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a la luz en una excavación, fuese reconocida como imposible, será aconsejable, más bien
que destinarlas a la destrucción enterrarlas nuevamente, después, naturalmente de
haber hecho levantamientos precisos.
Es evidente que la técnica de excavación y de conservación de restos impone la
estrecha colaboración entre el arqueólogo y el arquitecto. En cuanto a los otros
monumentos, los expertos, reconociendo que cada caso se presenta con características
especiales, se han encontrado de acuerdo en aconsejar que antes de cualquier obra de
consolidación o de parcial restauración se haga una escrupulosa investigación acerca de
la enfermedad a la cual se va a poner remedio.
5. Los expertos escucharon varias comunicaciones relativas al empleo de materiales
modernos para la consolidación de los edificios antiguos, y han aprobado el empleo
juicioso de todos los recursos de la técnica moderna, muy especialmente del concreto
armado.
Expresan la opinión de que normalmente estos medios de refuerzo deben estar
disimulados para no alterar el aspecto y el carácter del edificio a restaurar; y
recomiendan el empleo de dichos medios, especialmente en los casos en que aquellos
permiten conservar los elementos “in situ”, evitando los riesgos de la destrucción y de la
reconstrucción.
La Conferencia constata que en las condiciones de la vida moderna los monumentos del
mundo entero se encuentran más amenazados por los agentes externos; si bien no
pueden formular reglas generales que se adapten a la complejidad de los distintos casos
recomienda:
1. La colaboración en cada país de los conservadores de monumentos y de los
arquitectos con los representantes de las ciencias físicas, químicas y naturales para
lograr resultados seguros de cada vez mayor aplicación.
2. La difusión por parte de la Oficina Internacional de Museos de estos resultados,
mediante noticias sobre los trabajos emprendidos en los varios países y mediante
publicaciones regulares.
La Conferencia considera, en referencia a la conservación de la escultura
monumental, que el traslado de esas obras fuera del contexto para el cual fueron creadas
debe considerarse, como principio, inoportuno. Recomienda, a modo de precaución, la
conservación de los modelos originales cuando todavía existen y la ejecución de copias
cuando estén faltando.
7. La Conferencia recomienda respetar, al construir edificios, el carácter y la fisonomía de
la ciudad, especialmente en la cercanía de monumentos antiguos, donde el ambiente
debe ser objeto de un cuidado especial. Igualmente se deben respetar algunas
perspectivas particularmente pintorescas. Objeto de estudio, pueden ser también las
plantas y las ornamentaciones vegetales adaptadas a ciertos monumentos o grupos de
monumentos para conservar el carácter antiguo.
La Conferencia recomienda sobre todo la supresión de todos los anuncios, de toda
superposición abusiva de postes e hilos telegráficos, de toda industria ruidosa e intrusa,
en la cercanía de los monumentos artísticos e históricos.
8. La Conferencia emite el voto:
1. Que todos los Estados, o bien las instituciones creadas en ellos y reconocidas
como competentes para tal fin, publiquen un inventario de los monumentos
históricos nacionales, acompañado por fotografías y notas.
2. Que cada Estado cree un archivo donde se conserven los documentos relativos
a los propios monumentos.
3. Que la Oficina Internacional de Museos dedique en sus publicaciones algunos
artículos a los procedimientos y a los métodos de conservación de los
monumentos históricos.
4. Que la misma Oficina estudie la mejor difusión y el mejor uso de las
indicaciones de los datos arquitectónicos, históricos y técnicos así recabados.
9. Los miembros de la Conferencia, después de haber visitado en el curso de sus trabajos
y de las giras de estudio realizadas, algunas de sus principales excavaciones y algunos de
los monumentos antiguos de Grecia, rinden homenaje unánime al Gobierno griego, que
desde hace muchos años, además de asegurar por su parte la realización de trabajos