terior, cuando llegó a la velocidad de
41,3 km/h fue el primer récord de
velocidad reconocido por la FAI.
Mercado lucrativo. En 1907, varios in-
ventores ya habían realizado sus demostraciones
y, durante el año siguiente, cuando el avión ya
volaba y hacía maniobras en el aire, hubo una
trasformación en la idea del vuelo. Si antes, el
despegue por sus propios medios sin cualquier
ayuda externa, era una condición esencial
que probaba que sería posible construir un
avión; después de los avances obtenidos
en esos primeros años lo que pasó a
ser de interés fue la permanencia en
el aire y la distancia alcanzada. En
ese momento, aparecieron en el
escenario los hermanos Wright,
con su Flyer III, un avión total-
mente diferente del primer Flyer,
de 1903, reivindicando la pri-
macía. Pero otros intereses estaban
en juego y, particularmente, cuestio-
nes nacionalistas pasaron a construir
una nueva versión de los hechos. Final-
mente, el avión generó un mercado muy
lucrativo.
Reloj pulsera. Santos Dumont poseía
un gran genio inventivo. Fue en una con-
versación con el dueño de una de las más
importantes empresas de relojes, Louis
Cartier (1875-1942), que nació la idea
de crear el reloj pulsera para facilitar la
medición del tiempo en vuelo. No que
antes no hubiesen sido fabricados otros
relojes pulsera, pero el Cartier Santos, un mode-
lo sofisticado, usado por una personalidad del
porte de Santos Dumont, despertó el interés de
una sociedad ávida de novedades.
Escalones alternados. Su casita en Petró-
polis, La Encantada, construida en 1918, es otro
ejemplo de su capacidad de creación. Se entraba
por una escalera muy empinada pero confor-
table para subir. Santos Dumont la construyó
con escalones alternados, facilitando la subida.
El primer escalón obliga al visitante a usar el
pie derecho. ¿Lo habrá hecho a propósito?
Vista con una mirada ingenua, parece ser im-
posible que alguien viva en ella. Pero la casa es
su lugar de reposo y retiro. Un espacio reservado.
Al otro lado de la “rua do Encanto”, aún existe
la casa en la cual vivían sus empleados.
Historias y fantasías. Alrededor de San-
tos Dumont existen historias, fantasías
y hechos aún poco conocidos, como
sus relaciones con las estadouni-
denses Lurline Spreckels en 1903
o Edna Powers, que aparece como
su novia el año siguiente.
O Yolanda Penteado... ya
en la década de 1920.