Historia de Aguas Profundas
aparentemente interminables ejércitos contra todo aquello que se interponía en su camino. Algún que otro enclave
de elfos se resistió, pero este desplazamiento hacia el sur obligó a muchos habitantes del norte a trasladarse,
incluyendo a los “sempiternos” (trolls) que descendieron a las tierras recientemente desarboladas situadas al
noreste del Fuerte de Nimoar, hoy en día conocidas como el Páramo de los Trolls. Nimoar murió a avanzada edad
durante esos tiempos de peligro creciente. Otros Señores de la Guerra más jóvenes acaudillaron a los hombres de
Aguas Profundas (nombre que le habían dado los capitanes de barcos al puerto por su profundidad) en las batallas
contra los trolls. Durante una década, se produjeron numerosas batallas sangrientas entre hombres y trolls, hasta
que la magia de un joven del norte llamado Ahghairon cambió el curso de la guerra en contra de los trolls,
quedando los “sempiternos” destruidos o esparcidos. Ahghairon adquirió paulatinamente a lo largo de los años
más habilidades y poder, hasta que llegó a convertirse en un gran mago. Descubrió una serie de pociones para la
longevidad (o aprendió el arte de su elaboración) y así siguió viviendo década tras década en plena forma física.
Temiendo más ataques, los hombres de Aguas Profundas erigieron una pequeña torre en las colinas del
Monte Aguas Profundas, situado por encima de sus granjas, desde donde podían lanzar flechas de fuego para
defenderse de los ataques de los trolls. Muchas tribus remotas, que habían venido al asentamiento para protegerse
de los trolls, se quedaron y ampliaron los muros en varias ocasiones con nuevas granjas. Los Señores de la Guerra
gobernaban la Ciudad Libre de Aguas Profundas, manteniéndola independiente y cada vez más próspera con el
paso del tiempo.
Era II, Comienzo del Reinado de los Señores
Cuando ya había cumplido 112 inviernos, Ahghairon tuvo grandes desavenencias con Ráurlor, en aquel
entonces Señor de la Guerra de Aguas Profundas. Ráurlor pretendía aprovecharse de la riqueza adquirida por la
ciudad y de su potente fuerza armada para crear un imperio en el norte del que Aguas Profundas sería la capital y
él mismo su gobernante. Con este propósito, Ráurlor reunió a sus ejércitos. Ahghairon lo desafió ante todo el
pueblo y Raurlor ordenó que encadenaran al mago. Ahghairon utilizó su magia para fulminar a todo aquel que se
atrevió a ponerle las manos encima. Ráurlor, enfurecido, le asestó un golpe con su propia espada. El mago se
elevó por los aires, fuera de su alcance; el Señor de la Guerra intentó asestar varias cuchilladas a los pies del
mago, que se iba elevando, pero en este instante el mago hizo un gesto con su mano y la espada de Ráurlor se
convirtió en una serpiente siseante que le mordió inmediatamente. El Señor de la Guerra murió envenenado ante
la estupefacción de todos los allí presentes. A continuación, Ahghairon ordenó reunir a todos los capitanes del
ejército de Aguas Profundas, así como a los miembros más ancianos de las familias. Mientras que los mensajeros
corrían en su busca para traerlos al castillo, Ahghairon mandó prender fuego al trono para que nadie pudiera
ocuparlo. Las llamas rugían y chisporroteaban alrededor del trono vacío del Señor de la Guerra. Después, el mago
hizo un ademán con la mano y las llamas desaparecieron como si nada hubiera sucedido, quedando el trono
intacto. Ahghairon ocupó el asiento, se autoproclamó el primer Señor de Aguas Profundas y dijo que a partir de
aquel momento la sabiduría y no la fuerza armada reinaría en la ciudad. Nombraría a algunos ciudadanos Señores
para que gobernasen junto a él en secreto, de tal forma que cuando apareciesen ante los demás ciudadanos nadie
conociese su identidad. Gozarían de la misma autoridad que él y no estarían sometidos a ningún tipo de coerción,
ni siquiera de su parte. Estos Señores procederían de todos los estratos sociales de la ciudad y podrían ejercer el
cargo el tiempo que deseasen.
Los ciudadanos estuvieron conformes y durante dos siglos Ahghairon reinó en Aguas Profundas junto a
los Señores desconocidos. A lo largo de los años, los Señores enmascarados constituían un grupo de cinco, seis o
siete miembros que apenas hacían acto de presencia ni declaración alguna. Se murmuraba que eran los sirvientes
de Ahghairon o que incluso eran autómatas mágicos bajo las órdenes del Viejo Mago. A pesar de todo, la justicia
de Ahghairon era rápida y ecuánime, sus leyes eficientes y su escolta amable e igualmente dispuesta tanto para
prestar ayuda como para asegurar el cumplimiento de las leyes. Así pues, todos los ciudadanos estaban
satisfechos. Fueron años de paz y prosperidad. El norte se abrió a los humanos. Los caminos construidos bajo el
mandato de Ahghairon sirvieron para comunicar toda la región, desde las ruinas del “Reino Caído”, que habían
sido destruidas por los ataques de diversas razas de trasgos antes de que la presencia de los humanos llegara a ser
numerosa en el norte, hasta las ciudades que más tarde se convertirían en Amn. Aguas Profundas se multiplicó
por cinco tanto en tamaño como en riqueza. Atraídas por el dinero, las gentes de otros reinos empezaron a venir a
la “Corona del Norte” y entre ellos muchos ladrones, estafadores y rufianes. De pequeños hurtos se pasó a
grandes estafas realizadas por impostores que se hacían pasar por artesanos. Cuando estas noticias llegaron a
oídos de Ahghairon, éste convocó una reunión de todos los mercaderes más antiguos, llamados “los Nobles”, y
les propuso que formaran gremios tal como se hacía en el lejano sur para vigilar a los posibles impostores de cada
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