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La observación de la enseñanza y de la divulgación científica permite
distinguir tres tradiciones principales”: (GIORDÁN, 1975, P. 5);
La Transmisión Frontal de los Conocimientos
(La más generalizada y la más antigua). Cada etapa presenta un
contenido particular, distribuido en un programa de enseñanza o
en un cuadro de objetivos. La suma de éstos constituye el saber
que hay que adquirir. En este tipo de enseñanza o de divulgación,
la relación es lineal entre el docente, depositario de un saber, que
realiza una exposición, cada vez con mayor tendencia a la
ilustración, y el alumno es el que recibe este saber. En el museo
prevalece también la exposición libresca o la presentación en un
medio de comunicación. En cada ocasión, alguien que se tiene
por "sabio" vierte un contenido de conocimientos definidos a
priori sobre un simple receptor. En la escuela, esta transmisión
de informaciones viene reforzada por el correspondiente esfuerzo
de memorización. La pedagogía de la transmisión se basa en el
empirismo, con una larga tradición que se remonta hasta Locke
(1693).
Entrenamiento promovido al rango de principio de aprendizaje
(en años cincuenta).
Las propuestas escogidas, del tipo estímulo - respuesta,
descansan sobre las ideas de "condicionamiento" y de "refuerzo".
El docente, o más a menudo el inspirador del programa, analizan
los comportamientos cuyos encadenamientos expresan las
competencias que hay que adquirir. Después, elabora preguntas
que pueden provocar su manifestación y empareja las respuestas
del alumno con los estímulos de refuerzo, aprobadores o
reprobadores. En el plano práctico, esta tradición se presenta
como la pedagogía del ejercicio. En los museos, la tendencia que
llamaríamos "apriete el botón" ha sido muy favorecida. Esta
enseñanza programada ha cobrado un nuevo auge con el
desarrollo de la informática. Esta segunda pedagogía fue fundada
por el conductismo (Holland y Skinner, 1961; Skinner, 1968).
La Pedagogía del Descubrimiento" o también "La Pedagogía de la
Construcción".
Esta sigue las necesidades espontáneas y los intereses de los
|alumnos. Proclama su libre expresión, su creatividad y su "saber
ser". Da primacía al descubrimiento autónomo y a la importancia
de los tanteos en un proceso de construcción iniciado por el
alumno. En el plano teórico, la construcción del saber se opera
dejando un amplio margen a la acción de los alumnos, lo que en
el plano práctico podría ser discutible. Esta tercera pedagogía se
ha desarrollado en el marco de la psicología constructivista. De
hecho, deberíamos hablar más bien de constructivismos, pues
esta corriente ofrece numerosas variantes. Algunas ponen el
acento en las asociaciones (Gagné, 1965, 1976; Bruner, 1966),
otras en los "puentes cognitivos" (Ausubel1968), otras en "la
asimilación y la acomodación" (Piaget e Inhelder, 1966; Piaget,
1967), y otras aún en las coacciones (Doise, 1975, 1985; Perret
Clermont, 1979, 1980) o en las interacciones (Giordán, 1978)