reproducen la pobreza ha pasado a
convertirse en un pre-requisito ineludible para desarrollar y transformar la educación.
VII. Elementos para un Plan de Acción
La Década de la Alfabetización de Naciones Unidas desafia a los Estados Miembros a
revigorizar y renovar los esfuerzos para asegurar la adquisición, desarrollo y uso efectivo de la alfabetización
como un derecho humano de todas las personas.
A inicio de siglo la comunidad mundial ha llegado a reconocer que la alfabetización:
1. es una necesidad básica de aprendizaje de todos - niños, jóvenes y adultos, en zonas rurales y
urbanas, en países en desarrollo y en países desarrollados-, un pilar fundamental del aprendizaje
permanente y una dimensión crítica de la ciudadanía y la equidad social;
2. es un concepto dinámico y su adquisición un proceso permanente, continuamente abierto a
nuevas demandas sociales y a nuevos desafíos;
3. es la vía más segura para lograr la Educación para Todos. Los gobiernos deben asegurar que
la alfabetización esté ubicada en el centro de las políticas y los esfuerzos de educación básica para todas
las edades, independientemente del sistema de aprendizaje, formal o no-formal, presencial o a distancia.
Deben asimismo asegurar que tales políticas se dirijan en primer lugar a los grupos más necesitados y
discriminados por razones de ingreso, edad, género, etnia o cualquier otra condición.
Una década dedicada a la alfabetización provee un marco de tiempo razonable para pensar y
planificar estratégicamente, y para definir metas y objetivos de corto, mediano y largo plazo. Los
países son invitados a definir sus propios planes de acción, sus propias metas y ritmos de
ejecución, atendiendo a sus necesidades y posibilidades específicas, dentro del espíritu del marco de acción
para la Década de la Alfabetización desplegado en este documento.
Los diversos escenarios de la Alfabetización para Todos
Lograr la Alfabetización para Todos implica atender a una multiplicidad y variedad de grupos y
contextos, utilizando las diversas instituciones y sistemas de aprendizaje existentes, y delineando estrategias,
contenidos y mecanismos diferenciados, apropiados y relevantes a cada uno de ellos, tanto a nivel local,
nacional, regional y global.
Alfabetización a partir de diversas instituciones y diversos agentes: La adquisición, el desarrollo y el
uso de la alfabetización ya no pueden concebirse como responsibilidad de una única institución, un único
sector o una única modalidad educativa. Ni el sistema escolar ni los programas extraescolares pueden hacer
frente a esta tarea de manera aislada. Esta requiere complementaridad y sinergia en la acción de gobiernos,
ONGs, universidades, iglesias, asociaciones de docentes, padres de familia y alumnos, organismos públicos
y privados.
La alfabetización como campo de intervención trans-sectorial: La alfabetizacn está relacionada no
únicamente con la educación sino con un paquete de políticas ecomicas, sociales y culturales. Por otra
parte, la posibilidad de alfabetizarse, así como de desarrollar y utilizar el lenguaje escrito en la comunicación
diaria, está relacionada no sólo con la instrucción sino también con el entretenimiento y el placer, y no
únicamente con libros y material impreso sino con todas las formas de la expresión y la comunicación
humanas. La radio, la televisión, la música, el baile, el folclor, el cine, el teatro y otras expresiones arsticas
esn de muchas maneras relacionadas con la construcción de una cultura letrada. De ahí la necesidad de
enfoques e intervenciones comprensivas y trans-sectoriales, y de la convergencia entre políticas educativas y
políticas culturales.
Alfabetización en el campo y la ciudad: El analfabetismo ha sido tradicionalmente
percibido y encarado como un fenómeno rural. Sin embargo, el analfabetismo urbano se ha tornado cada vez
más visible en las últimas décadas como resultado de la fuerte migración rural-urbana y el crecimiento de la
pobreza a nivel urbano. La alfabetizacn presenta dimensiones y desafíos específicos en ambientes rurales o
urbanos, y debe por tanto ser encarada con estrategias diferenciadas.
Alfabetización en la familia: La familia continúa siendo una unidad fundamental de educación y
aprendizaje. Un ambiente familiar favorable a la alfabetización, en el cual leer y escribir forman parte de la
vida diaria, las relaciones cotidianas y las tareas domésticas, es quizás el recurso más poderoso para
motivar, utilizar y desarrollar la comunicación oral y escrita entre sus miembros.
En la familia, tres generaciones interactúan y fortalecen mutuamente su capital cultural y de
conocimiento. Ayudar a los hijos con las tareas escolares es una motivación común hacia la alfabetización
por parte de los adultos y, en particular, de las mujeres y madres, en las diversas regiones y culturas.
Los hijos e hijas escolares constituyen a menudo una motivación fundamental para la alfabetización de sus
padres. Por otra parte, el hijo o hija que va a la escuela o está alfabetizado pasa a menudo a convertirse
en alfabetizador de sus padres, familiares y vecinos. Intervenciones bien diseñadas y organizadas facilitan la
posibilidad de que padres e hijos aprendan y aprendan a aprender juntos.
Alfabetización en la escuela: Se requieren cambios mayores en la alfabetización escolar. No sólo por
los pobres resultados de aprendizaje en este campo sino porque éste es el punto de entrada al sistema escolar
y una fuente importante de fracaso escolar de millones de niños y niñas en todo el mundo. Enfoques y prácticas
pedagógicas en este campo permanecen, en gran medida, atados a prejuicios y a un conocimiento obsoleto. Si
bien la educación pre-escolar es importante para facilitar la transición hacia la escuela y hacia la
alfabetización, las estrategias correctivas son sólo una solución parcial a un sistema escolar que requiere
transformaciones de fondo. Textos escolares y otros materiales impresos son esenciales, pero no son
un substituto a la reforma curricular y pedagógica, ni a la indispensable formación y
profesionalizacn docente. De hecho, la reforma curricular y pedagógica implican que los
educadores comprendan y participen plenamente en los cambios propuestos. Trabajar con los padres de
familia y las comunidades es asimismo esencial, de modo que ellos también comprendan y apoyen
los cambios, en lugar de oponerse a ellos.
Alfabetización en el lugar de trabajo: En un mundo globalizado y en constante cambio, el
aprendizaje permanente se ha convertido en una necesidad de todos y no sólo de una minoría. Patrones
cambiantes de producción y la rápida expansión de las tecnologías de la informacn y la comunicación
ponen demandas nuevas y cada vez más complejas sobre los niveles de alfabetización requeridos para el
trabajo. Esfuerzos especiales deben por tanto hacerse para fortalecer y desarrollar dichas competencias entre
jóvenes y adultos. En este contexto, es importante tener en cuenta la recomendación de una hora diaria de
aprendizaje en el lugar de trabajo hecha en la V Conferencia Internacional de Educación de Adultos
(CONFINTEA V), realizada en Hamburgo en 1997.
Alfabetización y otras instituciones en la comunidad: Además de la familia, la escuela y el lugar de
trabajo, muchas otras instituciones juegan un papel fundamental en el desarrollo de la alfabetización.
Las bibliotecas, si están adecuadamente pensadas y manejadas, pueden convertirse en centros
potentes de aprendizaje capaces de complementar y ampliar lo que aprenden los alumnos en el
sistema escolar, y proveer oportunidades de lectura y aprendizaje permanente a jóvenes y adultos que
están fuera del sistema escolar. Una gran variedad de bibliotecas - escolares, comunitarias, móviles,
en el lugar de trabajo, públicas o privadas - pueden atender las necesidades específicas de lectura de
una gran variedad de lectores, pasando a constituir verdaderos centros culturales con potencial para
promover el desarrollo comunitario y local.
Otros centros y recursos culturales - tales como centros comunitarios, parques, museos,
zoológicos, circos, cines, teatros de títeres, clubes, canchas deportivas, etc. - también constituyen
aliados claves para las tareas de la educación y de la alfabetización específicamente.
Los medios masivos de comunicación, juegan un papel importante en desarrollar la
conciencia, el aprecio y el uso de la alfabetización. Periódicos regulares así como especialmente
diseñados son útiles para asegurar hábitos cotidianos de lectura. En el lugar de trabajo, periódicos y
boletines pueden asimismo apoyar el desarrollo de la alfabetización.
El potencial de la radio, la televisión y el video no ha sido cabalmente aprovechado para
los fines de la alfabetización y de la educación en general. Hay experiencias en las que se ha
invitado a celebridades a leer literatura csica en la radio, o a hacer de telemaestros a través de la
televisión, mientras los estudiantes siguen la transmisión radial o la clase televisada con material
impreso de apoyo. Asimismo, la práctica de la lectura puede ser promovida en la televisión usando
subtitulado en la misma lengua, de modo que niños, jóvenes y adultos puedan al mismo tiempo
escuchar y seguir con la lectura.
Planes de Alfabetización para Todos: trans-sectoriales, nacionales y en torno a áreas geográficas
delimitadas
Todos los elementos señalados anteriormente apuntan a la necesidad de establecer Marcos y
Planes de Acción de Alfabetización para Todos:
a) Trans-sectoriales tanto a nivel local, nacional y global, que vayan más allá de lo educativo
como un sector específico y se integren a políticas e instituciones sociales y económicas más amplias.
b) Organizados en torno a una área geográfica determinada y/o una comunidad local, de
modo que:
Ias decisiones se tomen en un proceso genuinamente participativo en el que se involucren a todos
los agentes e instituciones locales relevantes;
el plan y las acciones subsecuentes respondan a las características, necesidades y potencialidades de
cada comunidad y zona;
se faciliten y lleven a la práctica la convergencia, la alianza y la complementariedad entre los distintos
agentes e instituciones de la comunidad o área;
se definan claramente los mecanismos de seguimiento y rendición de cuentas a nivel local, en un
marco de autonomía y responsabilidad.
c) Amplios, flexibles y compensadores de la desigualdad, a nivel nacional y subnacional. El
Estado y el gobierno tienen la responsabilidad de formular, coordinar y ejecutar el Plan Nacional de
Alfabetización para Todos, y de proveer el ímpetu y los recursos necesarios. El plan debe ser
flexible a fin de incorporar los aportes de la sociedad civil y las lecciones aprendidas a lo largo de la
ejecución, así como las nuevas circunstancias y desarrollos que irán emergiendo a lo largo de la década.
Asimismo, a fin de evitar profundizar la discriminación de los grupos y zonas más desfavorecidos,
deberán activarse medidas y recursos especiales para compensar las desigualdades regionales y sociales
entre zonas y entre comunidades locales. Si bien la participación y el involucramiento de la
sociedad civil son fundamentales para el éxito de la Década de la Alfabetización, la voluntad y el
compromiso gubernamentales hacia la Alfabetización para Todos continuarán siendo el factor más
importante para que ésta avance y tenga éxito.
Estrategias
Información pública, consulta y participación: Es indispensable generar un proceso de
amplia información, consulta y participación en torno a los significados, metas y medios de la
alfabetización y de la Década de la Alfabetización de manera específica, a todos los niveles: local,
nacional, regional y global. La viabilidad y éxito dependerán del conocimiento, la motivación y el
compromiso de los directamente involucrados. Esto asegurará no sólo una mayor adecuación de las
políticas y programas a los contextos específicos sino una apropiación por parte de los
encargados de desarrollarlos. Obviamente, todo esto supone la creación de mecanismos explícitos y
permanentes de participación y construcción de alianzas a todos los niveles.
Formación docente y desarrollo de los recursos humanos a todos los niveles: Poner en marcha
un plan decenal como el descrito aquí, y para el cual resulta esencial una visión y una práctica
renovadas en torno a la alfabetización, implica poner el desarrollo de los recursos humanos en el
centro de los esfuerzos. Nolo para los educadores y alfabetizadores sino para todos los agentes
educativos involucrados desde el nivel local hasta el nivel global, y para los distintos ámbitos:
sistema escolar, programas e instituciones no-formales, instancias gubernamentales, personal de
ONGs y universidades, asociaciones de docentes y de padres de familia, comunidades locales, etc.
La solución, como ya se ha dicho, no está en más de lo mismo. Es necesario introducir
innovaciones mayores en los contenidos y modos tradicionales de formación y capacitación tanto para
el personal profesional como para-profesional. Algunas tendencias de la formación docente que
vienen siendo experimentadas en diferentes partes del mundo muestran la importancia de elementos
tales como los siguientes:
Formación y no sólo capacitación: Encarar las demandas complejas que enfrentan hoy en a
los educadores y los educadores alfabetizadores de manera específica, requiere un esfuerzo de formación en
sentido amplio (comprender los fenómenos y los problemas, y desarrollar competencias teórico-prácticas
para identificarlos y resolverlos en el propio ámbito profesional o de trabajo con una dimensión
necesaria de capacitación (desarrollar las habilidades necesarias para cumplir con tareas específicas).
Ofertas diferenciadas para la formación de educadores: Junto con el Estado, universidades,
ONGs, instituciones culturales y las propias asociaciones y organizaciones de educadores juegan un
papel fundamental en la preparación y desarrollo profesional de los agentes educativos.
Aprender haciendo y reflexionando sobre la práctica: La reflexión y sistematización de la propia
práctica pedagógica aparece como la mejor herramienta que tienen los educadores para avanzar en su
desarrollo profesional. Los educadores lo pueden modificar su práctica de manera consciente y creativa si
comprenden el por qué de la necesidad de tales cambios, y si desarrollan una capacidad para analizar
críticamente esa práctica.
Partir de las necesidades y demandas de los educadores: Es indispensable tener en cuenta el
conocimiento, la experiencia y la participación activa de los educadores en la definicn de sus propias
necesidades de aprendizaje. No obstante, responder a las necesidades percibidas por los educadores es
apenas el punto de partida. El propio proceso de formación y capacitación debe permitirles ampliar y
reorientar dichas necesidades, hacia el desarrollo de un conocimiento y un papel cada vez más
profesional y autónomo.
La formación de educadores como educación de adultos: La formación de educadores es,
por definición, educación de adultos. La formación de educadores podría de hecho beneficiarse
enormemente del conocimiento y la practica acumulados en el campo de la educacn de adultos.
La importancia de "ver" el cambio en acción: Nada tiene más impacto sobre el cambio que
"ver" el cambio operando. De hecho, ésta es la idea que está detrás de la difusión de innovaciones,
"mejores prácticas", "escuelas demostrativas", "escuelas efectivas", etc. De ahí la importancia de
identificar, documentar y diseminar experiencias inspiradoras, en primer lugar en el propio país y región.
Educadores compartiendo con otros educadores: Romper con el aislamiento de la tarea docente
ha sido finalmente reconocida como una necesidad de los educadores tanto en términos personales
como profesionales. Los educadores aprenden mucho cuando intercambian con otros educadores,
discuten temas y problemas comunes, y trabajan de manera cooperativa. Evidentemente, el trabajo
colegiado implica espacios y tiempos reservados específicamente para esto en el lugar de trabajo y en el
programa de formación/capacitación, tanto en el medio escolar como en los programas no-formales.
Auto-estudio: La noción de aprendizaje está fuertemente asociada a la de enseñanza,
escuela y educadores. Educar para el auto-estudio, para el aprendizaje autónomo, constituye una seria
deficiencia en el sistema escolar y en la formación de educadores, tanto inicial como en servicio. Por eso
la necesidad de desarrollar hábitos de estudio entre los educadores, así como de reforzar los
programas a distancia con frecuente interacción personal y con seguimiento continuo.
Aprendizaje activo y entretenido también para los educadores: Tradicionalmente se ha pensado en
el juego y el entretenimiento como necesidades del mundo infantil, no para el mundo adulto. Sin
embargo, ambos, educadores y educandos, necesitan disfrutar del aprendizaje. El juego, la risa, la
música, la danza, deberían ser parte de cualquier programa de formación de educadores, tanto en el
sistema formal como en las modalidades no-formales.
Seguimiento v evaluación: La Década de la Alfabetización promueve que las iniciativas
provengan y sean desarrolladas por los propios países, a partir de planes de acción específicos
elaborados por estos. De este modo, el seguimiento y la evaluación de la Década a nivel global plantea el
desafio de celebrar la diversidad en el marco de una visión y un marco unificado.
La Década de la Alfabetización será una oportunidad para encarar algunas debilidades y
tareas pendientes del campo de la alfabetización, tales como la construcción de categorías e
indicadores más adecuados y confiables. El índice de alfabetización de cada país, por décadas
reducido a la dicotomía analfabetismo/ alfabetización, debe ser ampliado a fin de incorporar otros
indicadores relacionados, como por ejemplo: matrícula escolar, retención y conclusión de la educación
pre-escolar y primaria; resultados y niveles de aprendizaje de la alfabetización en la escuela y en los
programas para jóvenes y adultos al margen de la escuela; acceso a periódicos, materiales impresos y
bibliotecas; acceso a computadora, correo electrónico e Internet; etc.
Afinar las estadísticas relacionadas con la alfabetización es una necesidad primordial y un
desafio en sí mismo. Pasos concretos que pueden tomarse a nivel global, regional, nacional y local
incluyen:
- Utilización plena de los censos nacionales de población de los años 2000 y 2010 para
recoger información amplia en torno al analfabetismo por grupos de edad y por género para toda la
población.
- Uso de la muestra de hogares y los sondeos demográficos para recolectar información
adicional en torno al analfabetismo adulto.
- Introducción de tests para medir diversos niveles de alfabetización durante los censos y sondeos
demográficos a fin de mejorar la calidad de las estadísticas en torno a la alfabetización a través de:
a) desarrollar y diseminar metodologías, instrumentos y guías operativas de evaluacn de la
alfabetización;
b) generar un compromiso nacional para organizar actividades de medición involucrando al
Estado, las universidades, las ONGs, y la cooperación internacional;
c) promover análisis sistemáticos de los resultados de evaluación en relación con las
características de los individuos, el hogar y la comunidad, a fin de identificar los factores críticos y
las medidas necesarias para asegurar la alfabetización universal.
- Establecimiento de mecanismos y bases de datos para el seguimiento de la alfabetización a
nivel internacional, regional, y nacional.
- Estudios de seguimiento longitudinal de la población neo-alfabetizada.
Documentación e investigación: Muy poco de lo hecho en el campo de la alfabetización a nivel
mundial, tanto dentro como fuera del aparato escolar, ha sido objeto de documentación y sistematización.
Esto es cierto tanto para los fracasos como para los éxitos, tanto para las experiencias tradicionales como
para las innovadoras. A menudo, las afirmaciones en torno al "fracaso" o "éxito" de los programas y
campañas de alfabetización de adultos en los países en desarrollo se basan en información
anecdótica o constituyen generalizaciones hechas a partir de unos pocos estudios de caso. Documentar y
sistematizar críticamente las experiencias pasadas y presentes debe por ello constituir una prioridad de
esta Década de la Alfabetización. No únicamente a fin de compartir dichas experiencias y aprendizajes
con otros sino como una actividad formativa en sí misma y componente esencial del desarrollo
profesional e institucional.
La investigación es una deuda mayor, particularmente en el campo de la alfabetización de
jóvenes y adultos. La ausencia de experiencia documentada y de investigación generada a nivel
local/nacional refuerza las condiciones para la continua importación de teorías y modelos que a
menudo han sido pensados para, y desarrollados en, contextos sociales y culturales muy diferentes, y
bajo circunstancias también diferentes.
Mientras que el campo de la alfabetización infantil ha desarrollado un importante cuerpo de
investigación en las últimas tres décadas, nada similar ha ocurrido en el campo de la alfabetización
de jóvenes y adultos. Esto es atribuible a los recursos marginales que usualmente se asignan a este
campo, pero también a la mala calidad y falta de relevancia de la investigación que a menudo se
produce en su interior. Fortalecer y desarrollar la capacidad local de investigación debe por ello ser parte
de la agenda de la Alfabetización para Todos, así como generar nuevos tipos de alianzas entre
universidades, ONGs y comunidades locales.
Intercambio de información, conformación de redes v cooperación Norte-Sur y Sur-Sur: El intercambio de
información y la conformación de redes se han expandido considerablemente gracias a las nuevas
tecnologías de la información y la comunicación. No obstante, el acceso a estas tecnologías es
todavía un sueño para la población analfabeta y, en general, para la comunidad de agentes vinculados a
los programas de alfabetización de jóvenes y adultos. Asimismo, el acceso a las computadoras y el
Internet se ha expandido en los últimos años dentro del sistema escolar, pero está lejos de cubrir la
totalidad de las escuelas en la mayoría de países en desarrollo.
Así, al mismo tiempo que es indispensable democratizar y aprovechar lo mejor posible tales
nuevas tecnologías, el intercambio de información y la conformación de redes debe continuar
dependiendo fuertemente de la comunicación cara a cara y de las tecnologías 'y medios convencionales
de información y comunicación. También estos deben, por tanto, ser mejorados y su potencial aprovechado
al máximo.
Las relaciones Norte-Sur continuarán siendo importantes. No obstante, probablemente la
mejor contribución que el Norte puede hacer al Sur en el marco de esta Década de la Alfabetización en
términos de información y comunicación es ayudar a los países en desarrollo a fortalecer la
comunicación, el intercambio y la cooperación Sur-Sur.
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