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La política exterior argentina en el marco de la integración regional
2 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
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DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Rafael Bielsa
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Rafael Bielsa
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n un pasaje de su formidable estudio sobre La Condición Humana,
Hannah Arendt afirma: “la grandeza del homérico Aquiles sólo puede
entenderse si lo vemos como el agente de grandes acciones y el orador de
grandes palabras”.
La acción es, en Arendt, el momento en el que los hombres desarrollan
aquella capacidad que les es más propia: la de ser libres. Y la libertad no viene
dada por la mera posibilidad de optar entre cursos de acción alternativos sino
por la capacidad de iniciativa, de trascender lo dado y comenzar algo nuevo.
La acción, nos recuerda la autora, “crea la condición para el recuerdo, esto es,
para la historia”.
Acción y libertad nos conducen a una interpretación sobre el poder. Desde
la perspectiva que nos ofrece Arendt, el poder no es un recurso que los hombres
puedan ejercer en solitario sino un atributo relacional – la capacidad de actuar en
común – y su condición de posibilidad es la pluralidad. De tal modo, lo fundamental
La política exterior
argentina
en el marco de la
integración regional
Rafael Bielsa
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Ministro de las Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la República Argentina
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del poder no es la instrumentalización de una voluntad ajena para el logro de los
propios fines sino la formación de una voluntad común en una comunicación
orientada al entendimiento. Por eso la política se hace fundamentalmente con
palabras.
¿Qué valor tienen estas referencias al hablar de la política exterior de la
Argentina en el marco de la integración regional? Creo que, fundamentalmente,
permiten delimitar un campo epistemológico para enmarcar el accionar
internacional del país.
Me explico. En un mundo en el que se han acentuado la incertidumbre,
los riesgos y las asimetrías, movernos con seriedad dentro de los márgenes de
autodeterminación existentes requiere del fortalecimiento de la cooperación,
de la solidaridad y de la concertación de posiciones con países con los cuales
compartimos intereses, valores y visiones. En un espacio global
interdependiente, la capacidad de actuar de manera concertada – de obrar en
común – en una lógica de suma positiva, es un recurso de poder que debemos
ser capaces de aprovechar y de maximizar.
La política exterior de la democracia
Resulta ser un tópico común en algunos ámbitos académicos y
periodísticos el de resaltar más las rupturas que las continuidades al analizar la
política exterior argentina a lo largo de la historia nacional.
Podemos decir que las rupturas que experimentó la política exterior
argentina fueron las mismas que sufrió la propia vida del país mientras fue
presa de los vaivenes dictatoriales y que, inversamente, encontramos en los
gobiernos constitucionales – con sus matices y énfasis – un hilo conductor
pacifista, latinoamericanista y respetuoso del derecho internacional que el
gobierno del Presidente Néstor Kirchner está empeñado en profundizar.
Hasta 1976, el siglo XX argentino estuvo marcado por las luchas del
pueblo por la conquista de sus derechos políticos, sociales y económicos,
canalizadas principalmente por los grandes partidos políticos y por los
gobiernos populares, y obstaculizadas por los quiebres constitucionales
provocados por los golpes de Estado. Resultaría banal advertir la gravitación
que las circunstancias externas y los sistemas de ideas imperantes en el mundo
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poseyeron en los sucesos nacionales, si no fuera necesario remarcar la influencia
que la era de la Guerra Fría tuvo en los países del Cono Sur.
La última dictadura militar – el autoproclamado “Proceso de
Reorganización Nacional” (1976-1983) – llevó al paroxismo la premisa de
eliminación del “enemigo ideológico”. La consigna “el Proceso tiene objetivos
pero no plazos” rompió con un sobreentendido aceptado hasta entonces,
respecto de que los golpes de Estado instalaban gobiernos transitorios hasta
una nueva convocatoria electoral, una vez impuesto el “orden” deseado. En
esta oportunidad, no se trató sólo de sojuzgar los derechos políticos de los
ciudadanos sino de instrumentar una deliberada política de exterminio físico.
La cuestión de los derechos humanos se volvió, entonces, consigna y dolor en
la Argentina.
La Junta Militar, al tiempo que eliminaba al “enemigo interno”, exacerbó
la existencia de potenciales enemigos externos, no ya ideológicos sino
territoriales, echando mano a un nacionalismo demagógico y anacrónico para
el cual las hipótesis de conflicto bélico con los países limítrofes eran necesarias.
De tal modo, así como la dictadura arrasó con las modalidades de expresión,
organización y participación de la sociedad civil, también desmanteló las
políticas de cooperación con los países vecinos características de los gobiernos
constitucionales pasados.
A partir de una muy mala lectura de la situación y de las alianzas
internacionales, fue una guerra la medida elegida por el gobierno militar ya
debilitado para intentar fortalecerse. La derrota de Malvinas desgarró el surco
abierto el 30 de marzo de 1982 por el pueblo que, después de años de opresión
y de silenciamiento, marchó hacia la histórica Plaza de Mayo reclamando sus
derechos.
1
La referencia a la última dictadura militar nos permite situar mejor la
política exterior argentina de la etapa democrática y, sobre todo, valorizar los
logros alcanzados durante estas dos décadas. Junto a la plena vigencia de las
libertades constitucionales, la Argentina fue afianzando una serie de principios
vinculados con la política exterior que hoy sostenemos con orgullo y firmeza.
1
Esta fue la primera movilización popular masiva contra la dictadura militar, convocada por la CGT y organismos
de derechos humanos, en reclamo de “paz, pan y trabajo”.
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Me refiero, en particular, a la afirmación de la democracia y el respeto
irrestricto de los derechos humanos como valor esencial; al compromiso con
la paz, la seguridad, el desarme, la no proliferación de armas de destrucción
masiva y la condena del narcotráfico y del terrorismo internacional con estricto
apego a las decisiones emanadas del Consejo de Seguridad de las Naciones
Unidas; así como a la prioridad otorgada a la integración regional, en particular
al Mercosur, al que hoy concebimos como un proyecto político y estratégico
de vasto alcance y no sólo como un bloque comercial.
En el marco de una política exterior comprometida con la paz y el
multilaterismo quiero manifestar la voluntad de continuar con los esfuerzos
pacíficos para la recuperación de las Islas Malvinas, generando acciones
tendientes a preservar y reafirmar los derechos soberanos argentinos en las
Islas y en los espacios marítimos circundantes, tanto en el nivel bilateral como
multilateral. La recuperación del ejercicio pleno de la soberanía, respetando
los intereses de los habitantes de las islas y de conformidad con el derecho
internacional, es un objetivo irrenunciable del pueblo argentino y una política
de Estado continuada por el actual Gobierno.
En ese mismo marco austral nos comprometemos a proteger los intereses
de la comunidad internacional en la Antártida asegurando que las actividades
allí desarrolladas sean compatibles con el Tratado Antártico y con el protocolo
de Madrid sobre preservación del medio ambiente. En este sentido, estamos
impulsando acciones en los foros correspondientes para lograr la instalación
de sus autoridades y el funcionamiento de la Secretaría del Tratado Antártico
en su sede fijada de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
El actual gobierno argentino quiere ser consecuente con lo mejor de
nuestros principios y nuestras tradiciones de política exterior, y hacerlos
coherentes con los intereses de la nación. A mi modo de ver, esta coherencia
se construye promoviendo en el plano internacional los mismos valores de
democracia, igualdad, libertad, justicia social y participación que sostenemos
en el plano interno, en una suerte de juego de espejos.
Así, el afianzamiento y modernización de las instituciones democráticas
nacionales se corresponde con el fortalecimiento y actualización de los
organismos internacionales; el principio de la igualdad entre los ciudadanos,
con la necesaria igualdad entre los Estados; el objetivo de lograr mayores niveles
de bienestar y de equidad social, con el derecho de acceder a los mercados
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internacionales sin subsidios ni competencia desleal; la cohesión social, con la
integración regional; la solidaridad social, con la solidaridad latinoamericana;
la defensa de los derechos humanos, con el rechazo de los fundamentalismos
de cualquier signo; el resguardo de la paz y la seguridad interior, con la enérgica
condena del terrorismo y la consolidación de la zona de paz en nuestra región.
La posición argentina frente al orden internacional
Transitamos una de esas épocas en las que la humanidad busca un nuevo
rumbo, desvanecidas las razones que le habían hecho adoptar el anterior.
Hace poco más una década, la caída del muro de Berlín inauguraba una
post Guerra Fría que traía consigo la promesa de construir un orden mundial
más equilibrado, justo y plural. La cooperación primaría sobre el conflicto
entre las naciones y la atención a la problemática socioeconómica desplazaría
a las tradicionales cuestiones de defensa y seguridad en la política internacional.
La utopía del llamado fin de la historia – aún con las vivas controversias que
en su momento despertó – expresaba, de alguna manera, la euforia propia del
clima de época en cuyo marco la formulación de aquella tesis fue posible. El
orden de la post Guerra Fría, sin embargo, no se vio librado de guerras y
conflictos.
Los ataques del 11 de septiembre de 2001, por su dimensión y su
organización, dieron una relevancia inédita al peligro terrorista y pusieron de
manifiesto la vulnerabilidad de todos los países que integran la comunidad
internacional. La originalidad de la forma de ataque y, por cierto, el blanco
elegido, confirmaron ese día la verdadera proporción del peligro, reinstalando
la agenda de la seguridad en la cima de la política internacional.
Los argentinos experimentamos ese peligro de la manera más trágica
durante 1992 y 1994, cuando estallaron en Buenos Aires los brutales atentados
a la Embajada de Israel y a la Asociación Mutual Israelita Argentina (Amia).
Trabajadores, comerciantes, niños rumbo a la escuela: muertos sin poder prever,
sin poder entender. Podríamos decir, como Sören Kierkegaard, que en nuestros
pechos anidó una opresión, un temor que adivinó un terremoto.
En el actual escenario internacional, tanto el terrorismo como la violación
de los derechos humanos, las masacres asociadas al conflicto armado o la
proliferación de armas de destrucción masiva nos obligan a mantener una
posición activa y jamás de indiferencia ante estos flagelos, pero siempre desde
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la estricta observancia del derecho internacional y de los principios consagrados
en las Cartas de la ONU y de la OEA.
Somos plenamente conscientes de que los actores y las circunstancias
que dieron origen, después de la Segunda Guerra Mundial, a la creación de
organizaciones multilaterales han cambiado, pero ¿cómo olvidar el peligro
encarnado por los proyectos desmesurados y la opresión que éstos implican
para derechos humanos tan elementales como el derecho a la vida, a profesar
una religión, a expresar distintas ideas políticas? La gran lección del siglo XX
– y sería de esperar el gran aprendizaje – consiste precisamente en no olvidar
y no repetir las tragedias que sacudieron a la humanidad.
La Argentina reconoce en el multilateralismo y en la vigencia de una
efectiva cooperación internacional la única posibilidad de construir un mundo
más pacífico, solidario y racional. Entendemos que en el actual escenario
internacional no existe un sustituto de Naciones Unidas capaz de legitimar
medidas ante amenazas a la paz y la seguridad internacionales. Sólo la acción
concertada de la comunidad internacional podrá dar las respuestas adecuadas.
Sólo la acción multilateral podrá ser efectiva y sostenida en el tiempo, porque
otorga legitimidad a la respuesta y logra el respaldo de la opinión pública
internacional. El Consejo de Seguridad debe cumplir su papel clave en la
adopción de medidas eficaces en situaciones que pueden evolucionar hacia
una amenaza a la paz y a la seguridad internacionales. Creemos por ello en la
necesidad de fortalecer el Consejo de Seguridad, y pensamos que es necesaria
su reforma para hacerlo más democrático, equitativo, representativo y
transparente en su toma de decisiones.
Pero nuestra visión presupone, además, que existe una dialéctica compleja
que vincula los problemas del orden mundial y de la seguridad con las
posibilidades de profundizar la democracia, el desarrollo y la paz.
Hemos aprendido de la historia cómo los fundamentalismos de diverso
tipo y los proyectos hegemónicos terminan llevándose por delante la libertad,
los derechos humanos más elementales y, sobre todo, la paz. Hoy esa paz no
es sólo la antítesis del conflicto bélico, es también una ausencia para aquellos
que sienten terror y quienes padecen hambre. Por ello sostenemos que es
necesario fortalecer a la Organización de las Naciones Unidas para dotarla de
mayor efectividad, demandar mayor equidad a la Organización Mundial del
Comercio y exigir mayor democracia al Fondo Monetario Internacional.
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Ante este escenario, la Argentina, junto a los países de Mercosur está
construyendo nuevas relaciones y alianzas. La estrategia se basa en crear redes
y asociaciones políticas y económicas para ampliar el espacio de negociación y
enriquecerlo con nuevas opciones viables de cooperación y desarrollo,
contribuyendo de esta manera a la gradual aparición de un sistema multipolar.
Ampliar la cooperación entre Asia y América latina es un paso efectivo en esa
dirección.
Distintas razones de carácter histórico, geopolítico y cultural han conducido
a que la Argentina no prestara la atención debida al enorme desarrollo alcanzado
por muchos países de Asia durante las últimas décadas del siglo XX. Explicar
dicha conducta no resulta fácil. Los argentinos hemos tenido dificultades para
interpretar ciertos procesos históricos, económicos y políticos que por lejanías
geográficas y culturales nos han parecido ajenos. La Argentina, tradicionalmente,
ha privilegiado sus relaciones con los países del hemisferio y con los de Europa
occidental, dejando dos tercios del mundo prácticamente fuera de nuestra
percepción y sin iniciativas relevantes de nuestra parte. Conocemos el papel
protagonista que está alcanzando Asia en los asuntos internacionales, en los
cuales China, Japón e India ocupan un lugar relevante. Sin embargo no hemos
sido capaces, hasta ahora, de incorporar ese conocimiento en la formulación y
práctica de nuestra política exterior.
En consonancia con este modo de concebir la realidad mundial, la Argentina
está empeñada en ocupar con postura propia, discreta pero sólida, prudente
pero profesional, todas las sillas disponibles en el concierto internacional.
Dicha postura ha quedado demostrada, por ejemplo, en la posición que
asumimos, junto a Brasil y otros países del G-X, en la Quinta Conferencia
Ministerial de la OMC, que tuvo lugar en septiembre 2003 en Cancún, donde
peleamos por la constitución de un sistema mundial de comercio abierto, sin
subsidios ni barreras que obstaculicen a los países en desarrollo la posibilidad
de generar ingresos en condiciones de equidad. A pesar de los resultados del
encuentro realizado en Cancún, la Argentina reivindica la negociación en ese
ámbito y a la Organización Mundial del Comercio como un espacio multilateral
que, al permitir una participación plural y democrática de todos sus miembros,
constituye la vía más conducente para alcanzar acuerdos equilibrados.
También la Conferencia Especial sobre Seguridad Hemisférica que se realizó
en octubre de 2003 en México enfatizó las virtudes de los escenarios multilaterales
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como espacios aptos para analizar las circunstancias y los problemas que preocupan
y afectan a sus distintos miembros. En dicho foro se debatió extensamente el
concepto de seguridad, superando la noción tradicional y estrecha vinculada a la
defensa, para dar paso a una percepción multidimensional que abarca aspectos
relacionados con la pobreza, la enfermedad, los obstáculos para alcanzar el desarrollo
y otros tantos que podemos asociar directamente con el bienestar y la seguridad
humanas.
Entendemos la seguridad humana como un componente del concepto
del desarrollo humano, concepto que ha estado en el centro de la agenda de la
cooperación internacional desde hace dos décadas aunque no estrictamente
relacionado con la “seguridad”. El desarrollo humano incluye sin ambigüedades
ni discusiones lo que consideramos esencial: la lucha contra el hambre, el
analfabetismo, la exclusión, la ignorancia, presupuestos propicios donde se
generan las condiciones para la proliferación del terrorismo internacional o de
la aparición de violentos y masivos procesos de auténticas migraciones
nacionales, con su consecuente impacto cultural, social y económico.
Sabemos cabalmente que, en la negociación entre un fuerte y un débil, la
libertad sin reglas favorece al fuerte, y que sólo el derecho es la posibilidad del
débil. De tal modo, también en el plano comercial trabajamos por el fortalecimiento
de un multilateralismo que se haga cargo de las asimetrías y de la necesidad de
flexibilidad.
Nuestra posición no consiste en proponer que del día a la noche se reduzcan
a cero los subsidios al agro de los países más desarrollados, pero exigimos al
mercado la mismas señales que nos exigimos a nosotros mismos: las señales de
que el sentido de dirección se alinea con el crecimiento con equidad.
Negociaciones comerciales
Desde la Cancillería argentina, estamos actuando simultáneamente en
diversos frentes de la negociación comercial.
Por una parte, hemos encarado negociaciones birregionales, como
Mercosur, con la Unión Europea y con la Comunidad Andina de Naciones;
además de las que se desarrollan bajo el formato 4+1. Por otra parte, estamos
participando activamente en las negociaciones hemisféricas que tienen el
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propósito de constituir el Área de Libre Comercio de las Américas. Asimismo,
seguimos siendo un negociador activo y constructivo en el marco multilateral,
en la OMC. Y ello sin descuidar las negociaciones bilaterales, que persiguen el
objetivo de permitirnos acceder a mercados potencialmente importantes para
las exportaciones argentinas.
Antes de mencionar algunas de las acciones específicas que hemos venido
desarrollando, deseo enfatizar que no participamos en estas instancias para
reivindicar principios o ideas que demandan otros ámbitos, así como no somos
partidarios de llevar las metáforas bélicas al escenario del comercio internacional.
Nuestro objetivo es proteger y promover mejor los intereses colectivos y
obtener resultados que nos permitan generar riqueza; esa riqueza que debe ser
adecuadamente distribuida para que nuestros compatriotas que hoy sufren
privaciones y padecen necesidades tengan un futuro en que confiar y vuelvan
a percibir a la movilidad social ascendente que caracterizó a la Argentina forjada
por criollos e inmigrantes como una realidad concreta y cotidiana.
Desde nuestra perspectiva, no hay marcos buenos o malos de negociación
sino que hay buenos o malos negociadores que dan a las rondas de comercio
el adjetivo que terminan mereciendo. Por esta razón, descreemos de las falsas
dicotomías como “Alca versus Mercosur”. Está claro que nuestro paradigma
es integración o intrascendencia, porque nuestro destino es latinoamericano y,
por lo tanto, tenemos que privilegiar el fortalecimiento del bloque cercano.
Pero eso no significa que dejemos de negociar en el Área de Libre Comercio
de las Américas o en el marco de la OMC.
En lo relativo a las negociaciones birregionales, a comienzos del 2003 el
Mercosur y la Unión Europea intercambiamos las respectivas ofertas mejoradas,
que comprenden productos agrícolas y bienes industriales. La Argentina está
dispuesta a efectuar, junto con los demás socios del Mercosur, ofertas en
servicios, inversiones y compras gubernamentales, que son algunos de los
sectores que interesan a la Unión Europea.
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En esta negociación, el interés de
nuestro país es mejorar el acceso de sus productos al mercado de la UE –
particularmente de aquellos que afrontan barreras arancelarias y no arancelarias,
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La oferta de servicios de la Argentina incluye, entre otros sectores, la entrada temporaria de personas que
prestan servicios, los servicios de telecomunicaciones, los servicios profesionales, los servicios de construcción,
los de distribución, los financieros y los relacionados con el turismo.
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la gran mayoría de ellos en el sector agrícola y agroindustrial – y, al mismo
tiempo, consolidarse como proveedor de alimentos de alta calidad.
En este mismo plano, debemos ponderar la inminente firma del acuerdo
de libre comercio entre el Mercosur y la Comunidad Andina de Naciones, por
la trascendencia que tendrá la constitución de este nuevo espacio en el ámbito
sudamericano.
Respecto del Área de Libre Comercio de las Américas, considero necesario
realizar algunas aclaraciones, dada la existencia de un vivo debate público a
nivel hemisférico, al cual no es ajena la sociedad argentina.
Nuestro país, en forma coordinada con el Mercosur, participa de esta
negociación con el propósito principal de lograr una apertura efectiva de los
mercados de la región para nuestras exportaciones, sin desproteger a los sectores
más sensibles de nuestra producción nacional.
Aspiramos a conformar un Alca que contemple nuestros intereses y colabore
en la búsqueda de un crecimiento sostenido para todos los países de la región. Y, a
nuestro entender, si buscamos beneficios concretos para nuestro país tenemos
que implicarnos activamente en el proceso de negociación. Negociar bien no
significa – va de suyo decirlo – renunciar al derecho a instrumentar políticas públicas
ni asumir compromisos adversos en materias prioritarias para el Estado nacional,
sino defender nuestros intereses y hacer valer nuestros legítimos reclamos.
Al respecto, quiero destacar de manera especial que, en el encuentro celebrado
en octubre de 2003 en Buenos Aires, los presidentes de la Argentina y del Brasil
acordaron la necesidad de alcanzar un acuerdo equilibrado que respetara los intereses
encontrados de los participantes y que dotara al proceso de la flexibilidad necesaria
para que la negociación se desarrollara conforme a la situación de cada uno de los
países y bloques participados. En ese mismo mes, tuvo lugar en Trinidad y Tobago
la XV reunión del Comité de Negociaciones Comerciales del Alca, en cuya
oportunidad los miembros del Mercosur presentamos una declaración donde
manifestamos nuestro interés de negociar en forma constructiva. Por ello
celebramos que en la reunión de alto nivel que se desarrolló en Miami a fines de
noviembre de 2003 haya sido posible avanzar sobre estas bases.
En cuanto a la OMC, a pesar de los esfuerzos emprendidos en la última
conferencia ministerial realizada en Cancún, no fue posible avanzar en forma
sustancial en el proceso negociador.
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El concepto fundamental de la Ronda de Doha, en cuyo marco estamos
negociando, es el desarrollo, y la agricultura es el capítulo central de estas
negociaciones.
La relevancia de las negociaciones agrícolas se deriva del papel central
que tiene la agricultura en el bienestar y en las perspectivas de crecimiento de
los países en desarrollo, en particular de los más pobres. Baste mencionar que
el 73% de los pobres del mundo vive en zonas rurales y depende de la agricultura
para subsistir, y que mientras que vastos sectores de la población mundial
luchan por sobrevivir con menos de 2 dólares diarios, los países desarrollados
gastan casi mil millones de dólares diarios en medidas de apoyo a la agricultura.
Desearía añadir que, en 2002, los países de la OCDE gastaron en protección
para sus agricultores cinco veces más de lo que gastaron en ayuda al desarrollo.
Esta acotada reseña de algunas de las acciones que desarrolla nuestra
Cancillería para consolidar la presencia del país en el mundo y, particularmente,
para colocar los productos de la Argentina en los mercados internacionales, se
vincula – al igual que los sucesos en el ámbito geoestratégico mundial – con
impulsar un modelo de integración internacional que promueva sistemas
económicos nacionales y mundiales basados en los principios de justicia, equidad,
democracia, participación, transparencia, responsabilidad e inclusión social.
Nunca antes como ahora se habían agilizado y abaratado tanto los
transportes y las comunicaciones. Nunca antes había sido posible un acceso
tan amplio a la información y a la difusión del conocimiento por medios
electrónicos. Existe actualmente una conciencia generalizada de que el comercio
internacional produce bienestar tanto en los países importadores como en los
exportadores. Pero, al mismo tiempo, nunca se habían dado formas tan
sofisticadas de especulación financiera y de medidas proteccionistas,
principalmente en lo relativo al comercio de productos agrícolas, que
profundizan las asimetrías, lesionan seriamente la equidad y excluyen de los
beneficios del progreso material a buena parte de la población mundial.
Hoy más que nunca, la interacción con el contexto externo influye sobre
las políticas internas de un país, pero ese hecho verificable y cierto no nos lleva
a adoptar una posición pasiva que nos haga volar a merced de los vientos. No
adscribimos las visiones que satanizan a la globalización, sino que la afrontamos
como una nueva etapa en la evolución del capitalismo, plena de oportunidades
para los países que naveguen en ella sin traicionar el futuro de su pueblo y se
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esfuercen por lograr una disminución de las asimetrías nacionales a partir de la
integración regional y de la cooperación multilateral.
Desde este posicionamiento, nuestro país continuará trabajando, junto con
los demás integrantes del G-X, para avanzar en la liberalización y la reforma del
comercio agrícola internacional, así como para lograr la integración total de este
sector a las disciplinas de la OMC. La mayoría de los miembros de este grupo –
que representa la mitad de la población de la humanidad – se reunió en Buenos
Aires durante el mes de octubre de 2003 y reafirmó su compromiso con el programa
de la Ronda del Desarrollo, a la vez que hizo un llamado a todos los miembros de
la OMC a retomar la negociación con espíritu constructivo, sin enfrentamientos ni
barreras ideológicas, y a propiciar las convergencias que permitan alcanzar un
resultado justo y aceptable para todos.
Sin perjuicio de la importancia que la Argentina le concede al G-X, nuestra
participación en las negociaciones comerciales no se agota en este agrupamiento.
Somos también activos integrantes del grupo Cairns, cuyos miembros sostienen
firmemente la apertura y el acceso de los mercados para los productos agrícolas,
la eliminación de los subsidios a las exportaciones así como la reducción sustantiva
de las medidas de apoyo interno distorsivas del comercio.
En tal sentido, nuestra Cancillería no considera que el G-X y el grupo
Cairns constituyan opciones excluyentes. Por el contrario, ambos confluyen
en la defensa de condiciones más equitativas para el comercio de productos
agrícolas y, por lo tanto, sus objetivos se refuerzan mutuamente.
Visión del Mercosur
El Mercosur, con sus perspectivas de perfeccionamiento y ampliación,
constituye uno de los pilares de la política exterior de la República Argentina. De
tal modo, consideramos la integración regional como un proceso irreversible,
que requiere y exige acciones inmediatas y fundamentales para su afianzamiento.
A pesar de la compleja coyuntura por la que ha venido transitando el
proceso de integración, los Estados miembros estamos dando muestras claras
de voluntad política para emprender la tarea de profundizar la
institucionalización del Mercosur. En particular, advertimos que el
fortalecimiento de los órganos del bloque, la previsibilidad en la observancia y
aplicación de las normas que emanan de ellos y el perfeccionamiento de los
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mecanismos para resolver los conflictos comerciales son todos elementos que,
por una parte, apoyan al propio proceso y, por la otra, mejoran su credibilidad
frente a terceros países.
Entre los principales avances que hemos concretado recientemente, me
interesa señalar, en primer lugar, la aprobación del Protocolo de Olivos sobre
solución de controversias, que crea el primer tribunal permanente del Mercosur.
La Argentina logró la aprobación legislativa de este protocolo a sólo siete meses de
su firma, acto que posteriormente cumplieron Paraguay, Uruguay y Brasil. Este
mecanismo dotará de mayor seguridad jurídica al intercambio de bienes y servicios
e incrementará la confianza del sector privado y de los inversores en el Mercosur.
Otro importante avance en la estructura institucional del proceso de
integración ha sido la creación de un sector de asesoría técnica en la Secretaría
del Mercosur, iniciativa impulsada en el marco de una transformación de la
Secretaría Administrativa en una Secretaría Técnica. Con la inclusión de este
nuevo sector –integrado por cuatro consultores elegidos por concurso de
antecedentes y pruebas – el Mercosur contará con el apoyo de un cuerpo
técnico permanente, convocado a trabajar por el interés del bloque en su
conjunto y no por el de los países individualmente considerados.
También resulta particularmente auspiciosa la reciente creación de la
Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur (CRPM), con
competencias para asistir al Consejo del Mercado Común y a la Presidencia
Pro Tempore, presentar iniciativas al Consejo del Mercado Común y afianzar las
relaciones económicas, sociales y parlamentarias en el Mercosur. Además, la
CRPM cuenta con un Presidente facultado, por mandato del Consejo del
Mercado Común, para representar al bloque en sus relaciones con terceros
países, grupos de países y organismos internacionales.
La incorporación de la normativa Mercosur a los ordenamientos jurídicos
de los Estados miembros, de la que necesariamente se derivan la vigencia y la
operatividad de las normas comunes, posee una importancia superlativa para
garantizar la seguridad jurídica del proceso de integración. Actualmente, uno
de los mayores problemas que afronta el Mercosur es justamente la demora en
la incorporación de esta normativa, que no sólo crea asimetrías en su aplicación,
sino que también genera incertidumbre a los particulares e incide negativamente
en las operaciones comerciales y en las perspectivas de los inversores.
Frente a esta situación, hemos propuesto analizar la posibilidad de
establecer un procedimiento que permita la aplicación directa de la normativa
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Mercosur que no requiera tratamiento legislativo en los Estados miembros. A
mi modo de ver, esta tarea representa un desafío que vale la pena abordar a
corto plazo para afianzar la seguridad jurídica del proceso de integración, brindar
certeza a la vigencia y observancia de la normativa común y otorgar a los
administrados de los cuatro Estados miembros el mismo trato respecto de sus
derechos y obligaciones en el mercado ampliado.
Finalmente, debemos valorar el compromiso asumido por los Estados
miembros de analizar la viabilidad del establecimiento de un Parlamento
Mercosur como órgano político de representación democrática que
comprometería más a las sociedades con el proceso de integración. Así como
en el orden nacional el Parlamento es el ámbito de resonancia de las inquietudes
sociales, en el proceso integrador la existencia de una asamblea o Parlamento
permitiría otorgar mayor legitimidad y transparencia a las decisiones adoptadas
para su desarrollo y avance, fortaleciendo la dimensión política. El
establecimiento de un Parlamento Mercosur que asuma la representación
política y social de los Estados indicaría, a mi juicio, una clara señal de madurez
y de consolidación institucional del bloque.
Todos estos avances contribuirán a adecuar la estructura institucional
del Mercosur, facilitando la coordinación de las actividades de los foros técnicos
y agilizando el proceso de toma de decisiones. No se trata de crear grandes
burocracias, sino órganos de conducción ágiles, eficientes y profesionalizados.
Como objetivo del momento histórico, el Mercosur debe ser funcional a
la necesidad de aumentar la capacidad de negociación internacional de cada
uno de los países miembros, permitiendo una mayor autonomía de decisión.
La actualidad nos advierte que el desarrollo que anhelamos para nuestros países
– entendido como crecimiento económico con equidad social – depende
básicamente de esa autonomía de decisión y demanda esa valoración estratégica
de la integración regional.
Tener una voz común en los foros y organismos internacionales es un
recurso de poder que nos permitirá aumentar nuestras capacidades de
negociación y acción. Pero, a la vez, necesitamos que internamente el espacio
político del Mercosur sea representativo de sus ciudadanos; que se constituya
en un espacio catalizador de valores y tradiciones con miras a un futuro
compartido. Creo que es importante señalarlo a la hora de construir las
instituciones funcionales a tales objetivos: desde los tribunales de solución de
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Rafael Bielsa
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controversias, de carácter supranacional, hasta las instancias de facilitación del
intercambio educativo.
No es sólo un bloque comercial lo que buscamos; aspiramos a conformar
un espacio económico, político y cultural unificado que – al generar un renovado
sentido de pertenencia – nos permita crecer como sociedades integradas y
modernas. El Mercosur adquirirá su valor sociocultural cuando sus efectos se
hagan sentir en la vida cotidiana de los ciudadanos. No se trata de aspirar a
conformar un pueblo común, sino una ciudadanía común.
El proceso de integración transita un momento que merece ser
aprovechado. Nos encontramos frente a una oportunidad histórica, que no es
sinónimo de desafío histórico. Un desafío histórico sólo depende de alguien que
desee desafiar, pero una oportunidad histórica es una conjunción de estrellas.
Las afinidades de pensamiento, las visiones políticas semejantes de
gobiernos que piensan en la misma sintonía, que comienzan sus
administraciones, generan un escenario inmejorable para que esta ilusión de
quince años pueda recobrar la dinámica que le permita ser la realidad que
necesitamos.
La asociación estratégica con Brasil
Si bien el desarrollo detallado de la amplia agenda de relaciones bilaterales
que mantiene la República Argentina trasciende el propósito de este artículo,
quisiera hacer una breve mención al excelente momento que atraviesan nuestras
relaciones con el Brasil.
En octubre de 2003, la visita de Estado del Presidente Lula da Silva a
Buenos Aires puso de manifiesto el grado de avance y la profundización de
una asociación que, por su naturaleza y alcance, no puedo sino calificar como
estratégica y de profunda hermandad.
En dicha oportunidad, los primeros mandatarios de ambos Estados
firmaron una Declaración Conjunta que vale la pena repasar, en la que
coincidieron en señalar el grado de convergencia y entendimiento alcanzados,
en un marco de mutua confianza y previsibilidad. Los acuerdos celebrados
abarcaron materias tan vitales como la cultura, la educación y la integración
física; además de los vinculados con la circulación de las personas, que facilitarán
La política exterior argentina en el marco de la integración regional
20 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
20
la vida cotidiana de los ciudadanos argentinos y brasileños que se movilizan para
estudiar, comerciar y hacer turismo y, particularmente, la de nuestros compatriotas
que habitan en la zona de frontera.
También hemos logrado acuerdos importantes vinculados con el uso
pacífico de la energía nuclear, en particular en el campo de la medicina. Y me
interesa subrayar el haber acordado una modalidad de trabajo y cooperación
conjunta, solidaria e innovadora, en la tareas técnicas inherentes a los asientos
no permanentes que nuestros países aspiran a ocupar en el Consejo de Seguridad
de las Naciones Unidas en el período 2004-2006.
Estos acuerdos señalan la madurez de una asociación estratégica que
crecerá sin tensiones, porque está afirmada en la valoración de nuestras
semejanzas y en el respeto de nuestras diferencias, y se fundamentan en nuestra
común determinación de trabajar por la consolidación de un orden mundial
que fortalezca la justicia, estimule el desarrollo, combata la inequidad y proteja
el medioambiente, de manera que todas las naciones del mundo puedan gozar
de los beneficios del progreso material y de la paz.
Merece una particular mención la importancia que ambos países
atribuimos, en el ámbito del subcontinente, al afianzamiento de la calidad de
la democracia, al respecto de los derechos humanos, al combate a la inequidad
y a la pobreza, así como a la conformación de una visión cooperativa de la
seguridad regional.
Por ello considero de la mayor importancia la firma del Consenso de
Buenos Aires, a través del cual nos hemos comprometido a cooperar
activamente para promover el desarrollo económico sostenido y la distribución
equitativa de sus beneficios, adoptando una posición común que nos hemos
propuesto compartir con todos los países de América Latina.
A modo de cierre
Si la política exterior de un país no contribuye a aumentar las posibilidades
de realización colectiva de su sociedad, sus acciones no serán grandes y no
será un vehículo que nos permita pronunciar grandes palabras.
Desde mi perspectiva, el logro de esa finalidad – como conquista de las
luchas democráticas de nuestro pueblo – implica alcanzar niveles de bienestar
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Rafael Bielsa
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y de equidad social que permitan a todos los argentinos ejercer su derecho de
ser ciudadanos plenos.
Recientemente, el Latinobarómetro señalaba como un hecho auspicioso la
alta adhesión de los argentinos a la democracia. Pero, a la vez, marcaba la baja
estima por sus resultados, haciendo referencia a la percepción extendida, en la
ciudadanía, de que la democracia no resuelve sus problemas, no se traduce en
un mejoramiento de su calidad de vida. Vale decir: una alta consideración por
las libertades personales convive con una muy baja consideración por el respeto
de los derechos de la ciudadanía económica y social.
Ésta es una situación conflictiva cuyos efectos los argentinos
experimentamos dramáticamente en diciembre de 2001, y que se propaga por
América Latina.
Integrarnos para resolver estos problemas es una necesidad nacional,
pero quiero ser preciso al finalizar.
Erradicar la pobreza, fortalecer simultáneamente la inclusión social y la
integración regional, y alcanzar estándares dignos de calidad de vida para
nuestros ciudadanos y habitantes requiere necesariamente de un fuerte
compromiso político. Pero la voluntad política no es suficiente para sustentar
una democracia incluyente. Se necesitan Estados eficientes en obtener
información; inteligentes para procesarla; diligentes para articular intereses y
generar consensos; eficaces para dar respuesta; y transparentes para favorecer
el control social.
La integración no es una panacea que nos permitirá resolver mágicamente
todos nuestros problemas, sino una dinámica de cultura política donde marchan
en un equilibrio difícil, pero auspicioso y esperanzador, el fortalecimiento de
los Estados junto a la construcción de instituciones supranacionales; la defensa
de los intereses económicos y estratégicos nacionales y su potenciación dentro
de un marco de integración regional.
La integración es a la vez aprendizaje, intercambio y cumplimiento de
acuerdos. Y es, volviendo a la cita inicial de Arendt, el camino que podrá
conducirnos a realizar grandes acciones y pronunciar grandes palabras
La nueva política exterior boliviana
22 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
22
n la actualidad, la política exterior boliviana, al igual que la de los demás
países del mundo, confluye en un escenario internacional en permanente
reconfiguración. Las particularidades del sistema internacional contemporáneo
son un ineludible desafío para toda la comunidad internacional, en particular
para países en desarrollo, vulnerables y pobres como Bolivia. Procesos
acelerados e irreversibles como la globalización y el regionalismo abierto, se
presentan como dos vectores centrales en la estructuración del nuevo orden
internacional, dibujando el marco general en el que las políticas exteriores
deben desplegar sus acciones, intentando encontrar ciertas oportunidades y
espacios para lograr una mejor inserción internacional y plasmar sus objetivos.
Fenómenos como la fragilidad del sistema financiero internacional, el acelerado
cambio tecnológico, la crisis de gobernabilidad, el debilitamiento del
multilateralismo y el derecho internacional, el crimen transnacional, el
terrorismo, el narcotráfico o la corrupción, entre otros aspectos, conforman
el entramado de problemas a los que países como Bolivia deben responder y
hacer frente a través de su política exterior.
Los cambios trascendentales generados en la última década, como la
acelerada innovación tecnológica en el campo de las telecomunicaciones o la
La nueva
política exterior
boliviana
Juan Ignacio Siles del Valle
*
*
Ministro de Relaciones Exteriores y Culto de la República de Bolivia
E
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Juan Ignacio Siles del Valle
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informática, han transformado las sociedades y la manera en la que los países
de la comunidad internacional interactúan y se relacionan. La celeridad del
“tiempo internacional”, que no es otra cosa que la velocidad en la que se
recibe a través de los distintos medios tecnológicos los efectos negativos y
positivos de los hechos y acontecimientos producidos en otras latitudes, es
cada vez mayor. Ello obliga a que las políticas exteriores sean también
poseedoras de un gran sentido de oportunidad y efectividad.
El escenario internacional también se va configurando a partir de las acciones
de los países, las diferentes culturas, las religiones, las organizaciones no
gubernamentales, los organismos multilaterales, particularmente las Naciones
Unidas, la Organización de los Estados Americanos, la Organización Mundial del
Comercio, el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial, y, crecientemente,
por el papel que desempeña la sociedad civil. Estos actores contraponen sus puntos
de vista e intereses y priorizan los temas de la agenda internacional, orientando la
atención de las políticas exteriores hacia ellos. En este contexto, para países como
Bolivia es importante y prioritario atender las iniciativas globales que se refieran a
la consolidación de la democracia, la preservación de los derechos humanos, el
afianzamiento de los procesos de integración, la cooperación internacional, el
fortalecimiento de la ONU y otros organismos internacionales, la lucha contra la
pobreza y la exclusión social, la búsqueda global de mayor bienestar, la protección
del medio ambiente y la solución pacífica de los conflictos.
Como efecto de esa contraposición de intereses y cosmovisiones del
mundo, el orden internacional transita entre dos escenarios: i) la imposición
de un orden unilateral y hegemónico; y ii) el establecimiento de un orden
multipolar, donde los organismos multilaterales y otros actores se convertirían
en moderadores de las tensiones interestatales. Estas dos tendencias se observan
y están presentes en este momento de reconfiguración del sistema internacional.
En todo caso, la consolidación del nuevo orden internacional, sea unipolar,
multipolar o ambas cosas a la vez, dependerá en gran medida del reconocimiento
por parte de los estados de que los problemas mundiales pueden encontrar
mejor solución cuando se coopera antes que cuando se impone o se antagoniza.
En este sentido, el surgimiento del regionalismo y la consolidación de
procesos de integración, como el de la Unión Europea, representan otra opción
que va irrumpiendo con gran fuerza en el escenario mundial contemporáneo.
No cabe duda de que el regionalismo y la creación de bloques económicos y
políticos en distintas regiones del mundo se ha incrementado notablemente
La nueva política exterior boliviana
24 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
24
en las últimas dos décadas, emergiendo de este proceso tres actores
fundamentales: la Unión Europea, Norteamérica y Asia Pacífico.
En este contexto, América del Sur también ha comenzado a pensarse y
estructurarse como un bloque. La integración es un proceso que viene
desarrollándose desde hace varias décadas en la región y que, en los últimos
años, las negociaciones del Alca han estimulado. La integración sudamericana
se ha desarrollado con altibajos, pero ha avanzado siempre hacia su
consolidación. Desde la creación del Grupo Andino, hoy Comunidad Andina
de Naciones (CAN), hasta la formación del Mercado Común del Sur
(Mercosur), los países de América del Sur han participado activamente en las
distintas iniciativas de integración regional. En este contexto, para países en
desarrollo como Bolivia, sus oportunidades de desarrollo real pueden
incrementarse significativamente al ampliarse sus mercados, aumentarse su
capacidad de negociación, profundizarse los procesos de interdependencia y
crearse nuevas oportunidades económicas y comerciales. Por ello, parte de los
esfuerzos y de las acciones desplegadas por la política exterior boliviana apuntan
hacia la consolidación de un nuevo bloque político y económico en Sudamérica,
que se prevé como un espacio significativo para afrontar la integración
hemisférica, el diálogo birregional y el proceso de globalización.
Marco general de la política exterior boliviana
En las dos últimas décadas, se ha modificado la percepción que se tenía
de Bolivia en el mundo. La democracia boliviana tiene 21 años de vigencia
continua y ha demostrado ser crecientemente participativa, plural e incluyente.
El país ha desarrollado una economía social de mercado, que ha tratado de
poner énfasis en los sectores más vulnerables y desfavorecidos, y,
constitucionalmente, se ha autodefinido como pluriétnico y multicultural.
Bolivia es un país de gravitaciones múltiples, cabecera de dos de las
grandes cuencas sudamericanas, un país de contactos, el nudo energético del
continente y el centro de los corredores interoceánicos. La política exterior
boliviana trata de traducir en iniciativas y acciones concretas estos datos de la
realidad. En este marco, la integración energética junto con la integración física
y la integración comercial son tres temas claves de la agenda internacional de
Bolivia. A través de ellas, el país está haciendo realidad el postulado geopolítico
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
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de “país de contactos y no de antagonismos”, planteado por visionarios
diplomáticos bolivianos en la década de los 30 del siglo anterior. Desde esta
perspectiva, Bolivia trata de desempeñar un papel central en el proceso de
conformación del espacio sudamericano, concretando su aspiración de
articulación, unión y soldadura de los países que la rodean.
Desde la reinstauración de los gobiernos democráticos, la política exterior
del país ha mostrado rasgos de continuidad. Las variaciones siempre son de
estilos, énfasis y oportunidades. La política exterior boliviana ha tratado de ser
versátil, dinámica y creativa, adaptándose a los grandes cambios internos y
externos que se han producido en los últimos años y poniendo de manifiesto
una activa capacidad de propuesta e iniciativa. La política exterior es un
fenómeno crecientemente complejo. En el mundo existen cada vez más países,
el número de organismos internacionales continúa aumentando, cada día hay
más temas en la agenda y los actores son múltiples y diversos. La información
siendo accesible se ha hecho inmanejable.
En la actualidad se puede observar la forma en la que la política interna
boliviana está condicionada por la acción externa del país o viceversa. La lucha
contra el narcotráfico, la cuestión marítima, el libre comercio o la exportación de
gas natural, se han convertido en temas de política interior. Tienen un componente
interno pero también tienen un importante componente internacional, que con
frecuencia se descuida. Esta nueva realidad pauta y condiciona la acción de la
diplomacia boliviana, pero también la obliga a tener un diálogo más fluido y a
concertar temas de la agenda internacional con la sociedad civil.
Origenes de la crisis boliviana
Bolivia atraviesa momentos difíciles por varias razones. La fundamental
tiene que ver con una situación económica que se viene arrastrando desde hace
varios años. La crisis internacional, pero sobre todo la crisis brasileña y la dramática
situación que vivió la Argentina presionaron sobre una economía altamente
dependiente y muy sensible a los países vecinos como la boliviana. En el plano
interno, la reforma de pensiones ha generado un nivel de déficit fiscal significativo.
Adicionalmente, el proceso de institucionalización de la aduana marcó el nivel
más bajo del contrabando, eliminando un instrumento de liquidez en la economía
boliviana. Finalmente, un factor fundamental para explicar la crisis fue el proceso
La nueva política exterior boliviana
26 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
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de erradicación de coca en excedente, que significó una reducción muy importante
de ingresos irregulares que alimentaban la economía boliviana. Todos estos
factores, combinados en un periodo de pocos años, han ejercido una enorme
presión sobre la economía, generando cinco años ininterrumpidos de recesión,
incremento del desempleo y un significativo crecimiento del déficit fiscal.
Bolivia es un país con una fuerte heterogeneidad estructural y una
significativa diversidad sociocultural, étnica y regional. El país ahora es
predominantemente urbano, han mejorado los indicadores sociales en educación,
salud y saneamiento básico, pero los indicadores de ingresos, empleo y
productividad se han estancado. La tasa de crecimiento del país en los últimos
años ha sido insuficiente para reducir la pobreza en términos absolutos y relativos.
La crisis social en la que se debate el país se explica por estos factores y por la
alta concentración de los ingresos, la inequidad y la exclusión social. Bolivia es
uno de los países más pobres de América Latina y el más pobre de Sudamérica.
Por su parte, las zonas que fueron el epicentro de la crisis de octubre, es decir El
Alto y el Occidente, están entre las regiones más deprimidas de Bolivia.
Consiguientemente, se trata de una de las zonas más pobres de Sudamérica. En
los últimos años, los pobres han sentido y vivido un proceso de deterioro político,
económico y social. En el caso de la crisis de octubre, es muy ilustrativo recordar
que un alto número de las 56 víctimas eran jóvenes, es decir pertenecían a un
grupo de edad pobre, sin expectativas, desempleado y sin oportunidades.
Afrontar el problema de la pobreza es un desafío para una o dos generaciones,
y no simplemente un reto para el actual gobierno. Bolivia es un país HIPC y uno
de los pocos de la comunidad internacional que ha internalizado los objetivos de
desarrollo del milenio como pautas de su agenda social. Lamentablemente, con
sus actuales tasas de crecimiento, Bolivia no podrá reducir la pobreza a la mitad el
año 2015 y tendrá que esperar hasta el año 2042 para alcanzar dicho objetivo. Por
otro lado, en el país no siempre se reconoce que las reformas estructurales han
logrado una serie de avances en el ámbito económico y social. Obviamente, aunque
la población del país ha mejorado sus condiciones de vida, los esfuerzos todavía
son insuficientes. Por ejemplo, la mortalidad infantil en Bolivia se ha reducido a la
mitad, el alfabetismo entre los adultos ha subido, la esperanza de vida ha aumentado
y el producto interno bruto se ha duplicado. Por supuesto que, pese a todo ello,
Bolivia va todavía a la zaga del resto de la región.
La crisis política que vivió Bolivia se relaciona con la falta de confianza en
el sistema político, la crisis de representación y legitimidad de los partidos, la
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
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falta de credibilidad de las instituciones, las dificultades gubernamentales para
mejorar las condiciones sociales y económicas de la población, la falta de una
cultura democrática en el país y los intolerables niveles de corrupción. Otros
temas que crecientemente preocupan a la ciudadanía son el incremento de la
violencia, el crimen y la inseguridad ciudadana. Todos estos factores debilitan la
democracia y la hacen vulnerable a discursos populistas y autoritarios que,
sustentados en promesas fáciles y demagogia, ofrecen cambios que nunca llegan.
La crisis social, política y económica por la que atraviesa Bolivia ha
afectado su credibilidad e imagen externa. Los márgenes de incertidumbre,
inseguridad jurídica y riesgo país se han incrementado, disminuyendo el interés
de invertir en Bolivia, en un momento en el que la captación de recursos
públicos y privados orientados a la reactivación económica es indispensable y
la deuda interna y externa siguen incrementándose. Ese es uno de los motivos
por los cuales el gobierno boliviano solicita el respaldo y el apoyo de la
comunidad internacional. Después de la crisis de octubre, predomina la
incertidumbre. Además, el déficit fiscal, que está en torno al 8%, es insostenible.
Los bolivianos deben pagar más impuestos y los gobernantes deben reducir el
gasto corriente. El país no puede continuar viviendo del ahorro externo.
El gobierno de Bolivia ha agradecido las muestras de respaldo y apoyo que
ha recibido de la comunidad internacional y se ha comprometido a realizar una
gestión gubernamental transparente, garantizar la institucionalidad democrática,
impulsar el desarrollo económico y a luchar frontalmente contra la corrupción.
El mantenimiento de un gobierno democrático y constitucional en Bolivia, se
fortalecerá con el diálogo constructivo, la participación activa de la ciudadanía y
el apoyo de gobiernos amigos e instituciones multilaterales. En sintonía con
estos esfuerzos, se está trabajando en la reconciliación del país, el reforzamiento
de las instituciones democráticas, la defensa del imperio de la ley y en la necesidad
de resolver los conflictos sociales por medios constitucionales.
La nueva política exterior boliviana
Carlos D. Mesa Gisbert recibió la banda presidencial y juró a la presidencia
de la República, el 17 de octubre de 2003. Durante su discurso de circunstancias,
Carlos Mesa delineó los temas centrales de su gestión. El nuevo presidente se
abocará a la convocatoria de un referéndum vinculante para decidir la exportación
La nueva política exterior boliviana
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de gas. También prometió refundar Bolivia a través de una Asamblea
Constituyente y modificar la Ley de Hidrocarburos. El presidente Mesa señaló
que es necesario preservar la unidad de la nación, que se está jugando su destino
y futuro, y dejó abierta la puerta para que el Congreso revoque su mandato.
Finalmente, el primer mandatario señaló que la lucha contra la corrupción será
fortalecida y que se respetarán los derechos humanos y la vida.
Más adelante, Carlos Mesa pidió al pueblo de Bolivia que le dé un espacio,
“un tiempo para trabajar”, y solicitó a los sectores sociales que levanten sus
medidas de presión. Reconoció que “la situación económica del país es
delicada”, pero expresó su confianza en el respaldo de la comunidad
internacional y los organismos de cooperación. “El Estado no puede dar una
respuesta eficiente y efectiva a todas las demandas legítimas del pueblo”, resaltó.
Posteriormente, el presidente Carlos Mesa afirmó que volver a “apostar a la
ortodoxia económica es una locura” y admitió que, en caso de fracasar su
gestión, Bolivia corre el riesgo de un “naufragio total”.
Tres temas centrales de la agenda externa de Bolivia en las primeras semanas
del gobierno de Carlos Mesa han sido la búsqueda de reconocimiento por parte
de la comunidad internacional, evitar que la imagen internacional del país se siga
deteriorando, y una solicitud de asistencia y cooperación inmediata. La comunidad
internacional en general ha manifestado su apoyo al presidente Carlos Mesa y al
proceso de cambio constitucional que ha sufrido Bolivia. Por ejemplo, días
después de su posesión, el presidente de los Estados Unidos, George Bush,
discutió con el presidente Carlos Mesa la necesidad de seguir luchando contra el
cultivo y el tráfico de droga, la necesidad de realizar un referéndum para decidir
la exportación de gas natural a EU y México, y reiteró el apoyo de su país al
proceso constitucional de Bolivia y a las instituciones democráticas.
La XIII Cumbre Iberoamericana, realizada en la ciudad de Santa Cruz
de la Sierra, fue una oportunidad única para que Bolivia recobre – en alguna
medida – su imagen internacional. La celebración de la XIII Cumbre
Iberoamericana coincidió con la etapa posterior a la crisis de octubre. En
consecuencia, se trató de una ocasión propicia para que el gobierno de Bolivia
solicite ayuda a la Comunidad Iberoamericana y los organismos internacionales.
La cumbre sirvió también para que el gobierno boliviano obtenga una serie de
respaldos bilaterales. En este sentido, los 21 países iberoamericanos acordaron
un plan de emergencia para Bolivia, que se ejecutará en un máximo de 45 días.
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
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El acuerdo denominado “Acciones iberoamericanas de emergencia a favor de
Bolivia”, se refirió a diversas iniciativas unilaterales, bilaterales o multilaterales.
Los jefes de Estado y de Gobierno de Iberoamérica, además, solicitaron a los
organismos internacionales y regionales su apoyo y cooperación para el
desarrollo y concreción de estas acciones de emergencia.
Los temas centrales de la XIII Cumbre Iberoamericana fueron el Informe
Cardoso, el lema de la inclusión social como motor del desarrollo y el apoyo político
y económico a favor del gobierno de Bolivia. Los gobernantes asistentes a la XIII
Cumbre Iberoamericana firmaron la Declaración de Santa Cruz de la Sierra, la misma
que contiene 45 puntos, un anexo sobre programas de cooperación y 14 comunicados
especiales. Algunas de las principales recomendaciones son la superación de la pobreza,
la reforma del sistema del Consejo de Seguridad de la ONU y el reconocimiento de
que los subsidios distorsionan el comercio. La Declaración de Santa Cruz contiene
además el reconocimiento de que la corrupción es una de las mayores amenazas a la
gobernabilidad democrática. Los mandatarios ratificaron su voluntad de resolver el
problema de la deuda externa y se pronunciaron contra las leyes extraterritoriales y
las medidas contrarias al derecho internacional. En ese sentido, se exhortó al gobierno
de Estados Unidos a poner fin a la aplicación de la ley Helms-Burton y se destacó la
importancia del establecimiento de la Corte Penal Internacional. La presentación del
Informe Cardoso permitió la creación de la Secretaría General Iberoamericana, pero
se decidió aprobar su estatuto recién en la XIV Cumbre de 2004, que se celebrará en
Costa Rica. En dicha reunión también se elegirá al Secretario General y la sede donde
funcionará este organismo. La secretaría permanente hará un seguimiento de los
programas creados por los mandatarios y será un espacio de discusión y representación
permanente para Iberoamérica.
El tema marítimo tampoco estuvo ausente en la XIII Cumbre
Iberoamericana. El Secretario General de la ONU, Kofi Annan, manifestó su
voluntad de interponer sus buenos oficios para lograr que Bolivia y Chile
alcancen un entendimiento sobre la demanda boliviana de contar con una
salida al Océano Pacífico. Asimismo, el presidente Mesa discutió el tema en
diversos encuentros bilaterales y el presidente venezolano, Hugo Chávez, afir
que “Bolivia tuvo mar.. y yo sueño con algún día venir a bañarme en una playa
boliviana”. En todo caso, el encuentro entre Ricardo Lagos y Carlos Mesa
sirvió para reorientar la agenda bilateral a la realidad post-octubre. Ambos
presidentes convinieron en la necesidad de “desgasificar” las relaciones
La nueva política exterior boliviana
30 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
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bilaterales, postergar el diálogo sobre el proyecto de exportación de gas
boliviano y profundizar el acuerdo de complementación económica.
Los primeros viajes del presidente de la República fueron a Panamá, al
Perú y al Brasil. Después de participar en las celebraciones de los 100 años de la
fundación de Panamá, el presidente boliviano visitó a su homólogo del Perú,
Alejandro Toledo, con quien se comprometió a “desgasificar” las relaciones
bilaterales y avanzar en otros temas de la agenda binacional. El gobierno boliviano
quiere profundizar la integración y avanzar hacia el mercado común. El presidente
Carlos Mesa le explicó al presidente Toledo que no habrá conversaciones sobre
el gas hasta que los bolivianos se pronuncien en un referéndum.
Por otra parte, la relación entre Bolivia y Brasil se ha definido como una
alianza estratégica. Para el país es fundamental el apoyo del Brasil para reactivar su
economía, garantizar su estabilidad política y fortalecer su unidad nacional. Brasil
decidió perdonar a Bolivia casi toda su deuda pública y se comprometió a invertir
600 millones de dólares para obras de infraestructura viaria. Finalmente, cabe
destacar que, en las últimas semanas, el Brasil decidió incrementar su demanda de
gas boliviano hasta alcanzar los 20 millones de metros cúbicos diarios (MMmcd).
En otro orden de cosas, el presidente de la República, Carlos Mesa, asistió
el pasado 16 de diciembre a Uruguay, al encuentro semestral del Mercosur, donde
se acordó el establecimiento de una zona de libre comercio entre la CAN y el
Mercosur, y el Perú se convirtió en el último país asociado de este último bloque.
Por otra parte, el primer mandatario alista su agenda para participar en la Cumbre
Extraordinaria de las Américas que tendrá lugar en México entre el 12 y 13 de
enero del 2004. El Congreso ya ha autorizado ambos viajes presidenciales.
En el ámbito institucional, durante la actual gestión gubernamental, se
han producido avances muy significativos. Es la primera vez que el 56% del
personal del servicio exterior es de carrera diplomática, por lo que cada vez se
consolida más el proceso de institucionalización del Ministerio de Relaciones
Exteriores y Culto. Además la administración del presidente Carlos Mesa se
ha comprometido a presentar el próximo año el escalafón diplomático.
Continuidad y cambio en la política exterior
En lo que se refiere a algunos de los principales temas de la agenda
internacional de Bolivia, se pueden destacar los siguientes:
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
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Política con países vecinos
Uno de los principales objetivos de la política exterior boliviana es promover
la cooperación, la integración y la concertación con los países vecinos. Una de
las grandes aspiraciones del país es convertirse en un nexo articulador de
Sudamérica. El objetivo de la política con países vecinos es mejorar o mantener
las relaciones con cinco países, tanto en el plano comercial, mediante la firma y
puesta en marcha de los acuerdos de integración económica, como en materia
de integración física, energética y de telecomunicaciones, a través del trazado y la
construcción de carreteras, puentes, vías o redes de comunicación. Asimismo,
se pretende establecer programas de cooperación en el ámbito fronterizo,
aduanero y de migración con todos los países de la región.
En los últimos años, el desarrollo de los temas de la agenda bilateral con la
Argentina se ha visto afectado por los sucesos producidos en ambos países. A
nivel bilateral, los temas centrales son la migración, el comercio, el transporte y
la energía. Con el Brasil, entre los temas relevantes de la agenda bilateral, se
destacan los proyectos de integración física y energética. Dos temas centrales en
las relaciones boliviano-chilenas, en los últimos meses, han sido la exportación
de gas al mercado norteamericano y la negociación para convertir al ACE 22 en
un Acuerdo de Libre Comercio. Con el Paraguay, los temas más importantes de
la agenda bilateral son comercio, integración física y energía. En la agenda con el
Perú, por su parte, destacan el tema energético, la revisión de los Acuerdos de
Ilo, la cuestión migratoria y los recursos hídricos del Lago Titicaca.
La reintegración marítima
La reintegración marítima es un objetivo fundamental e irrenunciable de la
política exterior boliviana. En los últimos meses, las negociaciones sobre este tema
han estado dirigidas a la búsqueda de una solución que permita no sólo aumentar
la presencia y gravitación de Bolivia en el Océano Pacífico, sino también recuperar
su cualidad marítima. En todo caso, la administración de Carlos Mesa es partidaria
y ha enfatizado más la noción de “reintegración marítima” que la de “cualidad
marítima”. La salida al mar que se le otorgue al país debe tener características:
ser libre, útil y soberana. Por otro lado, cabe recordar que, en reiteradas
oportunidades, el gobierno boliviano ha manifestado que el problema con Chile
tiene una dimensión bilateral, trilateral y multilateral. Asimismo, el gobierno de
La nueva política exterior boliviana
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Bolivia ha agradecido los pronunciamientos en favor de la centenaria causa
marítima boliviana y se siente complacido con la larga tradición de apoyo en
este tema, el respaldo multilateral de la OEA y el ofrecimiento de buenos
oficios del Secretario general de la ONU, Kofi Annan, hechos que han vuelto
a poner de manifiesto la vigencia del tema marítimo en el ámbito regional y
multilateral.
El gobierno de Chile considera que la mediterraneidad boliviana es un
tema estrictamente bilateral. Desde la perspectiva chilena, la firma del Tratado
de Paz y Amistad de 1904, selló definitivamente toda aspiración boliviana para
poder tener una acceso útil y soberano a las costas del océano Pacífico. El
gobierno del país vecino ha sostenido una política invariable al respecto. Por
otro lado, el problema se complicó luego de 1929 cuando el Perú y Chile, a
través de la firma de un tratado y un protocolo secreto, establecieron que no
podían ceder el territorio motivo de dichos acuerdos a un tercer país, lo que
obstaculizó la solución del problema marítimo en las últimas décadas. Esa
situación ha condicionado la búsqueda de una solución al conflicto, pues
mientras Chile tiene el candado, el Perú tiene la llave y, desde esa perspectiva,
la solución del problema pasa necesariamente por un consenso trilateral.
Para Bolivia la reintegración marítima no es sólo un objetivo de política
exterior. Aparte de ser una necesidad económica o una demanda social, es un
factor psicológico que se encuentra incrustado en el imaginario nacional como
una limitante y condicionante para alcanzar un desarrollo humano pleno. Desde
1904, Bolivia ha buscado insistentemente lograr que Chile acepte una negociación
que permita concretar uno de sus objetivos más importantes en política exterior.
Uno de esos esfuerzos fue la obtención de la resolución 426 de la OEA de 1979,
que establece que la cuestión marítima es un asunto de interés hemisférico. Desde
entonces, cada año Bolivia acude a la OEA, uno más de los espacios multilaterales
más apropiados para buscar una solución al problema, para recordarle a la
comunidad interamericana la existencia de un problema pendiente que impide
la integración, el desarrollo y la paz en la región.
Diplomacia y gas natural
Bolivia es el segundo país con más reservas de gas natural en Sudamérica
después de Venezuela. En los últimos años, el país ha pasado de tener cinco
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trillones de pies cúbicos (TCF) a tener 54 TCF. El gas es un producto barato y
limpio, que respalda la conservación medioambiental y uno de los mejores
sustitutos de los combustibles tradicionales. Consiguientemente, este recurso
puede potenciar la importancia estratégica de Bolivia en la región y en el
hemisferio occidental. Por su ubicación geográfica, alejada de los más
importantes conflictos internacionales contemporáneos, Bolivia puede
convertirse en una fuente confiable y segura de provisión de gas natural de la
costa oeste de los Estados Unidos.
Para los próximos años, Bolivia tiene tres desafíos principales: en primer
lugar consolidar sus mercados; en segundo lugar, diversificar sus mercados de
exportación; y, en tercer lugar, darle mayor valor agregado a sus exportaciones
de gas natural. En el ámbito de las relaciones económicas internacionales, Bolivia
podría utilizar sus reservas de gas natural y líquidos para diversificar su agenda
con los países de América del norte, fortalecer sus relaciones con los países del
Cono Sur y tener mayor presencia y gravitación en el Pacífico. Sin embargo, las
reservas de gas natural no tienen ningún valor económico si no se monetizan y
permanecen en el subsuelo. Por ello, la apertura de mercados para este
hidrocarburo será una parte central de la política exterior y la diplomacia boliviana
en las próximas décadas. Las reservas de gas natural y líquidos descubiertos en
Bolivia permiten pensar que el país se convertirá en el centro de provisión de gas
natural en la región y en una potencia energética regional emergente.
El sector de hidrocarburos ha sido uno de los que más ha aportado al
crecimiento de la economía boliviana en los últimos años. El actual gobierno
decidió convocar a un referéndum para definir la exportación del gas, la
modificación de la ley de hidrocarburos y desarrollar una campaña de
información sobre el proyecto de exportación. La campaña tendrá datos sobre
el proceso de industrialización del gas y detalles básicos técnicos sobre el
energético. El referéndum también se llevará adelante y servirá para alcanzar
consensos con las diferentes regiones y sectores para ejecutar este proceso.
Política de integración
La política de integración es mucho más que un instrumento de la política
comercial y de promoción de exportaciones. Está directamente vinculada con
el propósito de la política exterior de mejorar los términos de la inserción externa
La nueva política exterior boliviana
34 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
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del país, además de ser un instrumento para lograr el crecimiento de las
exportaciones y para el desarrollo económico del país. Bolivia es consciente de que
sólo a través del fortalecimiento económico y político de la región se podrá afrontar
el lado negativo de los procesos de globalización, las tendencias proteccionistas y
el debilitamiento del multilateralismo. Por ello, en materia de comercio e integración,
la política exterior boliviana busca la ampliación de mercados, la diversificación de
la oferta exportable nacional, el fortalecimiento del proceso de inserción
internacional del país, la atracción de inversiones extranjeras, el incremento de su
capacidad negociadora y contribuir a su desarrollo económico y social.
La inserción de Bolivia en la región y el mundo se logrará cuando el país
desempeñe una función articuladora en el proceso de conformación del espacio
sudamericano, haciendo realidad su aspiración de ser un país de contactos.
Para este cometido la diplomacia boliviana ha propiciado el fortalecimiento de
la CAN y ha promovido un proceso de creciente vinculación con el Mercosur.
Bolivia además es miembro pleno de la CAN, tiene un acuerdo de libre comercio
con el Mercosur, respalda los esfuerzos para articular ambos esquemas de
integración y participa activamente en la Iniciativa para la Infraestructura
Regional Sudamericana (Iirsa), que tiene por objeto desarrollar la infraestructura
física en los sectores de energía, telecomunicaciones y transporte.
Bolivia también está desarrollando estrategias de expansión y vinculación
comercial con los países desarrollados y se está beneficiando con el Atpdea y el
SGP de Europa, que son mecanismos de acceso preferencial a dichos mercados.
Con relación a la integración hemisférica, cabe destacar que, en la última Conferencia
Ministerial, celebrada en Miami, se decidió reorientar las negociaciones del Alca y
establecer un marco común de compromisos, en el que cada país avanzará al ritmo
que desee. Bajo este esquema de negociación, se ha planteado la posibilidad de una
concertación plurilateral, en el marco de una geometría variable y a diferentes
velocidades. Todos los temas de la agenda serán negociados por todos los países
en un paquete mínimo. Finalmente, cabe destacar que, en la reunión de Miami, el
representante de Comercio Exterior de los Estados Unidos, Robert Zoellick,
anunció el lanzamiento de negociaciones bilaterales para establecer un tratado de
libre comercio con Colombia, Perú, Bolivia y Ecuador, que avanzarán a distintas
velocidades y se iniciarán en el segundo trimestre del año 2004.
A nivel bilateral, Bolivia tiene pendiente la negociación de un protocolo
complementario al ACE 22, suscrito con Chile, cuyo propósito será disminuir
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Juan Ignacio Siles del Valle
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los desequilibrios comerciales y las asimetrías existentes entre ambos países.
Finalmente, en el ámbito multilateral, cabe destacar la participación de Bolivia
en las negociaciones comerciales multilaterales de la OMC y en el G-20, que
pretende ser un contrapeso institucional frente a Estados Unidos, la Unión
Europea y Japón, que protegen y subsidian a su sector agrícola.
Lucha contra el narcotrafico
Bolivia es parte de la Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico
Ilícito de Estupefacientes de 1988, la Convención Unica de las Naciones Unidas
sobre Estupefacientes de 1961, enmendada por su Protocolo de 1972, y la
Convención de las Naciones Unidas sobre Substancias Psicotrópicas de 1971. A
nivel bilateral, Bolivia tiene suscritos varios instrumentos jurídicos internacionales
para luchar contra el narcotráfico y, a nivel regional, forma parte del Mecanismo
de Evaluación Multilateral de la OEA. Además de estos convenios internacionales,
cabe poner de relieve que Bolivia y Estados Unidos firmaron un Tratado de
Extradición en 1995 y que está en vigencia desde 1996.
En la lucha contra el narcotráfico están implicados prácticamente todos
los países de la comunidad internacional. Algunos son países productores de
materia prima, mientras que otros la transforman, la distribuyen o la consumen.
Algunos son países de tránsito, mientras que otros afrontan fenómenos
asociados a la lucha contra las drogas, como la guerrilla, el terrorismo, el crimen
organizado, el contrabando, el tráfico de armas o el blanqueo de dinero. Esta
situación demuestra las múltiples dimensiones del problema y los diferentes
efectos políticos, económicos y sociales que puede causar el narcotráfico. En
los últimos años, el narcotráfico se ha percibido como una verdadera amenaza
a la seguridad interna de los países, debido a sus perniciosos efectos sobre la
salud, la familia, el aumento de la delincuencia, la estabilidad de las instituciones
democráticas y el ostensible incremento de la violencia.
El proceso de erradicación de cultivos de coca en Bolivia se inició en 1988,
con la promulgación de la Ley 1008 y los Decretos Reglamentarios para eliminar
las plantaciones de coca ilegal y sentar las bases para un desarrollo socioeconómico
de las zonas cocaleras. Sin embargo, recién en los últimos años se produjo una
reducción sustancial de coca ilegal y se logró avanzar en el desarrollo de cultivos
alternativos. En el marco de su nueva Estrategia de Lucha contra el Narcotráfico
La nueva política exterior boliviana
36 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
36
y bajo el principio de responsabilidad compartida, el gobierno boliviano pretende
sustituir la economía de la coca y fomentar el desarrollo alternativo, incorporar
a miles de familias bolivianas a actividades lícitas, continuar eliminando la
coca ilegal, aunque respetando el consumo tradicional, buscar mercados para
los productos alternativos y reducir el consumo interno de drogas.
La corresponsabilidad y la cooperación internacional son esenciales para
afrontar el flagelo del narcotráfico. En ese contexto, el país debe continuar sus
esfuerzos para salir del circuito coca-cocaína y evitar consolidarse como país
de tránsito, preocuparse por reducir el consumo interno y apoyar, a nivel
internacional, la consolidación de los mecanismos de evaluación multilateral.
El país debe tratar de mantener o ampliar el financiamiento para la lucha contra
el narcotráfico y el desarrollo alternativo, de modo que los esfuerzos del país
en materia de erradicación de coca ilegal y excedente sean sostenibles. Asimismo,
considerando el alto costo socioeconómico que ha significado la reducción de
su producción de coca-cocaína, el país ha hecho sobrados méritos para pedir
a los países desarrollados mayor cooperación, apertura de sus mercados y
recursos proporcionales al esfuerzo realizado. Bolivia necesita ser recompensada
y lograr la consolidación de los mercados de los países industrializados para
los productos del desarrollo alternativo, especialmente si son intensivos en
mano de obra y generadores de empleo.
Hace pocos días, un informe satelital de la Embajada de EU sostuvo que
la producción ilegal de coca en Bolivia había crecido en un 26 por ciento en la
región de los Yungas y había bajado en un 15 por ciento en la zona del trópico
de Cochabamba. En Bolivia se habría producido un incremento total de algo
más de 4.000 hectáreas, lo que dio un total nacional de 28.450 hectáreas de
cultivos de coca. Al respecto, el presidente Carlos Mesa señaló que hasta que
el gobierno no “certifique” el informe de EU sobre el incremento de la coca
ilegal, no se replantearían las tareas de erradicación en áreas como los Yungas.
Además dijo que era necesario un “trabajo propio” para encarar las acciones
antidroga de su gobierno. En ese sentido, una de sus primeras iniciativas fue
solicitar a la ONU información satelital, además de iniciar un proceso de
mensura o catastro. Una vez obtenidas las cifras de la “realidad” yungueña en
base a la evaluación catastral, éstas tendrán que ser cruzadas con la información
satelital con la que se cuenta. Bolivia quiere actuar con soberanía en el tema de
la erradicación de coca y por ello planea crear un sistema propio de medición
de plantaciones de la hoja, para poder mejorar su margen de negociación sobre
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Juan Ignacio Siles del Valle
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el tema. La nueva estrategia antidrogas de Bolivia busca complementar la
tradicional estrategia de interdicción de plantaciones ilegales de coca, con ajustes
estructurales en los proyectos de desarrollo alternativo y recuperar la
importancia del pilar de prevención y rehabilitación social, olvidado en el pasado.
En todo caso, desde ahora, la producción de la región de los Yungas se perfila
como una zona muy conflictiva para los futuros gobiernos nacionales.
Lucha contra el terrorismo
Después de los ataques terroristas contra la Torres Gemelas y el
Pentágono, en Estados Unidos, producidos el 11 de septiembre de 2001, el
tema del terrorismo y el de la seguridad internacional han adquirido nuevos
ribetes y un creciente interés y protagonismo en la agenda internacional. El
terrorismo implica la ejecución de actos de violencia para amedrentar a ciertos
actores sociales o a una población determinada o para desorganizar una
estructura social, económica o política. El terrorismo suele expresar con
amargura las frustraciones de ciertos sectores de la población y usa la táctica
del terror psicológico para alcanzar sus objetivos. El propósito es causar miedo
para obtener fines políticos. En opinión del gobierno boliviano, el terrorismo
puede incubase en el narcotráfico y alimentarse de él. Además, alrededor del
mundo, el tráfico ilegal de drogas se ha convertido en el motor financiero que
alimenta a muchas organizaciones terroristas.
El objetivo de la política boliviana de lucha contra el terrorismo es
combatir este flagelo en todas sus formas y manifestaciones, de conformidad
con el derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas y con pleno
respeto a la ley, los derechos humanos y a las instituciones democráticas, así
como reforzar los mecanismos de cooperación política, legal, financiera y
operativa relativos a la lucha contra el terrorismo, participando en todos los
convenios internacionales sobre la materia y haciendo un permanente
seguimiento de los mismos. Finalmente, cabe destacar que, en los últimos
años, Bolivia ratificó todas las convenciones contra el terrorismo y sus diferentes
manifestaciones, aprobadas por las Naciones Unidas y la Organización de
Estados Americanos, y suscribió la Convención Interamericana contra el
Terrorismo, adoptada el 3 de junio de 2002 en la XXXII Asamblea General de
la OEA, realizada en Bridgetown (Barbados)
La nueva política exterior boliviana
38 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
38
Lucha contra la corrupción
El gobierno de Bolivia le asigna la mayor importancia al tema de la lucha
contra la corrupción y a los instrumentos jurídicos internacionales suscritos
en la materia, especialmente en el marco de la OEA y la ONU. Bolivia tiene
preocupantes niveles de corrupción e impunidad, lo que causa un gran daño
económico y socava la moral de los bolivianos. La corrupción además es una
amenaza a la gobernabilidad democrática.
En este sentido, el país se ha comprometido a cumplir sus obligaciones
internacionales y a hacer un seguimiento permanente de las acciones
emprendidas para combatir el crimen transnacional. En este contexto, cabe
destacar que el gobierno boliviano suscribió la Convención Mundial de la ONU
contra la Corrupción. Sin embargo, para que la Convención entre en vigencia,
es necesario que la ratifiquen al menos 30 países. En todo caso, luego de que la
delegada presidencial anticorrupción, Lupe Cajías, estampara su firma en
nombre de Bolivia, anunció que el gobierno boliviano espera la pronta
ratificación de la Convención en el Congreso Nacional.
La lucha contra el crimen transnacional también pasa por un proceso de
fortalecimiento institucional en los tres Poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
En este sentido, es necesario realizar significativos esfuerzos para luchar contra
la corrupción y la impunidad, recuperar la credibilidad en la Justicia, la Fiscalía
y la Policía, así como crear mecanismos más eficaces de rendición de cuentas.
Protección a las comunidades bolivianas en el exterior
Los abusos y malos tratos a los que se han visto sometidos algunos ciudadanos
bolivianos en países a los cuales se han visto obligados a emigrar se ha convertido,
lamentablemente, en una práctica recurrente. En este asunto, hasta ahora, el Estado
boliviano no ha logrado dar soluciones satisfactorias. El Servicio Consular,
dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, es el encargado de
proteger y colaborar a los ciudadanos bolivianos en el exterior, pero no cuenta con
el personal ni con los medios necesarios para realizar esta tarea.
En este sentido, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto está
trabajando para reforzar y elevar la calidad de los servicios que prestan los
Consulados de Bolivia – sobre todo en los países que albergan a mayor número
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Juan Ignacio Siles del Valle
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de ciudadanos bolivianos – con la finalidad de mejorar la atención a la
comunidad boliviana que vive y trabaja en el exterior. La Cancillería de la
República tiene un especial interés en brindar la mayor cooperación posible a
las comunidades bolivianas que radican en el exterior. Dichas comunidades de
compatriotas hacen importantes aportes a nuestra economía por medio de
remesas de dinero que envían a sus familiares en Bolivia, proyectan una imagen
positiva del país por su honestidad, su capacidad de trabajo y su esfuerzo y
comienzan a adquirir un importante peso político en los países que los han
acogido.
Por todo ello, la Cancillería está trabajando en un Plan General de
Protección y Atención de Ciudadanos Bolivianos que viven en el exterior, que
se comenzará a desarrollar en las ciudades en las que haya un mayor número
de bolivianos, especialmente de aquellos que se encuentren en condiciones de
vulnerabilidad. Otra de las tareas pendientes en esta área es lograr incluir en el
marco de las reformas a la Constitución Política del Estado, el derecho al voto
de los compatriotas que viven en el exterior, así como facilitar la obtención de
doble nacionalidad a los bolivianos que han emigrado a otros países, mediante
la suscripción de acuerdos bilaterales.
A manera de conclusiones
En un contexto internacional que se puede denominar de transición
hacia la consolidación de un orden uni-multipolar, en el que se debilita el
multilateralismo y el derecho internacional, la política exterior boliviana es
una expresión de su realidad interna, un instrumento de vinculación del país
con el mundo y una herramienta para afrontar el proceso de globalización.
Bolivia ha buscado permanentemente una mejor inserción internacional en
los variados ámbitos de la vida internacional, sea a nivel global, hemisférico,
regional o subregional. Con un gobierno democrático, una economía social de
mercado y una identidad multicultural y plurilingüe, desde hace varios años,
Bolivia viene haciendo grandes esfuerzos para convertirse en un país de
contactos y en un centro de distribución energética subregional. En la actualidad,
Bolivia atraviesa por una crisis social, política y económica sin precedentes y el
gobierno del presidente Carlos Mesa afronta grandes desafíos, por lo que
necesita el reconocimiento, el apoyo y el respaldo de la comunidad internacional.
La nueva política exterior boliviana
40 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
40
Bolivia promueve la cooperación, la concertación y la integración con
los países vecinos. En ese marco, un objetivo irrenunciable de su política exterior
es lograr la reintegración marítima a las costas del Océano Pacífico. Desde la
perspectiva boliviana, este tema es bilateral, trilateral y multilateral. Asimismo,
la política de integración trata de contribuir a la inserción internacional, el
crecimiento y el desarrollo del país. Por otro lado, en el marco de un proceso
de creciente complejidad del sistema internacional, la política exterior boliviana
trata de afrontar, apegándose al derecho internacional y el imperio de la ley,
nuevas amenazas transnacionales, como el crimen organizado, el narcotráfico,
el terrorismo y la corrupción. En la nueva estrategia antidrogas del gobierno
boliviano se afirma que, a pesar de la crisis de octubre, el país seguirá luchando
contra el flagelo de las drogas y que, en el marco del principio de responsabilidad
compartida, la comunidad internacional tiene la obligación moral de hacer un
esfuerzo proporcional y equivalente al realizado por el país.
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Celso Amorim
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a elección del Presidente Lula sucedió en un momento de búsqueda
de nuevas respuestas políticas y económicas para los problemas con que se
enfrentan los países de Sudamérica. El deterioro de los indicadores sociales en
la zona ponía de manifiesto las limitaciones del modelo neoliberal, basado en
la fe ciega de la apertura de mercados – unilateral, en algunos casos – y en la
retracción del papel del Estado. La naturaleza ilusoria de la creencia de que
tales modelos producirían desarrollo sostenible quedó patente con las crisis
sociopolíticas en la zona. Por su compromiso con la democracia, por su
preocupación con la cuestión social del desarrollo, el Presidente Lula pasó a
simbolizar no sólo la aspiración de brasileños a un desarrollo acompañado de
justicia social, sino la de muchos otros en nuestra zona y más allá de ella.
La acción diplomática del Gobierno Lula se concibe como un instrumento
de apoyo al proyecto de desarrollo social y económico del País. Pero posee, también,
una dimensión humanista, que se proyecta en la apuesta por la cooperación
internacional para el desarrollo y para la paz. Está profundamente enraizada en los
intereses y esperanzas del pueblo brasileño. Es nacional, sin dejar de ser
internacionalista.
Conceptos y estrategias
de la diplomacia del
gobierno Lula
Celso Amorim *
L
*
Ministro de Relaciones Exteriores de la República Federativa de Brasil
Conceptos y estrategias de la diplomacia del gobierno Lula
42 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
42
Se fundamenta en una profunda conciencia de la interdependencia entre
los destinos de Brasil y de nuestros vecinos sudamericanos. Delante de las
amplias afinidades que nos aproximan y las dificultades que anhelamos superar,
la integración de Sudamérica se presenta como un imperativo. La cuestión, en
verdad, es saber qué tipo de integración queremos. Ausente una agenda de
creciente cooperación, con énfasis en los intereses compartidos y en las
oportunidades de beneficios mutuos, corremos el riesgo de asistir a una
integración perversa, adulterada por la contaminación recíproca de situaciones
de crisis, si no es el caso de por el crimen organizado, por el contrabando y por
el narcotráfico.
El estrechamiento de los lazos entre nuestras economías, la convergencia
política y el aumento del contacto entre las sociedades y los ciudadanos de
Sudamérica pasan por acuerdos comerciales como los que firmamos entre
Mercosur y los países de la Comunidad Andina. Exigen atención especial para
cuestiones de infraestructura, como transportes, comunicaciones, energía. Pero
requieren, también, una aproximación entre los pueblos y sociedades, por medio
del arte, de la cultura, de la multiplicación de oportunidades de contacto.
Aspiramos a constituir una Comunidad Sudamericana de Naciones.
Ese proyecto de integración debe observarse, también, como una
movilización capaz de potenciar nuestras relaciones con otras naciones y grupos
de naciones. Creemos que un ordenamiento global multipolar propicia un
ambiente más estable y seguro, proporcionando mejores condiciones de desarrollo
para todos. La evolución del escenario internacional parece conducir a un mundo
formado por grandes bloques, como la Unión Europea, o países con peso y
tamaño equivalentes al de un bloque, como EEUU y China. En una estructura
con esas características, el poder de influencia de países en desarrollo, tomados
individualmente – incluso el de los mayores, como Brasil –, se presenta limitado.
El fortalecimiento de nuestra cohesión regional permite que nuestra voz se oiga
mejor en las negociaciones comerciales multilaterales, y que tengamos mayor
peso en el contexto internacional, con vistas a transformarlo en más democrático
y equitativo. Nuestro creciente entendimiento con los otros miembros de
Mercosur y, en particular, con Argentina – socio estratégico privilegiado – viene
posibilitando que avancemos en esa dirección.
Si el conjunto sudamericano se aproxima a otros países en vías de
desarrollo, su peso y su capacidad de negociación se potenciarán. En la esfera
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Celso Amorim
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comercial multilateral, ya nos estamos coordinando con otros países en
desarrollo en torno a plataformas que alían – de modo, quizá, inédito – la
promoción de la liberalización comercial con la justicia social. El G-20
1
, creado
durante la Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio
(OMC) en Cancún, se sitúa en la vanguardia de un movimiento internacional
– que cuenta con el apoyo de la sociedad civil en el propio mundo desarrollado
– por la reducción de las barreras proteccionistas y la eliminación de los
subsidios multimillonarios, que perjudican a exportadores competitivos de
productos agrícolas de los países en desarrollo.
Al alterar la tradicional dinámica de las negociaciones en la OMC – donde
las dos principales potencias comerciales solían establecer entre sí la dirección
y el alcance de las negociaciones –, el G-20 contribuyó a “alterar la geografía
del comercio internacional”, según la expresión del Presidente Lula. El G-20
se erige como actor indispensable para el progreso de las negociaciones de la
Ronda de Doha. Sostenemos que la Ronda sólo será bien exitosa en la medida
en que el proceso sea transparente y capaz de contemplar los intereses y
demandas de los principales actores.
La consolidación del G-20 demuestra que existe un espacio diplomático
que merece explotarse mejor en la interacción con otros grandes países y zonas
en desarrollo. Durante varios siglos, dependimos de percepciones recabadas
por observadores europeos y norteamericanos acerca de sociedades
geográficamente distantes de las nuestras, como las de Asia y del Oriente
Medio, y hasta incluso con relación a otras más próximas, en la vecina África.
La intensificación del diálogo y del intercambio directo con ésas y otras zonas,
más allá de la retórica ya agotada del tercermundismo, exige, sobretodo, voluntad
política de parte a parte.
El Gobierno Lula viene buscando demostrar que los objetivos de la
diplomacia brasileña pueden ser, a un mismo tiempo, universalistas y
firmemente anclados en nuestra prioridad sudamericana. Es éste el espíritu
con que iniciativas innovadoras viene lanzándose, como el foro trilateral entre
Sudáfrica, India y Brasil (IBAS), también llamado G-3, y la propuesta de Cumbre
entre los países de Sudamérica y los países miembros de la Liga Árabe.
1
El G-20 actualmente incluye a Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, China, Cuba, Egipto, Ecuador, Filipinas,
India, Indonesia, México, Nigeria, Pakistán, Paraguay, Sudáfrica, Tanzania, Venezuela e Zimbabwe.
Conceptos y estrategias de la diplomacia del gobierno Lula
44 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
44
África, de donde descienden casi la mitad de los brasileños, despierta en
Brasil un creciente interés político, económico y cultural. Queremos abrir un
nuevo capítulo en las relaciones con nuestros hermanos africanos. Con la
intensificación de visitas presidenciales y ministeriales en ambos sentidos,
estamos estableciendo nuevos puentes para una cooperación más estrecha, en
sintonía con las afinidades históricas y geográficas, y en consonancia con
nuestros esfuerzos internos de incentivo a la igualdad racial.
Priorizados los contactos con nuestro entorno geográfico, el Gobierno
Lula se distingue por la vocación para el diálogo con actores de todos los
cuadrantes y niveles de desarrollo. La participación del Presidente de la
República en los Foros de Porto Alegre y de Davos, en su primer mes de
gobierno, reflejó, al mismo tiempo, las convicciones democráticas del Gobierno
y el deseo de influir en los grandes debates internacionales en defensa de una
globalización no excluyente.
La preocupación con la justicia social y con los derechos humanos también
está en el origen de la propuesta del Presidente Lula de una acción internacional
comprometida en el combate al hambre y a la pobreza. Enraizados en valores
éticos y humanistas, esos esfuerzos prevén llamar la atención a los límites de
enfoques que hacen hincapié en la dimensión militar de la seguridad
internacional, sin tener en cuenta los vínculos entre el desarrollo económico y
social, por un lado, y la paz y seguridad internacional, por otro. Como afir
el Presidente Lula, durante encuentro en Ginebra, en que participaron el
Secretario General de la ONU y los Presidentes de Chile y de Francia, el hambre
puede ser considerada la más mortífera de las armas de destrucción en masa.
El estrechamiento de nuestras relaciones con el mundo de los países
desarrollados prosigue con la elevación del diálogo político, teniendo presente
el interés en la ampliación de los intercambios comerciales, en la atracción de
inversiones y en la cooperación científica y tecnológica. Las negociaciones
para la constitución de una Área de Libre Comercio de Américas (Alca)
representan un desafío desde el punto de vista de una propuesta de equilibrio
ecuánime de una pauta compleja, que aúna no sólo la liberalización del comercio
de bienes y servicios – en los que nos gustaría concentrarnos –, sino también
temas relacionados a inversiones, propiedad intelectual, compras
gubernamentales, entre otras. Con la Unión Europea, está en fase adelantada
de negociación un acuerdo birregional con Mercosur, que abre perspectivas
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Celso Amorim
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esperanzadoras de beneficios comerciales, y se puede ver como un saludable
factor de “multipolaridad” para nuestras relaciones económico-comerciales
con el Norte.
Brasil tiene una sólida tradición de búsqueda de la paz por medios
pacíficos, basados en el diálogo y en los principios del derecho internacional.
Creemos que las instancias multilaterales, por ofrecer un espacio de diálogo
para Estados soberanos, deben ser valoradas y representan un factor de
progreso para el orden internacional.
El consenso internacional que favoreció acciones colectivas de combate al
terrorismo, después de los atentados de 11 de septiembre de 2001, se rompió con
la intervención militar contra Irak. Las trágicas consecuencias de la crisis iraquí,
entre ellos, el ataque contra la Oficina de la ONU en Bagdad, en que perdió la vida
el brasileño Sérgio Vieira de Mello, continúan desafiando a la inteligencia política
de la comunidad internacional. La perspectiva de erosión del sistema de seguridad
colectiva, fundamentado en la Carta de la ONU, llevó el Secretario-General Kofi
Annan a proponer una reflexión sobre las amenazas contemporáneas, los modos
de afrontarlas y sobre la correspondiente instrumentalización de los órganos del
sistema de la ONU, en particular del Consejo de Seguridad.
Como apunta Kofi Annan, nos encontramos en una encrucijada histórica.
El riesgo de un retroceso en dirección a acciones unilaterales sin respaldo en el
derecho internacional requiere de la valentía política que permita realizar los
ajustes posibles en el sistema de seguridad colectiva, preservando el papel
central del Consejo de Seguridad en la legitimación del uso de la fuerza.
Convencidos de que el multilateralismo representa, para las relaciones
internacionales, el mismo avance político representado por la democracia, a
escala nacional, consideramos indispensable que el proceso de reforma de las
Naciones Unidas contribuya a fortalecer la voz de los países en desarrollo – y
de Sudamérica en particular – en la apuesta por la paz.
En la medida en que la situación de Irak, y más ampliamente del Oriente
Medio, constituye la más seria amenaza a la estabilidad mundial, no podemos
dejar de asumir nuestra parte de responsabilidad en el asunto. Es ciertamente
éste el sentimiento del Presidente Lula, cuya actuación, antes de la guerra de
Irak, preconizaba medios diplomáticos para la solución pacífica del impasse.
Hoy, el Gobierno brasileño busca mantener un diálogo activo con los países
de nuestra zona y otros actores internacionales, con vistas a reverter el actual
Conceptos y estrategias de la diplomacia del gobierno Lula
46 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
46
cuadro de escepticismo y violencia en la Golfo y en el Oriente Medio. El
nombramiento de un Emisario Especial para el Oriente Medio y las medidas
ya tomadas para la instalación de una representación diplomática de Brasil en
Ramalá se inscriben en ese contexto.
Nuestra zona presenta una trayectoria de paz y estabilidad que hemos
sabido preservar. La ausencia de grandes conflictos y la vigencia de formas
democráticas de gobierno son conquistas de las cuales los gobiernos y los
pueblos latinoamericanos deben enorgullecerse. Eso no significa que no
podamos o no nos debamos interesar por la aspiración de la paz a escala
global; la inestabilidad, aunque lejana, acaba pasando cuentas a todos los
participantes del sistema internacional.
Más próximo de nosotros, Haití exige un compromiso a largo plazo por
parte de la comunidad internacional, en apoyo a su reconstrucción económica
e institucional. En la condición de miembro del Consejo de Seguridad, Brasil
viene trabajando para que las percepciones e inquietudes de los países del
Caribe se tengan en cuenta en las decisiones de la ONU sobre Haití, y para
que los haitianos vuelvan a beneficiarse, en el más breve plazo, de un ambiente
propicio a la consolidación de su democracia. En el caso de Haití, es gratificante
observar que se dan las condiciones para una operación de la ONU que cuenta
con el consenso político de la comunidad internacional. Ese razonamiento
fundamentó nuestra decisión de aceptar el mando de la operación de paz
establecida por el Consejo de Seguridad.
Nuestra participación en la Misión de la ONU en Haití, además, parte
del principio de que la paz no es un bien internacional libre: el mantenimiento
de la paz exige un precio. Ese precio es el de la participación. Ausentarse o
eximirse de opinar o actuar delante de una situación de crisis puede significar
la exclusión del proceso de toma de decisiones, o, peor, la dependencia con
relación a otros países o zonas.
Pasados quince meses, la diplomacia del Gobierno Lula tiene un saldo
significativo de realizaciones que se pueden presentar. El Acuerdo de Buenos
Aires y el Acta de Copacabana muestran el nivel de entendimiento sin
precedentes alcanzados por Argentina y Brasil. Mercosur recupera su cohesión
interna, se asocia a Perú y concluye negociaciones con los demás miembros de
la CAN. Se dibuja, poco a poco, el perfil de una Comunidad Sudamericana de
Naciones.
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Celso Amorim
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Consolidamos importantes alianzas en la lucha por un comercio
internacional más libre y menos distorsionado. El G-20, nacido de los embates
que precedieron a la Conferencia de Cancún, se afirma como un interlocutor
indispensable en la reconquista de las negociaciones agrícolas en la OMC. La
Declaración Ministerial de Miami contribuyó a reequilibrar las negociaciones
del Alca. Se abren perspectivas esperanzadoras de conquista de nuevos
mercados para Mercosur, mediante acuerdos ya negociados o en vías de
negociación, como el birregional con la Unión Europea, y los que establecen
preferencias fijas en el comercio con la Unión Aduanera del Sur de África
(Sacu) y con India. Pronto, serán iniciados entendimientos para acuerdos entre
Mercosur y la Caricom, China, México, Marruecos y otros países árabes.
Se firman los lazos de amistad y cooperación con socios tradicionales
del mundo desarrollado y en desarrollo. China se afirma como un socio
estratégico. Las relaciones con Rusia ganan un nuevo dinamismo. Empiezan a
fructificar los nuevos proyectos de estrechamiento de relaciones, como los del
Foro IBAS, cuya primera Comisión Trilateral, en Nueva Delhi, en febrero
último, estableció un ambicioso programa de cooperación. Brasil, India y África
del Sur trabajan juntos, también, en acciones que buscan colocar la cuestión
del hambre en lugar prioritario de la agenda internacional; están creadas las
condiciones para el inicio de proyectos financiados por el Fondo del IBAS
contra el hambre y la pobreza.
Esos esfuerzos se llevarán adelante a lo largo de 2004, año en que Brasil
volverá a asumir la presidencia de Mercosur (el segundo semestre) y ejerce la
presidencia del Grupo de Rio. En el próximo mes de julio, la ciudad de São
Paulo fue la anfitriona de la XI Conferencia de las Naciones Unidas para el
Desarrollo y el Comercio (Unctad), ocasión en que fueron examinadas la
posibilidad de una lanzamiento de una nueva ronda de negociaciones
comerciales en el ámbito del Sistema General de Preferencias entre Países en
Desarrollo (Sgpc) y otras formas más osadas de aproximación entre los países
en desarrollo, consolidando varios esfuerzos ya en curso. En septiembre, el
Presidente Lula organizará un encuentro, al margen de la Asamblea General
de la ONU, destinado a examinar formas de recaudar recursos para el combate
del hambre y de la pobreza.
Conceptos y estrategias de la diplomacia del gobierno Lula
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48
Version: José Antonio Pérez
Si los progresos alcanzados nos permiten encarar el escenario
internacional con confianza en nuestra capacidad de abrir nuevos caminos e
influir sobre procesos en curso, no debemos subestimar los obstáculos que
continuaremos afrontando – en la promoción de procesos decisorios más
ecuánimes, en la defensa de mayor justicia social a escala global, en la reconquista
de una efectiva cooperación internacional para la paz y el desarrollo. En
colaboración con los países sudamericanos, Brasil continuará trabajando por
unas mejores condiciones de vida para sus ciudadanos, con la plena seguridad de
que contamos con un creciente respeto, simpatía y apoyo, aquí y en el resto del
mundo.
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
María Soledad Alvear Valenzuela
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a globalización, como fenómeno que impregna la realidad en la que se
desenvuelven las naciones contemporáneas y como forma de comprender las
condiciones en las que se vinculan entre ellas, ha sido un proceso rápido, intenso
e inevitable. La velocidad del avance de las comunicaciones, su influencia en la
toma de decisiones de gobiernos, personas y mercados, afecta a todos los
ámbitos de la vida de países y ciudadanos.
Ése es el escenario en que debe moverse América Latina – uno lleno de
incertidumbres y desafíos – en el cual las equivocaciones pueden tener costos
de gran magnitud en términos de desarrollo y de las que puede tardar años en
recuperarse. Como dijo el Presidente Lagos recientemente, “Queremos
construir un mundo mejor, un mundo que podamos dejar como herencia a
futuras generaciones. Sin embargo, tenemos menos certezas que en el pasado.
No tememos el Apocalipsis, pero sí hemos aprendido que los recursos no son
inagotables; que el daño sobre el medio ambiente es una de las amenazas para
La política exterior
de Chile
en los inicios del
milenio
María Soledad Alvear Valenzuela
*
*
Ministra de Relaciones Exteriores de la República de Chile
L
La política exterior de Chile en los inicios del milenio
50 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
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el futuro; que las tensiones sociales derivadas de las profundas desigualdades
en algunas de nuestras sociedades constituyen bombas de tiempo”.
1
Sabemos que debemos avanzar en un mundo muy diferente de lo que
históricamente hemos conocido y, al mirar la experiencia realizada, nos queda
sólo el imperativo de no volver a cometer los errores del pasado, utilizar al máximo
los recursos del presente y los que avizoramos que nos ofrecerá el futuro.
Frente a ese mundo globalizado se actúa desde un continente, desde una
región. La política exterior de los países latinoamericanos se hace desde esta
región y desde su historia y sus potencialidades. De ahí la importancia de fortalecer
los acuerdos regionales y la integración. Es necesario avanzar en procesos de
integración realistas y concretos ya que, de otro modo, podemos quedar al margen
del desarrollo global y transformarnos en un simple espectador.
La política exterior de Chile: una visión de presente y futuro
Líneas permanentes y programáticas
La política exterior de Chile se nutre de dos fuentes fundamentales: los
principios permanentes y los objetivos programáticos. El Presidente Ricardo
Lagos los definió en su primer Mensaje a la Nación a poco de asumir el gobierno
el año 2000.
2
Otro elemento esencial para comprenderla es la recuperación de la
democracia, que cambió radicalmente las formas de vinculación entre el país y
el resto del mundo. La reinserción internacional de Chile, iniciada en 1990, dio
inicio a un fecundo período de nuestra historia internacional.
Los aspectos permanentes están en relación con aquellos conceptos que
son parte sustancial de nuestra acción diplomática, porque constituyen
principios inalterables de la visión internacional del país y han sido seguidos
consistentemente durante nuestra historia republicana.
2
Mensaje Presidencial, 21 de Mayo de 2000.
1
Presidente de la República, Ricardo Lagos Escobar, durante ceremonia de Graduación 2003 de los Alumnos
de la Academia Diplomática de Chile “Andrés Bello”, 22 de septiembre de 2003.
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
María Soledad Alvear Valenzuela
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Los segundos, en cambio, son aquellos elementos que dan forma y
singularizan las propias aspiraciones, intereses y proyección internacional que el
Gobierno del Presidente Ricardo Lagos le ha impuesto a la política exterior bajo
su mandato, los que complementan y extienden los objetivos y logros de la
década de los noventa.
Son principios permanentes: el acatamiento al Derecho Internacional y,
en consecuencia, el respeto irrestricto a los tratados; la no intervención en los
asuntos de otros Estados; la solución pacífica de los conflictos y la promoción
y defensa de los intereses nacionales.
La aplicación permanente de estos principios le ha dado a la política
exterior chilena una continuidad histórica, que se desenvuelve coherentemente
en un marco de referencia estable, lo que le permite ser un actor predecible y
confiable en el entorno internacional.
Simultáneamente, con ello se aspira a que la política exterior se desarrolle
como una política de Estado, orientándose a objetivos estratégicos que
promuevan el bienestar ciudadano, el desarrollo nacional y la participación
internacional promoviendo los principios y valores que sustentan esta sociedad.
Asimismo, el país aspira a compartir los valores e ideales comunes de los
pueblos latinoamericanos, contribuir a que, en forma conjunta y coordinada,
podamos promover nuestros anhelos, hacer oír nuestras demandas, y plantear
nuestras ideas y las formas como observamos soluciones para los problemas
mundiales, basados en nuestra experiencia y en la mirada de esta región del
mundo.
El fin de un ciclo
El retorno a la democracia en 1990 representó un momento de renovación
de la política exterior de Chile. Dos fueron los grandes objetivos trazados en
aquella época: reinsertar a Chile en la comunidad internacional y asegurar una
inserción económica internacional equilibrada que consolidara nuestra apertura
en este ámbito.
Chile vivió diecisiete años de aislamiento, en un escenario internacional
caracterizado por la división ideológica entre dos bloques. Nuestro país sufrió
los efectos de un período en el cual la realidad fue interpretada, modelada y
La política exterior de Chile en los inicios del milenio
52 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
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reducida a proyectos sesgados y excluyentes. La caída del Muro de Berlín, a
fines de la década de los ochenta, simbolizó el fin de una época y el inicio de
un proceso de profundas transformaciones que modificaron de raíz las
estructuras políticas, sociales, económicas y culturales vigentes desde 1945, y
que dio paso a una nueva etapa signada por el fenómeno de la globalización.
La recuperación de la democracia en Chile exigió una nueva formulación de
los principios, intereses y objetivos de nuestra política exterior. Éste fue el contexto
histórico en el que, a comienzos de la década pasada, la acción internacional de
Chile se identifica con un sello de afirmación de su voluntad democrática, donde
principios como la defensa de los Derechos Humanos, la promoción de la
democracia y el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales se
transformaron en pilares y conductores de las decisiones en política exterior.
Al mismo tiempo, la constitución de un gran mercado global, los procesos
transnacionales, el incremento de la interdependencia y la instantaneidad de las
comunicaciones afrontó al país con la necesidad de asumir estas nuevas realidades
a partir de una economía abierta al mundo. Fue así como Chile complementó un
proceso iniciado de manera paulatina con la apertura unilateral de su economía,
con una estrategia destinada a lograr avances en el ámbito multilateral y acuerdos
bilaterales con los mercados más significativos del mundo.
En estos trece años, Chile ha logrado insertarse plenamente en la
comunidad internacional, mostrándose coherente con los principios que
inspiran a Naciones Unidas y con un orden mundial basado en el derecho
internacional y en el multilateralismo. Ello nos ha permitido asumir mayores
responsabilidades en el ámbito internacional: hemos sido elegidos en dos
oportunidades miembros no permanentes del Consejo de Seguridad de
Naciones Unidas (1996-1997, 2003-2004); integrado en cuatro ocasiones el
Consejo Económico y Social; hemos participado en la Comisión de Derechos
Humanos, de forma casi ininterrumpida, desde 1992, y mantenemos una
disposición permanente para trabajar con diversos organismos multilaterales.
En materia de diplomacia de Cumbres, promovimos la Cumbre Mundial sobre
Desarrollo Social y hemos sido sede de reuniones del Grupo de Río, de la
Cumbre Iberoamericana y de la II Cumbre de las Américas. En el ámbito
regional, hemos acogido dos Asambleas Generales de la OEA y promovimos
la adopción del “Compromiso de Santiago” de 1991, que sentó las bases de la
Carta Democrática Interamericana.
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
María Soledad Alvear Valenzuela
53
Junto con ello, Chile ha alcanzado una acertada integración en la economía
global. Comenzando por la región, y con la experiencia recogida en los primeros
acuerdos negociados, Chile se proyectó más allá, hacia la conquista de los
mercados del Asia Pacífico, Estados Unidos y Europa. La identificación de
estos tres ejes derivó en intensas acciones diplomáticas que, tras varios años,
han conducido a acuerdos comerciales trascendentes en la historia del país.
En efecto, los acuerdos comerciales de distinta naturaleza con los países
latinoamericanos, los Tratados de Libre Comercio con Canadá, México, Estados
Unidos de América y Corea, así como el Acuerdo de Asociación con la Unión
Europea, abren las puertas a mercados que suman cerca de 1.300 millones de
habitantes y que, en su conjunto, representan más de la mitad del Producto
Geográfico Bruto mundial.
En suma, el cumplimiento de los objetivos que nos habíamos fijado
hace más de una década, nos permiten cerrar con éxito un ciclo en la política
exterior chilena y dar paso a una nueva etapa, cuyas tareas tienen que ver con
promover las condiciones para que Chile alcance un desarrollo social y
económico vigoroso, en un entorno regional democrático, estable y
cohesionado socialmente, para proyectarse – como país y como región – con
fuerza hacia el resto del mundo, de cara a los grandes desafíos del siglo XXI.
Éste es, en consecuencia, el gran reto de la política exterior de Chile,
para lo que hemos definido cuatro ejes de acción que nos permiten acometerlo
con éxito y que se señalan a continuación:
Nuestra prioridad es América Latina
En el mundo actual el porvenir de las naciones es interdependiente. La
globalización exige aunar esfuerzos para tener una inserción adecuada y no quedar
marginados del progreso. La perspectiva planetaria, independientemente de la
voluntad de los actores participantes, es una realidad que traerá graves consecuencias
si no es percibida, analizada y afrontada de forma conjunta y eficaz.
En el ámbito político, estados pequeños o medianos buscan hacer sentir
su voz e influir de manera relevante en el proceso mundial de toma de
decisiones. Esto implica contar con una disposición a alcanzar acuerdos en
el marco regional, promoviendo nuestra integración, armonizándola con las
La política exterior de Chile en los inicios del milenio
54 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
54
estrategias propias de desarrollo, buscando obtener los beneficios de las
ventajas competitivas de las diferentes áreas de la región en relación con el
resto del mundo.
Una de las definiciones clave de la política exterior chilena es nuestra
pertenencia a América Latina. Nos proyectamos al mundo como región,
coordinando posiciones para lograr los intereses que nos son comunes y así
alcanzar conjuntamente los beneficios del desarrollo.
La mayoría de los países de la región son pequeños o de tamaño medio.
Ello nos debería impulsar a acentuar la variable regional, tanto en el ámbito
político como económico, pues la competencia comercial y la articulación y
defensa de posiciones a nivel global, demanda espacios de integración efectivos
que permitan aprovechar los beneficios de las economías de escala y las diversas
potencialidades derivadas del diálogo permanente y la concertación de ideas.
Para lograr este objetivo, Chile ha abrazado el compromiso de desempeñar
un papel activo en buscar conjuntamente soluciones a los problemas regionales
y en ayudar a identificar metas realistas y comunes de integración que nos
permitan avanzar con un cierto orden y en una dirección determinada.
Asimismo, redoblaremos nuestra disponibilidad a compartir experiencias
y a continuar impulsando programas de cooperación al servicio de un entorno
más estable, con economías ordenadas desde el punto de vista macro, pero
dotadas, al mismo tiempo, de fuertes mecanismos que permitan una lucha
sostenida contra la pobreza, capaces de generar un círculo virtuoso entre
gobernabilidad política y progreso social.
El compromiso de Chile con la región es tanto político como comercial, a la
vez que bilateral y multilateral. Tales dimensiones son complementarias y necesarias.
En el ámbito político, consideramos importante continuar realizando
un esfuerzo orientado a encontrar soluciones a los problemas existentes y a
identificar elementos, variables o amenazas, que pudiesen perturbar la
estabilidad política y social.
Tenemos puntos de coincidencia fundamentales. Todos los países estamos
preocupados por los retos que afronta nuestra región en materia de
gobernabilidad democrática y cohesión social. Ése fue el tema de la Cumbre
del Grupo de Río en mayo pasado en Perú, lo fue también en la Asamblea
General de la OEA que tuvo lugar en Chile en junio pasado, de la Cumbre
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
María Soledad Alvear Valenzuela
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Iberoamericana en Bolivia y de la Cumbre Extraordinaria de las Américas en
Monterrey. Es decir, estamos trabajando juntos en identificar caminos de
desarrollo y prosperidad para nuestros pueblos y en la consolidación de nuestras
democracias.
En este sentido, instancias como el Grupo de Río, el Mercosur Ampliado
y la Organización de Estados Americanos, por sólo nombrar algunas de las
instancias en las cuales ya se han logrado avances en el ámbito regional,
constituyen foros relevantes que Chile seguirá impulsando para abordar los
temas trascendentes para la región.
El Mercosur es el esquema de integración más relevante de nuestro entorno
geográfico. Aspiramos a un fortalecimiento sustantivo de la dimensión política del
Mercosur Ampliado como espacio de concertación subregional para alcanzar una
posición más relevante en la comunidad internacional. Del mismo modo, nos
interesa profundizar los vínculos tomando como base la amplia variedad de materias
donde se puede avanzar, como por ejemplo la coordinación macroeconómica, la
lucha contra la pobreza, la defensa, la cultura y la educación, entre otras.
Asimismo, debemos trabajar para que la Organización de Estados
Americanos funcione eficazmente, actualizando debidamente su agenda para
que contenga los temas que interesan al hemisferio en su conjunto; buscando
una agilización de sus métodos y prácticas; la modernización de su estructura;
y una coordinación efectiva con el conjunto de organismos del sistema
interamericano.
La perspectiva de integración regional de Chile se funda en la construcción
de un diseño realista que establezca metas viables y selectivas en aquellos sectores
donde puedan conseguirse avances concretos, abriendo espacios de concertación
que logren vincular los diferentes esquemas existentes y la pluralidad de intereses
en juego.
Al mismo tiempo, es indispensable avanzar en la integración en los
ámbitos de educación, libre circulación de personas y capitales, medioambiente,
defensa y seguridad.
Un aspecto central de dicha agenda es la constitución de un eje de acción
que fomente la gobernabilidad democrática y la cohesión social en América
Latina. Entendemos, como parte de nuestro interés nacional, que hay que
trabajar por la solidez y la estabilidad de los países de nuestro entorno regional,
La política exterior de Chile en los inicios del milenio
56 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
56
pues ello genera condiciones favorables para seguir avanzando en nuestra
estrategia de desarrollo.
Lo anterior nos ha llevado a impulsar con mucha fuerza, en el marco de
la última Asamblea General de la OEA (Santiago, Junio 2003), la propuesta de
poner en marcha una Agenda de Gobernabilidad Democrática para las
Américas, que articule esfuerzos nacionales e internacionales que permitan
afrontar los nuevos desafíos políticos, económicos y sociales que surgen dentro
del contexto actual de la globalización, y seguir con la tarea de fortalecer la
credibilidad y la confianza ciudadana en las instituciones democráticas.
Por otra parte, el comercio constituye también una probada herramienta
que facilita los procesos de integración. Como se ha señalado, Chile posee una
red acuerdos – de distinta entidad – con toda Latinoamérica y la región ocupa
un lugar preferente de nuestra atención en el campo económico. En efecto, el
Hemisferio representa el 45% de nuestro comercio exterior y casi la totalidad
de la inversión de Chile en el exterior se materializa en ella. Asimismo, es hacia
la región donde van, principalmente, los productos exportables con mayor
valor agregado que se producen en nuestro país.
Un tema comercial de interés común para América Latina, en cuya discusión
deberíamos perseverar, es el de las negociaciones para alcanzar un Área de Libre
Comercio para las Américas (Alca). Chile sostiene que, más allá de los diferentes
y legítimos puntos de vista existentes, es necesario que dichas negociaciones
estén orientadas a favorecer a todo el continente, especialmente en la generación
de normas claras y estables para el desarrollo de todas las formas de intercambio.
Un escenario regional con mayores disciplinas comerciales y con mecanismos
de solución de legítimos conflictos abordados asegura mejores y más estables
condiciones para las exportaciones e inversiones realizadas en la región.
En el ámbito bilateral, la agenda de trabajo con las naciones vecinas y con
el resto de los países de la región es intensa y comprende materias tales como la
integración física, energética, de fronteras y social. La integración tiene un
significado mucho más evidente en el plano limítes territoriales, ya que existe
una red de intereses concretos y una dinámica de acercamiento que en los últimos
años ha acelerado, de forma sustancial, la interdependencia entre los pueblos.
La vecindad con Argentina, Perú y Bolivia nos ha llevado a impulsar una
agenda prioritaria con dichos países que esperamos profundizar en los próximos
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
María Soledad Alvear Valenzuela
57
años. Estamos realizando un importante trabajo en los más diversos ámbitos
de la relación bilateral, que esperamos que sean profundizados y
complementados con una mayor integración en otros campos y cuya expresión
concreta debería ser la materialización de alianzas, asociaciones estratégicas y
plataformas de desarrollo compartidas en todas aquellas áreas en que existan
elementos comunes.
En la misma dirección, con Brasil estamos de acuerdo con la urgencia de
establecer una agenda regional que contemple materias tales como integración
económica; integración física, en especial el tema de los corredores bioceánicos;
el fortalecimiento de la institucionalidad democrática; el lucha contra el
terrorismo y las crecientes redes de narcotráfico, y la cooperación en el ámbito
cultural, educacional, tecnológico, así como un fortalecimiento de los
mecanismos de consultas y coordinación política para consensuar posiciones
en los foros internacionales.
Como ambos países somos hoy miembros no permanentes del Consejo
de Seguridad de Naciones Unidas, seguiremos haciendo esfuerzos para actuar
de manera coordinada en dicho foro. Nuestros mandatarios, asimismo, han
llegado a acuerdos sobre la necesidad de reformar y revitalizar el Sistema de
Naciones Unidas, en particular el Consejo de Seguridad, de modo de hacerlo
más representativo frente a las nuevas realidades mundiales. En ese contexto,
el Presidente Lagos manifestó al Presidente Lula que, en el caso de que se
decida la ampliación del número de miembros permanentes del Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas, Chile reconocerá el legítimo interés histórico
de Brasil en integrar esa categoría de miembros.
Seguiremos también con nuestro propósito de fortalecer nuestras
relaciones con Colombia, Ecuador y Venezuela, naciones con las cuales hemos
tenido una histórica vinculación muy cercana.
Una mayor presencia en Centroamérica y el Caribe constituye otro
elemento relevante de nuestra política exterior en la región.
Del mismo modo creemos que México constituye un vértice
indispensables de una política de alianzas que potencie el desarrollo y la
presencia de Chile en América Latina.
Mantendremos con Estados Unidos y Canadá una relación equilibrada y
madura, que proyectaremos a la cooperación para la estabilidad del Hemisferio,
La política exterior de Chile en los inicios del milenio
58 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
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así como al desarrollo de espacios de diálogo, cooperación y concertación que
permitan ampliar las condiciones de seguridad en el Continente e impulsar la
prosperidad para el conjunto de las Américas.
Como se ha señalado, en el mundo en que vivimos, nadie puede bastarse a
sí mismo, ni siquiera las grandes potencias. La globalización, la interdependencia
y la transnacionalización son corrientes que cruzan las fronteras y abren
perspectivas planetarias, más allá de la voluntad de los actores participantes.
América Latina debe hacer sentir su voz e influir de manera relevante en
el proceso mundial de toma de decisiones. Ello exige unas acciones conjuntas,
fundamentadas en una voluntad concreta de integración. Por eso, nuestra
política exterior tiene acento latinoamericano, ya que es el ámbito geográfico
en el cual vivimos y todo lo que pasa a nuestro alrededor nos afecta.
Creemos necesario fomentar entre los países de la región un diseño de
concertación regional que permita configurar ejes funcionales, abiertos y
flexibles, donde se pueda coincidir en determinados asuntos y disentir en otros,
sin excluir a nadie. Más bien se trata de sumar fuerzas para construir consensos
básicos e impulsar su puesta en práctica, promoviendo la articulación de
espacios que faciliten el impulso de la agenda regional.
Nuestra acción global y multilateral: Gobernar la
Globalización
La globalización tiene evidentes ventajas en materia de inversión y
transacción de bienes, comunicaciones y acercamientos mutuos. Pero, también
genera desequilibrios entre los países y afecta a elementos básicos del actual
sistema internacional basado en la existencia de Estados independientes y
soberanos en sus decisiones, así como también, al orden político, económico
y social establecido en la mayoría de los países del mundo actual.
El problema que surge, a partir de esta nueva etapa, es que el orden
vigente no parece capaz de conducir la globalización y se ha debilitado el
consenso respecto al acatar ciertas normas comunes aceptadas por todos. Ello
se ve favorecido porque esta globalización presenta un elemento novedoso
respecto de episodios similares de la historia mundial: carece de un centro
nítido que reúna el poder político y económico.
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
María Soledad Alvear Valenzuela
59
Lo anterior ha acentuado el cuestionamiento del multilateralismo actual.
Las organizaciones internacionales surgidas en la posguerra se adecuaban a la
situación existente en ese momento y se reforzaban por la subsiguiente Guerra
Fría. Sin embargo, las críticas a su funcionamiento empezaron hace más de
una década, al tiempo que mostraban los primeros síntomas de obsolescencia
en algunos campos. Esto se puede apreciar en la composición del Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas; en la existencia de un Consejo de
Administración Fiduciaria – en circunstancias que hace casi dos décadas que
no hay territorios en fideicomiso encargados a su supervisión –, y en la dinámica
del Consejo Económico y Social.
En este debate han surgido inesperadamente nuevos actores y nuevos
focos de discusión. Gobernar la globalización requiere también hacerse cargo
de los grandes temas mundiales. Amparado en este gran marco de referencia
ha brotado un nuevo debate que se refiere a los “bienes públicos mundiales”.
Se los denomina bienes públicos porque son bienes que, independientemente
de quién sea su proveedor (el sector privado o el Estado), la sociedad entiende
que deben estar al alcance de todos.
La expresión ha irrumpido en las discusiones internacionales como un
nuevo elemento de análisis, su descripción se halla aún en una fase de
acotamiento conceptual y, si bien la idea asiste reciente a un proceso de
determinación, ello no ha sido obstáculo para que sea impulsado como un
tema de reflexión y de interés en la aplicación de algunas políticas globales.
Esta discusión se ve complementada con un interés de potenciar y darle
contenido al “nuevo” multilateralismo que reclaman muchos países, con el
objeto de convivir en un mundo global que presenta oportunidades, pero
también amenazas, especialmente para las sociedades y pueblos más vulnerables.
Como se ha señalado, lo multilateral se considerará cada vez más como
un tema de política interna y cómo se actúe en ese escenario podría llegar a
convertirse, a los ojos del ciudadano común, en una tarea de características tan
importantes como cualesquiera de los temas de nuestras políticas nacionales.
Por ello, una renovación del multilateralismo es también importante desde
esta perspectiva, pues de su arquitectura y de la distribución de poderes
dependerá, en gran medida, el grado de independencia que posean los Estados
en el futuro.
La política exterior de Chile en los inicios del milenio
60 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
60
Se requieren, estructuras renovadas para abordar los problemas de la
macroeconomía mundial, la regulación de las transacciones económicas
internacionales y la estabilidad financiera, así como el medio ambiente, la justicia
internacional, los derechos humanos, la lucha contra las epidemias mundiales,
la diversidad cultural, el conocimiento y el uso de bienes comunes. Necesitamos
un sistema multilateral distinto si queremos cohesión social a escala planetaria
y un mundo con reglas claras y oportunidades para todos, porque donde no
hay un derecho común se impone la ley del más fuerte.
Para Chile, el multilateralismo y el Derecho Internacional constituyen
medios imprescindibles para promover y defender adecuadamente sus intereses,
por lo que nuestros esfuerzos están orientados a fortalecer estas instancias y a
construir un orden internacional basado en principios y en la legalidad.
Por ello, nuestra acción global y multilateral se rige por orientaciones
basadas en principios y valores permanentes fundados en la profunda
convicción democrática que inspira al país, la valoración de las relaciones
internacionales, el respeto entre las naciones y la búsqueda de las más elevadas
condiciones de convivencia internacional. Entre éstas cabe mencionar que:
(a) Promoveremos una participación activa de Chile en las instancias
que la comunidad internacional ha creado para tratar estos temas
(como, por ejemplo, el Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas
sobre Bienes Públicos Globales, dirigido por Suecia y Francia).
Asimismo, nuestra participación como miembro no permanente del
Consejo de Seguridad durante 2004 es una oportunidad significativa
para hacer valer nuestras consideraciones sobre estas materias. En
este sentido, las tareas que corresponde abordar tienen que ver con
el hecho de aumentar la participación de la comunidad internacional
en la consolidación de la paz y de avanzar en la renovación y
fortalecimiento de las Naciones Unidas, respaldando el trabajo del
Comité de Sabios y acompañando al Secretario General en este
esfuerzo.
(b) Profundizaremos nuestra labor de promoción de la democracia y los
derechos humanos como base de una convivencia civilizada y como
sello de identidad de nuestra política exterior (Agenda de
Gobernabilidad Hemisférica, Comunidad de Democracias, sistema
de protección de los derechos humanos).
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En el caso de la Comunidad de las Democracias, tendremos la responsabilidad
de organizar el encuentro respectivo de esta última en el primer trimestre del 2005.
Después del 11 de septiembre de 2001, la lucha contra el terrorismo y el
control de las armas de destrucción masiva han adquirido una importancia
capital. Chile considera que estos temas deben ser asumidos por el conjunto
de la comunidad internacional, en los foros y regímenes multilaterales adecuados
y, en el caso del combate al flagelo del terrorismo, cuidando siempre del respeto
pleno a los derechos humanos.
(c) Mantendremos nuestra colaboración en operaciones de mantenimiento
de la paz de la ONU y seguiremos trabajando en la búsqueda de un
acercamiento de las nociones de seguridad a la gente (Red de Seguridad
Humana). Asimismo, continuaremos desarrollando el nuevo enfoque
de medidas de fomento de la confianza mutua con los países vecinos
y en la región y trabajado nuevas metodologías que hagan transparente
nuestros propósitos y los medios destinados a la defensa.
(d) Contribuiremos al desarrollo de una agenda social para la
gobernabilidad de la globalización, aportando nuestras capacidades y
experiencias, en materias tales como: salud, educación, lucha contra
la discriminación; desarrollo indígena; sociedad de la información, y
ciencia y tecnología.
(e) Chile es un país profundamente comprometido con la agenda del
desarrollo sostenible, que está estrechamente ligada con el futuro de
nuestro país y que depende en gran medida de la explotación sostenible
de sus recursos naturales; por ello, mantendremos nuestra activa
participación en los principales foros en que se debate esta temática;
en las diversas negociaciones ambientales multilaterales y en los foros
internacionales que definen políticas de desarrollo sostenible.
(f) En materia de ciertos regímenes especiales, Chile, como país signatario
del Tratado Antártico, continuará participando activamente en el
perfeccionamiento del régimen aplicable a esa zona y apoyará
activamente la labor de la Secretaría creada a su amparo. En materia
marítima, desarrollaremos una activa política que combinará los
enfoque global y regional (CPPS), particularmente en materia
conservación de recursos y de normativa sobre transporte marítimo
La política exterior de Chile en los inicios del milenio
62 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
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de sustancias peligrosas. En el ámbito espacial y de aeronáutica,
nuestros esfuerzos estarán dirigidos a facilitar el acceso nacional a las
más modernas tecnologías, a apoyar a las empresas nacionales a
mejorar su inserción en el mercado aeronáutico internacional y a
fortalecer nuestras capacidades de observación astronómica.
En marzo de 2004 fue realizado el Primer Foro Mundial de Biotecnología,
que congregará a numerosos expertos para abordar un tema cada vez más
importante para la Humanidad.
Apertura comercial e implementación de los Acuerdos y
Tratados de Libre Comercio.
Dado el tamaño de nuestra economía, el desarrollo nacional depende,
en forma significativa, del libre comercio y de la más plena inserción en el
mundo. El aumento de la productividad, las escalas de producción y el acceso
a mercados más amplios, son el camino más efectivo para mejorar las
perspectivas laborales del país y para mantener altas tasas de crecimiento,
innovación tecnológica y eficacia en la asignación de los recursos.
Pretendemos lograr una incorporación mundial múltiple y flexible. Una
participación que nos permita implicarnos activamente en los procesos de
integración regional y bilateral, y que conceda seguridad legal y económica a
los exportadores e importadores chilenos.
La estrategia económica internacional que ha adoptado Chile, en el contexto
del denominado “regionalismo abierto”, consagra tres grandes instrumentos o
vías complementarias para profundizar su objetivo de libre comercio: la apertura
unilateral; las negociaciones comerciales multilaterales, y la apertura negociada a
nivel bilateral y regional. Así, en un futuro próximo, más del 75% del comercio
de Chile estará libre de aranceles, lo que, además de favorecer nuestra eficiencia
económica, estimulará el aumento y la diversificación de las exportaciones hacia
bienes con mayor valor agregado y servicios.
Un desafío relevante para el país es aprovechar plenamente las ventajas y
potencialidades que nos abren los Tratados de Libre Comercio suscritos,
consolidando el trabajo conjunto entre los sectores público y privado. Esto
conlleva abordar una tarea de alta complejidad propia de la etapa de
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
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63
administración de dichos acuerdos, lo que implica, entre otras cosas, prevenir
y adelantarse a cualquier problema que pueda suscitarse, respondiendo de
manera permanente con patrones de calidad internacional.
A partir del 1 de febrero del 2003, el 85% de las exportaciones a la
Unión Europea, principal socio comercial de Chile, entra sin arancel. Al mismo
tiempo, dicho mercado es la principal fuente de inversiones extranjeras y el
principal origen de la cooperación internacional que recibe el país.
El Acuerdo con la UE crea las condiciones para fomentar la creación y
la calidad del empleo, mejorar la competitividad, modernizar la estructura
empresarial y productiva. En especial, constituye un impulso renovado al
desarrollo exportador, diversificando productos, especialmente en las regiones
de Chile.
Por otra parte, el tratado suscrito con Estados Unidos crea una sólida y
profunda zona de libre comercio entre ambos países y constituye un acuerdo
equilibrado e integral, que incluye todos los aspectos de la relación económica
bilateral, tales como el comercio de bienes, las contrataciones públicas, la
promoción y protección de las inversiones extranjeras, los servicios
transfronterizos y la protección de los derechos de propiedad intelectual.
También incorpora temas propios de la nueva economía, como el comercio
electrónico y las telecomunicaciones, así como asuntos ambientales y laborales.
Asimismo, la posibilidad de participar en compras públicas y otras
oportunidades que presentan los tratados de libre comercio (TLC) nos obligan
a disponer de instrumentos que permitan rentabilizarlas debidamente. De igual
manera, es imprescindible adecuar la institucionalidad pública a los desafíos
de una economía abierta y global; promover una “imagen país” y articular
estratégicamente a los actores públicos y privados en torno a objetivos comunes.
El ingreso a mercados tan exigentes como Estados Unidos y la Unión
Europea, nos ha hecho reforzar nuestro trabajo en materia de prevención.
Procuraremos adelantarnos a cualquier problema que pueda suscitarse,
respondiendo de manera permanente con patrones de calidad internacionales.
Esto permitirá a los exportadores nacionales posicionarse frente a sus
competidores. Sólo así podremos disfrutar de los beneficios comerciales de
los acuerdos, de las oportunidades de inversión, y de las ganancias intangibles,
como la certidumbre jurídica que convierte a un país en un socio confiable.
La política exterior de Chile en los inicios del milenio
64 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
64
Por otra parte, nuestra participación en la Organización Mundial de
Comercio (OMC) está en estrecha relación con nuestro decidido afán de contar
con un sistema multilateral de comercio fortalecido, plenamente legitimado, y
que establezca principios y reglas claras para el intercambio comercial.
En este contexto, resulta fundamental para nuestro país el éxito de las
negociaciones de la Ronda de Doha de la OMC, ya que es este foro el que
establece las disciplinas comerciales mundiales y permite, de este modo,
garantizar, a un país abierto y pequeño como el nuestro, el contar con un
sistema de comercio internacional justo.
Hemos señalado muy claramente que ha llegado el momento de que los
países industrializados pongan fin a una competencia desleal cuya contrapartida
es más pobreza en los países en desarrollo. Debemos transformar la retórica
que acompañó al lanzamiento de la Ronda de Doha en una voluntad política
real de resolver nuestros problemas y dar cumplimiento a lo que acordamos.
Chile seguirá haciendo los esfuerzos por reactivar las negociaciones de
la Ronda Doha, a través de la búsqueda de puentes y encuentros, en las
posiciones de los distintos países miembros, siempre resguardando debidamente
los intereses nacionales.
Asia Pacífico: Año APEC, Chile 2004
Si América Latina constituye nuestro entorno natural, el Asia Pacífico es
una región de especial relevancia para nuestro país. Chile es un país ribereño
del Pacífico y con los países de esta cuenca se han mantenido vínculos que, en
algunos casos, vienen desde los inicios históricos de nuestra nación.
A partir de 1990, la política implementada hacia el Asia Pacífico adquirió
una dimensión multilateral que condujo a nuestra integración en el Foro de
Cooperación Económica del Asia Pacífico (Apec). Este foro fue creado en
1989 y constituye el principal esquema de integración comercial del planeta,
pues sus economías miembros representan más del 50% del PIB mundial y
son responsables del 47% del comercio internacional.
En este sentido, la celebración en Chile de la próxima Cumbre de Líderes
de Apec y del Año Apec, Chile 2004, en su conjunto, constituye el mayor
desafío de gestión multilateral que afrontará la política exterior de Chile y el
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
María Soledad Alvear Valenzuela
65
mayor evento político-diplomático que nuestro país ha asumido ante la
comunidad internacional.
La Cumbre permitirá promover entre las economías del Asia Pacífico los
objetivos de la política exterior de Chile hacia el área y constituirá una ocasión para
consolidar nuestra condición de puente entre el pacífico asiático y América Latina.
Desde ese punto de vista, la prioridad que le asignamos a Latinoamérica se verá
reforzada por la vinculación entre ambos espacios en el marco del Año Apec Chile
2004, particularmente con Perú y México, en su calidad de países Apec.
Uno de los principales hitos de la historia de APEC son las llamadas “metas de
Bogor”, por la que los países desarrollados se comprometieron a liberalizar totalmente
sus economías para el año 2010 – entre los que Chile se incluyó voluntariamente –, y
las economías de menor desarrollo harán lo propio para el 2020.
Tres estrategias se han oficializado para alcanzar estas metas. La primera
está relaciona con los llamados Planes Individuales de Acción (IAP), la segunda
con la Liberalización Sectorial Anticipada (EVSL), y la tercera con la
coordinación y compromiso para la acción multilateral en las negociaciones
comerciales en el marco de la OMC.
También han sido tres las áreas de trabajo que se han implementado
para alcanzar el objetivo del libre comercio: liberalización del comercio y las
inversiones (eliminación de barreras arancelarias y no arancelarias); facilitación
del comercio (reducción de costos de transacciones comerciales y mejoras en
el acceso de la información), y cooperación económica y técnica (para construir
las capacidades que les permitan acceder al libre comercio).
Tras un proceso de consultas con todas las economías de Apec, Chile elaboró
una agenda temática para el año 2004, basada en tres aspectos fundamentales: la
agenda permanente del Foro; los intereses comunes de las economías de Apec, y
la agenda gubernamental de Chile y su proyección en el Foro:
(a) Apec como catalizador del sistema multilateral de comercio: se espera
que Apec pueda contribuir a destrabar el proceso de negociaciones en la
OMC, que se encuentra paralizado tras la reunión Ministerial de Cancún.
(b) Institucionalización de los Acuerdos de Libre Comercio y de los
Acuerdos regionales de Comercio: Apec puede contribuir para otorgar
a este tipo de acuerdos un marco adecuado, a objeto de profundizar
el proceso de liberalización comercial
La política exterior de Chile en los inicios del milenio
66 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
66
(c) Promoción comercial, comercio y seguridad: en Apec 2004 se promoverá
el desarrollo de un Plan de Acción que permita implementar los
compromisos de las economías en materias de seguridad,
(d) Desarrollo de las Pymes: impulso a la formación y apoyo decidido del
sector público a la creación y desarrollo de la pequeña y mediana
empresa.
(e) Inglés como lengua de trabajo para hacer negocios: mejorar las
prácticas educativas destinadas a profundizar el uso de tal idioma en
Chile, a la vez que se buscará acordar un Plan de Acción de largo
plazo, que permita alcanzar la meta de disponer del inglés como idioma
de trabajo y negocios en las economías.
Conclusión
La consistencia y coherencia de la política exterior de Chile se sustenta
en la permanencia y respeto a los valores y principios que históricamente ha
vigilado, ha defendido y ha respetado, tales como el estricto respeto al Derecho
Internacional, la no intervención en los asuntos de otros Estados y la
intangibilidad de los tratados.
Los esfuerzos que Chile ha realizado desde su reencuentro con la
democracia han dado sus frutos y ello nos plantea unos desafíos inherentes y
en proporción con los resultados alcanzados.
Por ello, continuidad y cambio es lo que inspira nuestra política exterior
en este nuevo ciclo. Continuidad en la defensa y promoción de los intereses
tradicionales de Chile, continuidad también en la búsqueda y promoción de
modelos de convivencia internacional fundados en una mayor cohesión social
y en la profundización del orden democrático. Cambio, sin embargo, en la
manera como nos presentamos ante los procesos de globalización en marcha,
ante la irrupción del avance tecnológico y frente a la llamada “sociedad del
conocimiento” y las insospechadas dimensiones de sus nuevas áreas.
Esta etapa histórica que afrontamos nos plantea más interrogantes que
certezas, más desafíos que respuestas, todo lo cual implica un estímulo poderoso
para aplicar la creatividad y proyectar con fuerza nuestras potencialidades, en
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
María Soledad Alvear Valenzuela
67
la perspectiva de lograr el desarrollo, aprovechando las oportunidades que nos
ofrece un mundo en el cual los países se insertan a partir de sus realidades
nacionales y regionales.
América Latina es el pilar prioritario de nuestra política exterior. Es en este
espacio geográfico, político, económico y cultural donde nosotros y nuestros
descendientes vivimos y viviremos. Estamos convencidos de que las fronteras y
los países son espacios de intercambio, de integración, de diálogo fructífero a
través de las cuales podemos trazar puentes que vayan en directo beneficio de
nuestros pueblos.
Chile aspira al desarrollo para el conjunto de América Latina. Nuestra
acción internacional reconoce como ámbito fundamental a la región, como
lugar desde el cual Chile se abre al mundo, para asumir, desde ahí y con fuerza,
las oportunidades que la globalización ofrece, utilizando todos los espacios y
herramientas a nuestro alcance.
De la habilidad para identificar los temas del futuro dependerá el
cumplimiento satisfactorio de los objetivos de nuestra política exterior.
La política exterior colombiana
68 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
68
a política exterior de un país está determinada por la conjunción de la
realidad internacional y su coyuntura interna. La dinámica irreversible de la
globalización y los fenómenos transnacionales que la caracterizan aumentan
esta interdependencia.
El mundo de hoy ofrece nuevas y múltiples oportunidades que deben
ser aprovechadas pero que también entrañan amenazas de carácter global que
atentan contra la estructura misma de las sociedades nacionales y la
gobernabilidad democrática de los Estados.
La coyuntura histórica que atraviesa Colombia evidencia con crudeza
esta realidad. La violencia y la inseguridad generadas por el terrorismo y
financiadas con particular fuerza en el país por el negocio transnacional de las
drogas ilícitas –y sus delitos relacionados: el desvío de componentes químicos,
el lavado de activos y el tráfico ilícito de armas, municiones y explosivos– y
por otras actividades criminales como el secuestro y la extorsión comprometen
La política exterior
colombiana:
gobernabilidad democrática,
responsabilidad compartida y
solidaridad
Carolina Barco
*
L
*
Ministra de Relaciones Exteriores de la República de Colombia
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Carolina Barco
69
el desarrollo económico y social de la nación, vulneran el estado de derecho,
debilitan la institucionalidad democrática y afectan a la población civil.
Este ciclo no podrá romperse si, a los esfuerzos y sacrificios del Gobierno
y el pueblo colombianos, no se les suma el compromiso firme y decidido de la
comunidad internacional.
La política exterior colombiana no puede ignorar este contexto. Por ello,
además de los propósitos tradicionales que caracterizan la gestión internacional
de un país en desarrollo, ésta debe servir de apoyo y complemento a los
esfuerzos internos dirigidos a atender los desafíos de la realidad nacional.
Reconfiguración del orden mundial
El orden mundial está en proceso de reconfiguración, manifiesto en la
tensión evidente en la comunidad internacional por el debate entre las
actuaciones de carácter unilateral y la necesidad de fortalecer el multilateralismo
y la Organización de las Naciones Unidas para que pueda cumplir su propósito
de preservar la paz y la seguridad internacionales.
En palabras del secretario general de la ONU, Kofi Annan, el mundo
enfrenta “Viejas amenazas en nuevas y peligrosas combinaciones”. Las nuevas
formas de terrorismo –financiadas con los dineros de la droga–, la proliferación
de armas de destrucción masiva, el desbordamiento de los conflictos internos,
y el tráfico ilícito de armas pequeñas y ligeras son algunos de los desafíos que
enfrenta el sistema internacional.
Debe hablarse también de las llamadas amenazas no armadas, como la
persistencia de la pobreza extrema, la ampliación de la brecha entre países ricos
y pobres, y el aumento de la exclusión al interior de las sociedades nacionales.
Estos fenómenos son factores de inestabilidad que no deben menospreciarse.
La consolidación de la lucha contra el terrorismo como uno de los ejes
centrales de las relaciones internacionales y el consiguiente fortalecimiento del
vínculo entre política exterior y política de seguridad no han debilitado la
vigencia del anhelo de un orden global basado en la cooperación, la solidaridad,
el diálogo y la negociación.
Esta tendencia coincide con los llamamientos en favor de la cohesión
social y el desarrollo económico como bases de una globalización más humana
La política exterior colombiana
70 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
70
que favorezca la gobernabilidad y consolide la democracia, garantía de un
sistema internacional más justo y seguro para todos.
La política exterior colombiana no ignora el carácter complementario de
estas dos visiones y ha buscado la participación activa del país en la construcción
del nuevo orden mundial –mejorando la inserción en la comunidad internacional
y la capacidad negociadora– sin olvidar la defensa de los intereses nacionales y
la mejora de las condiciones de vida de nuestros ciudadanos.
I. Conceptos rectores
La política exterior colombiana es una política de Estado cuya piedra angular
es el respeto a los principios y normas del Derecho Internacional consagrados
en la Constitución Política y en la Carta de las Naciones Unidas. Entre ellos se
destacan la igualdad soberana, la no intervención en los asuntos internos de los
otros Estados, la buena fe en el cumplimiento de las obligaciones internacionales,
la solución pacífica de controversias y la abstención de la amenaza o del uso de
la fuerza. Su gestión se inspira, además, en los siguientes conceptos rectores:
1. Gobernabilidad democrática
Es necesario defender y preservar la gobernabilidad democrática en el
ámbito nacional. Para ello, el gobierno se ha comprometido con el fortalecimiento
del estado de derecho y el restablecimiento del imperio de la ley en todo el
territorio nacional. La política de seguridad democrática busca devolver la
seguridad y el orden a los colombianos y garantizar el pleno ejercicio de la
democracia, así como los derechos y las libertades fundamentales, en un contexto
de pluralismo político y participación ciudadana y en el marco de un compromiso
absoluto con los derechos humanos y el Derecho Internacional Humanitario.
Este esfuerzo ha ido acompañado de una labor responsable en materia
económica, dirigida principalmente al ajuste de las finanzas del Estado, la
reactivación de la economía, la generación de empleo y la esencial recuperación
de la inversión social.
También se avanza en la reforma de la administración pública con el fin
de adecuar las instituciones a las necesidades del país y optimizar la eficiencia
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Carolina Barco
71
estatal, sin abandonar el firme compromiso en la lucha contra la corrupción y
la malversación de los recursos públicos.
Con el ánimo de contribuir al cumplimiento de estas metas, la política
exterior está desarrollando una labor orientada hacia la consecución de apoyo
político y hacia la concreción de oportunidades comerciales y de proyectos de
cooperación económica y financiera. Se quiere también proyectar en el ámbito
internacional los objetivos del Gobierno en materia de equidad, reducción de
desigualdades y defensa de las poblaciones vulnerables.
El mayor desafío de la política exterior colombiana hoy es transmitir de
manera efectiva el mensaje de que Colombia está fortaleciendo la democracia y
la gobernabilidad en todo el territorio nacional e impulsando el desarrollo con
equidad, que sigue luchando contra el terrorismo y persevera en el compromiso
indeclinable de combatir las drogas. Pero su esfuerzo no basta: son necesarias
las acciones concretas, decididas e inmediatas de la comunidad internacional.
2. Responsabilidad compartida
La política exterior colombiana reconoce y valora la existencia de una
responsabilidad compartida por la comunidad internacional frente al problema
mundial de las drogas y sus delitos relacionados y frente a la lucha contra el terrorismo
y sus fuentes de financiación. Esa responsabilidad supone aunar a la acción del gobierno
colombiano el compromiso firme de otros Estados y de todos los actores
internacionales con posibilidades de contribuir a la erradicación de estas lacras.
Quien acepta la responsabilidad compartida acepta la naturaleza integral
de los problemas de carácter global y, por consiguiente, la necesidad de enfrentar
de manera equilibrada todas las etapas de la cadena criminal, sin dejar de lado
las crisis humanitarias que pueden derivarse de esos fenómenos. Por ello, es
prioritario para la política exterior lograr compromisos internacionales para
combatir el desvío de componentes químicos, el lavado de activos, el tráfico
ilícito de armas, municiones y explosivos, y otras actividades como el secuestro,
la extorsión y la explotación ilícita de recursos naturales, parte sustancial de las
fuentes de financiación de las redes del terrorismo.
A la luz del principio de la responsabilidad compartida, Colombia apoya
y promueve todo esfuerzo internacional destinado a combatir aquellas
La política exterior colombiana
72 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
72
actividades que amenazan la gobernabilidad democrática y fomentan el
terrorismo y la violencia en todas las latitudes.
3. Solidaridad
Colombia ha pedido al mundo apoyo para derrotar el terrorismo en todas
sus formas y manifestaciones y es solidaria con la lucha mundial contra este
fenómeno. Esto implica promover un combate frontal contra sus fuentes de
financiación, estrechamente vinculadas con el negocio criminal de las drogas
ilícitas y sus delitos conexos.
La solidaridad internacional debe traducirse en programas y proyectos
que complementen los esfuerzos del gobierno en materia económica y social
y ayuden a contrarrestar los efectos de la violencia y del deterioro del tejido
socioeconómico, en especial en las áreas donde hay cultivos ilícitos. Es así
como la gestión de política exterior busca apoyar la inversión social y los
planes de lucha contra la pobreza, favorecer la generación de empleo y
gestionar la ampliación y profundización de los programas de asistencia
humanitaria.
II. Objetivos estratégicos
La política exterior de Colombia se orienta hacia el logro de los siguientes
objetivos:
1. Defender la soberanía nacional e impulsar el desarrollo
integral de las fronteras
Asegurar la integridad del territorio e impulsar el desarrollo concertado
de las zonas de frontera son propósitos que reflejan los más altos intereses
de la nación. Para su cumplimiento, y bajo la dirección del Presidente de la
República, el Ministerio de Relaciones Exteriores lidera en la actualidad una
estrategia dual que busca, en primer término, defender y afianzar la
jurisdicción de Colombia en los espacios de soberanía marítima y terrestre
de conformidad con los principios y normas del Derecho Internacional. Se
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Carolina Barco
73
está haciendo particular énfasis en la salvaguarda de los derechos e intereses
de Colombia frente a la demanda interpuesta por Nicaragua ante la Corte
Internacional de Justicia, al mismo tiempo que se fortalece los vínculos con
los países limítrofes.
Entre ellos cabe resaltar espacios de integración como las comisiones de
vecindad y las comisiones binacionales, así como mecanismos tales como la
Comisión presidencial negociadora colombo-venezolana.
En segundo lugar se cuenta con la Comisión intersectorial de integración
y desarrollo fronterizo, que promueve el mejoramiento de la infraestructura,
la realización de proyectos productivos con participación local y regional y, en
general, el desarrollo de políticas públicas dirigidas a elevar las condiciones de
vida en las zonas de frontera.
En el marco de la comunidad andina se están impulsando una política
externa común y una política común de seguridad para coordinar estrategias
en temas como la lucha contra las drogas, el terrorismo y la seguridad de
fronteras. Asimismo, se avanza en la implementación de acciones que generen
beneficios para las poblaciones de frontera en los campos laboral, social y de
protección del medio ambiente.
2. Consolidar relaciones bilaterales estratégicas
Las relaciones de Colombia con otros países y grupos de países deben
entenderse como parte de una estrategia integral para el cumplimiento de los
objetivos de la política exterior y las metas previstas en el Plan Nacional de
Desarrollo. Esta estrategia incluye:
el fortalecimiento de los vínculos con América Latina y el Caribe,
haciendo énfasis en las relaciones con los países vecinos;
la consolidación de una relación estratégica con Estados Unidos y el
acercamiento con Canadá;
la consolidación y el desarrollo de una agenda integral con Europa;
la ampliación y profundización de las relaciones con Asia y el Pacífico;
el impulso al diálogo político y el intercambio con África y el Medio
Oriente.
La política exterior colombiana
74 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
74
3. Defender y promover los intereses nacionales en el
escenario multilateral
La política exterior de Colombia se caracteriza por el compromiso firme
con el multilateralismo, que se refleja en una participación activa en los foros
internacionales, en particular en aquellos que se ocupan de los temas de la
agenda global pertinentes para la realidad colombiana.
Con ello se busca promover acciones internacionales en asuntos
relacionados con la situación del país y obtener apoyo para los esfuerzos
destinados a impulsar el desarrollo económico y social.
En el ámbito global, son prioritarios:
el fortalecimiento del multilateralismo;
la defensa y promoción de los derechos humanos y el Derecho
Internacional Humanitario;
la equidad social y el desarrollo humano;
el tratamiento del problema mundial de las drogas y la lucha contra el
terrorismo, la corrupción y el crimen organizado;
la protección y la preservación del medio ambiente;
la cooperación internacional;
la relación con las organizaciones no gubernamentales y otros actores
de la sociedad civil.
4. Apoyar las políticas del Plan Nacional de Desarrollo en
el ámbito internacional
El Plan Nacional de Desarrollo señaló cuatro objetivos fundamentales
que orientan la acción del gobierno –brindar seguridad democrática,
impulsar el crecimiento económico sostenible y la generación de empleo,
construir equidad social e incrementar la transparencia y la eficiencia del
Estado–, y la política exterior está dirigida a apoyar el cumplimiento de
estos objetivos.
En materia de seguridad democrática, se busca el apoyo global en la
lucha contra el terrorismo y las drogas y se hacen esfuerzos tendientes a
mejorar la comprensión de la realidad del país por parte de la comunidad
internacional.
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Carolina Barco
75
El crecimiento económico sostenible se impulsa a través de gestiones
internacionales dirigidas a la obtención de recursos financieros y a la concertación
de acuerdos preferenciales de comercio e inversión con países o regiones de
especial importancia para Colombia. El apoyo político del Ministerio de
Relaciones Exteriores en las negociaciones de carácter económico y comercial
adelantadas por Colombia es un componente importante de este esfuerzo.
En lo que se refiere a la equidad social y el desarrollo humano, se buscan
programas de asistencia técnica y proyectos de cooperación en áreas estratégicas
para el desarrollo económico y social. El Ministerio se ocupa también del
seguimiento de los acuerdos internacionales suscritos por Colombia en la
materia y de la gestión de programas de asistencia humanitaria.
Por último, el Ministerio está trabajando con la Vicepresidencia de la
República en la lucha contra la corrupción y la politiquería, y a favor de la
transparencia y la eficiencia estatales.
5. Mejorar la comprensión de la realidad del país en el
exterior
Las percepciones limitadas o sesgadas de la realidad del país son un
obstáculo para el cabal desarrollo de las relaciones políticas, económicas y
comerciales con otros Estados e incluso dificultan la gestión de Colombia en
organismos internacionales y en foros de carácter regional o hemisférico y
complican la comunicación con organizaciones no gubernamentales y otros
actores de la sociedad civil.
Por ello es propósito principal de la política exterior la búsqueda de un
mejor entendimiento de la situación colombiana por parte de la comunidad
internacional a través de la corrección de dichas percepciones.
La realización de este objetivo implica el desarrollo de una estrategia de
comunicación en coordinación con la Presidencia de la República. Implica,
asimismo, reconocer y potenciar la labor de empresarios, científicos, artistas,
deportistas y los demás compatriotas que hacen parte de la presencia de
Colombia en el exterior y ayudan a promover la imagen del país.
Se requiere igualmente una labor efectiva por parte de las embajadas y
los consulados en aspectos tales como la promoción de nuestra biodiversidad,
La política exterior colombiana
76 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
76
la difusión y el aprovechamiento de la riqueza cultural colombiana, la creación
de espacios de interlocución con la sociedad civil y el impulso a la formación
de grupos de estudio sobre la realidad colombiana.
6. Fortalecer los vínculos con las comunidades
colombianas en el exterior
En la actualidad aproximadamente cuatro millones y medio de colombianos
–un 10% de la población– viven fuera del país. El gobierno está empeñado en
fortalecer los vínculos con nuestras comunidades en el exterior –estableciendo
con ellas una comunicación de doble vía para beneficio mutuo–, en reconocerlas
como parte vital de la nación y hacerlas objeto de políticas públicas.
Con este objetivo se están diseñando programas tendientes a mejorar las
condiciones de vida de nuestros connacionales en los diferentes países de
residencia y su proceso de inserción en las sociedades locales. Algunas de las
vías de acción que el Gobierno ha explorado para lograr lo anterior son la
suscripción de acuerdos laborales, migratorios, educativos y de seguridad social
con países receptores de inmigrantes colombianos; la promoción del ahorro
programado para la adquisición de vivienda en Colombia; la posibilidad de
que los emigrantes accedan a crédito hipotecario en el país; y la disminución
del costo de envío de las remesas.
El Ministerio de Relaciones Exteriores es consciente además de la necesidad
de fortalecer la asistencia consular en asuntos jurídicos y sociales, y de informar
a nuestros compatriotas sobre sus derechos y obligaciones como emigrantes.
Es innegable la importancia de la labor que desempeñan los miembros de
la comunidad colombiana en el exterior, en especial aquellos que se han organizado
en asociaciones. Por esta razón se propicia la conformación de redes temáticas y
geográficas y se avanza en iniciativas que permitan implicados en la planeación,
el desarrollo e incluso la financiación de programas y proyectos sociales o
productivos para el país.
De igual manera, se busca aprovechar el potencial de los empresarios, los
creadores o los investigadores colombianos cuya labor tenga reconocimiento
internacional para que aporten, desde su experiencia en otros países, al
desarrollo económico, cultural y científico de la nación.
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Carolina Barco
77
Si bien el Gobierno no tiene capacidad para dar todas las soluciones, sí tiene
la responsabilidad y el deber de facilitar el encuentro, de propiciar la cercanía y, en
lo que compete al Ministerio de Relaciones Exteriores, de dar respuestas efectivas.
III. Líneas de acción
La política exterior colombiana se ha organizado de acuerdo con líneas de
acción temáticas, por una parte, y, por la otra, por áreas geográficas. Las líneas de
acción temáticas corresponden en su mayoría a temas de la agenda global que se
abordan principalmente en el ámbito multilateral, pero que también forman
parte integral de la estrategia de política exterior en el ámbito bilateral. Las líneas
de acción por áreas geográficas abordan los temas desde una perspectiva regional.
A. Líneas de acción temáticas
1. Fortalecimiento del multilateralismo y su acción en
Colombia
La política exterior busca impulsar una participación activa en los foros
internacionales gubernamentales y no gubernamentales y en los espacios en
que se debaten temas de interés para el país. Se está buscando con ello la
consolidación de las relaciones con los organismos internacionales, sus agencias
y órganos, en particular con aquellos que juegan un papel importante en la
definición o puesta en práctica de programas en Colombia.
También se considera vital el fortalecimiento de las instancias multilaterales
con el propósito de contribuir a que los procesos de toma de decisiones en el
entorno internacional sean más democráticos y equilibrados. En este sentido, se
impulsan estrategias de participación en foros de concertación como el
Movimiento de Países No Alineados y el Grupo de los 77.
La Organización de las Naciones Unidas
Colombia resalta y defiende el papel preponderante que le corresponde a
la Organización de las Naciones Unidas en la preservación y construcción de la
La política exterior colombiana
78 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
78
paz y la seguridad internacionales, en la promoción del desarrollo económico
y social de los pueblos y en el fomento de la cooperación internacional.
Su compromiso continuado con el fortalecimiento de la Organización se
refleja, por ejemplo, en su apoyo a las iniciativas destinadas a adecuar su sistema
operativo a las nuevas realidades del sistema internacional. Se hizo también
evidente en su más reciente actuación como miembro no permanente del Consejo
de Seguridad, cuando tuvo asimismo la oportunidad de impulsar en el Consejo
la discusión de temas de interés para el país como el tráfico de armas pequeñas
y ligeras y la Protección de Civiles en el contexto de conflictos armados.
Por su parte, Naciones Unidas tiene una relación particular con Colombia,
basada principalmente en el apoyo que esa organización y sus agencias
especializadas brindan a los esfuerzos por recuperar la paz y la gobernabilidad
democrática. En ese sentido, el trabajo conjunto con la Secretaría de la
Organización y en especial con el Secretario General reviste un carácter
prioritario para el país. El gobierno de Colombia ha solicitado, valora y apoya
los buenos oficios del Secretario General para explorar caminos de paz con
los grupos ilegales armados, con base en un cese de hostilidades efectivo.
Es igualmente destacable la labor de los fondos y agencias del sistema
de las Naciones Unidas en la búsqueda de soluciones a la problemática
humanitaria que vive el país. El Ministerio de Relaciones Exteriores trabaja
con ellos en la coordinación y seguimiento de los programas de cooperación y
asistencia en beneficio de las personas afectadas por las diferentes
manifestaciones de la violencia, en particular la población desplazada.
Por último, la decisión de extender por cuatro años el mandato de la Oficina
del Alto Comisionado de los Derechos Humanos en Colombia se tomó dentro
del espíritu que inspira al gobierno de adelantar la política de seguridad
democrática en el marco del estricto respeto a los derechos humanos y el Derecho
Internacional Humanitario, y refleja el ánimo de colaboración y acercamiento
que guía la relación con el sistema de las Naciones Unidas y sus agencias.
La OEA y el sistema interamericano
La Organización de Estados Americanos –escenario privilegiado de la
política exterior colombiana– juega hoy un papel principal en el mantenimiento
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
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del orden democrático y la seguridad en el hemisferio, así como en la
implementación de los acuerdos alcanzados en el marco de la Cumbre de las
Américas y en la consolidación del Área de Libre Comercio de las Américas
(Alca). También podrá jugar un papel importante en la búsqueda de la paz en
nuestro país.
La política exterior de Colombia apoya la labor de la Organización, a la
vez que busca:
el fortalecimiento de la Unidad para la Promoción de la Democracia,
orientado al cumplimiento de los propósitos contemplados en la Carta
Democrática Interamericana;
el avance en los trabajos tendientes a reforzar el sistema de seguridad
colectiva en el hemisferio y el Comité Interamericano contra el
Terrorismo (CICTE);
el fortalecimiento y la consolidación del Sistema Interamericano de
Derechos Humanos;
el impulso a la Convención Interamericana Contra la Fabricación y
Tráfico de Armas de Fuego, Municiones, Explosivos y Otros Materiales
Relacionados (CIFTA);
la ampliación del papel de la organización en el proceso de seguimiento
de la Cumbre de las Américas; y
el avance en la puesta en práctica del mecanismo de evaluación
multilateral en la lucha contra las drogas.
Otros organismos y mecanismos multilaterales regionales
La participación de Colombia en los organismos y mecanismos de
concertación e integración hemisféricos y regionales es una herramienta
fundamental para la gestión de política exterior y acata el mandato constitucional
que compromete al país con la integración regional.
La Cancillería continuará privilegiando escenarios y foros regionales tales
como la Comunidad Andina, el Grupo de Río, el Grupo de los Tres, el Tratado
de Cooperación Amazónica, la Asociación de Estados del Caribe, la Caricom,
la Cumbre Iberoamericana y la Cumbre de las Américas, con miras a promover
La política exterior colombiana
80 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
80
estrategias conjuntas en el área para impulsar el desarrollo económico y social,
la democracia y la gobernabilidad. En estos escenarios también se buscará
avanzar en la lucha contra las drogas ilícitas, el tráfico ilícito de armas,
municiones y explosivos, el lavado de activos, el terrorismo, la corrupción y el
crimen organizado.
2. Defensa y promoción de los derechos humanos y del
Derecho Internacional Humanitario
La violencia derivada de las drogas y la amenaza creciente del terrorismo
recaen mayoritariamente sobre la población civil, ante lo cual el Gobierno se
ha comprometido con una política de promoción y protección de los derechos
humanos y defensa del Derecho Internacional Humanitario que requiere del
apoyo de la comunidad internacional para aumentar su efectividad.
Para prevenir las violaciones y combatir la impunidad es necesario
desarrollar acciones tales como la atención y prevención del desplazamiento
forzoso; la puesta en práctica de medidas de impulso al Derecho Internacional
Humanitario; el fortalecimiento de la administración de justicia, especialmente
en los casos relacionados con derechos humanos; y, no menos importante, el
fortalecimiento y la modernización de las instituciones.
En el marco de la Comisión Intersectorial de Derechos Humanos y Derecho
Internacional Humanitario el Estado mantiene una interlocución permanente con
los organismos internacionales que contribuye a la implementación de los principales
instrumentos internacionales de derechos humanos en el marco del sistema
interamericano y del sistema de las Naciones Unidas.
La participación en foros multilaterales especializados es otra de las vías
que está explorando la Cancillería en su búsqueda activa del apoyo y la
cooperación de quienes puedan contribuir a solucionar la situación humanitaria.
Asimismo, se ha encargado de coordinar a los donantes y las agencias
internacionales que colaboran en dicha búsqueda.
El desplazamiento interno es uno de los fenómenos sociales que más
preocupan al gobierno y a la comunidad internacional, de manera que además
de gestionar recursos y coordinar actividades con países y organizaciones que
prestan ayuda humanitaria y con la sociedad civil, se está tratando de consolidar
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Carolina Barco
81
estadísticas confiables que faciliten el diseño de soluciones acordes con las
necesidades de la población afectada.
3. Equidad social y desarrollo humano
La crisis económica y la problemática derivada de la violencia y el tráfico
de drogas ilícitas en Colombia han generado un fuerte deterioro de los
indicadores sociales y de desarrollo humano, especialmente en ciertas regiones
y grupos poblacionales. Con este panorama en mente, el gobierno ha debido
enfrentar tres grandes desafíos: aumentar la eficiencia del gasto social, llevar
los recursos a los más necesitados, y consolidar un sistema de protección y
asistencia social para mitigar los efectos de la crisis económica y el ajuste fiscal.
El Ministerio de Relaciones Exteriores está comprometido con la
construcción de la equidad social y el desarrollo humano – objetivo explícito
del Plan de Desarrollo –, de manera que uno de los propósitos de la política
exterior es impulsar esta agenda internacionalmente. Para ello se está
participando activamente en los foros internacionales que se ocupan de asuntos
como el desarrollo social; la eliminación de la discriminación contra la mujer y
el papel de las mujeres en el mantenimiento de la paz y la seguridad; los derechos
de los niños, niñas y adolescentes; el VIH/sida; el envejecimiento; los derechos
de los emigrantes, y la protección de las comunidades indígenas y otras minorías.
Es parte integral de la gestión de política exterior la coordinación de la
posición de Colombia en estas reuniones con entidades gubernamentales y
organizaciones de la sociedad civil; el seguimiento de los compromisos
adquiridos por Colombia en el marco de las asambleas especiales y conferencias
mundiales realizadas sobre estos temas – entre las que se destaca la Cumbre
del Milenio de las Naciones Unidas –, y el desarrollo de actividades que
divulguen en el país los acuerdos alcanzados y promuevan su cumplimiento.
4. La lucha contra el problema mundial de las drogas y el
terrorismo
Así como el comercio ilícito de diamantes, maderas y otros recursos
naturales nutre los conflictos armados en otras latitudes, en Colombia el negocio
La política exterior colombiana
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de las drogas ilícitas y sus delitos relacionados lesionan la gobernabilidad
democrática en la medida en que contribuyen a la degradación de la situación
política, al deterioro de la economía, al debilitamiento de las instituciones y a
la destrucción del tejido social; son una de las causas de la violencia y su principal
fuente de financiación y, junto con la captura de excedentes en la industria del
petróleo y sus derivados, alimentan el terrorismo que vulnera a la población
civil y a la sociedad en su conjunto.
El Ministerio de Relaciones Exteriores busca enérgicamente el apoyo
internacional a las políticas del gobierno para erradicar las drogas y vencer el
terrorismo a través de proyectos de cooperación y asistencia técnica en las
áreas militar y policial, y de acuerdos internacionales para el fortalecimiento
de las actividades de asistencia judicial y la promoción de proyectos de desarrollo
alternativo.
Impulsa también la implementación de los convenios internacionales
existentes sobre el terrorismo y promueve la aprobación de aquellos de los
que Colombia todavía no es parte, además de la negociación de nuevos
instrumentos tanto en el hemisferio como en el área andina.
Por otra parte, la gestión del Ministerio de Relaciones Exteriores
promueve la iniciativa de la comunidad internacional en la reducción de la
demanda de drogas y el control del comercio de componentes químicos y del
lavado de activos. Impulsa también la adopción de medidas que ayuden a
combatir el secuestro y la extorsión, fuente de financiación de grupos terroristas.
La política exterior está particularmente comprometida con el tema del
control del tráfico ilícito de armas pequeñas y ligeras, cuya discusión ha instigado
Colombia en Naciones Unidas – tanto en la Asamblea General como en el
Consejo de Seguridad – y en la Organización de Estados Americanos. De
igual manera, cabe destacar el compromiso del país con la implementación de
los acuerdos internacionales sobre minas antipersonales.
5. La protección y preservación del medio ambiente
Colombia es uno de los cinco países con mayor biodiversidad del planeta,
lo cual es un activo que fortalece las posiciones del país en diferentes espacios
de negociación pero implica una responsabilidad internacional.
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
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83
La política exterior colombiana reivindica en el ámbito internacional el
principio de la responsabilidad común pero diferenciada, en virtud del cual los
países desarrollados deben asumir el liderazgo en problemas tan graves como el
cambio climático y sus efectos adversos y prestar asistencia financiera a los países
en desarrollo. De la misma manera, nuestro país ha defendido el enfoque de
precaución establecido en el principio 15 de la Declaración de Río sobre el Medio
Ambiente y el Desarrollo como eje rector de los acuerdos ambientales
multilaterales.
La estrategia internacional de Colombia en materia de medio ambiente incluye
la participación en las negociaciones internacionales de carácter bilateral y
multilateral, en especial las que se adelantan en el marco del Programa de Naciones
Unidas para el Medio Ambiente – como el Convenio de Diversidad Biológica, el
Foro de las Naciones Unidas para los Bosques, la Organización Internacional de
Maderas Tropicales y la Convención de las Naciones Unidas sobre Cambio
Climático y su Protocolo de Kyoto – y el seguimiento de los acuerdos.
Además de las iniciativas surgidas de la puesta en práctica de la agenda
ambiental de Colombia, la política exterior busca apoyar programas de
cooperación que complementen la estrategia nacional basada en los tres pilares
del desarrollo sostenible: el social, el económico y el ambiental. La interrelación
entre medio ambiente y desarrollo ocupó un lugar principal en las conclusiones
de la Cumbre Mundial de Desarrollo Sostenible de Johannesburgo, así como
en las decisiones de las convenciones ambientales de las Naciones Unidas.
6. La cooperación internacional
El Ministerio de Relaciones Exteriores, con su red de representaciones
diplomáticas, es el eje central del esfuerzo destinado a materializar el
compromiso de la comunidad internacional con la ejecución del Plan Nacional
de Desarrollo, sobre la base de que la cooperación internacional ya no puede
ser concebida desde el punto de vista tradicional de ayuda al desarrollo sino
como una herramienta integral.
Desde esta perspectiva, se ha buscado, por una parte, un acercamiento
político bilateral con distintos países y, por otra, la realización de una Mesa de
Coordinación y Cooperación Internacional, propuesta como un espacio de
negociación abierta, bilateral y multilateral, que canalice la ayuda oficial al
La política exterior colombiana
84 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
84
desarrollo – proveniente de la comunidad internacional y del sector privado
nacional e internacional – hacia seis áreas prioritarias:
Gobernabilidad democrática
Atención a personas desplazadas y programas de asistencia humanitaria
Desmovilización y reinserción de miembros de los grupos armados
Programas regionales de desarrollo y paz
Desarrollo productivo
Preservación y protección de los bosques
La cooperación internacional puede y debe ser un instrumento para fortalecer
las relaciones de Colombia con otros países del tercer mundo, razón por la cual se
ha dado especial importancia a la cooperación horizontal, que pretende aprovechar
nuestra experiencia para encontrar soluciones a problemas comunes en el mundo
en desarrollo y fortalecer la capacidad técnica de las instituciones nacionales.
7. Relaciones con la sociedad civil
La política exterior colombiana reconoce la importancia creciente de los
actores no estatales en el contexto internacional y valora la independencia y el
sentido crítico que desarrollan en su tarea de análisis, proposición y seguimiento
de la agenda internacional. Por ello, el Ministerio de Relaciones Exteriores
busca consolidar con las organizaciones no gubernamentales y otras entidades
de la sociedad civil – como los partidos políticos, las fundaciones y los centros
de pensamiento – una relación basada en la transparencia y el respeto mutuo
que favorezca el debate abierto sobre la gestión internacional y los temas de la
agenda mundial estratégicos para el país.
B. Líneas de acción por áreas geográficas
1. América Latina y el Caribe
América Latina y el Caribe es el entorno geográfico y cultural de
Colombia y la relación con los países de esta región es una prioridad natural
de la política exterior.
La consolidación de esta relación tiene dos propósitos: por una parte,
reforzar los vínculos bilaterales, fortalecer el diálogo político sobre temas de
interés común y promover el intercambio comercial, la integración económica,
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Carolina Barco
85
el flujo de inversiones y la cooperación internacional; por la otra, defender los
intereses nacionales, empezando por nuestra soberanía.
Con los países vecinos se busca apuntalar programas de seguridad de
fronteras y de desarrollo integral de las zonas limítrofes, así como avanzar en los
diferentes temas de la agenda binacional propios de las comisiones de vecindad,
mecanismo que sigue resultando útil como espacio de diálogo e integración.
Además de dichas comisiones, contamos con las comisiones binacionales, que
son el medio para estrechar vínculos con aquellos países con los que nos unen
lazos de hermandad y coincidencias regionales y temáticas que hay que preservar
y fortalecer; y con las comisiones mixtas de cooperación, que ofrecen otro espacio
de trabajo para consolidar las relaciones con los países de la región.
La política exterior colombiana quiere dinamizar la proyección del país
hacia el gran Caribe y ejercer un liderazgo en los foros de integración y
concertación del área, en especial en la Asociación de Estados del Caribe y el
Grupo de los Tres.
2. Integración y concertación regional
La integración con América Latina y el Caribe es un mandato
constitucional, en cumplimiento del cual el Ministerio de Relaciones Exteriores
actúa simultáneamente en distintos escenarios de integración con objetivos
económicos, políticos, sociales y culturales.
En la Comunidad Andina se busca una integración multidimensional
que fortalezca el mercado comunitario y facilite la negociación de acuerdos
con otros países y grupos regionales.
A través de la política exterior común se busca revitalizar la agenda andina
con los siguientes objetivos principales:
Consolidación de la democracia
Fortalecimiento de la paz y la seguridad
Lucha contra las drogas, el terrorismo y la corrupción
Erradicación de la pobreza
Desarrollo sostenible e integración económica
También se avanza en la consolidación de una política común de seguridad
andina con el fin de lograr compromisos y llevar a cabo acciones conjuntas
La política exterior colombiana
86 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
86
que permitan enfrentar eficazmente problemas como la delincuencia y el crimen
organizado, las drogas ilícitas y el terrorismo.
La política exterior quiere profundizar los procesos integracionistas
vigentes –como el Grupo de los Tres – y continuar los procesos existentes
con otros países –como Chile –; se busca también estrechar las relaciones
económicas, comerciales y políticas con regiones fundamentales para el país
como América central, el cono sur y Caricom.
Los esfuerzos desarrollados en el marco del Grupo de Río siguen siendo
vitales para la concertación latinoamericana, que se mantiene vigente en la
agenda de la política exterior. Este foro constituye para Colombia no solo un
espacio de reflexión, consulta y construcción de posiciones regionales comunes
en torno a los grandes temas internacionales, sino también un mecanismo que
favorece y refuerza la capacidad de interlocución con otros países y grupos de
países como Canadá, China, Rusia, Japón, la Unión Europea, la Comunidad
de Estados Independientes y la Asean, entre otros.
Las cumbres iberoamericanas y las cumbres birregionales son foros
adicionales para la celebración de acuerdos de integración y cooperación y
para el fortalecimiento del diálogo político.
Por último, la participación activa del país en el desarrollo del Tratado de
Cooperación Amazónica busca poner en marcha programas para el manejo y
desarrollo de la Amazonía colombiana, el aprovechamiento de la biodiversidad,
y la ampliación y el mejoramiento de la infraestructura.
3. Estados Unidos y Canadá
Colombia ha mantenido una relación estratégica con Estados Unidos,
relación que se ha profundizado y ampliado en las últimas décadas a causa de
la lucha mancomunada contra las drogas ilícitas y sus delitos relacionados y,
más recientemente, a la sombra de la cooperación entre los dos países en la
lucha contra el terrorismo. El Gobierno se ha propuesto fortalecer estos canales
de interlocución y ampliar y consolidar la cooperación existente.
Estados Unidos es el principal socio comercial de Colombia y una de las
principales fuentes de inversión, además de que el apoyo brindado por el
gobierno estadounidense a través de los organismos multilaterales de crédito
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Carolina Barco
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es un factor importante en la búsqueda de la estabilidad macroeconómica, la
financiación y el crecimiento de la economía colombiana.
La política exterior busca fortalecer la cooperación económica con
Estados Unidos, ampliar y diversificar las relaciones comerciales, promover el
aprovechamiento de los beneficios de la Ley de Preferencias Arancelarias
Andinas y de Erradicación de Drogas (Atpdea) e impulsar nuevas inversiones,
acuerdos de cooperación y asistencia técnica y financiera.
Con este propósito se ha avanzado en la negociación de un acuerdo de
libre comercio bilateral, al tiempo que continúa el proceso de negociación del
Área de Libre Comercio de las Américas (Alca).
En otro frente, se sigue insistiendo en el trabajo de promoción de la
adopción del Estatus de Protección Temporal (TPS) para los colombianos
residentes en Estados Unidos.
El fortalecimiento de los vínculos con el Canadá también es un objetivo
prioritario de la política exterior: Colombia ha venido construyendo con la
nación canadiense una relación cercana basada en intereses comunes, entre
los cuales se destacan el fortalecimiento del multilateralismo como camino
hacia un orden internacional justo y solidario y la necesidad de impulsar la
agenda hemisférica en el marco de la Cumbre de las Américas.
El Ministerio de Relaciones Exteriores quiere avanzar en la agenda común
con el Canadá en temas como la profundización del diálogo político, la suscripción
de un tratado bilateral de comercio y el desarrollo de proyectos de cooperación
en derechos humanos y Derecho Internacional Humanitario y en atención a la
población afectada por la violencia. Igualmente se busca impulsar la preservación
y la promoción de la diversidad cultural y la agenda de conectividad.
4. Europa
La Unión Europea es, y debe serlo cada vez más, un aliado estratégico para
Colombia en el ámbito bilateral, en el contexto de la Comunidad Andina y en el
marco de la Cumbre Birregional Unión Europea-América Latina y el Caribe.
La política exterior frente a Europa está dirigida a enriquecer el diálogo
político y a profundizar las relaciones económicas y comerciales, buscando
La política exterior colombiana
88 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
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preservar en la medida de lo posible las preferencias andinas. Asimismo se
busca atraer la inversión europea y promover la adopción de una política
migratoria más flexible para los colombianos.
Desde la Comunidad Andina se ha venido construyendo una relación
sólida con la Unión Europea, que se robustecerá con la firma del Acuerdo de
Diálogo Político y de Cooperación. Dicho acuerdo permitirá profundizar en
temas de interés mutuo, en especial los relacionados con la defensa y el
fortalecimiento de los principios e instituciones democráticas, la gobernabilidad,
la justicia social, los derechos humanos, el desarrollo sostenible, la lucha contra
la pobreza, la prevención y resolución de conflictos y la integración de ambas
regiones; no menos importantes son la mejora del acceso comercial al mercado
europeo y la lucha contra el terrorismo y la corrupción, el problema mundial
de las drogas y el crimen transnacional organizado.
Se está trabajando también para concretar el apoyo europeo a programas
prioritarios del Gobierno como los relacionados con el desarrollo alternativo
y los microcréditos. Al mismo tiempo, se ha querido fortalecer la cooperación
en materia de derechos humanos y la solidaridad de los países de la Unión
Europea en el tema humanitario, en particular en lo relacionado con el
fenómeno del desplazamiento y la atención a las poblaciones más afectadas
por la violencia.
5. Asia y la región del Pacífico
La política exterior frente a Asia y la región del Pacífico busca ampliar
los espacios de cooperación política, promover los intereses económicos y
comerciales del país en la zona, atraer fuentes de inversión y adelantar nuevos
proyectos de asistencia, especialmente científica y tecnológica.
La acción del Ministerio quiere lograr una efectiva inserción de
Colombia en la cuenca del Pacífico, maximizando la labor de las embajadas
regionales e insistiendo en el empeño de promover e impulsar la participación
de Colombia en los organismos de cooperación del Pacífico – el Consejo de
Cooperación Económica del Pacífico (Pecc), el Consejo Económico de la
Cuenca del Pacífico (Pbec), el Foro de Cooperación de América Latina y
Asia del Este (Focalae) – y en concretar el ingreso del país al Foro de
Cooperación de Asia Pacífico (Apec).
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6. África y el Medio Oriente
Colombia comparte con muchos de los países de esta zona, entre otras
cosas, el objetivo de construir un sistema internacional más justo y equilibrado.
Nos unen a ellos no sólo los lazos de solidaridad sino las preocupaciones
propias de los países que padecen conflictos internos y las problemáticas
humanitarias que de ellos se derivan, además de la reflexión en torno a los
dilemas sociales propios de países en desarrollo.
La política exterior colombiana impulsa activamente el fortalecimiento
de las relaciones políticas, económicas y de cooperación con África y el Medio
Oriente, tanto en el ámbito bilateral como a través de foros y organismos
internacionales.
IV. Fortalecimiento institucional del Ministerio de
Relaciones Exteriores
El desarrollo de la política exterior requiere una gestión más efectiva del
Ministerio de Relaciones Exteriores, producto de la profesionalización y
modernización del servicio exterior y de la implementación de mecanismos de
coordinación, monitoreo y rendición de cuentas del trabajo diplomático. Se ha
avanzado en este proceso con el objetivo prioritario de apoyar la gestión económica,
comercial y financiera del gobierno y haciendo énfasis en el desarrollo de habilidades
en las áreas de negociación internacional y en el establecimiento de canales eficientes
de comunicación entre las misiones en el exterior y la Cancillería en Bogotá.
Así, para hacer que la gestión de las embajadas y sedes diplomáticas en el
exterior sea efectiva y coherente con las políticas de gobierno, se ha
sistematizado el envío a las embajadas de información sobre los temas
estratégicos del gobierno, para lograr un discurso unificado; y el envío, por
parte de las embajadas, de información analítica sobre la percepción del país
en el exterior y otros temas de interés para el diseño de la política exterior.
Asimismo, se están evaluando los resultados de cada sede con base en el plan
de acción anual elaborado por ellas.
Paralelamente, el Ministerio de Relaciones Exteriores está reforzando la
coordinación intersectorial en los temas de la agenda internacional y
fortaleciendo su papel como entidad ejecutora de la política.
La política exterior colombiana
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Por otra parte, se espera consolidar la Academia Diplomática como
órgano de formación y capacitación del servicio exterior y como centro de
pensamiento para contribuir a la elaboración de diagnósticos y la formulación
de estrategias.
Asimismo, en seguimiento de las políticas de austeridad, se ha buscado
racionalizar el gasto público imponiendo la eficiencia, la eficacia, la economía
y la celeridad con base en los criterios de proporcionalidad y de prioridad del
interés nacional. En tal sentido, se han cerrado algunas embajadas y consulados
y se avanza en la implementación de la figura de embajadas regionales, a fin de
cubrir los requerimientos de la política exterior en áreas geográficas específicas
como el Caribe.
Mecanismos de apoyo, divulgación y seguimiento
La coordinación, la divulgación y el seguimiento efectivo de las metas
planteadas son necesarios para el cumplimiento de los objetivos y el
establecimiento de las prioridades de la política exterior. Con esto en mente, se
están desarrollando las siguientes acciones:
1. Divulgación y medios de comunicación
La divulgación y el seguimiento de la gestión internacional se llevan a
cabo con base en una diplomacia pública que difunda en Colombia y en el
exterior las políticas de gobierno y los diversos aspectos de la compleja realidad
nacional a través de seminarios, coloquios académicos y otras actividades que
favorecen el necesario intercambio entre gobierno y sociedad civil y enteran a
la opinión sobre el desarrollo de la política exterior colombiana.
Se ha resaltado en las embajadas, consulados y misiones de Colombia
en el exterior la importancia de las comunicaciones. Se está emitiendo el
programa de radio “Colombia en el Mundo” y se ha mejorado el seguimiento
de prensa de las actividades de la Cancillería mediante la emisión de boletines
de prensa, boletines culturales y comunicados. También se están celebrando
periódicamente reuniones de trabajo con los medios de comunicación con
el fin de facilitar el cubrimiento objetivo y la divulgación veraz y oportuna
de los temas relacionados con la política exterior del país. Por último, la
página del Ministerio de Relaciones Exteriores en la red, http://
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www.minrelext.gov.co/Noticias, se actualiza a diario con noticias sobre la
gestión internacional.
2. Apoyo a empresarios e inversionistas
El Ministerio de Relaciones Exteriores está comprometido con el apoyo
a empresarios e inversionistas colombianos que buscan abrir mercados en el
exterior o consolidar relaciones comerciales o de inversión existentes. Para
ello está trabajando coordinadamente con el Ministerio de Comercio, Proexport
y Coinvertir en el desarrollo de mecanismos que optimicen la labor en esta
materia y sirvan de soporte y complemento al trabajo de embajadas y
consulados.
3. Interacción con embajadas y misiones diplomáticas
acreditadas en Colombia
Para el adecuado manejo de la política exterior es necesario mantener un
contacto permanente con el cuerpo diplomático residente en el país, razón
por la cual el Ministerio de Relaciones Exteriores suministra constantemente a
las embajadas y consulados acreditados información sobre temas estratégicos
del gobierno nacional y realiza periódicamente reuniones de trabajo que
favorezcan el análisis y la comprensión de la realidad nacional.
4. Gestión cultural
Conscientes de que la política cultural exterior es esencial para mejorar la
percepción del país en el entorno internacional, hemos querido no sólo facilitar
la participación en la vida cultural del país de artistas e intelectuales colombianos
residentes en el exterior, sino mejorar la proyección de la cultura colombiana en
el exterior – en particular de lo que contribuya a promover la imagen de Colombia
– e impulsar la participación del país en proyectos culturales y educativos de
impacto regional y global. También se ha hecho énfasis en la búsqueda de nuevos
recursos para poner en práctica las políticas culturales del Gobierno y enriquecer
y dar a conocer nuestra diversidad cultural.
La política exterior colombiana
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92
5. Diálogo con la sociedad civil y la comunidad académica
La acción participativa de la política exterior exige un intercambio
permanente y fructífero sobre la gestión internacional con la comunidad
académica y con la sociedad civil, para lo cual se están ampliando los espacios
de discusión y análisis mediante seminarios, coloquios y publicaciones. La
Academia Diplomática será parte fundamental de este esfuerzo.
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Patricio Zuquilanda-Duque
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ué debe entenderse por política exterior o política internacional de un
Estado?
Según Arturo Lecaro, Política Internacional “es el conjunto de principios,
de normas de acción, que ejecuta un Estado mediante su diplomacia, para la
consecución de los objetivos fundamentales permanentes, dentro del contexto
de sus relaciones con otros países y organizaciones internacionales”.
Miguel A. Vasco, en su Diccionario de derecho internacional público, sostiene
que Política Exterior es aquella “que desarrolla el Estado para alcanzar, en lo
internacional, sus objetivos políticos fundamentales” cuya determinación
“corresponde al Jefe del Estado, en asocio íntimo con el Ministro de Relaciones
Exteriores y organismos afines; y su ejecución, a los agentes diplomáticos
acreditados cerca de los gobiernos con los que se mantienen relaciones,
mediante la negociación diplomática”.
Jorge W. Villacrés, en su obra La política económica internacional de los estados
hispanoamericanos expresa que el Ecuador “desde su creación […] ha venido
contribuyendo y aportando sus esfuerzos a robustecer las bases fundamentales
La política
exterior
del Ecuador
Patricio Zuquilanda-Duque
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Ministro de Relaciones Exteriores de la República del Ecuador
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La política exterior del Ecuador
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de todo movimiento que inspirado en los supremos ideales de solidaridad y
cooperación continental, han tendido a estrechar los vínculos culturales,
jurídicos, comerciales y acaso los políticos entre las Repúblicas Americanas”.
Podemos decir entonces que los elementos distintivos del concepto de
política exterior, son: primero, unos principios o normas básicas que regulan y
encauzan el comportamiento del Estado en esta materia; otro elemento sustantivo,
son los objetivos y los propósitos fundamentales que el mismo Estado se propone
alcanzar en una determinada etapa histórica y que por ello pueden ser permanentes
o coyunturales; un tercer componente, se refiere a los destinatarios o sujetos de
la acción internacional, vale decir, los otros países y en general los organismos
internacionales; y finalmente, un instrumento o medio para ejecutar esas políticas
u objetivos, dados esos principios rectores y el contexto en que se desenvuelve
este modo de acción, que viene a ser el Servicio Exterior.
Marco de acción: principios y normas fundamentales.
Objetivos de la política exterior. El contexto
internacional
El marco jurídico y las bases de la política exterior del Ecuador están
referidos en los principios de la Constitución Política del Estado. Desde el
punto de vista estrictamente programático y conceptual, se pueden dividir en
dos categorías:
• De un lado, encontramos los principios tradicionales, que emanan del
Derecho Interamericano y de las Naciones Unidas, a través de los cuales
se proclama la paz, la cooperación como sistema de convivencia y la
igualdad jurídica de los estados; la condena al uso o la amenaza de la
fuerza como medio de solución de los conflictos, y se desconoce el
despojo bélico como fuente de derecho. Al mismo tiempo, son aquellos
principios de acuerdo en los cuales se preconiza que el derecho
internacional es norma de conducta de los estados en sus relaciones
recíprocas y promueve la solución de las controversias por métodos
jurídicos y pacíficos; se propicia el desarrollo de la comunidad
internacional, la estabilidad y el fortalecimiento de sus organismos; se
rechaza toda forma de colonialismo, de neocolonialismo, de
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Patricio Zuquilanda-Duque
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discriminación o segregación y se reconoce el derecho de los pueblos a
su autodeterminación y a liberarse de los sistemas opresivos.
• De otro, figuran los principios y normas de acción concebidos y
desarrollados particularmente en las últimas tres décadas, que dicen
se refieren a los retos que debe afrontar el país por su realidad social,
económica, política y de seguridad, como son: el desarrollo sostenible,
la justicia social, la lucha contra la corrupción, los derechos económicos
de los pueblos, los Derechos Humanos y la integración económica,
especialmente la andina y latinoamericana, como postulados
fundamentales y elementos claves del accionar internacional del Estado
ecuatoriano, cuyo diseño y definición, por mandato de la Carta Magna,
compete al Presidente de la República.
Sin apartarse de esos esclarecedores conceptos que a lo largo de la historia
republicana el Ecuador ha enaltecido y colocado en la vanguardia de su actuación
internacional, una vez superado principalmente el viejo litigio territorial con el
Perú, considera que en el momento actual estos últimos principios, en buena medida,
son los elementos condicionantes e inductores de la política externa del país.
En este sentido, observamos que el Ecuador, desde su fundación en
1830, es un país democrático y republicano, que ha privilegiado los valores de
la democracia y que la búsqueda de su consolidación y perfeccionamiento ha
sido una constante en la vida del país.
Si un factor en especial caracteriza la historia nacional, éste ha sido el
progresivo perfeccionamiento de la institucionalidad democrática y la
permanente búsqueda de un consenso nacional en torno a los valores centrales
que le confieren a aquélla vigencia y validez; el respeto a las libertades
fundamentales; la necesidad de consolidar el estado de derecho, y la búsqueda
de una mayor participación social dentro de ese marco democrático.
Como todo país en desarrollo, el Ecuador ha vivido críticos momentos
en su historia. Sin embargo, aun antes de la consolidación de las sucesiones
presidenciales democráticas, a partir de 1979, el respeto a las libertades
fundamentales y de los derechos humanos ha tenido un alto índice de
consistencia en el país. En el Ecuador hay una tradición de respeto a los derechos
humanos y un muy bajo nivel de conflictividad social, bastante más bajo en
comparación con otros países del continente.
La política exterior del Ecuador
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96
El Ecuador ha debido enfrentar dos retos de consideración en su historia,
con significativas implicaciones en la conducción de su política exterior: el
país prácticamente nació con una disputa territorial con uno de sus vecinos,
que a lo largo del siglo XIX y gran parte del XX representó un reto constante
a su seguridad y demandó ingentes recursos de un reducido erario fiscal.
El país tiene ante sí aproximadamente los mismos obstáculos económicos
y sociales que la mayoría de las naciones latinoamericanas: excesiva
concentración de la propiedad y los ingresos, poca permeabilidad social, falta
de conexión con las redes del comercio mundial, bajo índice de acumulación
de capital e industrialización, problemas de acceso a la tecnología, escasa
inversión extranjera y crónico endeudamiento externo, entre otros.
Los referidos obstáculos han tenido una dimensión histórica en todo el
sentido de la palabra. Gran parte de los avatares de la vida nacional se explican
como su lucha para superarlos. En el camino se han alcanzado fundamentales
avances, pero queda mucho camino por recorrer.
El Ecuador es consciente de que los obstáculos internos son, en buena
medida, el resultado de factores endógenos, que la sociedad ecuatoriana los
reconoce y el Estado busca atender. Pero también observa que hay importantes
dificultades que se derivan de situaciones internacionales que escapan a la
voluntad del país, como son los que refieren a los problemas de seguridad; a la
estructura de la economía y el comercio internacional.
He aquí el principal desafío de la política exterior ecuatoriana: contribuir
a resolver los factores externos que afectan las oportunidades de desarrollo
interno, social y económico del país.
La atención a los retos internacionales del Ecuador demanda una política exterior
que refleje los principios internos del país y atienda a sus necesidades externas.
Derechos humanos
La política exterior del Ecuador en materia de derechos humanos ha
reflejado el compromiso del Estado ecuatoriano con la promoción y protección
de las garantías fundamentales de la persona y los derechos colectivos de grupos
vulnerables dentro del país, y con el fortalecimiento del derecho internacional
de los derechos humanos y sus instituciones a escala universal.
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La protección de los derechos humanos en nuestro país se afinca en la
propia Constitución de la República, en cuyo artículo 3.2 se dispone que es un
deber primordial del Estado “asegurar la vigencia de los derechos humanos,
las libertades fundamentales de mujeres y hombres, y la seguridad social”.
Este principio básico se complementa con el artículo 16 de la Carta
Fundamental, que estipula que “el más alto deber del Estado consiste en respetar
y hacer respetar los derechos humanos que garantiza esta Constitución”.
El Ecuador ha suscrito la Declaración Universal de 1948 y es Estado
Parte de los siete principales convenios internacionales de derechos humanos
de las Naciones Unidas. A fines del año 2000, Ecuador se convirtió en el
primer país en América Latina en suscribir todos los tratados internacionales
que sobre derechos humanos se han adoptado dentro de la ONU y en el
marco la Organización de los Estados Americanos. Dichos instrumentos tienen
fuerza de ley dentro del país y se pueden invocar en las cortes nacionales. El
artículo 18 de la Ley Fundamental señala que “los derechos y garantías
determinados en esta Constitución y en los instrumentos internacionales
vigentes, serán directa e inmediatamente aplicables por y ante cualquier juez,
tribunal o autoridad”.
En los años 80, el ex presidente ecuatoriano Jaime Roldós Aguilera
propuso un principio que ha devenido en una doctrina de universal aceptación:
la supervisión internacional sobre la protección de los derechos humanos en
cada país, no se opone al principio de “no intervención” en los asuntos internos
del los Estados. Fiel a este principio, Ecuador ha comunicado oficialmente su
sujeción a los órganos de vigilancia de los tratados de derechos humanos, ha
extendido una invitación abierta y permanente a los mecanismos especializados
de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, y ha cumplido y cumple
con sus obligaciones frente a la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos
Humanos.
Además de la adhesión ecuatoriana al derecho internacional de los
derechos humanos, la política exterior del Ecuador promueve la activa
participación del país en los foros internacionales y organismos especializados
de derechos humanos. El Ecuador ha sido miembro de la Comisión de
Derechos Humanos en repetidas oportunidades, y expertos ecuatorianos como
los embajadores Luis Valencia Rodríguez, Julio Prado Vallejo, Jaime Marchán
Romero y el doctor Hernán Salgado han formado parte de organismos
La política exterior del Ecuador
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internacionales e interamericanos especializados. Entre los ecuatorianos que
han tenido vinculación con las instituciones internacionales de promoción de
los derechos humanos, cabe destacar de modo particular al ex ministro de
Relaciones exteriores José Ayala Lasso, quien se convirtió en 1994 en el primer
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
La política exterior del Ecuador ha generado positivos avances en materia
de derechos humanos dentro del país. La acción internacional del país ha llevado a
que el Estado ecuatoriano promueva, como corolario de dicha acción internacional,
el avance de la legislación e instituciones internas de protección de tales derechos.
Punto culminante de esta beneficiosa conexión fue la adopción del Plan Nacional
de Derechos Humanos, como política de Estado, en junio de 1998.
En aplicación de una recomendación de la Conferencia Internacional de
Derechos Humanos de Viena (1993), y después de un amplio proceso de
consulta y debate promovido por el Ministerio de Relaciones Exteriores, en el
que participaron instituciones gubernamentales y de la sociedad civil, el
Presidente de la República adoptó el citado Plan Nacional mediante decreto
ejecutivo. En la actualidad el Plan Nacional va por su quinto año de vida y
ampara a una creciente actividad en torno a programas y proyectos que atienden
distintas facetas de los derechos humanos.
En el ámbito subregional, el Ecuador también ha buscado contribuir a la
extensión y enriquecimiento del derecho internacional de los derechos. La Carta
Andina para la Promoción y Protección de los Derechos Humanos fue suscrita
por los cinco Presidentes de los Países Andinos en la ciudad de Guayaquil, el 26
de julio de 2002, con oportunidad de la II Reunión de Presidentes Sudamericanos.
La Carta Andina fue preparada e impulsada a iniciativa del Gobierno y la
Cancillería del Ecuador, y se convirtió, en realidad, en fruto de la coordinación
de los Gobiernos y Ministerios de Relaciones Exteriores andinos a través de un
proceso en el que participaron representantes de la sociedad civil y organizaciones
defensoras de los derechos humanos de los cinco países andinos.
Con la adopción de la Carta Andina de Derechos Humanos, se incorporó
a la política común de la Comunidad Andina de Naciones un instrumento
novedoso que abarca inclusive los denominados derechos humanos de última
generación. La Carta Andina fue concebida desde la perspectiva específica de
la realidad andina, lo que constituye una contribución original al desarrollo del
derecho internacional de los derechos humanos.
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Patricio Zuquilanda-Duque
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La Carta Andina establece prioridades en materia de derechos humanos
para la Comunidad Andina, como los derechos de los pueblos indígenas y de
comunidades de afrodescendientes, los derechos económicos, sociales y
culturales, y el derecho al desarrollo. Se otorga especial énfasis a la protección
de los derechos humanos de grupos vulnerables, quienes requieren de garantías
sociales y jurídicas especiales: niños, mujeres, migrantes, discapacitados, adultos
mayores, desplazados, refugiados, minorías sexuales, personas privadas de la
libertad, entre otros.
Aun cuando se refiera a una esfera más amplia que la de los derechos
humanos, por sus repercusiones en la materia, es importante recordar que el
Ecuador ratificó en el año de 2002 el Tratado de Roma sobre el Estatuto de la
Corte Penal Internacional, de julio de 1998.
El Ecuador considera que vigencia del Estatuto de Roma de la Corte
Penal Internacional es uno de los mayores avances de la comunidad
internacional después de la adopción de la Declaración Universal de Derechos
Humanos. Uno de los objetivos fundamentales de la política exterior ecuatoriana
en el ámbito multilateral, consiste en propiciar una mayor cooperación
internacional con la Corte Penal y apoyar así la materialización del principio
de jurisdicción universal consagrado en el Estatuto de Roma.
Seguridad nacional y política exterior
Circunstancias históricas han determinado que una vez que se resolvió
el centenario conflicto con el Perú, tras la firma de los Acuerdos de Brasilia de
1998, el Ecuador deba enfrentar casi a continuación una inédita amenaza
derivada del agravamiento del conflicto interno de Colombia.
El conflicto interno de Colombia constituye de este modo un factor
significativo que afecta la seguridad del país, entendida ésta en su más completa
noción: seguridad militar, policial, económica y social.
Hacia fines de los noventa, el sur oriente de Colombia se había convertido
en una zona de conflicto civil, con una creciente población campesina local
desplazada por la guerra y por la fumigación de miles de hectáreas de
plantaciones ilícitas. El denominado Plan Colombia buscaba anular dos factores
de inestabilidad en el vecino país: la insurgencia guerrillera y violencia paramilitar,
La política exterior del Ecuador
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100
y el cultivo y tráfico de drogas. Independientemente de sus resultados dentro de
Colombia, que no le corresponde juzgar al Ecuador, nuestro país ha debido enfrentar
muy concretos desafíos dentro de sus fronteras, derivados de dicho Plan:
• El incremento del flujo de personas y familias que se acogen al estatuto
de refugiados (más de 14 mil personas hasta la presente fecha);
• El incremento del flujo de ciudadanos colombianos que han migrado
irregularmente al Ecuador (se estima que alrededor de 100 mil personas se
encuentran sin su documentación en regla; aparte de ello hay
aproximadamente 150 mil colombianos que residen legalmente en el país);
• El incremento de la emigración colombiana, especialmente en las
provincias ecuatorianas fronterizas con Colombia, plantea significativos
retos en materia de seguridad y prestación de servicios públicos al
Estado ecuatoriano (que ya tiene graves dificultades presupuestarias
para atender las necesidades de su propia población);
• Las actividades militares y enfrentamientos que se verifican en Colombia
han exigido el refuerzo de la presencia militar ecuatoriana en la frontera.
Aunque el conflicto colombiano se desarrolla en el territorio de otro país,
sobre el cual el Ecuador naturalmente no tiene ningún control — , mucho menos,
jurisdicción — y aunque el Estado ecuatoriano no puede intervenir en una crisis
interna de acuerdo al derecho internacional público, el Ecuador ha debido tomar
provisiones en su territorio a fin de prever cualquier brecha en su seguridad.
El Ecuador ha desplazado más de siete mil efectivos militares y mil
doscientos policías a las provincias que colindan con Colombia. Este esfuerzo
militar supone la movilización de una importante parte de los efectivos del
ejército y de la policía nacional, cuyo costo de movilización y operación es
considerable. Adicionalmente, tal concentración de fuerzas policiales reduce
la presencia de efectivos en otros puntos del país, con lo que se resiente la
seguridad ciudadana en el territorio nacional en general.
La carga para el erario nacional, los problemas de seguridad, la demanda
de servicios públicos y, en general, los esfuerzos del Estado ecuatoriano son
significativos como resultado de los efectos indirectos de la crisis colombiana.
La política exterior ecuatoriana frente al conflicto de Colombia es la de
todo país frente a un problema interno de otra nación. Ecuador, fiel a los
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
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principios del derecho internacional, no puede ni le corresponde intervenir en
un conflicto interno de otro país.
Por cierto, la no injerencia en los asuntos internos de Colombia no obsta
para que el Ecuador colabore en los esfuerzos internacionales para combatir
el tráfico ilícito de drogas, con vinculaciones en ese país. El narcotráfico es
una actividad al margen de la ley y en la medida en que redes de narcotraficantes
operan a escala internacional, el Ecuador colabora decididamente en la lucha
policial y judicial en contra de dicho flagelo. Las convenciones internacionales
y los acuerdos de colaboración policial y judicial, junto a otros países, demandan
la participación ecuatoriana en el esfuerzo.
El Ecuador aspira a que el conflicto colombiano se resuelva en el marco
de la ley de ese país y respalda todos los esfuerzos internacionales que se
realicen para apoyar la pacificación de Colombia.
El Ecuador aspira además a que la comunidad internacional le preste su
respaldo para enfrentar los efectos indirectos que el conflicto colombiano genera
sobre su territorio. En este sentido, colabora estrechamente con el Acnur en el
tema de la atención a los refugiados de origen colombiano y busca que la
cooperación internacional ayude a resolver el grave impacto económico que
sufren en particular las provincias de la zona norte del país, que colinda con
Colombia.
El Ecuador aspira a permanecer indemne frente a los males de la violencia
y el crimen organizado. El sustento del tejido social, el que afianza su desarrollo
y genera las condiciones propicias para el trabajo fecundo y creador, es la
seguridad, la seguridad personal, la seguridad en sus diversas manifestaciones,
comenzando por aquella que confiere fiabilidad y garantías principalmente
para el desarrollo de las actividades económicas, productivas, intelectuales,
etc.; preserva la integridad de las personas y de su patrimonio; garantiza el
imperio de la ley; el acceso a todos los ciudadanos a una justicia eficaz y
oportuna, y el derecho al debido proceso.
La Seguridad en el ámbito hemisférico
En ese contexto, después de los grandes cambios experimentados en el
mundo tras haberse superado el problema de la Guerra Fría, como el Ecuador
La política exterior del Ecuador
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lo expresara con ocasión de la Conferencia Especial de Seguridad que tuvo
lugar en México, el contexto histórico es ahora radicalmente diferente.
Nuestra América tiene que actualizar sus desafíos, redefinir los conceptos,
los objetivos y las prioridades de lo que significa “Seguridad Hemisférica”
Existe la necesidad de identificar y precisar los mecanismos de
cooperación colectiva, de manera que éstos recojan con equilibrio los intereses
que demandan los pueblos y las preocupaciones de los Estados, teniendo
presente los aspectos políticos, económicos, sociales, de salud y ambientales,
más allá de las preocupaciones meramente defensivas o de carácter militar.
En este campo, donde aún estamos inmersos en un proceso de reflexión
y análisis, se reconoce y otorga desde ahora mismo al tema de seguridad un
carácter y alcance multidimensional, que cuando se encuentre mejor definido,
mejor estructurado, pasará a constituir una fuente matriz del moderno derecho
internacional americano.
En este aspecto, creemos en un enfoque multidimensional de la Seguridad,
innovador, no convencional, basado en el pleno respeto del Derecho
Internacional y en la promoción y observancia de los derechos humanos, así
como de las normas y principios de la Carta de la OEA y la Carta de las
Naciones Unidas, que responda a los nuevos principios y conceptos históricos
y sociales que atraviesa el hemisferio.
Un ejemplo que ilustra esta agenda en toda su dimensión es el fenómeno
del deterioro del medio ambiente, un problema que, como ningún otro, es
multifacético, porque trasciende las fronteras, las líneas de los límites
convencionales que separa a los países, para convertirse en lo que realmente
representa: una amenaza globalizada.
Por eso, en su política exterior, el Ecuador concibe que este fenómeno,
junto con el terrorismo, la delincuencia organizada transnacional, el narcotráfico,
el fenómeno de la corrupción, los desastres naturales, el drama humano de la
pobreza extrema, la enfermedad y la exclusión social constituyen
vulnerabilidades y graves desafíos para la seguridad colectiva, como también
lo son serios e inaceptables flagelos contra la humanidad.
El Ecuador hizo una propuesta para que la Declaración de México
dedique un párrafo especial a la Seguridad Económica de los Estados, a tenor
del artículo 37 de la Carta de la Organización de los Estados Americanos.
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
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Igualmente, contribuyo con entusiasmo a la adopción de los epígrafes sobre
las acciones de eliminación de minas antipersonas, no proliferación de armas
nucleares, el vínculo jurídico-institucional de la Junta Interamericana de Defensa
como organismo técnico asesor de carácter militar, no operativo de la OEA, y
apoyo la asistencia mutua en caso de desastres naturales. Asimismo presento
una propuesta sobre el acceso y derecho que deben tener nuestros pueblos a
un medio ambiente sano, libre de contaminación, en concordancia con la
Constitución Política del Ecuador.
La reforma de la ONU
El Ecuador es uno de los países fundadores de la ONU y como tal hace
suyos los principios fundamentales que guían a la Organización y a la conducta
internacional de sus estados miembros. Como miembro de la OEA, el Ecuador
también postula los principios de esta organización, a escala regional.
La cooperación con otros países en desarrollo en los foros internacionales
se materializa también por la pertenencia del país al Movimiento No Alineado
y al Grupo de los 77.
El Ecuador considera que el sistema de seguridad colectiva a escala
planetaria no ha perdido vigencia, pero ciertamente concibe la necesidad de una
reforma institucional para poner a la Organización de las Naciones Unidas al día
con las nuevas demandas internacionales. No sólo el Consejo de Seguridad, sino
también la Asamblea General y el Ecosoc, entre otros órganos del sistema,
requieren ajustar sus estructuras, procedimientos y políticas, a los nuevos tiempos.
La representación geográfica equitativa, la mayor transparencia en los
trabajos, la eficacia de sus decisiones, el dinamismo de sus procedimientos y la
más decidida y eficaz acción de la ONU para resolver los problemas de los
países en desarrollo, esto es de la mayor parte de la Humanidad, son facetas que
una reforma de la ONU no puede dejar de lado o abordar parcialmente, si en
verdad se quiere dotar a la Organización de una voz representativa y efectiva en
el nuevo milenio.
El Ecuador respalda los objetivos de la Declaración del Milenio, tanto
sus metas políticas y de seguridad como las que refieren al desarrollo humano.
Sólo una Organización que reforme su estructura institucional conforme a las
La política exterior del Ecuador
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demandas de los nuevos tiempos podrá cumplir su parte al impulsar desde el
ámbito multilateral los loables objetivos de la Declaración del Milenio.
La crisis financiera. La emigración. La lucha contra la
corrupción
El Ecuador en 1999 sufrió una de las crisis financieras más graves de su
historia, como resultado de un conjunto de factores que convergieron a una
súbita “corrida” de los depósitos bancarios, hecho que a su vez generó la
iliquidez y en algunos casos la quiebra de varias instituciones financieras, con
el consiguiente perjuicio tanto para el Estado — el cual a través del Banco
Central había otorgado líneas de crédito de última instancia — como para los
depositantes en general.
Al desequilibrio financiero, se agregó la caída de los ingresos petroleros,
el aumento de los gastos por las presiones políticas y gastos adicionales para
adquisición de armamento y para hacer frente al fenómeno del Niño; todo lo
cual generó tasas de interés desmedidamente altas, como efecto de una enorme
desconfianza en la economía. Las altas tasas deterioraron la situación de los
deudores, quienes no pudieron cumplir sus obligaciones con la banca. El
impacto sobre la infraestructura, provocado por el fenómeno del Niño, la
caída de las exportaciones por una baja en los precios internacionales y una
contracción en los mercados produjeron la descapitalización o excesivo
endeudamiento generalizado del sector sector empresarial, una hiperinflación
superior al 500% y finalmente el congelamiento de los depósitos.
Las implicaciones de esta crisis fueron devastadoras sobre la economía
nacional, el aparato productivo y la sociedad, especialmente para el segmento
más vulnerable de la misma; por el cierre de empresas, pérdida de miles de
puestos de trabajo, iliquidez, recesión, hiperinflación y masiva devaluación.
Con la adopción del dólar estadounidense a partir del año 2000, se configuró
un nuevo escenario económico, la reducción de la inflación y el incremento de
la inversión pública.
En la actual coyuntura, el Gobierno se propone sustentar una
reactivación productiva, a través del mantenimiento de la dolarización, la
responsable intervención de la economía y de las finanzas públicas, y la mejora
continua de la competitividad.
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Por el enorme número de ecuatorianos que han salido del país natal y se
han dedicado a buscar en el exterior los medios para su subsistencia y de la sus
familias (cerca de 2 millones en los últimos 2 años), en lo social, las
consecuencias aún siguen siendo preocupantes.
A través de la política exterior, el Estado ecuatoriano busca la protección
del emigrante: procura legitimar su permanencia en los países de destino, con
el objeto de que pueda ejercer sus derechos como ciudadano residente, con las
facultades y las obligaciones previstas en las leyes de cada país; orienta la
colocación laboral y protege el ejercicio y cumplimiento de los Derechos
humanos.
A este respecto, la política del Estado se orienta hacia la protección de la
familia del emigrante, a través de una labor de asistencia social y asesoría
económica; la articulación de acciones que tiendan a lograr un desarrollo
económico y social equilibrado y a la mejora de las condiciones físicas,
económicas y sociales de los sectores de mayor impacto en las corrientes
migratorias del país.
En función de las estrategias establecidas, se han suscrito varios
instrumentos, uno de ello con España, relacionado con la regulación y
ordenación de los flujos migratorios; otros dos con la Organización
Internacional para las Migraciones, para la prestación de asistencia técnica y
para el funcionamiento de la unidad de selección de emigrantes en el marco de
la ejecución de Acuerdos sobre flujos migratorios, respectivamente.
Es un hecho conocido que, cuando se produjo la crisis financiera, un
grupo de banqueros se burló de la fe pública y perjudicó abiertamente al Estado
y a los depositantes, por igual, en circunstancias en que el primero había acudido
en auxilio de las instituciones financieras, comprometiendo cuantiosos recursos
y poniendo en juego las bases mismas de la institucionalidad, la seriedad y la
estabilidad monetaria y cambiaria del país.
Por estos antecedentes, interpretando el sentir del pueblo ecuatoriano,
reviste una especial importancia y constituye uno de los más caros postulados
y objetivos del Gobierno Nacional, el hacer uso de todos los recursos y medios
legales disponibles tanto en el ámbito interno como internacional, para lograr,
primero, que los recursos que pertenecen a la sociedad sean recuperados y
puestos al servicio de su desarrollo y bienestar y, luego, para que los responsables
La política exterior del Ecuador
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de su indebida apropiación, sean puestos a disposición de los jueces
competentes para que reciban una merecida y ejemplarizadora sanción, en un
acto de estricta justicia, largamente esperado.
En este marco de reflexiones y por convicción propia, el señor Presidente
de la República, Ingeniero Lucio Gutiérrez, con ocasión de la próxima
realización en la ciudad de Quito, en el mes de junio de 2004, de la XXXIV
Asamblea General de la Organización de Estados Americanos, interpretando
el sentimiento del pueblo ecuatoriano y fiel a sus ofertas de campana, ha
decidido que el tema central a desarrollarse en el seno de esta importante cita
continental sea: “La lucha hemisférica contra la corrupción”.
Con ello se espera contribuir decididamente a la creación, desarrollo y
consolidación de un nuevo, más eficaz y solidario enfoque interamericano
en la lucha y eliminación de este indeseado fenómeno que representa una de
las principales causas —si no la principal — del descalabro y atraso de las
estructuras sociales y políticas del continente.
La cooperación internacional
En el ámbito internacional, la política exterior ecuatoriana tiene un
enfoque e inspiración muy precisos: el Ecuador es partidario de la cooperación
internacional, tanto como sistema de seguridad colectiva cuanto como
herramienta para el desarrollo económico y social de los pueblos.
La inserción del Ecuador en la economía global
El artículo 4 de la Constitución vigente enumera los principios que rigen
las relaciones del Ecuador con la Comunidad Internacional y, en ese aspecto,
en el apartado 3, se afirma que el Derecho Internacional es norma de conducta
de los Estados en sus relaciones recíprocas, en tanto que el apartado 5 del
mismo artículo propugna la integración, de manera especial, la andina y
latinoamericana.
Por su lado, el artículo 171 de la Carta Magna define las atribuciones y
deberes del Presidente de la República. El apartado 12 le otorga al Jefe de
Estado la potestad de definir la Política Exterior, dirigir las relaciones
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internacionales, celebrar y ratificar los tratados y convenios internacionales,
previa aprobación del Congreso Nacional cuando la Constitución lo exija.
Finalmente el artículo 163 de la Constitución establece que las normas
contenidas en los tratados y convenios internacionales, una vez promulgados
en el Registro Oficial, formarán parte del ordenamiento jurídico de la República
y prevalecerán sobre leyes y otras normas de menor jerarquía.
Los artículos 2 y 3 de la Carta enumeran los propósitos y principios que
rigen esa organización. Entre ellos están: el de promover, por medio de la
acción cooperativa, el desarrollo económico, social y cultural. Enuncia que el
derecho internacional es norma de conducta de los Estados en sus relaciones
recíprocas y la cooperación económica es esencial para el bienestar y la
prosperidad comunes de los pueblos del continente.
El desarrollo económico del país es la base de la sostenibilidad social. La
superación de los crónicos males de la economía nacional demanda un gran
esfuerzo de acción internacional. De ahí que la política exterior del Ecuador
confiera a las relaciones económicas, un delicado y trascendental rol en el
proceso de los cambios estructurales y coyunturales que deben instrumentarse
en este campo.
El Ecuador, en armonía con las decisiones adoptadas en la XIV del
Consejo Presidencial Andino, respalda y alinea una visión estratégica en la
preservación del patrimonio común construido en estos 34 años de integración
andina, para avanzar hacia una segunda generación de políticas.
El Acuerdo de Cartagena
El Acuerdo de Cartagena es la norma básica y fundamental de la
integración andina que le da a la Comunidad Andina la personalidad jurídica
internacional como organización subregional. Fue suscrito el 26 de mayo de
1969 por Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú. El año de 1973 ingresó
Venezuela en el proceso y el año 1976, Chile, se retiró del mismo.
En su preámbulo enuncia que la integración constituye un mandato
histórico, político, económico, social y cultural de sus países a fin de preservar
su soberanía e independencia.
El artículo 16 del Acuerdo establece que corresponde, entre otras
potestades, al Consejo Andino de Ministros de Relaciones Exteriores, formado
La política exterior del Ecuador
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por los Ministros de Relaciones Exteriores de los Países Miembros del Acuerdo
de Cartagena, formular la Política Exterior de los Países Miembros en los
asuntos que sean de interés subregional, así como orientar y coordinar la acción
externa de los diversos órganos e instituciones del Sistema Andino de
Integración.
Por otro lado, el artículo 22 del Acuerdo establece que corresponde,
entre otras, a la Comisión de la Comunidad Andina, constituida por un
representante plenipotenciario de cada uno de los Gobiernos de los Países
Miembros, actualmente por los Ministros de Comercio Exterior, formular,
ejecutar y evaluar la política de integración subregional andina en materia de
comercio e inversiones y, cuando corresponda, en coordinación con el Consejo
Andino de Ministros de Relaciones Exteriores.
En otro ámbito, por el Tratado de Montevideo de 1980, las Partes
Contratantes se obligaron a proseguir el proceso de integración encaminado a
promover el desarrollo económico-social, armónico y equilibrado de la región
y, a ese efecto, instituyeron la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi)
con sede en la ciudad de Montevideo. Son signatarios del Tratado de
Montevideo: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Cuba, Ecuador,
México, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.
Al suscribir dicho Tratado, los países consideraron que la integración
económica regional constituye uno de los principales medios para que los
países de América Latina puedan acelerar su proceso de desarrollo económico
y social a fin de asegurar un mejor nivel de vida para sus pueblos. Dicho proceso
tendrá como objetivo a largo plazo el establecimiento, de forma gradual y
progresiva, de un mercado común latinoamericano.
Los objetivos de la Política Exterior del Ecuador en materia de integración
no pueden ser otros que aquellos enunciados, primeramente, en forma general
por la Constitución Política del Estado en sus artículos 4 y 5, al afirmar que el
Ecuador en sus relaciones con la comunidad internacional propugna la
integración, de manera especial la andina y latinoamericana; y que el Ecuador
podrá formar asociaciones con uno o más estados, para la promoción y defensa
de los intereses nacionales y comunitarios.
En segundo lugar y por efecto de remisión de la Constitución a los
tratados internacionales suscritos por el Ecuador en materia de integración,
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está el Acuerdo de Cartagena que enuncia en su artículo 1 como sus objetivos:
el de promover el desarrollo equilibrado y armónico de los Países Miembros
en condiciones de equidad, mediante la integración y la cooperación económica
y social; acelerar su crecimiento y la generación de ocupación, y facilitar su
participación en el proceso de integración regional, con miras a la formación
gradual de un mercado común latinoamericano.
Asimismo, son objetivos del Acuerdo: tender a disminuir la
vulnerabilidad externa y mejorar la posición de los Países Miembros en el
contexto económico internacional; fortalecer la solidaridad subregional y
reducir las diferencias de desarrollo existentes entre los Países Miembros.
Estos objetivos tienen la finalidad de procurar un mejoramiento persistente
en el nivel de vida de los habitantes de la Subregión.
El Ecuador ha sido uno de los mayores propulsores de la integración andina
desde sus inicios. Esos objetivos, que han sido permanentes, han buscado sobre
todo impulsar las relaciones externas de la Comunidad Andina en materia política
y comercial con el Mercosur, los Estados Unidos de América, Canadá, la Unión
Europea, China, Rusia y Japón entre los más relevantes. Asimismo ha buscado
con sus socios andinos desarrollar la Agenda Social con la aprobación de un
Plan Integrado de Desarrollo Social y ampliar la participación de la sociedad
civil. Igualmente ha sido un permanente auspiciante de la cooperación política
intrasubregional en materia de seguridad y confianza, combate a las drogas ilícitas
y sus delitos conexos y de la amplia temática del desarrollo sostenible que incluye
la promoción y defensa de nuestra biodiversidad. En materia de política
comunitaria de integración y desarrollo fronterizo, el Ecuador ha buscado
promover el desarrollo de las zonas de integración fronteriza y de la creación de
centros binacionales de atención en fronteras. Aprobó junto a sus socios andinos
una Política Comunitaria de Integración y Desarrollo Fronterizo que es el marco
general de los objetivos encaminados al desarrollo de esta temática.
Finalmente, uno de sus objetivos principales ha sido el impulsar la
elaboración de líneas que permitan diseñar una nueva institucionalidad andina,
tomando en cuenta que en un futuro se requerirá de ésta, que, al igual que
procesos de integración más avanzados, le permitan abordar sectorialmente
los nuevos desafíos y temáticas del proyecto comunitario andino.
El Ecuador asumió la Presidencia de la Comunidad Andina el 28 de
junio de 2003 por el período de un año.
La política exterior del Ecuador
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Al asumir la Presidencia de la Comunidad Andina el Ecuador concentró
sus esfuerzos en consolidar la unión de sus miembros, con miras a que los
Jefes de Estado de los países andinos se comprometan con el apoyo político
destinado a repotenciar la Unión Aduanera para avanzar hacia el Mercado
Común, el cumplimiento de la normativa andina y la institucionalidad del
Sistema Andino de Integración, todo ello con la finalidad de que las trabas que
se han producido en esos ámbitos se resuelvan en un plazo corto.
Este objetivo se fundamentaba en el hecho de que el principal valor que
tiene la Comunidad Andina es la formación de un bloque que aporta fuerzas a
sus miembros en las negociaciones con terceros. El Ecuador impulsó también
la inclusión de los temas sociales, como ejes fundamentales que deben ser
considerados en la integración andina y que no habían sido priorizados en el
pasado.
De igual manera, el Ecuador propuso las líneas estratégico-políticas
relacionadas con la dimensión económica: el mercado común andino; la relación
con terceros; la participación de la sociedad civil, y la institucionalidad andina.
En la dimensión económica, el Ecuador logró aunar los criterios de los países
miembros acerca de la necesidad de profundizar en las políticas
macroeconómicas que contribuyan a la estabilidad cambiaria y a la posible
aplicación de una salvaguardia cambiaria, pues estos aspectos inciden en los
flujos comerciales andinos.
En cuanto al tema del mercado común andino, se resaltó la importancia
de consolidar la unión aduanera, el estado actual del arancel externo común y
el mecanismo de estabilización de precios para el sector agrícola. En esa materia,
instó a los países miembros para que se adopte una Política Agropecuaria
Común en fecha próxima.
En la relación con terceros, la participación del Ecuador fue crucial para
demostrar la necesidad de llegar antes del 31 de diciembre del 2003 a la
conclusión de las negociaciones entre la Comunidad Andina y el Mercosur,
para crear una zona de libre comercio entre ambos bloques y con ello hacer
frente conjuntamente a los desafíos que supone el Alca, la relación con la
Unión Europea, así como posibles negociaciones en el ámbito comercial y
político con los Estados Unidos y el Canadá.
En la participación de la sociedad civil, a instancias del Ecuador, los
países andinos adoptarán un Plan Integrado de Desarrollo Social que permitirá
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
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no sólo acompañar las políticas nacionales de combate a la pobreza, sino la
inserción de sectores marginados como los pueblos indígenas y el de los
consumidores.
Como corolario de la posición ecuatoriana, se consideró fundamental la
creación del Consejo Electoral Andino y la consolidación del Tribunal Andino
de Justicia. También se insistió en la necesidad de que los países miembros,
que aún lo tengan pendiente, elijan directamente a los parlamentarios andinos,
proceso que únicamente se produce en Venezuela y Ecuador.
Todos estos objetivos son los mismos que persiguió el Ecuador en materia
de integración latinoamericana cuando suscribió el Tratado de Montevideo de
1980 y son los mismos que promueve cuando negocia conjuntamente con los
países andinos o en forma individual acuerdos comerciales o políticos con
otros proceso de integración o países individualmente considerados, como en
la coyuntura actual, con especial referencia al Area de Libre Comercio de las
Américas (Alca) y a los Tratados de Libre Comercio con el Mercosur, los
Estados Unidos de América y las Comunidades Europeas, éstos últimos a ser
negociados en el curso de los próximos meses.
En el actual momento histórico, se advierte la proximidad de las
negociaciones económicas bilaterales para la eventual suscripción de sendos
Tratados de Libre Comercio entre el Ecuador y los Estados Unidos, y el
Ecuador y la Unión Europea, para profundizar e institucionalizar la relaciones
comerciales, económicas y políticas entre las Partes.
Con ese objetivo en perspectiva, por las implicaciones que tendrán dichas
negociaciones no solamente en el ámbito comercial sino sobre toda la economía
nacional y por supuesto en el contexto de las relaciones económicas
internacionales del país, el Ecuador se prepara para adoptar políticas de largo
aliento en orden a fortalecer la participación efectiva del sector privado, así como
de otros importantes sectores de la sociedad civil, tales como el sector laboral y
académico, de manera de asegurar la coordinación y el trabajo coordinado de las
diferentes instituciones nacionales, cuyas competencias y áreas de actividad tienen
relación directa con los temas involucrados en las negociaciones.
En cumplimiento de ese alto objetivo, es menester definir con rigor los
intereses y las posiciones nacionales en los principales temas y cuestiones, a
fin de conciliar, de la manera más equitativa, las aspiraciones y necesidades de
La política exterior del Ecuador
112 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
112
los diversos sectores de la economía, así como de aquellas otras que se derivan
de los objetivos permanentes, como son la lucha contra la pobreza, la justicia
social, la adecuada protección del medio ambiente, la preservación de los
derechos humanos y la diversidad cultural, ecológica y productiva.
Medio ambiente
El territorio ecuatoriano está considerado entre los de mayor diversidad
biológica del planeta, y es obligación básica del Estado propender a su desarrollo
sostenible y a la preservación de su ambiente. En esa perspectiva y en armonía con
los postulados del Plan de Acción de Johannesburgo — párrafo 44 —, propugna
el desarrollo sostenible en la erradicación de la pobreza. A este efecto, encamina
sus políticas para garantizar el uso sustentable de sus recursos naturales y de su
diversidad biológica, y evitar la tendencia actual de degradación de los mismos.
Por las mismas consideraciones, promueve acciones dirigidas a mitigar
el cambio climático que genera riesgos cada vez mayores a escala global y
consecuencias adversas especialmente en los países en desarrollo y sobre sus
economías; fomenta políticas y acciones para la prevención y lucha contra la
desertificación y la mitigación de los efectos de la sequía, de conformidad con
el párrafo 41 del Plan de Acción de Johannesburgo.
Para el logro de los referidos objetivos, el Ecuador plantea una activa
participación en el marco de las convenciones internacionales en materia de
ambiente y desarrollo sostenible; en particular, la Convención de Diversidad
Biológica, la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático,
la Convención de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, la Convención
Cites sobre comercio de especies amenazadas, y la Convención Ramsar (Irán)
sobre humedales de importancia internacional, entre varios otros acuerdos
multilaterales en que el Ecuador es signatario.
Igualmente establece sinergias con instituciones nacionales vinculadas
al desarrollo sostenible y al medio ambiente, así como con organismos de la
sociedad civil, para el aprovechamiento de experiencias y conocimientos como
insumos para la participación en reuniones internacionales.
Propugna también la creación de mecanismos para concertar posiciones
comunes respecto a convenciones internacionales sobre desarrollo sostenible y
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Patricio Zuquilanda-Duque
*
113
medio ambiente con otras naciones y grupos de países, en especial en el marco
de la Comunidad Andina de Naciones, en el Grupo de Países Megadiversos y
Afines, en la Región de Latinoamérica y el Caribe, y el ámbito del Grupo de los
77 y China; y de mecanismos para la formación de negociadores ecuatorianos
en el contexto de convenciones internacionales sobre desarrollo sostenible.
En orden a concretar la aplicación de las referidas estrategias, el Ecuador,
en la órbita de la Convención de Diversidad Biológica, lidera la preparación de
posiciones nacionales para la participación en la Convención de Diversidad
Biológica y específicamente en la reunión del Órgano Subsidiario de
Asesoramiento Científico Técnico y Tecnológico de la Convención de
Diversidad Biológica, Sbstta, así como la Conferencia de las Partes (COP7) de
dicha Convención (Kuala Lumpur, del 9 al 20 de febrero de 2004), en los
temas principales tales como ecosistemas de montaña, áreas protegidas, y
transferencia de tecnología y cooperación tecnológica.
En lo tocante al tema de Areas Protegidas, que constituirá el punto central
de la Conferencia de las Partes, el Ecuador diseña una estrategia sobre la base
de las conclusiones a las que se arribó durante “Congreso Nacional sobre
Áreas Protegidas”, organizado por el Ministerio del Ambiente.
Conjuntamente con el Comité Nacional del Clima, la Cancillería
coordinará la aplicación de los resultados de la Novena Conferencia de las
Partes de la Convención de Cambio Climático, que recientemente se llevó a
cabo en Milán, Italia, y que tuvo alta trascendencia para la entrada en vigor del
Protocolo de Kyoto, así como por los importantes temas para los países en
desarrollo, entre ellos la disminución de los efectos del cambio climático;
adaptación al cambio climático; comunicaciones nacionales; capacitación;
transferencia de tecnología; fondo especial sobre cambio climático; mecanismo
de desarrollo limpio; entre otros.
En el mismo orden de ideas, el Ecuador apoya la continuidad del Proyecto
“Cambio Climático”, ECU/99/G31; la actualización del Inventario Nacional
de Gases de Efecto Invernadero, la promoción de medidas de adaptación al
cambio climático, la consolidación de la labor del Comité Nacional de Clima, y
el fomento de políticas energéticas, así como de uso de la tierra (agrícola y forestal)
que contribuyen a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
En términos generales, se destacan como ejes temáticos de la política
exterior en materia de desarrollo sostenible y ambiente, el tema del agua y su
La política exterior del Ecuador
114 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
114
uso integrado, áreas protegidas, bosques, desarrollo sostenible de las montañas,
acceso a recursos genéticos y distribución justa de beneficios, bioseguridad,
entre varias otras materias. Entre los temas más relevantes que merece prioritaria
atención para el Estado ecuatoriano y la Cancillería, figura la conservación del
Parque Nacional y Reserva Marina de Galápagos.
En este artículo he pasado revista a las áreas que tienen una mayor
significación y prioridad para la política exterior del país. Con respecto a éstas,
he buscado exponer las principales directrices que orientan la política exterior
del Ecuador.
Este trabajo demuestra las múltiples conexiones que existen entre la
acción internacional del país y su vivir cotidiano; entre la política exterior y las
políticas internas en temas como la seguridad, el desarrollo humano, la
protección del medio ambiente y los derechos humanos, entre otros.
La citada interrelación pone de manifiesto la concepción que tiene el
Estado ecuatoriano de la política exterior como una herramienta más de su
actividad general a favor de la promoción del desarrollo social y económico
del país. Por ello, se constituye en un instrumento primordial, porque establece
y mantiene el contacto del país con la comunidad de naciones marcada por la
dinámica de la globalización; porque la política exterior reafirma la presencia
del país en la vida internacional y estrecha los lazos de cooperación entre los
pueblos; y, finalmente, porque la política exterior ofrece la oportunidad para
que el Estado y pueblo ecuatorianos aporten esfuerzos e ilusiones a la
construcción de un mundo más armónico y fraternal.
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Samuel Rudolph Insannally
115
nicialmente, puede ser útil enumerar los objetivos principales de la
política exterior del país, que, en pocas palabras, son los siguientes:
(a) preservar la soberanía, integridad territorial e independencia de Guyana;
(b) fomentar el desarrollo económico y social de Guyana;
(c) promover relaciones más próximas con la diáspora guyanense;
(d) mantener relaciones amistosas con las naciones del mundo;
(e) asegurar que se conozcan que los intereses de Guyana y que se
fomenten en la comunidad internacional; y
(f) promover los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas.
Los años poscoloniales
Después de la independencia del país, en 1966, esas metas determinaron
el diseño de las políticas y la toma de decisiones en materia de relaciones
La política exterior de
Guyana:
Respuestas a los cambios en el
contexto mundial
Samuel Rudolph Insannally
*
*
Ministro de Relaciones Exteriores de la República Cooperativista de Guyana
E
La política exterior de Guyana
116 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
116
exteriores. Permanecieron, así, constantes y firmes, adaptando las estrategias y
la diplomacia, cuando resultó necesario, a las nuevas circunstancias y retos.
Las preocupaciones principales fueron la seguridad y el desarrollo económico
– objetos esenciales para la supervivencia y prosperidad de la nación. Al mismo
tiempo, el país, a pesar de sus limitaciones de tamaño y recursos, trató de
desempeñar un papel activo e influyente en los foros internacionales. Ese papel
le ha servido bien al país, porque le dio no sólo prestigio y respeto, sino también,
lo que es muy importante, un apoyo valioso para sus principales propósitos de
política exterior.
Como muchos otros países que nacieron de un pasado colonial, Guyana
se unió rápidamente a la lucha contra el imperialismo y contra el racismo. En
la Organización de las Naciones Unidas, a la cual se adhirió inmediatamente
después de su independencia, en 1966, Guyana ha sido vigorosa abogada del
derecho de autodeterminación de los pueblos, el fomento de la paz y estabilidad
global y la realización de un nuevo orden económico internacional más
equitativo. Para escapar de las restricciones políticas de la Guerra Fría, el país
se comprometió con el no alineamiento, con la esperanza de que eso le daría
más autonomía en el diseño de su política exterior. Asimismo, Guyana se
adhirió al Grupo de los 77 y se alió a otros países en desarrollo en la causa
común de buscar un mayor progreso económico y social. En cualquier foro,
Guyana se ha encontrado, con frecuencia, en posiciones de liderazgo, lo que
ha utilizado para promover un ambiente internacional más sensible a sus
necesidades y preocupaciones.
Aunque ambiciosas y emprendedoras, las opciones de política exterior
de Guyana se encuentran circunscritas por la controversia continua con
Venezuela, su vecino occidental. Venezuela, después de aceptar las actuales
fronteras territoriales durante más de sesenta años, ha reclamado
frecuentemente el derecho a casi cinco octavos del territorio de Guyana.
Empezando con la ocupación de la parte guyanense de la isla de Ankoko,
Venezuela ha procedido a instigar una rebelión en la región de Rupununi y a
anexar áreas marítimas en el Esequibo. Este vecino occidental, efectivamente,
impide que Guyana participe en varios importantes organismos hemisféricos
y utiliza la coerción económica para boicotear el desarrollo de Guyana de su
territorio reivindicado. No es sorprendente que esta controversia, junto con la
disputa territorial del lado de Surinam, haya frustrado gravemente las
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Samuel Rudolph Insannally
117
perspectivas de estabilidad y desarrollo del país. Guyana, sin embargo, está
resuelta a encontrar soluciones pacíficas para los problemas, según lo prescrito
en el Artículo 33 de la Carta de las Naciones Unidas.
Como carece de cualquier capacidad militar significativa, Guyana depende
de la persuasión diplomática y moral para proteger su soberanía e integridad
territorial. Al ser así, y como parte de su política, Guyana ha intentado ganar la
simpatía y el apoyo para su posición cultivando buenas relaciones con todos los
Estados amigos y defensores y ha insistido en el respeto integral a las leyes
internacionales y a los principios y propósitos de las Naciones Unidas. En un
estadio bilateral, Guyana siempre ha subscrito el diálogo con ambos, Venezuela
y Surinam, con el interés de mantener buenas relaciones con sus vecinos. También
ha promovido la cooperación económica y técnica como medio para superar
dificultades inmediatas y para alcanzar un grado mayor de coexistencia pacífica
y colaboración. En nivel multilateral, Guyana ha montado una ofensiva
diplomática para rechazar las intenciones de Venezuela de aumentar su territorio.
Aunque las relaciones con Surinam y Venezuela sean relativamente cordiales, los
problemas subyacentes continúan y ponen a prueba la habilidad y los recursos
diplomáticos de Guyana.
El periodo de posguerra fría
Los cambios observados en el mundo después de la Guerra Fría han
provocado en todas partes una gran reorientación de las políticas exteriores de
los países. Desapareció la “estabilidad” proveniente del equilibrio de las fuerzas
ideológicas entre el Oriente y el Occidente y, con ella, la posición estratégica
que los países en desarrollo habían gozado durante tanto tiempo, poniendo a
un titán contra el otro y obteniendo ventajas políticas y económicas de ambos.
Repentinamente, con el general relajamiento de las tensiones (détente), las
políticas antiguas y cómodas, como la neutralidad y el no alineamiento se han
sacudido hasta sus cimientos, a medida que los Estados tuvieron que adaptarse
al nuevo orden mundial.
El Occidente triunfante se juntó entonces al Oriente derrotado para
formar el Norte dominante, mucho más capaz de ejercer el control político y
económico sobre un Sur debilitado. Los países en desarrollo, como Guyana,
ya no pueden depender de su autonomía de acción, pues el territorio estratégico
La política exterior de Guyana
118 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
118
que habían ocupado con éxito durante la Guerra Fría desapareció. La nueva
concentración de ideología política, política económica y poderío militar puede
ser poco tolerante con los disidentes, exigiendo más bien una obediencia
completa y constante. La mayoría de los países en desarrollo, especialmente
los Estados pequeños y vulnerables, no tienen otra opción sino la de aceptar y
seguir los principios neoliberales del libre mercado, conocido popularmente
como el Consenso de Washington. La era de la globalización llegó y obligó a
los Estados a liberalizarse o perecer. La política exterior de Guyana necesita
tener en cuenta, forzosamente, esos acontecimientos y reorientarse para
encontrar su lugar en la economía global.
Los nuevos retos de paz y desarrollo
La experiencia ya ha demostrado que mientras los vientos de la
globalización condujeron a un número mayor de economías desarrolladas a
puertos seguros de gran prosperidad, dejaron a las economías más débiles,
como las del Caribe, a una estancamiento más profundo. Como los estudios
realizados por el Secretariado de la Commomwealth y el Banco Mundial
concluyeron, los países del Caribe continúan siendo víctimas de peligros tales
como los desastres naturales, los precios variables de exportación, la volatilidad
de los ingresos, la infraestructura deficiente y la productividad limitada. La
pandemia de VIH/SIDA también pasa una gran factura a los recursos humanos
y financieros de esos países. Sumándose a esas desventajas hay nuevas amenazas
a la seguridad, que son resultado del tráfico de armas y drogas, y que fomentan
el crimen internacional. Los países pequeños, como los nuestros, están mal
preparados para combatir una agresión tan sofisticada y no logran evitar los
peligros que eso representa para sus sociedades. La principal prioridad, por lo
tanto, es fortalecer nuestra capacidad de coacción, y el sistema legal como un
todo, para proteger la sociedad de dichos flagelos. Así, la seguridad – en su
sentido más amplio – constituye la preocupación suprema de la agenda de
política exterior.
Otro manifiesto obstáculo manifiesto a la capacidad del país de formular
sus políticas – tanto la exterior como la interna – es su situación financiera.
Como beneficiario, designado por la iniciativa de ayuda para países pobres
endeudados (HIPC), Guyana sólo recientemente alcanzó el punto del proceso
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Samuel Rudolph Insannally
119
que le permitirá obtener recursos. Será indispensable un gran monto de ayuda
oficial al desarrollo (ODA) hasta que el país consiga disponer de una
infraestructura adecuada. Otro reto es la atracción de inversiones, que se han
vuelto escasas y competitivas. Además, la dependencia de Guyana de las mercancías
para sus ingresos de exportación la hace muy vulnerable a las vicisitudes de la
economía global. La amenaza de tal debilitación aumenta con el avance meteórico
en los campos de ciencia y tecnología, que está haciendo aumentar rápidamente la
brecha entre los países en vías de desarrollo y los desarrollados, entre el Norte
industrializado y el Sur, en gran parte agrario y subdesarrollado.
El cataclismo del 11 de septiembre
Como si los desafíos de la política exterior ya no fuesen pocos, ese desastre
complicó todavía más el escenario mundial. En las palabras de la revista The
Economist en dicha ocasión, no sólo se modificó indeleblemente la silueta de
Manhattan, como también cambió para siempre las relaciones internacionales
entre los Estados. A todos los países, y en especial a los pequeños, se les
recordó enérgicamente su vulnerabilidad ante asaltos imprevisibles a su
seguridad y la necesidad de responder dignamente a esas amenazas. Como
miembros de la familia de las Naciones Unidas, los Estados caribeños han
condenado el terrorismo internacional y han intentado construir defensas contra
ataques a su integridad. Esas medidas de protección, sin embargo, han pesado
e manera significativa en nuestras economías, ya tambaleantes como resultado
de los efectos del atentando del 11 de septiembre.
Una estrategia para la supervivencia
Para hacer frente a esas dificultades, un Estado pequeño, como Guyana,
se ve forzado a examinar su situación y a diseñar una estrategia de supervivencia.
Junto con otros países de la Caricom, Guyana procuró repensar y reorganizar
tanto su política interna como su política exterior, a fin de insertarse mejor en
la economía de mercado global. Durante los últimos tres años, el Consejo de
Relaciones Exteriores y de Comunidad de la Caricom ha intentado formular
una nueva visión y estrategia para orientar las relaciones exteriores de la
Comunidad. En pocas palabras, esa estrategia contempla un aumento de la
La política exterior de Guyana
120 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
120
cooperación regional para cubrir los intereses y enfrentar las preocupaciones
comunes. Mediante consultas y coordinación más intensas, la Caricom espera
minimizar el impacto perjudicial de las fuerzas externas y maximizar su
capacidad diplomática.
Un punto central de esa política exterior es la creación del Mercado y
Economía Únicos Caribeños, como instrumento para fortalecer la competitividad
de la región en la economía global. Con la revisión del Tratado de Chaguaramas
y sus memorandos respectivos, se espera que el proceso de liberalización
económica sea más armonioso, haya mayor convergencia hacia un marco
regulador moderno y aumente el nivel de racionalización y fortalecimiento de
las instituciones regionales para apoyar los esfuerzos de integración. Se espera
que esa política conduzca a la intensificación de la competencia, una redefinición
de las complementariedades de producción y exportación y, finalmente, a un
mercado unificado.
Como países orgullosos e independientes, los Estados de la Caricom
prefieren depender del comercio en vez de la ayuda al desarrollo. Sin embargo,
debido a su relativamente reciente liberación del colonialismo y a las consiguientes
dificultades que enfrentan, esos países aún son demasiado débiles para luchar
contra las principales fuerzas de la globalización. Para los países pequeños y
vulnerables de Caribe, incluyendo a Guyana, el acceso al mercado, por sí solo,
no los ayudará a mejorar su capacidad de exportación. Sin ayuda para desarrollar
la infraestructura y otras instalaciones necesarias, esos países no pueden
aprovechar las ventajas de la globalización y liberación de los mercados. Para
poder beneficiarse de cualquier área de libre comercio de las Américas, los países
de la Caricom deben recibir un tratamiento especial y diferenciado para sus
exportaciones y un acceso a un Fondo Regional de Desarrollo, similar al ideado
por la Unión Europea (UE) con la finalidad de eliminar desequilibrios regionales
y de colocar a todos los países miembros en un relativo plano de igualdad. Por lo
tanto, éstas son las principales metas en la negociación de los nuevos acuerdos
comerciales con la Unión Europea (UE) y la Organización Mundial del Comercio
(OMC) después de la reunión de Doha.
Otro gran objetivo de la política exterior de Guyana y la Caricom es la
preservación del medio ambiente para un desarrollo sostenible. El ecosistema
de la región es tan frágil que fácilmente se pondrá en peligro, a no ser que se
logre preservar, de todo lo que sea posible, de probables desastres naturales o
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Samuel Rudolph Insannally
121
causados por el hombre. La Caricom ha estado muy preocupada con el transporte
marítimo de los peligrosos residuos nucleares de algunos países que los hacen
circular a través de Mar del Caribe. Esa preocupación llevó a que la región
promoviera en las Naciones Unidas, en colaboración con otros países del todo
el Caribe, el concepto del Mar del Caribe como Área Especial en el contexto del
desarrollo sostenible. Como también está ubicado en la Cuenca Amazónica,
Guyana tiene interés especial en la explotación sostenible de nuestros ricos
recursos forestales. En ese contexto, Guyana apoya integralmente la iniciativa
latinoamericana y caribeña por que se apostó en la Cumbre Mundial sobre
Desarrollo Sostenible, celebrada en Johannesburgo, Sudáfrica, del 26 de agosto
al 4 de septiembre de 2002.
En su discurso inaugural de la Conferencia de Jefes de Gobierno de los
Países de la Caricom, realizada en Georgetown, en 2002, el Presidente Jagdeo,
en calidad de Presidente de la Conferencia, enunció varios objetivos de la
política que Guyana considera apropiadas para conseguir el progreso en la
región. Entre ellos se destacan la formulación de una Política Agrícola Común,
la creación de una cooperativa de pesca multilateral, un enfoque común sobre
los problemas relacionados con el crimen y la inseguridad en la región, una
mayor democratización en los países miembros, una mayor participación de la
Sociedad Civil en la elaboración de las políticas, una revisión general y, cuando
se apropiado, la reforma de las instituciones regionales existentes y, por último,
el fomento de un área de cooperación ampliada en el Caribe. Para alcanzar
este último objetivo, y teniendo en consideración que la Secretaría de la Caricom
tiene sede en Georgetown, Guyana ha promulgado el concepto de “Puente”,
que le permitirá servir de enlace político, económico y social entre el Caribe y
los países de Sudamérica.
Guyana: puente entre el Caribe y Sudamérica
Guyana tiene la seguridad de que ha llegado la hora de lanzar la mirada
más allá de sus vecinos inmediatos y sus relaciones históricas con las metrópolis
del Norte. Ahora debe abarcar el enorme espacio político y económico que
existe tanto al sur como al este y oeste. El rápido desarrollo de sus relaciones
con el vecino gigante – Brasil – y, en particular, con los estados del norte de
Brasil, constituyen una colaboración prometedora que, con el planeamiento
La política exterior de Guyana
122 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
122
adecuado, podrá ofrecer a Guyana una mayor estabilidad política y más
beneficios económicos. Con la apertura de nuestra región interior y la creación
de nuevas vías de transporte, las oportunidades comerciales y económicas
florecerán.
Las relaciones entre Guyana y Brasil ya muestran los frutos de esa idea.
Después de la participación del Presidente Jagdeo en la Cumbre de Presidentes
de Sudamérica, celebrada en Brasilia hace dos años, se han dado pasos concretos
para desarrollar lazos más estrechos entre nuestros dos países. Además del
Acuerdo Comercial de Alcance Parcial negociado el año pasado, varios otros
proyectos están en curso, especialmente en el área de infraestructura, como, por
ejemplo, conexiones aéreas y terrestres, que disminuirán las distancias y
multiplicarán las oportunidades de comercio y cooperación. Como parte del
proceso de integración hemisférica, el Comité de la Iniciativa para la Integración
de la Infraestructura Regional en Sudamérica – Iirsa – ha aprobado un enlace
viario entre Guyana y Brasil con financiamiento del Banco Interamericano de
Desarrollo y de otras fuentes.
Además, existe la posibilidad de emprender nuevas acciones, lo que
contribuiría a ese proceso de integración, incluso la construcción de un parque
industrial en Lethem, cerca de la frontera con el Norte de Brasil. Esas
instalaciones podrían constituir una Zona de Libre Comercio, lo que permitiría
que los hombres de negocios de Guyana, la Caricom y Brasil se estableciran
en esa ciudad fronteriza. Se podría crear un régimen de incentivos para
promover empresas conjuntas entre compañías e Guyana, la Caricom y Brasil.
No hay duda de que esas empresas apreciarían los beneficios de establecerse
en Lethem para poder tener acceso más fácil a sus respectivos mercados. Con
ello, sería posible forjar una conexión más directa entre los países de la Caricom,
del Pacto Andino y del Mercosur, abriendo nuevos horizontes de comercio
interregional.
No se puede ignorar la importancia de la infraestructura física para la
creación de relaciones más estrechas y dinámicas entre los países de la Caricom
y América Latina. En la Cumbre Sudamericana realizada en La Habana, en
abril de 2000, Guyana y Brasil subscribieron una Declaración y Programa de
Acción con el objetivo de promover vínculos entre sus economías. Más
recientemente, en las dos Cumbres Sudamericanas, realizadas respectivamente
en Brasilia, Brasil, y Guayaquil, Ecuador, así como en la Cumbre del Grupo de
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Samuel Rudolph Insannally
123
Río, realizada en Perú en mayo del año pasado, Guyana renovó su compromiso
con los altos ideales de integración y cooperación hemisféricas. Ahora, es
imperativo que intentemos traducir en realidad algunas de las propuestas
concretas contenidas en esos documentos.
La “Puerta de Acceso” a Sudamérica no es solamente una consideración
política, sino también una necesidad económica con el inminente
establecimiento del Área de Libre Comercio de las Américas. La participación
significativa de Guyana en los nuevos acuerdos comerciales sólo estará
asegurada cuando se vincule a otros grupos hemisféricos. Sin ese vínculo, el
poder de negociación de Guyana puede ser insuficiente para asegurar la
preservación de sus intereses y, en consecuencia, el país puede verse al margen
de los beneficios de una asociación más amplia. Sería deseable, por lo tanto,
que Guyana fortaleciera tanto su conexión con la Caricom como sus lazos
con la Asociación de los Estados del Caribe, el Pacto Andino y el Mercosur.
No es difícil encontrar la base lógica para esa política: ante la globalización, si
no se fortalece el regionalismo, los Estados pequeños, como el nuestro, serán
arrastrados por las grandes mareas de la competencia.
Pero no se puede enfocar únicamente la infraestructura física, porque sin
contactos culturales la relación Caricom-América Latina no puede avanzar en su
plenitud. Así, hay que intentar desarrollar un sentido de lazos de familia entre
nuestros pueblos, que se han mantenido separados por las fuerzas de la historia,
la geografía, el idioma y la cultura. La existencia separada, que históricamente ha
sido el destino de los países de habla inglesa del Caribe, ahora se puede cambiar
a través de un esfuerzo consciente para romper tales barreras. La expansión de
los institutos culturales y lingüísticos en toda la región seguramente mejoraría la
comunicación y promovería la interacción – tanto económica como social –
entre nuestros pueblos. Una recomendación concreta que podría facilitar ese
proceso de integración sería el establecimiento de vínculos entre nuestras
universidades y otras instituciones de enseñanza de la región.
Relaciones con el mundo entero
Además de América Latina y del Caribe, Guyana trata de aumentar sus
relaciones de cooperación con los Estados Unidos y el Canadá en el hemisferio
occidental; con el Reino Unido y otros miembros de la Unión Europea; con la
La política exterior de Guyana
124 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
124
Federación Rusa, China, India, Japón y otras naciones asiáticas; y con los países
de África, continente con que Guyana guarda una fuerte afinidad. Por razones
históricas y geográficas, las relaciones con los Estados Unidos, Canadá y el
Reino Unido son especialmente estrechas y siguen siendo importantes en
términos políticos y económicos. La emigración hacia esos destinos ha sido
un factor importante en el desarrollo de vínculos estrechos entre los gobiernos
y los pueblos. Aunque esas relaciones tradicionales se hayan ampliado
naturalmente, el Gobierno quiere diversificar su cooperación para incluir a
todos los países que quieran establecer relaciones diplomáticas basadas en el
respeto mutuo y la amistad.
Guyana también está empeñada en mantener contactos con los
ciudadanos guyanenses que emigraron a otros países: su diáspora. Como son
numerosos los ciudadanos guyanenses que viven en el extranjero, muchos de
los cuales ocupan posiciones importantes en centros de decisiones, el país
podría beneficiarse considerablemente si ellos promovieran los objetivos de la
política exterior del país. Como país pequeño, sin recursos financieros o
humanos suficientes para llevar a cabo grandes campañas de presión en los
principales países de interés para Guyana, sería recomendable invocar el espíritu
patriótico de esos tan importantes ciudadanos para que defiendan nuestra causa
en los foros políticos de sus países receptivos. Se ha desarrollado una estrategia
y un programa para aprovechar esa oportunidad hasta ahora subutilizada.
El ideal del multilaterarismo
Esos acuerdos bilaterales se refuerzan en un compromiso pleno con el
multilateralismo. Como país pequeño en el seno de la comunidad internacional,
Guyana está persuadida de la virtud y del valor del multilateralismo como
principio orientador de las relaciones internacionales. En efecto, el país debe
su libertad e independencia, en gran medida, a la importante campaña en pro
de la descolonización, realizada por las Naciones Unidas inmediatamente
después de su creación. No es de sorprender que una de las primeras medidas
de Guyana, después de su independencia, haya sido el hecho de constituirse
como miembro de dicha Organización y establecer una misión en Nueva York.
Desde entonces, ha trabajado con la comunidad internacional para ampliar las
agendas que promueven la paz y el desarrollo.
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Samuel Rudolph Insannally
125
En la opinión de Guyana, la Organización de las Naciones Unidas no
sirve solamente como escudo para proteger su reciente soberanía, sino que
también ofrece posibilidades claras de aumentar su desarrollo económico y
social. Además, las Naciones Unidas constituyen un espacio donde el país
puede relacionarse en un plano de igualdad con otras naciones y donde puede
proyectar su imagen e influencia con facilidad y efectividad. De hecho, Guyana
ha servido en los consejos más altos de las Naciones Unidas, como Presidente
de la Asamblea General y como miembro del Consejo de Seguridad, Tribunal
Internacional de Justicia, Ecosoc, Pnud y otros organismos auxiliares. En esas
diversas tareas, el país ha desempeñado un papel de líder en desproporción
con su pequeño tamaño y limitados recursos y, a su manera, ha ayudado a
construir el multilateralismo.
Además de su presencia diplomática en ciertos lugares estratégicos, la
representación de Guyana en el exterior funciona, en gran parte, dentro del
marco de las Naciones Unidas y por medio de su participación en agrupaciones
y organismos relevantes regionales y subregionales, tales como la Comunidad
del Caribe (la Caricom), la Comunidad Británica, la Alianza de Pequeños Estados
Insulares (Aosis), la Organización de la Conferencia Islámica (OIC), el
Movimiento de Países No Alineados (NAM) y el G77. El argumento de que
esos dos últimos organismos se han vuelto anacrónicos e irrelevantes no es
válido pues ellos todavía constituyen un foro político útil para sus miembros y
contrarrestan otros intereses poderosos. Sus críticos seguramente temen el
potencial de estos grupos ya que no escuchamos opiniones de ese tipo que
defiendan la abolición de organismos creados a raíz de la Guerra Fría, como la
Otan. De cualquier forma, Guyana cree que tanto el NAM como el G77 deben
reformarse y reorientarse para que se vuelvan más eficientes y eficaces. Sin
embargo, una cosa es adaptarlos y otra abandonarlos.
A pesar de las muchas deficiencias y contratiempos en las Naciones Unidas,
Guyana aún permanece optimista en relación al futuro del multilateralismo. No
se puede negar que desde su creación, en 1945, la organización mundial ha
hecho contribuciones significativas para la preservación y la promoción de la
paz y la cooperación internacionales. Más notable aún es el hecho de que ha
tenido éxito en prevenir la Tercera Guerra Mundial y ha catalizado el progreso
económico y social de los países en desarrollo. Guyana está convencida de que
en el mundo globalizado e interdependiente de hoy no hay ninguna organización
La política exterior de Guyana
126 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
126
alternativa para las Naciones Unidas, si es que se desea evitar la anarquía y
asegurar la estabilidad internacional. Así, continuaremos participando en el
esfuerzo para reformar y reestructurar las Naciones Unidas – la personificación
del multilateralismo – para permitir que funcione mejor en las circunstancias
diferentes que existen hoy en día.
En el área de la paz y la seguridad, las metas comunes deberían ser el
desarrollo del sistema colectivo contemplado en la Carta de las Naciones Unidas
para enfrentar la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales.
El Consejo de Seguridad, concebido en el periodo posterior a la Segunda Guerra
Mundial, ha sido incapaz de mantener la paz y la seguridad internacionales.
Para ser eficaz, sería necesario que fuera más abierto, dinámico y representativo.
Es comprensible que no haya sido fácil, pues los poderosos y los intereses
establecidos no ceden con facilidad. Sin embargo, después de diez años de
exploración, se están discutiendo varias opciones útiles, incluyendo la expansión
del número de miembros, tanto permanentes como no permanentes, restricción
al uso de veto y una revisión periódica de la composición y las funciones del
Consejo, para asegurar su adecuación a las necesidades actuales. Guyana es
dispone a apoyar cualquier reforma que siga esas líneas.
El esfuerzo para llevar a cabo la reforma también debería penetrar en
instituciones del sistema internacional que tratan del desarrollo económico y
social. Hubo algunas mejoras en la operatividad de los organismos funcionales,
como Pnud y Unicef, y con la serie de Conferencias de Cumbre realizadas en
los últimos diez años para tratar de cuestiones críticas, como los niños, las
mujeres, el desarrollo social, el desarrollo sostenible, el medio ambiente, las
metas para el milenio y el financiamiento para el desarrollo. Existe ahora una
buena medida de consenso internacional sobre lo que sería necesario hacer
para maximizar el progreso económico y social global. Desgraciadamente, la
mayoría de las decisiones sobre el desarrollo aún se toman fuera del ámbito de
las Naciones Unidas, o sea, en las instituciones financieras multilaterales, donde
los países en desarrollo poco pueden influir en el proceso.
De manera más inmediata, los principios y propósitos del multilateralismo
pueden cumplirse revitalizando la Asamblea General, el organismo más
representativo de las Naciones Unidas. Hasta ahora, la Asamblea ha sido una
versión pálida de la concepción de los miembros fundadores. Con la
desaparición virtual de la rivalidad entre las grandes potencias que la mantuvo
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Samuel Rudolph Insannally
127
encadenada durante la Guerra Fría, la Asamblea ahora tiene mayor
disponibilidad para desempeñar más plenamente el papel que le designa la
Carta de las Naciones Unidas. Así como está y sin esperar por una gran reforma,
la Asamblea puede tener más poder en los asuntos relativos a la paz, la seguridad
y el desarrollo. Solamente hay que recordar cómo los pequeños Estados de la
Caricom han podido dar urgencia al debate de asuntos como Sudáfrica y Haití
y, en último análisis, influir en las deliberaciones del Consejo de Seguridad.
Una Asamblea General con mayor iniciativa seguramente ayudaría a
democratizar y mejorar en general las relaciones internacionales.
En último análisis, el éxito del multilateralismo depende del respeto pleno
al principio de la igualdad soberana de los Estados – un principio precioso,
plasmado por primera vez en la Carta de la Liga de las Naciones y, más tarde,
en la Carta de las Naciones Unidas. Es necesario solamente recordar que el
primer ejemplo falló por su incapacidad al proteger uno de sus miembros,
Etiopía, contra la agresión. El grito de cólera del soberano de aquella época,
Haile Selassie, aún puede oírse después de tantos años. “¡Fuera del Reino del
Señor no hay nación que sea mayor que cualquier otra! Dios y la historia
recordarán su dictamen.” Ese dictamen no se puede olvidar si queremos
asegurar que la Organización de las Naciones Unidas, sucesora de la Liga de
las Naciones, no tenga un destino similar. La comunidad internacional debería,
por lo tanto, hacer lo imposible para salvaguardar los principios y los propósitos
de la Carta de las Naciones Unidas, que son el propio fundamento del
multilateralismo y que para los Estados pequeños, como Guyana, constituyen
la principal coraza contra las amenazas a su paz, seguridad y desarrollo.
Es tan grande el compromiso de Guyana con el internacionalismo que
ha decidido promover activamente el concepto de Nuevo Orden Humano
Global. Es una idea del fallecido Presidente Cheddi Jagan, que se dio cuenta
de la necesidad de un sistema internacional más equitativo y justo, que
proporcione paz y seguridad, así como el desarrollo económico y social, que
los pueblos del mundo necesitan y desean tan desesperadamente. Lanzado
inicialmente en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social, realizada en
Copenhague, Dinamarca, ese concepto ha sido adoptado por un gran número
de países, incluso por la Caricom, y plasmado en las declaraciones de organismos
como el Grupo de Río, NAM y G77. Otra Resolución de las Naciones Unidas
sobre ese concepto fue unánimemente adoptada por la Asamblea General
La política exterior de Guyana
128 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
128
Versión: Luz Maria Montiel.
con el copatrocinio de cerca de 40 países. Con más trabajo y apoyo de la
comunidad internacional, la idea aún podrá tornarse una realidad.
Aunque sea pequeña y todavía débil económicamente, Guyana cree que
podrá ofrecer una contribución importante al bienestar de la comunidad
internacional. Las ideas no son prerrogativas especiales de los Estados grandes
y poderosos; cualquier país, independientemente de su tamaño o situación,
puede ejercer el poder de las ideas para influir en el pensamiento global para el
bien común. Los activos más preciosos de un Estado pequeño, como Guyana,
son el prestigio y la influencia que tienen en los foros internacionales. Con esa
convicción, Guyana continuará desempeñando un papel con iniciativa propia
en los asuntos internacionales.
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Leila Rachid
129
n ese sentido y a fin de poder interpretar más acabadamente los alcances
de la actual Política Exterior del Paraguay, es indispensable hacer antes referencia
a nuestro pasado histórico, para comprender la necesidad de convertir a la
Política Exterior en un accionar creativo, ágil y dinámico.
La historia, vero testis temporum (‘verdadero testigo de los tiempos’),
constituye la fuente inagotable a la que todos debemos recurrir en nuestro
afán por proyectarnos hacia el futuro de una manera renovada y provechosa.
Marco histórico
Después de su independencia, y a lo largo del siglo XIX y parte del XX,
el Paraguay tuvo que afrontar diversos conflictos internacionales, que llevaron
al país a un gran atraso, debiendo orientar su Política Exterior muy
especialmente en la defensa de su soberanía e integridad territorial.
El largo sistema autoritario que sufrió el país desde 1954 hasta 1989
llevó nuevamente a la nación paraguaya a una etapa de aislamiento. La
La política
exterior
del Paraguay
Leila Rachid
*
*
Ministra de Relaciones Exteriores de la República del Paraguay
E
La política exterior del Paraguay
130 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
130
democracia llegó al Paraguay, curiosamente, en el mismo año en que se
derrumbaba el Muro de Berlín.
Los paraguayos sintieron que llegaba la hora de incorporarse de nuevo al
proceso de la civilización universal, en consonancia con lo que sucedía en la
región. Mientras el mundo intentaba desprenderse de los resabios de la Guerra
Fría, sin encontrar exactamente los nuevos paradigmas, los ciudadanos de la
nación recientemente liberada dedicaron muchos de sus esfuerzos a la re-
creación de un Paraguay en condiciones de afrontar los nuevos desafíos.
En esos años de transición, al sentar las bases de la institucionalidad
democrática en su Carta Magna de 1992, se incorporó entre sus preceptos la
posibilidad de que el país se uniera a procesos de integración, siempre que los
mismos “garanticen la vigencia de los Derechos Humanos, de la Paz, de la
Justicia, de la Cooperación y del Desarrollo en lo Político, Económico, Social
y Cultural”.
Por otra parte, los diversos altibajos políticos internos producidos durante
la década de los 90 obligaron al país a concentrarse en la defensa de la incipiente
institucionalidad, gastando gran parte de sus esfuerzos en obtener el respaldo
de los países amigos para consolidar su proceso democrático.
Momento refundacional
La realidad política sufrió un notorio giro a partir de las pasadas elecciones
del 27 de abril de 2003. Un candidato presidencial, el Doctor Nicanor Duarte
Frutos, obtuvo un triunfo electoral indiscutible e indiscutido, lo que le valió
no solamente el inmediato respaldo de la comunidad internacional, sino también
la plena aceptación de la clase política del país.
La legitimidad de origen del actual Presidente de la República, su decidido
compromiso de hacer transparente la gestión pública y su capacidad para
construir consensos en el ámbito político e institucional constituyen hoy la
principal carta de presentación del nuevo Paraguay ante el mundo.
El nuevo gobierno ha sabido estructurar acuerdos con los sectores más
representativos y activos de la sociedad paraguaya para obtener el apoyo
necesario a sus planes y acciones de corto y largo plazo, orientados a estabilizar
la economía y a crear las condiciones para un mayor crecimiento económico.
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Leila Rachid
131
Así, el Poder Ejecutivo ha firmado un Acuerdo Político con los principales líderes
de los partidos políticos y líderes parlamentarios para apoyar la agenda de
proyectos de leyes económicas del país. De igual forma, se ha firmado un acuerdo
entre el Poder Ejecutivo y los representantes empresariales para llevar adelante
la Ley de Reforma Tributaria y para apoyar su sanción en el Congreso Nacional.
En escasos cuatro meses, los logros del nuevo gobierno han sido
significativos en términos de estabilización económica, combate a la
informalidad y la corrupción, todo lo cual ha permitido su reconocimiento
nacional e internacional en cuanto a la seriedad de sus intenciones y capacidad
para obtener resultados. La labor del nuevo gobierno ha permitido reducir el
déficit fiscal de 3.5% a fines del 2002 a 1% para fines del 2003, y el índice de
inflación de 15% a 9%. Asimismo, las reservas internacionales han aumentado
hasta US$ 850 millones, después de que se cifraran en menos de US$ 600
millones a fines del 2002, lográndose igualmente reducir la presión de la deuda
pública. Todo ello fue acompañado de un crecimiento del 2% del PIB debido,
principalmente a un buen año agrícola y al incremento de la productividad de
la soja, principal valor de exportación del país.
Después de 45 años, el Paraguay ha acordado con el Fondo Monetario
Internacional un préstamo stand by de tipo precautorio (US$ 70 millones), que
inmediatamente ha posibilitado dos créditos de emergencia del Banco Mundial
y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) de US$ 30 millones cada uno
destinados a hacer frente a los vencimientos de la deuda pública y a los impactos
sociales de las medidas de ajuste a adoptarse para recuperar la estabilidad
económica del país.
Las perspectivas para el año 2004 se presentan esperanzadoras con una
proyección de crecimiento del PIB de alrededor del 3%, con superávit fiscal,
nivel de inflación de un punto, mantenimiento del nivel de reservas
internacionales y reducción de la presión de la deuda pública.
Cabe resaltar también la reforma judicial iniciada por el nuevo gobierno,
la cual contribuye al fortalecimiento de la democracia vigente en el país,
reafirmando la presencia del Paraguay dentro de la comunidad internacional.
Los cambios acaecidos recientemente en la Corte Suprema de Justicia,
órgano máximo del Poder Judicial, realizados en coincidencia de criterios entre
el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo, garantizaron que el resultado obtenido
La política exterior del Paraguay
132 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
132
a través del procedimiento establecido en la Carta Magna de la República influya
positivamente en nuestra Política Exterior.
En efecto, es por todos sabidos que la seguridad jurídica es un elemento
indispensable para la credibilidad de un país que desea reflejar seriedad y
compromiso del Estado para con sus obligaciones internacionales, generando
así la posibilidad de inversiones extranjeras y, al mismo tiempo, fortaleciendo
la posición del Paraguay en las negociaciones internacionales.
Por otra parte, una especial consideración merece además el énfasis puesto
por el Primer Mandatario en el impulso de las acciones tendientes a formalizar
la economía nacional, a legalizar el comercio y a enfrentar la corrupción en
todos los ámbitos donde ella se presente.
“El crimen organizado será castigado y desmantelado. La mafia ya no
tendrá lugar en el Paraguay. Combatiremos sistemáticamente el contrabando,
la piratería y el narcotráfico, sin importar quienes los realizan y se enriquecen
con estas ilicitudes que empobrecen las arcas públicas”, refería el Presidente
en su discurso de inauguración de mandato, el pasado 15 de agosto.
“Nuestro Gobierno”, dijo, “quiere ser un hito, un momento refundacional
de nuestra República, un momento que retome lo más sagrado y genuino de
nuestro pueblo: su fe en Dios y su perenne confianza en la voluntad libre de
determinar su propio destino”.
El acceso del Doctor Duarte Frutos a la Presidencia marcó el punto
final a la larga etapa de la transición democrática y logró así la consolidación
de la institucionalidad.
Ante las diversas transformaciones internas adoptadas por la actual
administración, también la Política Exterior afronta hoy en la República del
Paraguay cambios y adaptaciones a fin de abordar con mayor firmeza los
numerosos retos del futuro.
En efecto, en un mundo globalizado e integrado por sociedades
postmodernas, buscamos promover una Política Exterior “proactiva”, que
pugne por crear las oportunidades que deriven en ventajas y beneficios para el
país. Una Política Exterior también articuladora de los acontecimientos
internacionales y de la pronta respuesta nacional.
En fin, una Política Exterior que imponga a la diplomacia paraguaya un
desafío constante.
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Leila Rachid
133
La nueva Política Exterior
Entendemos que la internacionalización del Paraguay no sólo es necesaria
sino inevitable.
La complejidad del sistema internacional, la consiguiente ampliación de su
agenda, la aparición de un conjunto de actores no tradicionales en las relaciones
internacionales y la creciente interdependencia entre los distintos intereses y agentes
que participan en él han afectado sustancialmente nuestra comunidad internacional.
Tales cambios no han pasado desapercibidos para la República del Paraguay y el
país no permaneció ajeno a estas transformaciones. El desafío con que se enfrenta
la actual administración es buscar una nueva ubicación del Paraguay en este contexto
internacional con transparencia, eficiencia y responsabilidad social.
Entendemos que los objetivos de la Política Exterior no pueden
concentrarse en uno solo, sino que deben ser un abanico de posibilidades,
enfocados esencialmente en lograr el nuevo modelo de desarrollo económico
y social, sostenible y sustentable.
Así también, esta Política Exterior debe ser debatida y consensuada entre
los diferentes sectores nacionales, a fin de testimoniar el compromiso de todos
para su continuidad y seguimiento con el transcurso del tiempo, haciendo de
ella una política de Estado y no sólo una serie de decisiones coyunturales de
una administración gubernamental.
Dentro de este marco, hemos adoptado una Política Exterior que pretende
diversificar nuestras relaciones y fortalecer nuestros vínculos con grupos de
países que, si bien alejados geográficamente del Paraguay, pueden proporcionar
relaciones que redunden en beneficios concretos y compartidos.
Las prioridades
En este marco, sería importante mencionar algunos de los ejes centrales
de nuestra Política Exterior elaborados sobre la base de un análisis prospectivo,
pero encadenados todos a la realidad nacional e internacional actual, tanto
inmediata como mediata:
1. La defensa de la Soberanía Nacional en sus diversos aspectos: territorial,
de seguridad, medioambiental, cultural, de recursos naturales,
fronterizo, migratorio, entre otros.
La política exterior del Paraguay
134 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
134
2. La promoción de la democracia y los derechos humanos.
3. La profundización de los procesos de integración como instrumento
destinado a superar la pobreza y alcanzar el desarrollo sostenible y
sustentable.
4. La instalación del tratamiento especial y diferenciado para el Paraguay,
por su condición de país sin litoral marítimo, en todos los foros
internacionales correspondientes.
5. La ampliación de nuestro horizonte internacional hacia países de Oriente
Medio, Asia y el Pacífico.
6. El papel estratégico del Paraguay como punto de encuentro de las rutas
que unen el Atlántico con el Pacífico.
7. La consolidación del Paraguay como primer país exportador de energía
hidroeléctrica del mundo.
8. La lucha frontal contra la corrupción, el terrorismo, el narcotráfico y
otros crímenes transnacionales.
9. La identificación del Paraguay con el “Mundo Guaraní”.
10. La reafirmación de los principios del multilateralismo, en su ámbito
universal y regional, como instrumento para la cooperación, para la paz
y seguridad internacionales.
Procederé en las siguientes páginas a analizar algunos aspectos más
destacables del ámbito de acción de la Política Exterior del Paraguay.
La integración y la política exterior paraguaya: el MERCOSUR
Los procesos de integración ocupan nuestra principal atención,
convencidos como estamos de que nuestra Región vive tiempos en los que,
para superar la pobreza y alcanzar el desarrollo sostenible y sustentable, se
requiere de la unión de políticas planificadas y no ya de políticas individuales,
como hemos intentado en vano durante el último siglo.
Por ello, la incorporación del Paraguay al Mercosur significa, con perspectiva
histórica, un giro copernicano en la historia de la República. A partir de ahí, el
Paraguay se proyecta al mundo con sus vecinos, en una alianza que no tiene
características militares, sino que significa la acción conjunta de cuatro naciones
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Leila Rachid
135
que comparten el ideal democrático, puesta al servicio de sus habitantes, sin
distinción de nacionalidades, sin barreras migratorias y abierto al mundo.
El Principio de las Asimetrías
Todo proceso de integración descansa en determinados principios
fundamentales, recíprocos y coadyuvantes: la apertura del mercado como
elemento central, pero, al mismo tiempo, el reconocimiento pleno de que la
misma no es condición suficiente para el progreso, debido a las asimetrías
entre las partes.
Estas asimetrías se deben compensar apropiadamente para que las
potencialidades individuales tengan en el mercado el espacio para el éxito, sin
incrementarse. Asimismo, que la apertura recíproca no debe implicar un nuevo
proteccionismo, sino la construcción de un gran espacio continental
latinoamericano competitivo en el marco mundial. En esta concepción
descansaron esencialmente el reconocimiento en convenio de la disparidad en
el desarrollo económico, de las desventajas económicas de la mediterraneidad,
entre otros.
Durante el año 2003, la República del Paraguay ha venido impulsando
de una manera sistemática la reivindicación del principio de las asimetrías como
un hilo conductor en sus negociaciones tanto en el marco del Mercosur como
de este bloque en sus relaciones con otros.
Más que nunca el Paraguay, debido a una larga crisis económica nacional
acentuada también por aquéllas originadas en la región, se vio en la necesidad
imperiosa de adquirir mayores niveles de competitividad para lograr una real
inserción en el Mercosur. Sus limitaciones estructurales son tales que no
bastaron sus propios esfuerzos para la consecución de este objetivo. Los
indicadores sociales y económicos de mi país, en comparación con los del
resto del Mercosur, señalan claramente que Paraguay es el de menor desarrollo
del bloque y, por tanto, se hizo evidente que la tarea de reducir esta brecha no
era sólo un desafío nacional.
Bajo este espíritu, es importante señalar lo establecido en la Declaración
de Presidentes de la XXIV Cumbre de Mercosur llevada a cabo en Asunción
el mes de junio de 2003, cuyo párrafo 10 claramente expresa: “Valoraron
La política exterior del Paraguay
136 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
136
positivamente la propuesta del Paraguay relacionada con el tratamiento de las
asimetrías entre los Estados Partes del Mercosur, como un importante aporte
para la consolidación del proceso de integración regional y reconocieron la
necesidad de adoptar políticas y medidas concretas para abordar la cuestión,
conforme a lo acordado en la reunión de Ministros de Relaciones Exteriores
celebrada en el mes de febrero en la ciudad de Montevideo. En ese sentido
instruyeron a los órganos competentes a adoptar las medidas necesarias en el
próximo semestre para su definición e implementación”.
La XXV Cumbre del Mercosur, que tuvo lugar el pasado 16 de diciembre
en Montevideo, revistió características particulares que la hicieron merecedora
de la calificación de “histórica”, así como la de Las Leñas (Argentina, junio de
1992), y la de Ouro Preto (Brasil, diciembre de 1994).
Y la calificamos de histórica principalmente por dos motivos: el primero,
que guarda relación con la plena puesta en vigencia de la solidaridad como
pilar sobre el cual se erige un proceso integrador que alcanzó su máxima
expresión entre los Estados Miembros; y el segundo, que se refiere a la relación
externa del Mercosur concretando la unión de toda América del Sur gracias a
la suscripción del Acuerdo con la Comunidad Andina de Naciones.
En efecto, es importante recordar que en 1991 el Tratado de Asunción
se fundó sobre el principio de la “reciprocidad” de derechos y obligaciones,
únicamente matizado por el concepto de “flexibilidad”, que permitió otorgar
limitadas ventajas a los socios menores en forma de mayores plazos para el
cumplimiento de ciertas obligaciones. Bajo el nuevo enfoque, el Paraguay y
el Uruguay recibirán un conjunto de beneficios destinados a compensar la
diferencia de tamaño de sus mercados y de sus economías. Entre ellos, tiene
particular relevancia el establecimiento de “fondos estructurales”, que podrán
orientarse a proveer la infraestructura que necesitan y a impulsar la adecuación
de sus industrias para que sean más competitivas.
Asimismo, en el marco del conjunto de medidas adoptadas durante la
Cumbre arriba mencionada se ha decidido que los demás socios del
MERCOSUR
impulsarán en todas las “negociaciones externas” que se lleven a cabo la
concesión de ventajas adicionales al Paraguay. Esto podrá traducirse en
desgravaciones inmediatas, o en plazos menores, para los productos de interés
del Paraguay, en la concesión de cuotas excepcionales, en plazos más largos
para la apertura del mercado paraguayo en productos sensibles, etc.
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Leila Rachid
137
Por otra parte, el Paraguay recibirá un “régimen de origen especial”,
destinado a contribuir con su esfuerzo para crear las condiciones para su
industrialización. Los bienes que se produzcan en el Paraguay, a partir de 2004
y hasta 2008, requerirán solamente del 40% de contenido regional. El 60%
restante podrá provenir de “extrazona”. De esta forma, las empresas y los
capitales extranjeros tendrán un aliciente para invertir y producir en el Paraguay,
pues la mayor parte de sus componentes podrán provenir de regiones más
tecnificadas, mientras que la mano de obra, energía y piezas menores podrían
generar el 40% que se requiere para su ingreso al Mercosur.
Naturalmente, el sentido de esta concesión reside en su temporalidad,
puesto que paulatinamente las empresas deberán ir ajustando su producción a
los niveles normales del Mercosur. Es decir, a partir de 2009 el contenido
regional obligatorio se incrementará al 50% del producto y, finalmente, en
2014, o sea dentro de diez años, el Paraguay volverá a identificarse con sus
socios en cuanto a normas de origen se refiere.
También, el Paraguay podrá mantener un conjunto de excepciones al
Arancel Externo Común”. La importancia de este régimen especial adoptado
en el marco del tratamiento de las Asimetrías, consiste en permitirle al Paraguay
disponer de cierto margen para ajustar sus aranceles a sus necesidades.
Finalmente, el Paraguay logró un “régimen especial para la importación
de materias primas”, de manera que su industria y su producción agropecuaria
puedan mantenerse competitivas. En virtud de un compromiso asumido en el
Mercosur, este tipo de instrumentos debía ser disciplinado, o sea, sometido a
reglas comunes, en 2005. En virtud de una de las decisiones adoptadas en el
marco del tratamiento de las asimetrías, este régimen especial se prorroga para
el Paraguay hasta 2010, lo cual nos permitirá organizar mejor la producción,
de manera que nos encontremos en mejores condiciones de integrar nuestro
régimen al prevaleciente dentro del bloque.
Ámbito Institucional
Asimismo, el campo institucional se fortalece y profundiza con la creación
del Consejo de Representantes Permanentes (Coreper), bajo la presidencia del
Doctor Eduardo Duhalde, ex Presidente de la República Argentina, que le
dará al Mercosur la posibilidad de ampliar su campo de acción en materia de
La política exterior del Paraguay
138 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
138
política internacional y constituirse en una herramienta destinada a la obtención
de financiamiento de sus proyectos. Al mismo tiempo, con la instalación de la
Secretaría Técnica, se procede a separar la esfera de acción de las delegaciones
nacionales, de aquélla privativa de los funcionarios del Mercosur. Habrá, pues,
dos vertientes en la administración del Mercosur, la política, a cargo del Coreper
y la técnica, encargada a la Secretaría del Mercosur.
Por otra parte, con la entrada en vigor del Protocolo de Olivos sobre
Solución de Controversias, el 2 de enero de 2004 el Mercosur iniciará una
nueva etapa en su existencia jurídico-institucional. Así, al disponer nuestros
países de un sistema moderno y pragmático para dirimir los conflictos
suscitados con motivo de la aplicación del Tratado de Asunción y sus
disposiciones complementarias, los agentes económicos de la región y de la
extrazona tendrán la seguridad jurídica suficiente para desarrollar la producción
e invertir en el Mercosur.
El Tribunal Permanente tendrá su sede en la ciudad de Asunción y
estamos muy agradecidos por la confianza depositada por los demás miembros
del Mercosur al otorgarnos esta responsabilidad y este privilegio.
El Paraguay desea que con la instalación de este Tribunal Permanente
se marque el inicio de la condición de Asunción como capital jurídica del
Mercosur. Por eso, estamos también muy satisfechos por la decisión de
establecer, junto con este Tribunal, el “Centro Mercosur de Promoción del
Estado de Derecho”, con el fin de abrir un espacio para la investigación y la
formulación de iniciativas orientadas al desarrollo del Derecho Comunitario
del Mercosur. Asimismo, el Centro podrá constituirse en un vehículo para la
promoción de la democracia y de los valores ciudadanos, de manera tal que
toda la región no solamente sea una zona de paz, sino un ejemplo de
convivencia democrática.
Relaciones Externas
La agenda externa tiene hoy para el Mercosur una significación
trascendental. Más que una forma de relacionarse con la comunidad
internacional y de participar en sus diversos foros de negociaciones económicas,
constituye el porvenir de sus países miembros, pues de la capacidad del
Mercosur de habilitar mercados y ubicarse dentro del comercio mundial,
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Leila Rachid
139
dependerá el éxito de las políticas internas de cada uno de nuestros países. Sin
comercio externo, todos nuestros esfuerzos por crear el ambiente adecuado
para la inversión y el trabajo no serán suficientes.
Durante el 2003, nunca como antes, el Mercosur ha dedicado gran parte
de sus esfuerzos a promover acuerdos bilaterales (con Perú) y plurilaterales de
carácter comercial, tal como ha sucedido con la Comunidad Andina de
Naciones. Por ello también esta XXV Cumbre de Mercosur ha sido histórica,
pues con este Acuerdo concretábamos el sueño de tantos próceres
latinoamericanos de ver toda unida la América del Sur.
El Paraguay tiene la convicción de que éste es el camino correcto, pues,
si bien no es fácil medir con precisión los beneficios y los riesgos de un acuerdo
comercial, la experiencia ha demostrado que el resultado es siempre positivo,
frente a la alternativa de permanecer en el aislamiento.
Así también, y como parte de nuestra Política Exterior, estamos decididos a
seguir avanzando hacia acuerdos de asociación con la Unión Europea, el Área de
Libre Comercio de las Américas (Alca), con la India, con Sudáfrica, entre otros.
En ese sentido, creemos que debemos proseguir en el Mercosur no sólo
ampliando nuestra agenda externa, sino también logrando una influencia cada
vez mayor en los foros de negociaciones internacionales. El Mercosur hoy es
un punto de referencia ineludible en los complejos escenarios donde se procesa
el futuro económico de las naciones del mundo.
Estamos seguros de que debemos continuar trabajando juntos para
mantener y aumentar esta gravitación, porque es la principal garantía para que
nuestros intereses como bloque tengan mayor impacto a la hora de diseñar los
instrumentos que consagren los derechos y obligaciones por los que se rigen
las relaciones económicas mundiales.
Paraguay, país estratégico en la unión del Atlántico con
el Pacífico
El Paraguay como país sin litoral marítimo, pero consciente de su
estratégica ubicación geográfica, busca ser el centro de las rutas que unan al
Atlántico con el Pacífico. Para ello, nuestra carencia de costa marítima se
transforma en el instrumento para la integración física de nuestro continente.
La política exterior del Paraguay
140 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
140
Sin lugar a dudas, la integración física para el Paraguay es de vital
importancia, considerando su situación geográfica, su alejamiento de los
principales mercados internacionales con la consecuente incidencia negativa
en la competitividad de los productos paraguayos. El desarrollo económico
del país depende esencialmente de la modernización y crecimiento de la
infraestructura de transporte, comunicaciones y energía.
En ese sentido, estamos participando activamente en todos los foros
donde se discuten las estrategias de interconexión regional, tales como el
Proyecto Iirsa (Iniciativa de Integración Regional Sudamericana), los corredores
bioceánicos, la Hidrovía Paraguay-Paraná, entre otros.
La diplomacia cultural: el Mundo Guaraní
Estamos desarrollando una estrategia para la presentación del Programa
“Mundo Guaraní”, que busca contribuir con el desarrollo social y económico
sostenible de una región específica del Cono Sur que incluye a Argentina,
Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay, a través de un circuito de turismo cultural,
ecológico y de aventura, basado en la preservación de la herencia cultural y del
medio ambiente, asegurando la participación de los Guaraní y otras
comunidades locales establecidas en el área.
En los países de la región Guaraní se han declarado numerosas áreas
protegidas que significan un alto porcentaje de los respectivos territorios
nacionales, donde la riqueza en biodiversidad es de gran importancia. Lo
anterior combinado con el legado de las Misiones y Ciudades jesuíticas hacen
que esta región sea única en el mundo.
En los principales vestigios arqueológicos y ciudades originadas en las
Misiones jesuíticas se están realizando, desde hace más de veinte años,
importantes labores de rescate y restauración con el apoyo de diversas
instituciones internacionales. La idea de crear un circuito o ruta dentro del
Mundo Guaraní puede llegar a representar una intensa y exclusiva aventura
cultural y ecológica, partiendo de la base de que algunos de estos yacimientos
arqueológicos (Reducciones) más importantes han sido declarados por la
Unesco como Patrimonio Universal de la Humanidad.
Además es importante señalar que la región cuenta con otros atractivos
complementarios, tales como los centros artesanales, museos y estancias,
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Leila Rachid
141
parques y atractivos naturales como las Cataratas del Iguazú, los humedales
chaqueños y del pantanal o la Mata y Costa Atlántica.
Con todo esto, buscamos poner nuevamente de pie al Paraguay ante el
mundo, pero con una concepción renovada, conscientes de que la realidad
actual nos convoca al trabajo mancomunado con todos los miembros de la
comunidad internacional.
Finalmente, quiero resaltar que con voluntad política y la colaboración
de los distintos sectores de nuestra sociedad, podremos establecer políticas de
Estado para este nuevo siglo, con las cuales encarar los permanentes desafíos
que nuestro país afronta para lograr el tan ansiado desarrollo y la prosperidad
del Paraguay.
Estamos convencidos de que mediante el cumplimiento de los objetivos
que nos hemos trazado en materia de Política Exterior no sólo se contribuirá a la
formación de un nuevo Paraguay, sino también a la construcción de un mundo
más fraterno y más humano, de un mundo que se constituya en un “hogar
seguro y libre” para todos los hombres y las mujeres que habitamos en él.
La política exterior del Perú
142 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
142
a globalización aún no ha generado un mercado integrado a escala
universal. Este proceso se está gestando a través de expresiones regionales de
la liberalización del comercio y de las reglas multilaterales de la OMC. Aunque
la internacionalización de los flujos de capital está más avanzada que la
liberalización del comercio, la globalización se encuentra aún en una fase de
transición. Los mercados no han sustituido a los Estados y a las sociedades
nacionales, independientemente de que en el ámbito macroeconómico el
gobierno mundial haya limitado relativamente el margen de decisiones
autónomas de las economías nacionales.
Es cierto, como señala Octavio Ianni
1
, que el proceso global está
modificando los escenarios locales, regionales, nacionales e internacionales en
los que actúan los Estados. Interpretar y asimilar estos cambios a los
requerimientos de las políticas exteriores, es, consecuentemente, un
requerimiento esencial de la diplomacia de nuestros días. Sin embargo, los
intereses que se promueven, que se concertan o que se contraponen en la
política internacional siguen siendo representativos del Estado nacional. Aun
La política exterior
del Perú:
una opción nacional en el
proceso global
Manuel Rodríguez Cuadros
*
*
Ministro de Relaciones Exteriores de la República del Perú
1
Cf. Octavo Ianni, La era del globalismo, Siglo XXI Editores, 1999.
L
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Manuel Rodríguez Cuadros
143
en la globalización, las políticas exteriores no se conciben sólo para viabilizar
mercados, sino principalmente para viabilizar Estados y sociedades nacionales.
La globalización viene reduciendo las barreras naturales del tiempo y del
espacio para la economía, pero también para la política, para las relaciones sociales
y, ciertamente, para las correlaciones militares-estratégicas. Desde el punto de vista
económico, los componentes esenciales de la globalización están constituidos por
la liberalización de los flujos financieros, el proceso de liberalización del comercio
a partir de procesos regionales, la deslocalización de la producción de manufacturas
y servicios, y la expansión mundial de los efectos de la innovación científico-
tecnológica en el ámbito de las comunicaciones y la información. La fuerza dinámica
más importante la constituye un sistema de producción global basado en la acción
de 65 mil empresas multinacionales con 850 mil empresas afiliadas extranjeras.
En el caso del comercio, se ha producido una expansión importante en
los dos últimos decenios. El comercio ha crecido, ciertamente, más rápido que
el producto bruto interno mundial. Sin embargo, no todos los países del mundo
han visto incrementar sus exportaciones y sus dinámicas de comercio, con la
globalización. Según datos de la Unctad y del Banco Mundial, en la mayoría de
los países en vías de desarrollo no se ha producido una expansión importante
del comercio. Y los países menos adelantados, por el contrario, se enfrentan a
un descenso marcado de su participación en los intercambios mundiales.
Sólo doce economías en desarrollo han tenido un crecimiento ostensible
en su participación en el comercio mundial. China, que concentra el 13,2% de
la expansión comercial de los productos manufacturados del conjunto de los
países en desarrollo; Corea, el 11,7%; Taiwán el 11,2%; Singapur, el 9,4%;
México, el 7,0%; Malasia, el 5,0%; Tailandia, el 4,0%; Hong Kong, el 3,0%;
Brasil, el 2,8%; la India, el 2,8%; Indonesia, el 2,4%; y, Turquía, el 1,8%
2
.
El resto, más de 167 países, comparten sólo el 26% del comercio de
manufacturas correspondiente al mundo en desarrollo. Si se ajustasen estas
cifras, introduciendo los niveles de transformación de las exportaciones, el
carácter desigual del proceso global se vería mucho más marcado.
La inversión extranjera desde 1980 se ha incrementado de una manera
sin precedentes. También desde ese año se han desarrollado marcos normativos
2
Cf. Informe de la Comisión Mundial sobre los efectos de la globalización, OIT, 2004.
La política exterior del Perú
144 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
144
que han liberalizado las condiciones de recepción de la inversión extranjera.
En el año 2000, más de cien países tenían regímenes ampliamente liberalizados
de inversión extranjera.
Al mismo tiempo, se ha producido un proceso de concentración de la
inversión extranjera, similar al del comercio, en un número determinado de
países en desarrollo. La China ha captado, desde 1990, el 23% de la inversión
extranjera en los países en desarrollo; Brasil, el 8,3%; México, el 8,1%; Argentina,
el 5,6%; Bermudas, el 2,7%; Chile, el 2,7%; Tailandia, el 2,2%; Corea, el 2,1%;
y Venezuela, el 1,7%
3
.
La globalización ha avanzado en el ámbito de la financiación más que en
ningún otro sector, tanto en el ámbito del sistema multilateral de financiación
como con relación a los flujos financieros del sistema bancario. Los bonos
internacionales en circulación de los países en desarrollo han pasado 25 mil
millones de dólares en 1982 a 500 mil millones de dólares en el 2002.
La innovación tecnológica está concentrada en el mundo industrializado.
Salvo países como China, India y algunos otros, la revolución científica y
tecnológica no ha sido asimilada en términos productivos por los países en
desarrollo, aunque éstos sí acceden fácilmente al consumo de las altas tecnologías,
especialmente en el campo de las comunicaciones, la información vía internet, el
correo electrónico, la televisión digital, la televisión por cable y los servicios
telefónicos, que han bajado sus tarifas a niveles extraordinarios en todo el mundo.
Más allá de los efectos positivos de la globalización en los mercados y en el
consumo, sus efectos en las relaciones sociales dentro de los Estados y en las
relaciones entre Estados, lejos de disminuir las diferencias de ingreso las ha
incrementando. Se está produciendo en el mundo una multiplicación de las
desigualdades. Conforme a los más recientes estudios empíricos, en las últimas
dos décadas, sólo 16 países en desarrollo crecieron en un promedio del 3% entre
1985 y el 2000; 55 crecieron no más del 2%, y 23 tuvieron crecimiento negativo.
En el mundo ha aumentado el empleo en términos globales y ha
disminuido la pobreza absoluta. De 1.237 millones de pobres y pobres extremos
en 1990, se ha pasado a 1.100 millones de pobres y personas en extrema pobreza
3
Idem.
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Manuel Rodríguez Cuadros
145
en el año 2000. La disminución de la pobreza en la China explica la disminución
global del desempleo. De 361 millones de pobres que tenía la China a inicios
de los 90, se ha disminuido la cifra a 204 millones. Pero estas cifras no se
aplican a las otras regiones en desarrollo, donde las tasas de desempleo y de
pobreza se han incrementado: es el caso de América Latina y el Caribe.
Los componentes económicos y sociales del fenómeno global deben
interpretarse de manera congruente con las tendencias políticas y estratégicas
del actual sistema internacional en transición. Es un dato histórico que los
Estados Unidos, integrando las diversas variables del poder nacional, es la
única superpotencia actual. Vivimos en un mundo de base unilateral, desigual
y fragmentado. La unilateralidad como hecho real no necesariamente tiene
viabilidad como hecho político. La gobernanza mundial ya no responde a
sistemas pasivos de equilibrio del poder o de ejercicio unilateral del poder.
Requiere necesariamente legitimidad. En el plano interno y en el plano
internacional. Y ello sólo se puede obtener a través de sistemas de equilibrio
con componentes descentralizados, es decir, multipolares, aunque sean relativos.
La política exterior en el proceso global: cambios y
continuidades
El sistema internacional global está modificando el escenario en que
actúan los Estados, y las políticas exteriores deben establecer las correlaciones
necesarias entre los requerimientos internos de la sociedad o el estado nacional
y las tendencias de la globalización, tanto en sus componentes económicos,
como en los sociales, políticos y estratégicos.
Para los países en desarrollo de renta media, como es el caso del Perú, se trata
de definir políticas exteriores que integren adecuadamente la agenda interna y externa.
Que actúen en el sistema internacional para maximizar las tendencias que incidan
positivamente en sus variables de desarrollo interno y que minimicen o neutralicen
aquellas que puedan tener un efecto negativo. Simultáneamente, las políticas exteriores,
para incrementar la capacidad de negociación de los países pequeños y medianos,
deben dirigirse a sumar fuerzas sobre bases regionales o de coaliciones de ideas
afines para influir en el contexto mundial y regional de la globalización.
No hay una receta general. Cada inserción externa tiene elementos de
especificidad que se derivan del peso de la agenda interna y de la “competitividad
La política exterior del Perú
146 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
146
externa” de cada Estado. Por ello, las coaliciones son más difíciles en la época
de la globalización, pero al mismo tiempo indispensables.
La competitividad, como se ha señalado, no sólo corresponde a las
empresas sino también a los Estados, lo que obliga a una definición de los
intereses nacionales menos abstracta y más precisa, incluyendo una visión
descentralizada de la elaboración y ejecución de la política exterior.
El paradigma exclusivamente estatalista de la elaboración de la política
exterior está en crisis y es inadecuado para representar los intereses nacionales y
sociales en el mundo actual. El Estado ya no puede actuar sólo en función de los
requerimientos gubernamentales, debe articular consensos sociales y nacionales
con los actores no estatales, especialmente con las empresas, los partidos y fuerzas
políticas y una pluralidad de instituciones de la sociedad civil. De otra forma, la
política exterior corre el riesgo de carecer de sustento social interno y externo.
Bases conceptuales de la política exterior peruana
Dentro de este marco teórico, la política exterior del Perú se sustenta en
una interpretación del desarrollo histórico de la sociedad y del Estado en el
Perú, que reconoce un proceso de acumulación de experiencias internas y
externas, que han afirmado la identidad y autonomía del Estado nacional y
que encuentran en la democracia, el estado de derecho, el respeto y protección
de los derechos humanos, la cohesión social con equidad y el regionalismo
abierto: valores compartidos ampliamente por los diversos sectores nacionales.
Estos consensos básicos permiten conceptualizar la política exterior del
Perú como una política de estado, en la que, independientemente de los rasgos
de coyuntura que corresponda a cada gobierno, se puedan consolidar
continuidades que le otorguen la estabilidad y la coherencia necesarias para que
se convierta en un factor de competitividad frente a los desafíos de la globalización.
Afirmar la identidad nacional para una mejor inserción externa
El fundamento histórico de la diplomacia peruana, es una opción por
reafirmar la identidad y autonomía nacional en el marco de la apertura
económica y de la participación activa del país en los procesos globales. Ello
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Manuel Rodríguez Cuadros
147
significa una interpretación del sistema internacional global en términos
compatibles con la realización nacional de la sociedad y el Estado peruanos.
Conlleva revalorizar la identidad y la autonomía nacional, y los valores de la
diversidad cultural y étnica del Perú, como la base sobre la cual se debe fortalecer
la cohesión social y nacional. Supone asumir la vigencia de los valores nacionales
en el contexto de la globalización y una concepción no estatalista de la patria,
en la que ésta no se asimila exclusivamente al estado y menos al Estado
centralista, sino a la sociedad peruana que incluye a la sociedad política y a la
sociedad civil y que reivindica una gestión descentralizada de los intereses
nacionales
4
.
A partir de esta posición nacional en el contexto de la globalización, la
diplomacia peruana se orienta por algunos principios esenciales: 1) La autonomía
y afirmación de los referentes nacionales y sociales de la política exterior, cuya
aplicación corresponde a la dinámica globalización-afirmación nacional-cohesión
social; 2) La preservación de la soberanía nacional y la integridad del Estado; 3)
La solución pacífica de los conflictos; 4) La promoción de los valores de la
democracia y del respeto a los derechos humanos; 5) El regionalismo abierto, la
integración andinosudamericana y la identidad latinoamericana; 6) La apertura a
las corrientes universales del proceso global; el respeto al derecho internacional
y la promoción del multilateralismo; 7) La protección y promoción de los
nacionales y de sus intereses en el exterior; y, finalmente, 8) La unidad, coherencia
y carácter descentralizado de la política exterior.
El Perú es un país con atributos nacionales que influencian su
competitividad internacional. Destaca su posición geográfica, en el centro de
la América del Sur, de cara al Pacífico, con una proyección longitudinal en el
territorio andino y con una inserción transversal en la cuenca amazónica; su
alta diversidad, una de las más ricas del mundo, que cuenta con la existencia de
84 zonas de vida y 17 de transición de las 104 existentes en el mundo; y, la
pluralidad y la antigüedad de su cultura. Al mismo tiempo, la política exterior
está íntimamente referida a la realidad nacional, especialmente a la situación
de pobreza en que aún se encuentra un porcentaje alto de la población, e
incorpora la lucha contra la pobreza como un objetivo nacional permanente.
4
Para una visión de la identidad nacional peruana en el contexto regional e internacional: Cf. Jorge Basadre,
Mentira o factibilidad del Perú, Apertura, Lima, 1978
La política exterior del Perú
148 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
148
El objetivo general a largo plazo de la diplomacia democrática peruana
es el de asegurar, en el contexto del sistema internacional global, el ejercicio
autónomo de la soberanía nacional, resguardar la seguridad de la nación y de
sus habitantes, consolidar el proceso de consolidación democrática, coadyuvar
al desarrollo económico y social con equidad, afirmar al Perú en la región y en
el mundo como un país democrático, estable, respetuoso del estado de derecho,
con una inserción estratégica en América del Sur, con relaciones bilaterales y
multilaterales dirigidas a hacer prevalecer sus intereses económicos, sociales,
sin olvidar su compromiso con el mantenimiento de la paz y seguridad regional
e internacional, sobre la base de un contexto internacional multilateral,
respetuoso con el derecho internacional y más justo.
El Perú concibe el conjunto de sus relaciones externas a partir de una
inserción estratégica en Sudamérica y dentro de ésta, afirma su pertenencia
a la comunidad andina, promueve la construcción de una relación estratégica
con el Brasil y vínculos de asociación preferencial con los países fronterizos.
A partir de esta inserción sudamericana, impulsa una revalorización del
proceso de integración y unidad latinoamericana. Los vínculos con sus
principales socios comerciales y económicos, los Estados Unidos y la Unión
Europea, los entiende como relaciones de asociación con autonomía. Los
diversos niveles y grados de acción concertada en el ámbito multilateral en
los que participa el Perú responden a esta visión estratégica de su política
exterior y a una disposición permanente para articular acciones concertadas
con países afines sobre la base de valores compartidos, como la preservación
y defensa de la democracia, el respeto de los derechos humanos, la lucha
contra la pobreza, el reforzamiento del multilateralismo y la mejora de las
condiciones y reglas que regulan las relaciones económicas internacionales,
incluidos los sistemas de comercio y financiación.
El marco jurídico de la acción externa del Estado peruano está constituido
por las disposiciones constitucionales sobre la materia y los diversos tratados
que obligan a la Nación, las mismas que se complementan con los consensos
multipartidarios, reforzados por los consensos de la sociedad civil, que se han
establecido en el marco del Acuerdo Nacional, el cual constituye un
compromiso asumido por los partidos políticos, los gobiernos regionales, los
representantes de los sectores empresariales, de los sindicatos y de las
instituciones nacionales más representativas.
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Manuel Rodríguez Cuadros
149
La agenda prioritaria de la política exterior peruana
En este contexto y en concordancia con las disposiciones de la
Constitución del Estado, con el Acuerdo Nacional y con los requerimientos
externos del desarrollo y la seguridad nacional, la política exterior peruana se
realiza en función de una agenda prioritaria que se viene ejecutando con un
enfoque integrado:
1. Diplomacia para la preservación y afirmación de la soberanía nacional
La globalización no ha sustituido a los Estados nacionales por los
mercados. A pesar de que han surgido nuevos actores en las relaciones
internacionales, la política internacional sigue siendo un conjunto de
interacciones entre Estados-nación, independientemente de la desigualdad de
poder económico y político existente.
La cuestión nacional no desaparece con la globalización, más bien tiende a
revalorizarse aunque en escenarios mucho más complejos y descentralizados. Al
igual que las empresas, los Estados pueden ser más o menos competitivos y un
rasgo esencial de esa competitividad es el grado de su cohesión y conciencia nacional.
Para la política exterior del Perú, como ya se ha indicado, la afirmación del
referente nacional es un componente esencial del principio de preservación y
ejercicio de la soberanía nacional. Dentro de una vocación de apertura económica
y de inserción en el proceso global es indispensable fortalecer, al mismo tiempo,
no sólo el carácter nacional de la política exterior sino el carácter nacional de la
sociedad peruana. La frase de José Carlos Mariátegui “peruanicemos el Perú” es
en la globalización más válida que nunca. La afirmación nacional de la diplomacia
peruana es un principio que debe expresarse en todos los actos de la política
exterior y debe resolverse, al mismo tiempo, de manera compatible con la apertura
que significa el regionalismo abierto.
El resguardo de la soberanía nacional y la integridad territorial del Estado,
con pleno respeto de los tratados de límites, constituye una función permanente
de la política exterior.
Dentro de esta prioridad, la preservación de la soberanía nacional
desempeña un lugar prominente en la diplomacia peruana de hoy las acciones
dirigidas a asegurar los derechos de soberanía y jurisdicción sobre las actividades
La política exterior del Perú
150 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
150
económicas y los recursos naturales hasta las 200 millas. Esto implica, por
supuesto, una opción para dotar a los derechos de soberanía y jurisdicción del
Estado hasta las 200 millas de la salvaguarda jurídica que, en el contexto del
derecho internacional actual, sólo se puede basar con la adhesión a la
Convención del Mar.
Ocupa, también, un lugar prominente en la diplomacia peruana relativa a
la afirmación de la soberanía nacional la cuestión pendiente del límite marítimo
del Perú con Chile. En 1952, el Perú, Chile y el Ecuador suscribieron la
Declaración de Santiago. Este instrumento vinculante estableció los títulos
jurídicos del Perú y Chile sobre sus espacios marítimos en relación con su
proyección hasta una distancia mínima de 200 millas. Como los derechos de
ambos países a dichos espacios se superponen por la adyacencia de sus costas,
es indispensable proceder a la operación de delimitación conforme a las reglas
del derecho internacional para obtener un límite a través de una línea media que
asegure la equidad en los resultados.
La diplomacia peruana realiza las acciones necesarias para concretar este
objetivo nacional, que posibilitará, adicionalmente, dotar a las muy importantes
relaciones con Chile y a las interacciones de asociación con dicho país, de un
carácter más estable y, de este modo, potenciar la cooperación y la complementación.
El Perú no tiene problemas de delimitación o de demarcación de sus fronteras
terrestres. Todas están perfectamente delimitadas desde el punto de vista jurídico
y no existen asuntos pendientes. Ello permite una reconversión de los enfoques
tradicionales en relación con las líneas de la frontera terrestre. Ciertamente, la
frontera sigue siendo una línea de límite en el ejercicio de la soberanía frente a los
Estados vecinos, pero, al mismo tiempo, la concepción de la frontera zona, que
pone énfasis en la buena vecindad y en la articulación de zonas de integración
fronteriza, permite ejecutar estrategias de desarrollo compartido.
La aplicación de una política de desarrollo y cooperación fronteriza que
supere la visión tradicional de la frontera como línea o separación, y afirme la
visión más moderna de la frontera como zona o área de integración, creación de
mercados interregionales y desarrollo económico y social, orienta las relaciones
bilaterales fronterizas del Perú con Brasil, Colombia, el Ecuador, Bolivia y Chile.
La integración fronteriza es el medio idóneo para interconectar los
mercados transfronterizos, a través de obras de infraestructura física, proyectos
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Manuel Rodríguez Cuadros
151
de desarrollo económico y social e inversiones conjuntas. Es también una
opción para elevar el nivel de empleo y de atención social de la población. Se
ha mostrado, asimismo, como el vehículo más eficaz para generar una cultura
de paz, amistad y fomento de la confianza.
El Plan Binacional de Desarrollo de la Región Fronteriza Perú/Ecuador
es una estrategia conjunta diseñada por Perú y Ecuador, con la finalidad de
desarrollar actividades y ejecutar proyectos que permitan integrar
económicamente la región, acelerar su desarrollo productivo y social, y superar
la situación de atraso respecto al resto de los territorios de ambos países.
La ejecución del Plan Binacional está prevista para un período de 10 años
(2000-2009). Según se estimó en 1998, su implementación demanda una inversión
de US$ 3.000 millones, que se espera reunir a través de los aportes de los gobiernos
del Perú y Ecuador, de la cooperación internacional y del sector privado. La
inversión se ha programado y se viene ejecutando en el marco de cuatro
programas: Programa Binacional de proyectos de infraestructura social y
productiva, con un monto referencial de US$ 1.498 millones; programas
nacionales, peruano y ecuatoriano, de construcción y mejora de la infraestructura
productiva en las regiones fronterizas con un coste de US$ 400 millones;
programas nacionales de construcción y mejoramiento de la infraestructura social
y aspectos ambientales en las regiones fronterizas en el orden de US$ 500 millones;
y, programas de promoción de la inversión privada calculada en US$ 602 millones.
Entre los proyectos que se vienen ejecutando en el mismo Plan están los relativos
al reordenamiento y uso de la cuenca binacional Catamayo-Chira; el uso de la
cuenca binacional Puyango-Tumbes; el Eje Vial nº 1 Huaquillas-Aguas Verdes y
el proyecto de salud y desarrollo rural, financiados por España, el Banco Mundial,
la Unión Europea e Italia, respectivamente.
La estrategia de desarrollo e integración fronteriza en la frontera Norte
y Nordeste del Perú se complementa con los programas de integración y
cooperación fronteriza con Colombia y Brasil; en el caso de Colombia,
especialmente, el proyecto binacional de desarrollo de la cuenca del río
Putumayo, que abarca una extensión de 160,500 kilómetros cuadrados y está
dirigido al uso compartido de las actividades pesqueras y de los bosques
Tarapacá y Flor de Agosto, con la finalidad de crear trabajo productivo y
sustentable en beneficio de las poblaciones fronterizas. En el caso del Brasil, a
partir de proyectos de interconexión por carretera, fluvial y aérea se busca
La política exterior del Perú
152 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
152
dinamizar los mercados interregionales fronterizos de los Estados de
Amazonas, Acre, Rondônia y Mato Grosso con las macro regiones del norte y
el sur del Perú, así como con las regiones de Loreto y Ucayali. El enfoque
pone énfasis en la participación de los gobernadores y presidentes regionales
en los procesos negociadores y en la ejecución de los acuerdos junto con un
dinámica asociación entre los empresarios regionales y locales. La interconexión
física y de los mercados interregionales a través de tres ejes bioceánicos es un
factor determinante en la creación de las áreas de desarrollo compartido.
En la frontera sur, la estrategia de desarrollo de la frontera zona está
dirigida a la complementación económica del occidente boliviano, el sur del
Perú y el Norte de Chile. Los convenios fronterizos y el Acuerdo de
Complementación económica entre el Perú y Chile, así como la integración
física y la negociación en curso de un tratado de mercado común con Bolivia,
son los instrumentos de este proceso que tiene enormes potencialidades en la
interconexión eléctrica y la integración energética.
2.Diplomacia para una inserción estratégica en Sudamérica
La política exterior peruana define como escenario inmediato de la acción
externa del Estado, el subcontinente sudamericano. Por razones de carácter
geográfico, histórico, cultural y de la densidad de los intereses compartidos,
Sudamérica es el espacio social, económico, político y estratégico más inmediato
de la proyección externa del Perú. Los espacios andino, amazónico y del mar
adyacente a sus costas, articulan el territorio peruano con el espacio sudamericano
y la Cuenca del Pacífico. Sudamérica es la lanzadera de la proyección regional y
mundial de las relaciones externas del Perú. En ella se ha resuelto y se resuelve
gran parte de su historia.
El Perú concibe su inserción estratégica en la subregión a partir de su
pertenencia a la Comunidad Andina y de un entendimiento estratégico con el
Brasil. Postula la creación y consolidación de un espacio sudamericano, concebido
de manera funcional con las identidades y los procesos de coordinación de alcance
latinoamericano, como el Grupo de Río y otras expresiones institucionales de la
política regional. La diplomacia peruana propicia, de manera progresiva, la creación
y consolidación de un espacio sudamericano integrado, a través de las siguientes
iniciativas:
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Manuel Rodríguez Cuadros
153
a. El perfeccionamiento de la zona de libre comercio en la Comunidad
Andina y la puesta en práctica de un nuevo diseño estratégico, basado
en la revalorización de las variables del desarrollo y en una articulación
funcional entre los compromisos comerciales en el ámbito andino y la
suscripción de tratados de libre comercio con países y grupo de países
de la extra zona, con la finalidad de obtener un mayor mercado ampliado.
b. La negociación y suscripción de un tratado de mercado común entre el
Perú y Bolivia.
c. La convergencia de la Comunidad Andina y el
MERCOSUR a través de los
acuerdos de libre comercio recientemente suscritos, con la finalidad
de propender a un área de libre comercio sudamericana.
d. La activa participación del Perú como país asociado del
MERCOSUR.
e. La integración física de Sudamérica, especialmente en torno a los mercados
regionales transfronterizos, a través de la ejecución de los ejes definidos
por la iniciativa para la infraestructura sudamericana (
IIRSA).
f. Elevar los compromisos de ejecutar las obras de infraestructura física
acordados en el ámbito de la IIRSA al texto de un Tratado de
Interconexión Física Sudamericana.
g. La transformación del proceso de Cumbres Sudamericanas en una
Comunidad Sudamericana de Naciones, con una institucionalidad
flexible, multisectorial y multifuncional, dotada de un nivel dinámico
de coordinación y diálogo político.
Sudamérica, a pesar de la transformación productiva que se ha dado en
algunos países y en algunos sectores, sigue dependiendo, básicamente, de la
exportación de materias primas, especialmente petróleo, cobre, oro, hierro, soja,
café, banano, estaño. Las exportaciones de los recursos naturales sigue siendo
superior al 40% de las exportaciones totales de la región. Por ello, es indispensable
incrementar la transformación productiva de la región y aumentar la
competitividad de las economías nacionales y de las empresas. Conforme a los
indicadores de competitividad de la Universidad de Harvard y del Foro
Económico Mundial, de 75 países seleccionados, la competitividad promedio
de las economías de América del Sur se sitúan en el rango 59. Al mismo tiempo,
el índice de desigualdad del ingreso en la región es de los mayores del mundo en
desarrollo. El 5% más rico de la población sudamericana posee el 26% del ingreso.
La política exterior del Perú
154 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
154
Para superar esta situación, Sudamérica debe crecer de manera persistente
con tasas del 6 ó 7% y no superar más de 1,5% de crecimiento anual de la
población. Una estrategia de desarrollo con cohesión social es la más apta
para lograr estos objetivos. Pero para ello, especialmente para darle
sustentabilidad al crecimiento económico, no sólo en factores externos sino
también en la propia dinámica productiva de la región, es indispensable superar
algunos obstáculos y hacer avances sustantivos en materia de competitividad.
El acceso a los mercados intra sudamericanos tiene definidos obstáculos
físicos. La superficie de la región abarca 17.819.100 kilómetros cuadrados, la
distancia entre sus principales ciudades y los centros de consumo mundial es
relativamente amplia y la integración de los mercados nacionales, regionales y
mundiales enfrenta enormes obstáculos naturales, como los Andes, la región
amazónica y extensas cuencas de ríos y pantanos. La iniciativa para la integración
de la infraestructura regional sudamericana, busca establecer mecanismos para
superar estos obstáculos e impulsar el desarrollo económico de la región
mediante innovaciones metodológicas y financieras, para el establecimiento
de conexiones de transporte, energía y telecomunicaciones entre mercados y
áreas con alto potencial de crecimiento, con estándares técnicos compatibles y
condiciones de operación conocidas y confiables.
La
IIRSA para el Perú constituye una alternativa de integración regional
descentralizada y una opción para realizar su inserción geográfica, la misma
que sitúa al Perú como una opción viable para la interconexión bioceánica en
la región. Es, adicionalmente, un componente esencial para el desarrollo de las
regiones en el Perú a través del aprovechamiento de los mercados
interfronterizos regionales. El Perú tiene un interés primordial en los siguientes
ejes de la iniciativa IIRSA. El eje intermodal del Amazonas proyectado para
interconectar el norte del Perú y el note del Brasil, desde los puertos de Paita y
Bayóvar en el océano Pacífico hasta Belém (Pará) y Macapá (Amapá, en la
costa atlántica brasileña). El eje transoceánico central que vincula a la macro
región sur del Perú con los Estados de Acre y Rondônia en Brasil. Los Estados
de Acre y Rondônia están más alejados de São Paulo que de los mercados
regionales peruanos. El eje transoceánico puede impulsar el acceso de las
exportaciones de estos Estados hacia la cuenca del Pacífico a través de los
puertos peruanos de Ilo y Matarani. El eje interoceánico del sur que vincula a
la macro región sureña del Perú con los Estados de Mato Grosso do Sul, São
Paulo y Rio de Janeiro, a partir de la costa peruana en el Pacífico. Este eje
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Manuel Rodríguez Cuadros
155
interconecta, también, al Perú con Bolivia y Paraguay; y entre este último país
y el Perú abre las posibilidades de una conexión interoceánica entre los puertos
de Ilo y Matarani y los de Villeta y Concepción en la hidrovía del Paraná.
Los ejes de integración de la Iirsa deben complementarse con los
esfuerzos de integración vial y de los mercados nacionales. Sin embargo,
todos esos esfuerzos requieren inversiones cuantiosas. Teniendo en cuenta
que la situación fiscal en la región no permite grandes inversiones, el gobierno
del Perú ha propuesto dos mecanismos que pueden coadyuvar a la
financiación de las obras de infraestructura física y, como consecuencia,
incrementar el empleo y aliviar la pobreza. En primer lugar, la adopción por
parte de la comunidad financiera internacional de mecanismos financieros
innovadores. Especialmente, el cambio de la contabilidad que utiliza el Fondo
Monetario Internacional para calcular el déficit fiscal, de tal manera que se
diferencien los gastos corrientes de los gastos de inversión, lo que permitiría
liberar recursos del techo de endeudamiento para invertirlos en la
infraestructura física. Y, por otro lado, la creación de una autoridad
sudamericana para la infraestructura.
Sudamérica, como espacio de integración física y económica y como
identidad política, posee los niveles adecuados de densidad de los flujos
poblacionales transfronterizos, comerciales, de inversiones y de interacciones
sociales y políticas requeridos para proyectar un grado relativamente homogéneo
de coordinación política en los asuntos regionales y mundiales. El proyecto
sudamericano puede, al mismo tiempo, fortalecer la identidad latinoamericana,
a través de la convergencia con otras unidades subregionales que han hecho
interesantes avances en el mismo sentido, Centroamérica y el Caribe.
3. Diplomacia Económica
El Perú es un país en desarrollo de renta media con potenciales
productivos, una fuerte dotación de recursos naturales y un sector empresarial
que empieza a ganar competitividad. Al mismo tiempo, sus indicadores sociales
muestran un alto porcentaje de población en situación de pobreza (alrededor
del 50%) y en extrema pobreza (un 22%). Las posibilidades de derrotar a la
pobreza están directamente vinculadas al crecimiento y a la mayor
competitividad de las empresas, como factores generadores de trabajo digno.
La política exterior del Perú
156 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
156
La diplomacia peruana, consciente de esta realidad, debe tener un sesgo
esencialmente económico y social en un ámbito bastante amplio de sus relaciones
externas. Los indicadores macroeconómicos de la economía nacional son estables
y auspiciosos. El gobierno del Presidente Toledo recibió el país con una tasa de
crecimiento del PBI real del 0,3%, el año 2001. A partir de esa fecha, el Perú ha
crecido a un promedio superior al 4,2% y las proyecciones para el 2004 y el 2005
están alrededor o por encima del 4,5%. La inflación del año 2002 fue de 1,5%; la
del 2003, 2.48%, y la proyección para el 2004 llega a la cifra del 2,5%. Los niveles
de riesgo país han bajado ostensiblemente y se situaron en el año 2003 en los
429 puntos como promedio. Las reservas internacionales se han incrementado
de manera sistemática. Han pasado de 8.613 millones de dólares en el año 2001,
a 11 mil millones de dólares en el 2004. El endeudamiento externo con relación
al producto bruto interno ha pasado del 45,7% en el año 2000, al 45,45 en el año
2003, con proyecciones de continuar disminuyendo en el 2004 y en el 2005 al
45% y al 43,2%, respectivamente.
Esta estabilidad de la situación macroeconómica del Perú está creando
las condiciones para una mayor actividad de las empresas y un aumento del
empleo, que todavía es incipiente. Las exportaciones que en el año 2001
ascendían a 6.900 millones de dólares, se han incrementado de manera
ostensible, y en el año 2003 han ascendido a más de 8 mil millones de dólares.
Para el 2004 se prevé una cifra de 10 mil millones de dólares, lo que hace
presumir que se cumplirá el objetivo de llegar al año 2005 con una cifra de 13
mil millones de dólares. La estructura de las exportaciones peruanas es bastante
diversificada: 25,79% se dirige al mercado norteamericano; 29.2% al
NAFTA,
que incluye además de los Estados Unidos a Canadá y a México; a la Unión
Europea se destina el 25,5% del total de las exportaciones; cerca del 19% a
Asia; y un 10% a Sudamérica.
El Perú es un país con un mercado interno relativamente pequeño y muy
concentrado en la costa, y más específicamente en la ciudad de Lima. Por esa
razón, la estrategia nacional de desarrollo pone énfasis en el mercado externo
y propicia contar con mercados ampliados de 800 millones o más de
consumidores. El Perú tiene prácticamente perfeccionada un área de libre
comercio con la Comunidad Andina, ha suscrito un acuerdo de libre comercio
con el Mercosur y ha iniciado las negociaciones de un TLC con los Estados
Unidos. El proceso, que debe culminar con negociaciones de libre comercio
entre la Comunidad Andina y la Unión Europea, se ha iniciado después de la
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Manuel Rodríguez Cuadros
157
Cumbre Europa-América Latina, realizada en Guadalajara. Se vienen
efectuando también negociaciones para un tratado de libre comercio con
Tailandia y progresivamente se iniciarán otras, probablemente con Marruecos
y países latinoamericanos que no forman parte de los procesos multilaterales
regionales de liberalización del comercio.
La estrategia nacional de expansión del comercio y la actividad productiva
tiene también como prioridad impulsar negociaciones equitativas en la ronda
de Doha, en la que el Perú considera que se deben obtener resultados concretos
en materia de acceso a mercados y del comercio agrícola, incluida la eliminación
progresiva de los subsidios y las ayudas a la agricultura y a la exportación de
productos agrícolas, la aceptación de una cláusula de salvaguarda más efectiva
de los países en desarrollo, así como listas de productos sensibles que posibiliten
la competitividad progresiva de sus productores agrarios.
En lo que concierne a la actividad específica de las embajadas y consulados
del Perú en el exterior, se ha asignado a todas las misiones diplomáticas del
Perú tareas específicas en materia de promoción de las exportaciones, las
inversiones y el turismo, con un enfoque integrado que trata de superar la
dispersión y el fraccionamiento sectorial que prevaleció en el pasado. En esta
estrategia se busca integrar muy activamente al sector privado y se ha decidido
una especialización práctica de los funcionarios diplomáticos en la promoción
económica, habiéndose designado un consejero comercial del servicio
diplomático en cada misión en el exterior, de manera complementaria a los
agregados especializados que prestan funciones en las embajadas de los
mercados más dinámicos para el Perú.
4.Diplomacia Social
La política exterior peruana propicia una nueva agenda del desarrollo para el
contexto mundial, convencida de la importancia de la acción multilateral para generar
un sistema económico internacional más justo, inclusivo y equitativo. Todos los
países desarrollados y en desarrollo deben acceder a los beneficios de la expansión
del comercio y de las inversiones, y al fortalecimiento de la cohesión social.
Se estima que en los países en desarrollo existen actualmente 1.200
millones de personas en extrema pobreza que viven con menos de un dólar al
día, de los cuales 826 millones de personas sufren hambre; 114 millones de
La política exterior del Perú
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158
niños no reciben educación primaria y, de ellos, 63 millones son niñas; 11
millones de niños menores de 5 años mueren cada año por enfermedades
prevenibles; cada minuto muere una mujer en el mundo por causas relacionadas
con el embarazo; 42 millones de personas están infectados con el VHI/Sida;
1.000 millones de personas no tienen acceso al suministro de agua potable, y
2.400 millones de personas no tienen acceso a saneamiento básico.
En el Perú el índice de desarrollo humano del país, entre el año 2002 y el
año 2003, se ha mantenido estacionario, ubicándose en el rango 82, por debajo
de Chile, Costa Rica, Colombia, Venezuela, Hungría y Rumania, y por encima
de Ecuador, Paraguay, Honduras y Marruecos. Las tareas internas del desarrollo
económico social y la lucha contra la pobreza son prioritarias en la estrategia
nacional de desarrollo. De manera consecuente, la política exterior ha incluido
entre sus prioridades a la diplomacia social.
Superar la condición de pobreza del 52% de la población es un interés y
un objetivo nacional prioritario. Por ello, la diplomacia peruana incorpora en
su estrategia de acción la variable social. La creación de empleo digno, la mejora
y la ampliación de la cobertura de salud, educación, vivienda, seguridad
alimenticia y la adecuada atención materno-infantil, constituyen metas a cuyo
cumplimiento la política exterior debe coadyuvar.
La Diplomacia Social puede definirse como el esfuerzo de movilizar
variados recursos disponibles en el contexto de la proyección internacional
del Perú en la ejecución de su Política Exterior para avanzar hacia el desarrollo
nacional equitativo, democrático y orientado hacia la expansión de nuestra
competitividad.
En medio de un mutante escenario global y nacional, el Perú enfrenta el
reto constante de redefinir las coordenadas su proyección hacia el exterior.
Las implicaciones de tal ejercicio son de magnitud tal que aparejan el
replanteamiento del modo en que el Perú se percibe a sí mismo. A la luz de
ello, el concepto de Diplomacia Social plantea auspiciosas posibilidades de
generar una concordancia de nuestra proyección hacia fuera con la proyección
hacia adentro. El concepto de Diplomacia Social condensa una de las
dimensiones estratégicas que debe caracterizar a la política exterior del Perú.
Tal concepto da cuenta de la voluntad política existente en el Gobierno de
establecer sintonía entre, por una parte, las urgencias y carencias de su desarrollo
interno y, por la otra, la acción en foros multilaterales dentro y otras realidades
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Manuel Rodríguez Cuadros
159
emergidas del contexto de la globalización. Esta sintonía resulta ahora
imperativa por cuanto la globalización ha convertido a las fronteras y a la
soberanía nacional en categorías porosas, intensificando el trasvase — cuando
no la indiferencia — entre lo interno y lo internacional, de suerte tal que, por
ejemplo, las políticas nacionales de lucha contra la pobreza no pueden ignorar
los efectos generados por las migraciones o comercio internacionales.
La Diplomacia Social representa el intento de articular la política exterior
peruana con los objetivos nacionales prioritarios de reducir drásticamente la
pobreza, la desnutrición y la incidencia de enfermedades infecto-contagiosas
asociadas a ellas, y propiciar la maximización de beneficios nacionales, sociales
y personales generados en el curso del proceso de emigración. Se desenvuelve
en tres ámbitos: la acción multilateral, principalmente alrededor de los Objetivos
de Desarrollo del Milenio; la canalización de la Ayuda Oficial al Desarrollo
hacia nuestro país; y la movilización de las comunidades de emigrados peruanos
en torno a los objetivos nacionales de desarrollo, que incluyen la protección
de los emigrados y el fomento de sus intereses.
Un aspecto positivo del multilateralismo en la era actual es el de la
globalización de la agenda social, basado en el reconocimiento que muchos
fenómenos sociales contemporáneos se replican universalmente o generan
consecuencias que trascienden las fronteras nacionales: la lucha contra la
pobreza y contra flagelos infecto-contagiosos contemporáneos, por ejemplo,
no puede quedar circunscrita a la competencia exclusiva de los estados
nacionales y demandan respuestas sea multilaterales o suprasoberanas.
La globalización de la agenda social, entendida como la proyección a
escala mundial de aspectos de las políticas sociales, es particularmente evidente
para un país como el Perú, en el que la eclosión de irresueltos problemas
estructurales ha generado en las últimas décadas procesos muy intensos de
emigración — llámese, en gran medida, “exportación de la pobreza”— como
resultado de lo cual alrededor del 10% de los peruanos viven actualmente
fuera del territorio nacional.
La globalización de la agenda social tiene además significación estratégica
por al menos tres razones. Primero, de cara a las crecientes asimetrías que
están vigentes en el escenario internacional. El Secretario General de las
Naciones Unidas, Kofi Annan, ha señalado en Nosotros los Pueblos, su informe
para la Cumbre del Milenio:
La política exterior del Perú
160 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
160
En primer lugar, los beneficios y oportunidades que ofrece la
mundialización siguen muy concentrados en un número relativamente pequeño
de países y se reparten en ellos de manera desigual. En segundo lugar, en los
últimos decenios ha surgido un desequilibrio, puesto que se han elaborado
normas sólidas de cumplimiento asegurado que facilitan la expansión de los
mercados mundiales, pero no ha habido un apoyo comparable a objetivos
sociales igualmente válidos, sean normas laborales, el medio ambiente, los
derechos humanos o la reducción de la pobreza.
Por ello, la globalización de la agenda social representa un rechazo a esas
asimetrías que afectan muy sustancialmente al Perú y al resto de países en vías
de desarrollo, y da voz a un clamor universal que procura construir un mundo
más equitativo.
Segundo, la globalización de la agenda social procure dotar de coherencia
y sostenibilidad al emergente escenario mundial. También lo anota Secretario
General de las Naciones Unidas en el mismo documento:
[...] la mundialización debe suponer algo más que la creación
de mayores mercados. No se puede separar la esfera económica
del entramado más complejo de la vida social y política y dejar que
siga su propia trayectoria. Para sobrevivir y medrar, una economía
mundial debe estar cimentada más sólidamente en los valores
compartidos y las prácticas institucionales: debe promover objetivos
sociales más amplios y que den más cabida a todos.
Tercero, por que los procesos sociales internos del Perú están
significativamente condicionados por variables extranacionales. Ejemplo de
ello son los efectos que el fenómeno del efecto invernadero global
probablemente está teniendo sobre alteraciones de los ciclos climáticos usuales
en la mayoría de las regiones más pobres de nuestro país, cuya ocurrencia
refuerza las condiciones de pobreza e inequidad preexistentes; o los efectos
diferenciados que la suscripción de un Tratado de Libre Comercio con los
Estados Unidos tendrá para el Perú; o la súbita alteración de los circuitos
comerciales internacionales de carnes debido a brotes pandémicos, que genera
oportunidades no planificadas ni aprovechadas por nuestro país.
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Manuel Rodríguez Cuadros
161
Atendiendo al impulso impreso por la globalización de esta agenda, la
Diplomacia Social se basa en las premisas de la equidad, el desarrollo
sociocultural y el desarrollo económico, que constituyen un solo proceso y se
conciben de manera integral y coherente, ya que los procesos de integración
política y económica deben estar orientados a lograr la mejora permanente de
las condiciones de vida de los habitantes de la región y coadyuvar al
fortalecimiento del ejercicio de sus derechos y deberes económicos y sociales.
Así lo han reconocido altas autoridades de políticas de desarrollo social de
nuestro Continente en la reciente Declaración de Santa Clara sobre cohesión
social en América Latina y el Caribe. Dentro de este marco, la Política Exterior
peruana, orientada a ser vehículo para el desarrollo nacional, debe reconocer
el carácter fundamental de éste en la inserción internacional del país proyectarlo
hacia el exterior en su inherente multidimensionalidad. La Diplomacia Social
procura así proyectar los intereses nacionales del Perú de modo “proactivo”
en el proceso de definición y ejecución de la agenda social global, entendiéndola
como aporte de la comunidad internacional para enfrentar los desafíos de
nuestro propio desarrollo, a la vez que procura afirmar el liderazgo de nuestro
país en la promoción de condiciones mejores de equidad internacionales.
Con esta finalidad, el Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú ha
definido y viene ejecutando una diplomacia social. Participa activamente, en
función de los requerimientos del Plan Nacional de Lucha contra la Pobreza,
en las negociaciones internacionales sobre la agenda social. Especialmente en
relación con la lucha contra la pobreza y el hambre, la erradicación del
analfabetismo, el tratamiento de aquellas enfermedades que más afectan a los
peruanos y peruanas, entre ellas, las de carácter endémico (como la tuberculosis,
la fiebre amarilla y la malaria), la superación de los déficit de vivienda,
especialmente en los sectores rurales y urbanos más desfavorecidos, los
programas de seguridad alimentaria, la creación de empleo digno, el desarrollo
rural, las condiciones de trabajo de niños y mujeres, y los asuntos relativos a
las políticas de población.
En el conjunto de estos procesos internacionales, tiene prioridad procurar
las acciones nacionales e internacionales dirigidas a la realización en el Perú de
las metas globales contenidas en la Declaración del Milenio de la ONU.
Especialmente, las referidas al cumplimiento de los objetivos básicos de
desarrollo: reducir a la mitad, al 2015, el porcentaje de personas cuyos
La política exterior del Perú
162 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
162
ingresos sean inferiores a un dólar por día y que padezcan hambre; evitar la
deserción escolar para obtener la meta que todos los niños y niñas del país
culminen como mínimo el ciclo completo de enseñanza primaria; eliminar
las desigualdades entre los sexos en la enseñanza primaria y secundaria,
preferiblemente para el año 2005, y en todos los niveles de la enseñanza
antes de fines de 2015; reducir en dos terceras partes, en 2015, la mortalidad
de los niños menores de 5 años; reducir, en 2015, la mortalidad materna en
tres cuartas partes; haber detenido y comenzado a reducir, para el 2015, la
propagación del VIH/SIDA; haber detenido y comenzado a reducir, para el
2015, la incidencia de la fiebre amarilla, la tuberculosis y la malaria; reducir a
la mitad, para el 2015, el porcentaje de personas que carecen de acceso
sostenible a agua potable y a mejores servicios de saneamiento.
Estos objetivos del milenio aplicados a la realidad peruana son metas de
la política nacional del desarrollo y de la diplomacia social. Para ello, los esfuerzos
internos se complementan con las actividades de cooperación para el desarrollo
del sistema de las Naciones Unidas. Los principios de estas actividades son,
entre otros, su carácter universal, voluntario y de donación, neutralidad y
multilateralismo, y se realizan en beneficio de las poblaciones objetivo, en
conformidad con las políticas nacionales de desarrollo.
Las principales agencias de cooperación técnica y financiera de la
Organización de las Naciones Unidas, como el Programa de Naciones Unidas
para el Desarrollo (Pnud), el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia
(Unicef), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) y el Programa
Mundial de Alimentos, con sede en Roma, ejecutan programas en el Perú,
destinados al alivio de la pobreza y la generación de capacidades productivas
en los sectores sociales más vulnerables.
El programa de cooperación actualmente vigente del Pnud con el Perú
(2001-2005) es uno de los más extensos de la región al considerar la movilización
de recursos por un total general de US$ 311.783.000. Dichos recursos están
destinados a apoyar los programas sociales de alivio de la pobreza, así como
para apoyar los esfuerzos del país para mejorar la gestión del Estado y reforzar
los niveles de participación democrática de los gobiernos y poblaciones locales,
como formas de reforzar la gobernabilidad democrática.
Finalmente, la diplomacia social busca aplicar un programa todavía en
elaboración, denominado Solidaridad. A través de éste, se identificarán anualmente
entre sesenta y ochenta microproyectos de impacto social directo. Desde la
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Manuel Rodríguez Cuadros
163
construcción de pequeñas escuelas, la implantación de panaderías en los clubes
de madres o del vaso de leche, hasta programas de atención médica o de instalación
de pequeñas postas sanitarias. Entre uno y tres proyectos serán asignados a cada
misión diplomática y consular con la finalidad que éstas gestionen el
financiamiento por cooperación no reembolsable o donaciones. La gestión de
los proyectos la realizarán las propias poblaciones beneficiadas a través de sus
organizaciones de base.
5.Diplomacia para la defensa de la democracia y la modernización del sistema
interamericano
En los últimos años se han hecho avances de gran trascendencia en la
construcción de una agenda para la gobernanza interamericana. La Carta
Democrática Interamericana, iniciativa peruana, ha perfeccionado la
institucionalidad jurídica y política de la democracia y el estado de derecho en la
región.
Hoy, sin duda, en el sistema interamericano, la democracia no sólo es un
bien protegido sino que constituye una obligación vinculante para todos los
Estados que forman parte de la OEA. La Carta Interamericana se ha proyectado
para que en otros continentes se avance en el mismo sentido, expandiéndose
la aprobación de cláusulas democráticas. Ha propiciado, asimismo, que las
Naciones Unidas, por primera vez, avancen en la búsqueda de un consenso
sobre los elementos que definen o concurren a la existencia de un régimen
democrático
5
.
Pero, en la región aún no logramos un consenso sobre la utilidad y
conveniencia de aplicar la Carta a las situaciones de crisis de la institucionalidad
democrática. El caso de Haití es representativo, si se hubiese aplicado la Carta
oportunamente quizás la evolución de la crisis hubiese sido menos lesiva a la
institucionalidad democrática. Tenemos un déficit de sentido práctico en la
defensa de la institucionalidad democrática.
Son, también, avances importantes en la redefinición de la agenda
interamericana, la Convención contra la corrupción, las decisiones adoptadas
5
Cf. Manuel Rodríguez Cuadros, “La carta Democrática Interamericana”, en Carta Democrática Interamericana,
documentos e interpretaciones, OEA, Washington DC, 2003.
La política exterior del Perú
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164
con ocasión del 11 de septiembre en relación con el combate al terrorismo, la
experiencia en la aplicación del Mecanismo de evaluación multilateral en el ámbito
de la lucha contra las drogas, los resultados de la Cumbre extraordinaria de las
Américas sobre las cuestiones económicas, sociales y financieras, los consensos
sobre una visión de la seguridad continental pluralista y democrática que se
aprobaron en la Conferencia Ministerial de México, así como el fortalecimiento
del sistema interamericano de protección y promoción de los derechos humanos.
Pero todo esto aún es insuficiente, y lo es también el hecho que todavía
se mantenga una visión de compartimientos estancos en el diálogo
interamericano, donde los temas de paz y seguridad no se vinculan, en la
práctica, con los de mantenimiento de la democracia, o los de la lucha contra
el narcotráfico y la agenda social.
Es necesario seguir perfeccionando el sistema sobre bases consensuales.
Los desafíos de la globalización y su articulación con las agendas internas y
subregionales, demandan un sistema interamericano actualizado, moderno,
basado en la igualdad jurídica de los Estados, con respuestas a los problemas
reales que afrontan nuestros ciudadanos, especialmente los más pobres y
excluidos. Para ello, hay que perfeccionar una agenda de la gobernanza
interamericana, centrada en los temas y prioridades que inciden en la vía
cotidiana de la gente. El Perú considera que los elementos principales de esta
agenda son los siguientes:
a. Defensa y preservación de la institucionalidad democrática. Es necesaria
una voluntad política definida para aplicar la Carta Democrática
Interamericana, especialmente en sus aspectos preventivos, y asumir
que la democracia en la región se juega su futuro en su capacidad o
incapacidad de resolver las legítimas demandas de trabajo digno para
la mayoría de la población.
b. Medios para asegurar una gobernabilidad que no exponga a la
democracia a cuestionamientos sociales por la imposibilidad o
limitaciones para resolver los problemas que afectan a una gran
cantidad de gente que sufre a diario, porque no tiene trabajo, porque
tiene un salario que no le permite vivir decentemente, porque tiene
una enfermedad que no puede curarse o porque ve a sus hijos desertar
de la escuela primaria o secundaria por falta de medios económicos.
Ésta es la agenda real, cotidiana, de la gobernabilidad democrática.
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Manuel Rodríguez Cuadros
165
c. Las cuestiones relativas al crecimiento económico con equidad, las
tareas del desarrollo y las cuestiones sociales. Ésta es la agenda social
y económica que no puede seguir minimizándose o soslayándose. Es
urgente revalorizarla, otorgando al Consejo Permanente la facultad
de asumir el debate económico y del desarrollo regional.
d. Es necesario asumir, también, los asuntos de la paz y la seguridad
regional con un enfoque proactivo, que busque aplicar las conclusiones
de la Conferencia de México. Es indispensable que la OEA se implique
más en tareas urgentes: institucionalizar una visión democrática y
cooperativa de la seguridad, desalentar cualquier posibilidad de carreras
de armamento que sólo comprometería la viabilidad del crecimiento
económico y podría reactivar tensiones nacionales felizmente ya superadas.
Se debe dar sentido práctico al registro regional de adquisición de armas,
como una medida de fomento a la confianza que prevenga el
armamentismo y los desequilibrios subregionales. Y la Organización
debiera comprometerse más con la eliminación de las minas antipersonas.
e. La cuestión del narcotráfico y el terrorismo. Es necesario avanzar con
más decisión en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, que
tienden cada vez más a interrelacionarse. Es imperativo consolidar un
enfoque integral contra el narcotráfico que ataque simultáneamente la
demanda y la oferta. Son relevantes, en ese sentido, los buenos resultados
de la aplicación del mecanismo de evaluación multilateral sobre los
avances en la sustitución o erradicación de cultivos. Pero es necesario,
también, introducir en las evaluaciones del mecanismo los avances que
se puedan identificar en los países afectados mayormente por el consumo
respecto de las acciones adoptadas para reducir la demanda.
f. La lucha contra la corrupción. La corrupción corroe la institucionalidad
democrática y abre las puertas al narcotráfico, el lavado de activos y el
tráfico de armas. La corrupción es incompatible con el buen gobierno.
El Perú considera que es indispensable reforzar los mecanismos de
anticorrupción y crear nuevos instrumentos de solidaridad y
cooperación judicial que permitan la extradición de los altos
funcionarios de gobierno responsables de actos corruptos, entre ellos
la negociación y suscripción de un tratado multilateral de extradición
exclusivamente para casos de corrupción.
La política exterior del Perú
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166
g. El perfeccionamiento del sistema interamericano de derechos humanos.
Abrir la posibilidad de que las personas individuales puedan actuar
directamente ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, es
otra tarea indispensable, así como la de dotar a la Corte de funciones
permanentes.
Asimismo, la diplomacia peruana postula la realización de algunos cambios
en la estructura institucional de la Organización, para adecuarla a las demandas de
la agenda del gobierno regional. La diplomacia preventiva es una necesidad urgente,
especialmente en torno a las situaciones que pueden provocar una crisis de la
institucionalidad democrática. Ello demanda la existencia de una unidad responsable
directamente de la función de los asuntos políticos de la Organización. De igual
manera, las cuestiones relativas a la paz y la seguridad, especialmente las vinculadas
a la prevención de carreras de armamento, la efectividad del registro de la adquisición
de armas, la aplicación de medidas de fomento a la confianza, y una política proactiva
para concretar una visión compartida de la seguridad democrática y compartida,
requieren de una instancia de gestión institucional específica.
Un estudio presentado por el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo sobre la democracia en América Latina, muestra algunos indicadores
inquietantes. Un amplio porcentaje de la población se siente defraudado por los
resultados de la democracia, y un porcentaje importante señala que podría optar
por un régimen autoritario si éste le resuelve sus problemas de subsistencia.
Esto es una llamada de atención a todas las conciencias democráticas del
hemisferio. No es un indicador real de la voluntad democrática de nuestros
pueblos. Si alguna encuesta preguntase a la población si estarían de acuerdo con
una democracia que les dé libertad, que asegure sus derechos y que les otorgue
trabajo digno y que satisfaga sus necesidades mínimas de trabajo, salud y vivienda,
el resultado previsible sería que la encuesta tendría un 90% o más de adhesión.
6.Diplomacia por la paz y la seguridad internacional, la vigencia del derecho
internacional, el fortalecimiento y reforma positiva de las Naciones Unidas y la afirmación
de las corrientes a favor del desarme y la limitación de armamentos
La reforma de Naciones Unidas es una necesidad para fortalecer el
multilateralismo y para dotarla de una mayor efectividad y eficacia.
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Manuel Rodríguez Cuadros
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El imperativo de reforma ha sido recogido en distintas resoluciones de
la Asamblea General, en especial en la Declaración del Milenio (Resolución
55/2), aprobada en septiembre de 2000, mediante la cual los Jefes de Estado
y Gobierno de los países miembros decidieron “reafirmar el papel central
que recae en la Asamblea General en su calidad de principal órgano de
deliberación, adopción de políticas y representación, y capacitarla para que
pueda desempeñar ese papel con eficacia; redoblar los esfuerzos por reformar
ampliamente el Consejo de Seguridad en todos sus aspectos; fortalecer más
el Consejo Económico y Social; y, fortalecer la Corte Internacional de Justicia
a fin de que prevalezca la justicia y el imperio del derecho en los asuntos
internacionales.
Posteriormente, ante el sentido de urgencia producto de la crisis de
legitimidad ocurrida en el 2003 con el conflicto en Irak, el Secretario General
de las Naciones Unidas, Kofi Annan, en su informe a la Asamblea General A/
58/323 de 2 de septiembre de 2003, ha insistido en llamar a los Estados
miembros a examinar a fondo la “arquitectura” actual de las instituciones
internacionales, sugiriendo que la Asamblea General de 2005 sea la fecha límite
para llegar a un acuerdo sobre los cambios que se precisan.
El Perú apoya el proceso de reforma de las Naciones Unidas para lograr
enfrentar de manera solidaria las nuevas y viejas exigencias en los ámbitos de
la paz, seguridad y desarrollo. El Perú persigue que la Asamblea General cumpla
de manera efectiva y eficiente sus responsabilidades, incluyendo cuestiones
relacionadas con la paz y seguridad internacionales; que el Consejo de Seguridad
sea más representativo y democrático mediante la ampliación a nuevos
miembros y, especialmente, a través de una razonable modificación del proceso
de toma de decisiones del Consejo de Seguridad que debiera por lo menos
acotar las materias sujetas al veto. Con la finalidad de aportar a este proceso, el
Gobierno del Perú se ha asociado al Grupo de Amigos de la Reforma de las
Naciones Unidas.
Asimismo, el Perú respalda seguir mejorando la capacidad de respuesta
de las Naciones Unidas en los ámbitos de la prevención de los conflictos
armados y de las operaciones de mantenimiento de la paz. El Gobierno ha
adoptado la decisión de ampliar su participación en las operaciones de
mantenimiento de la paz, siempre y cuando éstas se enmarquen dentro de las
disposiciones del capítulo VII de la Carta. El Perú participa en estos esfuerzos
La política exterior del Perú
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168
con observadores militares en las misiones de mantenimiento de la paz en la
República Democrática del Congo (Monuc, desde el 2000), en Eritrea-Etiopía
(Unmee, desde el 2001), y Liberia (Unol, desde el 2003).
En noviembre del 2003, el Gobierno del Perú incrementó su compromiso
político con las Operaciones de Mantenimiento de la Paz a través de un
Memorando de Entendimiento del Sistema de Acuerdos de Reserva de las Naciones
Unidas, suscrito en Lima entre el Presidente Alejandro Toledo y el Secretario General
Kofi Annan. Este documento detalla la oferta del Perú para las Operaciones de
Mantenimiento de la Paz, la cual incluye un Batallón de Infantería de 640 oficiales,
dos Compañías de Infantería de Marina de 212 oficiales en total y un Batallón de
Infantería de Fuerzas Especiales de 91 oficiales, así como diversos helicópteros,
aviones de combate, equipos especializados y una fragata para mísiles. En este
marco, es previsible la participación del Perú con una compañía aerotransportada
en la operación de mantenimiento de la paz en Haití.
En el ámbito de los derechos humanos, el Perú respalda la propuesta del
Secretario General denominada “Fortalecimiento de las Naciones Unidas: un
programa para profundizar el cambio”, que incluye medidas para reformar los
órganos creados en virtud de los tratados sobre derechos humanos para mejorar
el cumplimiento de los compromisos asumidos por los Estados y fortalecer
las relaciones de las Naciones Unidas con el sector privado y la sociedad civil.
Impulsa, asimismo, una mayor transparencia y objetividad en los trabajos de la
Comisión de Derechos Humanos y un refuerzo del enfoque cooperativo de
los órganos de protección de los derechos humanos derivados de la Carta, así
como de aquellos de base convencional. La protección de los derechos humanos
es una función esencial de las Naciones Unidas que se debe ejercer sin elementos
discriminatorios ni políticamente selectivos.
El Perú está convencido que sólo un orden internacional basado en el
multilateralismo y en el respeto de reglas jurídicas claras y previsibles, que
permitan actuar con firmeza, eficacia y legitimidad, constituyen la mejor garantía
de un sistema internacional estable, capaz de asegurar la paz y seguridad
internacionales sobre la base del derecho internacional y la legitimidad de
amplios consensos.
El Perú condena todo acto, método y práctica de terrorismo, en todas
sus formas y manifestaciones, dondequiera que estos se produzcan y
quienquiera que los cometa. Por ello, el Perú es parte de la acción internacional
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
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169
que desarrolla Naciones Unidas para dar una respuesta sistemática, sostenida
y eficiente frente al terrorismo y que considere todos los aspectos de este
flagelo. El Perú es Estado parte de los doce tratados internacionales que en
materia de lucha contra el terrorismo se han suscrito en el marco de las Naciones
Unidas. Es, también, parte del Comité Especial de la Asamblea General
establecido en virtud de la resolución A/RES/51/210 y del Grupo de Trabajo
de la Sexta Comisión establecido en virtud de la resolución A/RES/57/27,
que actualmente negocian un proyecto de Convenio General sobre el
Terrorismo Internacional y un proyecto de Convenio Internacional para la
Represión de los Actos de Terrorismo Nuclear.
En el ámbito de las cuestiones relativas al desarme, el Perú considera
que la amenaza de la proliferación nuclear estatal sigue siendo un peligro, por
eso propugna la cesación de la carrera de armamentos nucleares y el desarme
nuclear, la prevención de la guerra nuclear, la adopción de acuerdos
internacionales eficaces que den garantías a los Estados no poseedores de
armas nucleares contra el empleo o la amenaza de empleo de esas armas, el
control internacional de los nuevos tipos de armas de destrucción en masa y
nuevos sistemas de tales armas, como las armas radiológicas, el control de las
armas convencionales en los planos regional y subregional, la transparencia y
limitación de la adquisición de armamentos sobre bases universales, regionales
y subregionales y la adopción por parte de las Naciones Unidas de un programa
comprensivo de desarme.
La diplomacia peruana pone énfasis en la eliminación de las minas
antipersonal, en el establecimiento de regulaciones internacionales, regionales
y subregionales para el control de las armas pequeñas y ligeras, así como de
regímenes de prohibición del uso y transferencia de armas químicas y biológicas.
En el ámbito de la Comunidad Andina de Naciones, el Perú propuso y obtuvo
la aprobación de la Carta Andina para la Paz y la Seguridad, Limitación y
Control de los Gastos destinados a la Defensa Externa. En ella se establece el
compromiso para adoptar una política comunitaria de seguridad andina,
instaurar una zona de paz en la subregión, asumir compromisos para la
limitación de los gastos de la defensa externa, establecer acuerdos para el control
de las armas convencionales y la transparencia, así como el acuerdo para
propiciar que América Latina sea declarada una zona libre de mísiles aire-aire
más allá del alcance visual y de mísiles estratégicos de medio y largo alcance.
La política exterior del Perú
170 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
170
La Carta Andina añade a estos compromisos los dirigidos a consolidar
los regímenes de proscripción de las armas químicas y biológicas y de
erradicación del tráfico ilícito de armas de fuego, municiones, explosivos y
otros materiales relacionados.
De manera complementaria a estas iniciativas, el Perú ha impulsado en
la Asamblea General de las Naciones Unidas sendas iniciativas para la
Declaración de la subregión andina y de Sudamérica como zonas de paz.
En el ámbito de sus relaciones limítrofes, el Perú propicia la aplicación
de medidas de fomento a la confianza de nueva generación, entre ellas el
establecimiento de zonas de confianza mutua o de seguridad en las áreas de
frontera, adecuando el número y potencia de las unidades y destacamentos
militares a los requerimientos de una relación de paz y de seguridad cooperativa.
Al mismo tiempo, la diplomacia peruana está comprometida con las iniciativas
de limitación de armamentos sobre bases multilaterales, subregionales o
regionales, el establecimiento de metodologías estandarizadas para la medición
de los gastos de defensa y con la proscripción de cualquier modalidad de carreras
de armamento en la región.
7.Política de reforma de los servicios consulares y protección de los peruanos y peruanas
en el exterior
La política consular y de protección a las comunidades peruanas en el
exterior viene experimentando una mejora integral. Dicho cambio constituye
una respuesta a la profunda transformación ocurrida durante las últimas décadas
en la composición y configuración de las comunidades peruanas en el exterior.
Coincidiendo con las corrientes globales de movimientos migratorios de los
países en desarrollo, las comunidades peruanas han experimentado un alto
crecimiento y se concentran, fundamentalmente, en las grandes ciudades de
naciones desarrolladas y países vecinos. En este orden de ideas, el antiguo
paradigma de funcionamiento de la actividad consular denominado “Cónsul-
Prefecto” ha devenido obsoleto y disfuncional. En su reemplazo, la política
exterior del Estado democrático se ha dirigido a crear un régimen de actuación
consular basado en el paradigma del “Cónsul-Servidor Público”.
El fenómeno migratorio global ha adquirido características singulares en
las relaciones internacionales contemporáneas. El avance de las comunicaciones
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Manuel Rodríguez Cuadros
171
y la mundialización de las tendencias económicas y culturales han acortado las
distancias geográficas. Se estima que 10 millones de personas en el mundo vivían
fuera de sus países de origen en 1965; diez años después esta suma se elevó a 84
millones, pasó a 105 millones en 1985 y llegó a 120 millones en 1990. Hacia el
año 2000 el número de emigrantes internacionales se estimaba en 150 millones,
incluyendo los emigrantes voluntarios y refugiados
6
.
El Perú no ha permanecido ajeno a esta tendencia global del movimiento
poblacional. De hecho, nuestro país — como lo anotan diversas investigaciones
7
, en las últimas décadas ha acelerado el ritmo de emigración. Aproximadamente,
un 7% de su población es emigrante. Es decir, de acuerdo a cifras del 2002, 1,87
millones de los 26,75 millones de habitantes del país reside fuera de sus fronteras
8
.
Los problemas que plantean las migraciones en el orden global pueden
resumirse en los siguientes puntos:
a. La situación o status legal de los emigrantes en el país de recepción.
b. El tráfico ilegal de personas.
c. El respeto a los derechos humanos de los emigrantes, teniendo en
cuenta las manifestaciones de xenofobia y discriminación en los países
de recepción.
d. La inserción laboral y productiva de los emigrantes en las sociedades
de recepción.
e. El choque cultural resultante del encuentro, a través de la migración,
de los disímiles sistemas de valores de las sociedades de procedencia
y de recepción.
f. La revinculación de los emigrantes con sus países de origen.
En relación con el impacto económico de la migración, según datos del
Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se estima que en el año 2002 el
6
Cf. Altamiro, Teófilo y Cárdenas, Gerardo, Migración peruana al exterior, Resumen Ejecutivo de los trabajos de
investigación por encargo de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Lima, marzo del 2003.
7
Altamirano, op. cit. p.3.
8
INEI, Compendio Estadístico, Perú, 2002.
La política exterior del Perú
172 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
172
envío de remesas de las comunidades de América Latina y el Caribe hacia sus
países de origen equivalió a US$ 32.044 millones. Dicha cifra fue prácticamente
igual a la de los ingresos de capitales a la región en ese año por concepto de
inversión extranjera directa. Asimismo, esos ingresos sobrepasaron largamente
la ayuda externa por concepto de asistencia oficial para el desarrollo. Las remesas
del exterior representan, según esta misma fuente, por lo menos el 10% del
PBI en seis países: Nicaragua (29%), Haití (24,2%), Guyana (16,6%), El
Salvador (15,1%), Jamaica (12,2%) y Honduras (11,5%). Si las remesas hacia
América Latina y el Caribe continúan creciendo a una tasa muy conservadora
de 7% al año, el BID considera que éstas alcanzarán en el año 2010 una cifra
agregada de US$ 400.000 millones
9
.
El antiguo paradigma de Cónsul-Prefecto ha devenido disfuncional a
los deberes del Estado con sus nacionales. A partir de ahí surge la necesidad
de perfilar, en su reemplazo, un paradigma de “Cónsul-Servidor Público”
sustentado en una nueva política exterior de protección a los nacionales que
residen en el extranjero. En este nuevo esquema, que se perfila a partir de la
restitución del Estado de derecho y el régimen democrático, el funcionario
consular se debe a la ciudadanía y tiene ante sí como tareas fundamentales:
Brindar protección y asistencia a los peruanos en el exterior.
• Ofrecer los servicios de manera eficiente y oportuna a través de la
reforma consular.
Ser un agente de vinculación cultural y económica de los peruanos con
su país en general y con sus comunidades de origen en particular.
La creación de la Subsecretaría de Comunidades Peruanas en el Exterior
constituyó el punto de partida en la modificación estructural de la política
exterior consular y en el establecimiento, por primera vez en la historia del
Perú, de una acción de Estado directamente encaminada a proteger y articular
constructivamente a los connacionales residentes fuera del Perú. Es en este
orden de ideas que la Cancillería otorga prioridad a la reestructuración de los
9
Banco Interamericano de Desarrollo (BID), An International Comparison of Remittances Markets, febrero, 2003.
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Manuel Rodríguez Cuadros
173
10
Cf. Marcel Merle, La politique étrangère, París, 1984.
servicios consulares y a la acción consular destinada a vincular y asistir a las
comunidades peruanas en el exterior.
En el nuevo esquema de política exterior, lo esencial de la labor consular
es la protección y la promoción de los intereses y los derechos de los peruanos
en el exterior. De igual modo, la acción consular debe propender a la vinculación
de los connacionales con su país de origen enfatizando la canalización adecuada
de recursos para el desarrollo del Perú. Ello supone un nuevo modelo de
gestión de los servicios consulares, en el cual los peruanos en el exterior deben
estar asociados con el Estado en la elaboración y ejecución de las políticas que
directamente les atañen. En otras palabras, la gestión consular del Estado
democrático en el Perú debe tener como uno de sus elementos centrales la
participación activa de los peruanos en el exterior.
La nueva política de reforma consular y protección de peruanos y
peruanas en el exterior se ejecuta a través de siente programas: de reforma
consular y simplificación administrativa; de protección legal; de asistencia
humanitaria; de apoyo a la inserción productiva, legal y respetuosa de los
derechos humanos de los migrantes en las sociedades de recepción; de
promoción de la revinculación cultural y nacional con el Perú a partir del
reconocimiento de la realidad multiétnica y pluricultural del país; de
revinculación productiva y económica con el Perú; y, de promoción ciudadana
y participación democrática, tanto en la vida política del Perú como en la de
las sociedades de recepción.
8. Hacia un modelo integrado de la gestión externa del Estado peruano y un enfoque
descentralizado de la aplicación de la política exterior
Uno de los problemas más complejos que ha afectado la eficacia de las
políticas exteriores latinoamericanas ha sido y es lo que Marcel Merle denomina
“el desmembramiento del ejecutivo”
10
, es decir el proceso de fragmentación
de la gestión de la política exterior. Ello se debe a la creciente competencia de
sectores distintos al Ministerio de Relaciones Exteriores en diversos procesos
de las relaciones externas del Estado. La consecuencia práctica de este proceso
de sectorialización de la política exterior, en muchos casos, es la ausencia de
La política exterior del Perú
174 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
174
coherencia y consistencia en la conducción de los asuntos externos. Para evitar
y superar este problema se está efectuando un esfuerzo de efectiva coordinación
y armonización de las políticas sectoriales en el ámbito externo con la finalidad
de obtener un enfoque y una práctica integrada de la gestión externa del Estado.
Al mismo tiempo, se impulsa en el Perú un enfoque descentralizado de
la política exterior en dos niveles. Por un lado, en el ámbito de los actores
internos propiciando la participación de los diversos poderes del Estado, el
legislativo y el judicial, así como de la sociedad civil y los gobiernos regionales
y locales en los procesos de elaboración y ejecución de la política exterior. Por
otro, se está aplicando una visión descentralizada en la identificación de los
interlocutores de la diplomacia peruana en el exterior. Ello implica no sólo
una relación Estado-Estado, sino la opción complementaria de establecer
relaciones entre el Estado peruano y las unidades políticas descentralizadas de
otros Estados. En el caso del Brasil, por ejemplo, se está estableciendo una
relación directa con los gobernadores estaduales vecinos a la frontera peruana.
A título de colofón
Jorge Basadre, al analizar la historia de las relaciones externas del Perú,
tuvo una frase que es válida para el pasado. Basadre dijo que las relaciones
externas del Perú y la diplomacia peruana han sido el resultado no siempre
encontrado de sus tensiones internas y externas. A partir de esta constatación
histórica, la política exterior del Perú busca establecer un equilibrio entre el
desarrollo y la consolidación de la nación, la afirmación de su identidad y
personalidad histórica y cultural y una inserción en el proceso global que viabilice
el desarrollo con cohesión social, a partir de la pertenencia del Perú a la
Comunidad Andina y al espacio sudamericano. Ese equilibrio quiere expresarse
en la estabilidad que antes no existió entre los factores externos e internos de
la política peruana. Parafraseando a Jorge Basadre, la diplomacia nacional, en
el contexto de la globalización, busca que la interrelación entre las variables
internas y externas ya no sea un desencuentro marcado por continuas tensiones,
sino un proceso de articulación de intereses que otorgue estabilidad a la
institucionalidad democrática y a un modelo de desarrollo basado en la
competitividad y en la cohesión social.
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Maria Levens
175
l formular y poner en práctica la política externa de la República de
Surinam, la realización de las metas nacionales de desarrollo ha merecido una
atención prioritaria.
Por lo que corresponde a este punto, las relaciones existentes en los
niveles bilateral, regional y multilateral, que pueden contribuir significativamente
a la realización de las metas nacionales y al desarrollo de Surinam, reciben una
atención prioritaria, mientras que la identificación e implantación de relaciones
potenciales, tanto desde la perspectiva política como de la económica, constituye
la estrategia de la política exterior de Surinam.
Al poner en marcha la política exterior de la República de Surinam, hay
que establecer una consideración especial a los valores, normas y estándares
que deben dirigir las relaciones entre los estados.
Por lo tanto, se puede hacer referencia, entre otras cosas: al respeto por el
estado constitucional y los principios democráticos vigentes internacionalmente;
• a la no injerencia en los asuntos internos de otros estados, o al respeto
mutuo por la soberanía nacional;
La política exterior
de la República
de Suriname
Maria Levens
*
A
*
Ministra de Relaciones Exteriores de la República del Suriname
La política exterior de la República de Suriname
176 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
176
• a mejorar la armonía, paz, estabilidad y cooperación con nuestros vecinos,
los países de origen de nuestros pueblos y con todos los otros países del mundo;
• a la salvaguarda de los derechos humanos;
• a la protección del medio ambiente y la apuesta por el desarrollo sostenible.
Por medio de la intensificación de las relaciones bilaterales, regionales y
multilaterales se están haciendo esfuerzos para alcanzar objetivos mutuos, por
lo que las ventajas derivadas del desarrollo económico y social, así como las
aspiraciones del pueblo de Surinam, constituyen elementos básicos.
Con todo lo anterior en mente, la política externa de la República de
Surinam, en lo referente a las relaciones bilaterales, se dirige a fortalecer las
relaciones de cooperación existentes, así como a promover, ampliar y desarrollar
nuevas relaciones entre Surinam y otras naciones amigas. También se debe
considerar, dentro de este propósito, la participación en procesos de integración
subregional, regional y multilateral, así como en organizaciones internacionales,
en las que la promoción de cuestiones de interés mutuo sean fundamentales.
La diversificación de nuestras relaciones también constituye uno de los
principales objetivos de la política externa de Surinam, al considerar los
acontecimientos internacionales que han acaecido en las últimas décadas y
que representan un reto más para la supervivencia de las pequeñas economías
en la actual constelación económica internacional.
Como resultado de todo eso, la intensificación de la cooperación bilateral
y regional entre Surinam y sus países amigos y socios estratégicos se extiende,
principalmente, a los países del continente sudamericano, a todo el hemisferio
occidental y a los países de Europa y Asia.
Si concentramos nuestra atención en el hemisferio occidental, debe
hacerse una referencia especial a las relaciones entre Surinam y la República
Federativa de Brasil, la República Bolivariana de Venezuela, la Guyana, los
Estados Unidos de América, Canadá y México. Surinam mantiene vínculos
especiales con esos países con el fin de fortalecer su economía, cooperar en el
campo del desarrollo técnico y alcanzar objetivos comunes de diverso tipo.
Por lo que se refiere a las relaciones entre Surinam y Brasil, conviene
mencionar los resultados positivos ya puestos de manifiesto como resultado
de la intensificación de las relaciones bilaterales entre ambos países.
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Maria Levens
177
Una referencia especial, en este contexto, puede hacerse al vínculo
comercial, que hoy está floreciendo gracias al establecimiento de una línea de
navegación directa que se creó entre Surinam y Brasil, y que ha facilitado la
exportación de productos agrícolas al mercado del norte de Brasil.
Como resultado de la intensificación de las relaciones entre Surinam y Brasil,
los dos países vienen trabajando en estrecha colaboración en otras áreas, tales
como, por ejemplo, educación, la lucha contra el contrabando, justicia, protección
a la salud y desarrollo sostenible, mientras que en el frente político dicha cooperación
se refleja en el apoyo que Surinam aporta a los esfuerzos de Brasil de constituirse
en miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
En la región del Caribe, las relaciones con los países de la Caricom y de
la AEC (Asociación de los Estados del Caribe) también merecen una atención
especial, al considerarse la intensidad de la cooperación y el proceso de
integración subregional.
La participación de Surinam en la Caricom debe verse en el contexto de sus
esfuerzos por promover el desarrollo económico mediante sociedades estratégicas
con países tales como Cuba y la República Dominicana, mientras que un acuerdo
económico y de libre comercio con Costa Rica se está considerando igualmente.
En la condición de miembro de la Caricom, Surinam está adoptando
medidas, también, para aumentar su presencia internacional y su relación con
organizaciones internacionales para, entre otras cosas, expresar de forma
efectiva sus puntos de vista sobre los temas de importancia.
En lo referente a los países europeos, podemos destacar las relaciones
entre Surinam y el Reino Unido, Bélgica, Francia, Italia, Federación Rusa,
Alemania y los Países Bajos.
Considerando la importancia del continente asiático en la economía
mundial, Surinam pretende tiene el objetivo de fortalecer sus relaciones con
varios países de ese continente.
Sus principales socios en el continente asiático incluyen a China, Japón,
India, Indonesia, Malasia y Corea del Sur. Surinam mantiene relaciones
bilaterales con esos socios en los campos financiero, económico, comercial,
político y, especialmente, técnico y cultural; lo que se desarrolla mediante
contactos bilaterales o a través de los tratados existentes, además de por medio
de la Caricom y la AEC, organizaciones de las cuales Surinam es miembro.
La política exterior de la República de Suriname
178 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
178
La participación de Surinam en nivel regional y subregional debe
considerarse por el hecho de que, hasta la fecha, en lo que se refiere a los
acontecimientos globales, ningún país ha logrado escapar de las consecuencias
de eventos ocurridos en el periodo pasado.
En ese sentido, podemos referirnos a la erosión del tratamiento preferencial
y especial dedicado a las pequeñas economías, así como a las negociaciones y a
los acontecimientos comerciales que han tenido lugar internacionalmente, y que
ya han generado los bloques que han surgido entre los países geográficamente
cercanos, como, por ejemplo el TLCAN (Nafta), el Mercosur, la UE y la Caricom.
Teniendo esos hechos en mente, la política externa de la República de
Surinam, y especialmente su enfoque económico con relación a los procesos
de integración regional, se ha ajustado de acuerdo con los acontecimientos
más recientes para poder enfrentar adecuadamente los retos derivados de la
formación de dichos bloques.
La participación de Surinam en otros procesos de integración se
extiende, asimismo, al Tratado de Cooperación Amazónica, lo que se debe
considerar como un reflejo de nuestro compromiso con la protección del
medio ambiente, la promoción del desarrollo sostenible y la seguridad
económica y social de la población.
Además, la política de integración de nuestro gobierno tiene la meta de
ajustar los contactos con el Mercosur a esa nueva realidad de formación de
bloques, a fin de consolidar relaciones de cooperación y atribuir una nueva
dimensión a las relaciones con los países miembros del Mercosur, especialmente
con Brasil, ya que intensificar esas relaciones significa crear nuevas posibilidades
para comercio e inversiones.
La firma del Memorándum de Entendimiento entre Surinam y el
Mercosur, el año 2000, debe ser vista como el primer paso en esa dirección.
Instituir vínculos entre los procesos de integración existentes constituye
también otro objetivo de la política de integración del gobierno de Surinam.
Considerando todo ello, y viendo las posibilidades y oportunidades
provechosas que deberán surgir de los esfuerzos de integración con los países
de la región, Surinam pone el énfasis en la importancia de desarrollar y fortalecer
las relaciones con los países que participan en el proyecto Arco Norte, así
como con los que están formando parte activa empeñados en el proyecto
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Maria Levens
179
IIRSA para la integración de la infraestructura física y de los sectores de energía
y comunicación.
Considerando nuestra ubicación geográfica, en el norte de la América
del Sur, y nuestra presencia en la Caricom, Surinam tiene el objetivo de crear
un vínculo entre la región del Caribe y el resto del continente sudamericano,
así como entre el Caribe, América del Norte y Europa para facilitar las corrientes
comerciales entre esas regiones.
Los esfuerzos de nuestro gobierno por llevar a cabo su integración física
con el continente sudamericano también se deben considerar desde la
perspectiva de la expansión de sus relaciones comerciales.
Sin embargo, Surinam considera la eliminación de las desigualdades
económicas entre países desarrollados y países en vías de desarrollo, así como
un acceso mejor a los mercados y a las fuentes financieras y de tecnología, un
requisito básico para que los países en vías de desarrollo se puedan beneficiar
especialmente de su mayor participación en los procesos de integración.
La participación de Surinam en las negociaciones del Alca, en conexión
con la Caricom, refleja nuestros esfuerzos para no situarnos al margen de
acontecimientos cuyas consecuencias ningún país ha logrado evitar. En ese
punto, Surinam, junto con los países de la Caricom y de la AEC, dedica una
atención especial a los efectos de ciertos acontecimientos recientes sobre la
economía nacional, en especial, las consecuencias económicas y sociales de la
globalización. Por lo tanto, proteger las economías pequeñas y vulnerables
será el factor clave para minimizar los efectos negativos.
La participación de Surinam en varias organizaciones internacionales,
nuestro compromiso con diversos Tratados y Acuerdos internacionales, así
como la intensificación de las relaciones con países fuera de la región, deben
verse en el contexto del proceso de globalización que caracteriza actualmente
el escenario internacional, y que, igualmente, refleja la creciente
interdependencia de los Estados, como resultado de acontecimientos que la
política externa de la República de Surinam tuvo que afrontar, es decir, el
movimiento incontrolable de personas, la interdependencia económica y las
actividades más allá de las fronteras, por citar solamente algunos de ellos.
En la AEC se están haciendo esfuerzos para salvaguardar intereses
económicos que se han puesto en entredicho, inter alia, en la cooperación para
La política exterior de la República de Suriname
180 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
180
el desarrollo existente entre la AEC y la Unión Europea, mediante cooperación
entre países del Caribe, de África y del Pacífico.
En el marco de las relaciones entre la AEC y la Unión Europea, la política
externa del gobierno de Surinam procura también utilizar las ventajas derivadas
de la EPA en beneficio de la lucha contra la pobreza por medio de la cooperación
comercial y económica.
Los lazos entre Surinam y el continente africano se manifiestan en la
forma de cooperación multilateral en el marco del Grupo de los 77 y de las
relaciones bilaterales.
Surinam también participa activamente en las Naciones Unidas y en la
OEA, organizaciones que abordan toda una gama de temas globales y
regionales, mediante esfuerzos conjuntos.
Por medio de su participación en esos organismos, Surinam trata de alcanzar
varios objetivos que tienen importancia nacional, entre los que se incluyen:
• la salvaguarda de los derechos humanos (lucha contra el racismo y
cualquier discriminación, incluyendo la de género; protección de
menores...);
• el desarrollo sostenible y protección ambiental;
• la lucha contra la pobreza;
• la lucha contra el terrorismo y el mantenimiento de la paz y de la seguridad;
• la salvaguarda del estado constitucional y de la democracia.
La protección y el fomento de los derechos humanos fundamentales, así
como la garantía de los derechos socioeconómicos, políticos y civiles forman parte
también de los objetivos del gobierno de Surinam. Esto queda bien claro con
nuestro compromiso de garantizar los derechos de las mujeres y de los niños,
desde la perspectiva del combatir, como proponen las Naciones Unidas, el trabajo
infantil, el tráfico de niños, la prostitución infantil y la desigualdad de los derechos
de las mujeres.
Por lo tanto, Surinam participa también en la Convención Interamericana
sobre la Prevención, Sanción y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres
(Cedaw) y en el Tratado de Belém do Pará, que revela nuestro compromiso con la
protección de los derechos humanos y la búsqueda de la igualdad en todo el mundo.
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Maria Levens
181
Relacionada directamente con la protección de los derechos humanos
está la lucha contra la pobreza que, frecuentemente, es la raíz de la violación
de los derechos humanos.
Por lo tanto, la política de desarrollo social del gobierno de Surinam
tiene como objetivo promover en la sociedad el bienestar social por medio de
la participación, dentro del ámbito multilateral y en organizaciones
internacionales, mediante programas de cooperación internacional.
Los esfuerzos de Surinam en el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (Pnud) deben verse, por tanto, en el contexto de lo que expone arriba.
La firma, por parte de Surinam, de la Declaración del Milenio del
Desarrollo sobre el Control de la Pobreza y la Completa Erradicación de la
Pobreza demuestra nuestro compromiso con ese tema global, que representa
un obstáculo al desarrollo de muchos países en el mundo.
Con relación a las cuestiones relativas al medio ambiente, Surinam no sólo
participa en el Tratado de Cooperación Amazónica, sino que también firmó la
Convención de Estocolmo sobre la Contaminación Orgánica Persistente.
Al promover gestiones en pro del desarrollo y el bienestar de nuestro
país, hemos tratado de que esos objetivos no se alcancen en perjuicio del
medio ambiente, sino que el crecimiento económico se realice teniendo en
cuenta las condiciones naturales, ambientales y sociales.
A este particular, no se puede subestimar la presencia y el papel de las
organizaciones internacionales, incluso de las no gubernamentales.
Con referencia a la paz y la seguridad, es bien sabido que la seguridad y
la estabilidad son requisitos necesarios para el desarrollo continuo y para la
estabilidad socioeconómica.
Por consiguiente, uno de los objetivos de la política externa es contribuir
a la promoción de la paz y de la estabilidad mundial, en los foros de la ONU y
de la OEA, y eso queda bien claro en el enfoque de la cuestión de fronteras
entre Surinam y la Guyana, a la cual se busca una solución pacífica.
En el sentido de mantener la paz y la seguridad en el mundo, Surinam apoya
a todos los países que se comprometen con la lucha contra la violencia internacional
y el terrorismo, que representan una amenaza genuina no sólo para los países
donde esas actividades se desarrollan físicamente, sino también para la seguridad
La política exterior de la República de Suriname
182 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
182
nacional de los países que se ven envueltos, en un grado menor o mayor, en las
redes del terrorismo internacional cuando éstas atraviesan sus fronteras.
Por esa razón, Surinam participa en el tratado internacional sobre
terrorismo, en la Convención sobre la Prohibición del Uso, Almacenamiento,
Producción y Transferencia de Minas Antipersonales y su Destrucción, así
como en la Convención Interamericana contra el Terrorismo, los instrumentos
legislativos para la lucha contra el terrorismo y para el mantenimiento de la
paz y de la seguridad en el hemisferio occidental y en el mundo.
Por lo que se refiere a las actividades terroristas, Surinam está adoptando
medidas para ajustar sus leyes a los reglamentos internacionales, con el objeto
de fortalecer la fiscalización financiera, especialmente la inspección de
transacciones financieras poco comunes, tanto nacionales como internacionales,
así como el control de fronteras.
Puede notarse que las medidas comentadas arriba se derivan de la constatación
de que actualmente la seguridad internacional se ve afectada no solamente por
amenazas militares, sino también, y principalmente, por el tráfico de narcóticos,
actividades criminales, el crimen organizado internacional, la migración más intensa,
etc., lo que pone de relieve la necesidad de instituir un enfoque común más amplio
para el mantenimiento de la paz y de la seguridad mundiales.
Surinam defiende la opinión de que, considerando el carácter
multidimensional, internacional y transfronterizo del crimen, la cooperación entre
todos los países del mundo es vital para que ese problema se trate de forma adecuada.
En lo tocante a la protección y promoción de la democracia y del buen
gobierno, Surinam cumple sus obligaciones, en relación a la OEA, al aceptar y
ejecutar los puntos de acción establecidos por la Carta Democrática
Interamericana.
La aceptación, por parte de Surinam, de la Carta para la Sociedad Civil
para la Comunidad del Caribe, en 1997, relativa a la promoción del buen
gobierno y a la observancia de los derechos reconocidos internacionalmente y
de la democracia representativa debe verse bajo ese enfoque.
Nuestro país considera, como un hecho, que el fortalecimiento y la
preservación de la democracia y del orden legal democrático son esenciales
para la formación de una sociedad pacífica y estable, donde las posibilidades
de desarrollo se puedan atender mejor.
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Maria Levens
183
Versión: Luz Maria Montiel.
El compromiso de Surinam para enfrentar temas y amenazas globales
no se debe subestimar. Sin embargo, teniendo en mente los inevitables desafíos
surgidos como resultado de, por ejemplo, el proceso de globalización; es
sumamente importante que las pequeñas economías tengan la oportunidad de
beneficiarse con el aumento de la renta y de la riqueza globales, mereciendo
una mención especial el hecho de que la comunidad internacional debe
desempeñar una función de apoyo en la manera de tratar los efectos perjudiciales
de la globalización.
El predominio de una comunidad internacional que apoye los esfuerzos
de crecimiento y las necesidades de los países en vías de desarrollo,
contribuyendo a crear una atmósfera internacional de cooperación, es
fundamental para abordar de manera efectiva los retos surgidos a raíz del
mayor movimiento de capital, personas y bienes, y de amenazas como las de la
pobreza y las del terrorismo internacional.
Política exterior del Uruguay
184 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
184
a primera anotación que se impone efectuar es la de señalar que esta
contribución estará referida a la política exterior de mi país en tiempo presente,
siendo obvio que cualquier intento de asomarnos a su evolución histórica
demandaría un esfuerzo mucho mayor no compatible con el objeto y extensión
del estudio.
Por otra parte, es notorio que si lo que se procura es contar con una
suerte de “puesta a punto” de las grandes líneas rectoras de dicha política
exterior resulta más razonable partir de ellas mismas, alumbrándolas con alguna
referencia al pasado si fuere el caso.
A fortiori, excusará el lector el carácter sintético de esta comunicación la
que, no obstante, procurará trasmitir los contenidos esenciales de una política
que se construye a partir de los Principios Básicos, Objetivos, Escenarios,
Estrategias y Actores, sobre los cuales centraremos nuestra atención, no desde
una visión teórica o abstracta sino, para los primeros, normativa, y, para los
restantes, desde los temas mismos, sin perjuicio de énfasis en las estrategias.
Igualmente, expondremos nuestros puntos de vista sobre la actualidad
internacional con plena conciencia de los objetivos centrales de esta publicación
y sin perder de vista que desde nuestra posición de Canciller de la República
Política exterior
del Uruguay
1
Didier Opertti Badán
*
1
Nota del autor: resumir en 20 páginas la política exterior y la inserción externa del Uruguay implica un esfuerzo
de síntesis y el riesgo de reduccionismo, por lo que someto esta consideración al juicio del lector.
*
Ministro de Relaciones Exteriores de la Republica Oriental del Uruguay
L
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Didier Opertti Badán
185
lo que aquí se consigne reposará en la línea política asumida por el Gobierno,
en particular por el señor Presidente actuando con el Ministro de Relaciones
Exteriores (Art. 168, pórtico) de la Constitución del Uruguay y expuesta de
modo reiterado ante el Parlamento (2000-2004)
En dicho sentido, temas como la integración, el Mercosur, su
convergencia con la Comunidad Andina, y el posible papel de la Aladi no
podrán quedar fuera.
Del mismo modo, negociaciones externas como la del Mercosur con la
Unión Europea y aun las del Alca, siguen ocupando, aunque posiblemente
con perspectivas diferentes, al menos en lo inmediato, un papel significativo
en nuestra política exterior, sin mengua de lo bilateral.
La actual Ronda de Doha exige sin duda un capítulo mayor de la política
exterior uruguaya tanto por el contenido y alcances de esta regulación del
comercio internacional sobre bases más justas, equilibradas y equitativas, sino
también por lo que importa como afirmación del multilateralismo, que, más
allá de los detalles, ha recobrado en Ginebra en la OMC un indiscutible relieve.
El actual proceso de eventual revisión de las Naciones Unidas a cargo de
un grupo de personalidades escogidas por el Secretario General Kofi Annan
reclama de nuestra parte una especial atención, en particular en cuanto refiere
tanto a la pertenencia al Consejo de Seguridad como a las relaciones de este
órgano con los demás, tales como la Asamblea General y el Consejo Económico
Social, y las de éstos con el propio Secretario General e, incluso, con los Estados
cooperantes en Operaciones de Mantenimiento de la Paz (OMP).
Regionalismo y universalidad, globalismo e integración constituyen
términos a veces dicotómicos de cuya conciliación a nuestro juicio debe ocuparse
la comunidad internacional en sus diferentes escenarios y por medio de sus
propios instrumentos.
I. Principios básicos de la política exterior uruguaya
1) Nuestra Política Exterior reposa en la Constitución de la República de
1967, modificada en 1996, la que consagra ciertos principios generales
y básicos, producto, en esencia, de consensos histórico-políticos
laboriosamente alcanzados, sustentados en el principio superior de la
Política exterior del Uruguay
186 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
186
Soberanía, radicada ésta en la Nación (Art. 4) y con un pleno apego al
Estado de Derecho (Sección II, Derechos, Deberes y Garantías); la
Nación adopta, por su parte, como Forma de Gobierno la “forma
democrática republicana”, con ejercicio directo del “Cuerpo Electoral
en los casos de elección, iniciativa y referéndum, e indirectamente
por los Poderes representativos que establece esta Constitución; todo
conforme a las reglas expresadas en la misma” (Art. 82).
2) Tienen también fuerza de normas integrantes del núcleo Nación y
Soberanía – principios básicos, de hecho –, “la cláusula de que todas
las diferencias que surjan entre las partes contratantes serán decididas
por el arbitraje u otros medios pacíficos”.
3) Junto a dicho precepto se sitúa un mandato que puesto en tiempo
presente alcanza una irrefutable vigencia, política: “La República
procurará la integración social y económica de los Estados
Latinoamericanos, especialmente en lo que se refiere a la defensa
común de sus productos y materias primas. Asimismo, propenderá a
la efectiva complementación de sus servicios públicos” (Art. 6).
4) Naturalmente, en cuanto a Derechos, Deberes y Garantías – verdadero
cuerpo central del texto constitucional –, el Uruguay, Estado de
Derecho, inscribe su presencia en la comunidad internacional desde
los principios de las libertades, pública y privada, sin otra distinción
entre las personas que la de sus “talentos y virtudes” (Art. 8). Freno
este de efectividad elocuente a cualquier tipo de discriminación.
5) En suma, pues, la Política Exterior uruguaya no puede apartarse de
estos Principios y aunque ello pudiera aparecer como un
pronunciamiento por momentos teórico o, por exceso, retórico, lejos
de ello cumple un insustituible papel de guía y orientación que
convierte a nuestra conducta externa en actos de país y hacen de ésta
una política de Estado, con lo que esto último implica en cuanto
compromiso de todo el arco político en lo que atañe a dichos
principios.
6) Todo ello, naturalmente, sin ningún efecto inhibitorio acerca de una
correcta interpretación de la realidad, sea ésta regional o subregional,
hemisférica o mundial, pero, al mismo tiempo sin perder de vista el
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Didier Opertti Badán
187
tiempo de forja de nuestro país autónomo e independiente a lo largo
de prácticamente todo el siglo XIX. Tiempo también de trazado de
límites soberanos y fronteras políticas definidas respecto en especial
de nuestros vecinos, Argentina y Brasil, con los que habríamos de
construir luego el tejido de relaciones más denso y profundo, en el
marco de unas prioridades necesarias e insoslayables activadas por la
integración.
7) Naturalmente, el principio de independencia conlleva el de igualdad
soberana de los Estados, con todos sus efectos y alcances.
Y, ciertamente, ninguno de estos principios puede ser descuidado o dejado
de lado, pues ello comportaría una separación del mandato constitucional y
un ruptura del más preciado activo histórico de la República, poniendo en
crisis la llamada “política exterior de Estado”. A este propósito es oportuno
tener presente que este compromiso se estableció y consolidó tras el período
de crisis de las instituciones democráticas (1973-1984).
Los compromisos internacionales asumidos libremente por Uruguay en
el sistema de Naciones Unidas, en particular de su Carta, así como dentro del
sistema interamericano con la Carta de Bogotá de la Organización de Estados
Americanos (OEA), y con otros instrumentos básicos, no hacen sino reafirmar
los referidos principios, los que a escala internacional se trasuntan expresivamente
en la no intervención y en la autodeterminación con pleno respeto del Derecho
Internacional.
8) Podríamos decir, por lo tanto, que en materia de principios básicos de
Política Exterior uruguaya existe un consolidado cuerpo de preceptos
y mandatos de cuya observancia son responsables, respectivamente, el
Poder Ejecutivo en lo que hace a su uso y toma de decisiones y el Poder
Legislativo en cuanto a su controlador político y, en lo específico, en
cuanto a “Decretar la guerra y aprobar o reprobar por mayoría absoluta
de votos del total de componentes de cada Cámara, los tratados de
paz, alianza, comercio y las convenciones o contratos de cualquier
naturaleza que celebre el Poder Ejecutivo con potencias extranjeras.
(Art. 85, Nral. 7º).
9) Las citadas competencias han sido materia de legislación
complementaria, de las que destaca la Ley del Servicio Exterior de la
Política exterior del Uruguay
188 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
188
República (Nº 14.206), básicamente referida a la organización del
mismo, en especial en cuanto atañe a los cargos de particular confianza
(Art. 168, Nral. 12).
Ciertamente, no se trata de desarrollar aquí con detalle tal punto aunque
su mención es precisa como afirmación del criterio de la profesionalidad de la
carrera diplomática, garante de un servicio exterior moderno y eficaz y de una
continuidad esencial en el manejo de los asuntos internacionales.
Con arreglo a lo anunciado en nuestras palabras introductorias vayamos
directamente a los temas concretos de Política Exterior presente.
II. Temas centrales de nuestra política exterior
I. El Uruguay en el Mercosur
10) El abordaje de este punto demanda ciertas precisiones:
a) El Uruguay, con la firma del Tratado de Asunción y sus posteriores
Protocolos básicos (Ouro Preto y Brasília y Olivos, incluidos), ha dado
cumplimiento al mandato constitucional del antes citado Art. 6 de la
Constitución patria.
b) Dentro de ese mismo mandato constitucional se sitúan los acuerdos
con la Comunidad Andina celebrados por el Mercosur en diciembre
del 2003, dado que aquél abarca a los “Estados Latinoamericanos”.
c) La Constitución ha contemplado la “integración social y económica”,
por lo cual otras dimensiones como, por ejemplo, la integración
política, demandarán una previa reforma del texto constitucional.
Sobre este punto no se trata de abrir un debate teórico sino, en esencia,
advertir que el pacto político fundacional que registra la Constitución nacional
– y en general, varias de las Constituciones –, no podría soslayarse por la vía
de desarrollos institucionales u orgánicos, aunque puedan dimanar de los
cuerpos del propio Mercosur o similares.
Tal es el caso – en este sentido, paradigmático –, del posible Parlamento,
sea mercosureño o latinoamericano o sudamericano, si realmente se tratara de
crear un nuevo órgano dotado de atribuciones supranacionales, aun por encima
o superiores a las normas legales de nuestro Parlamento con fundamento, agrego,
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Didier Opertti Badán
189
ya sea en el principio de competencia, ya sea en el de jerarquía, los que junto al
de derogación, son principios básicos de cualquier orden jurídico.
Más allá de la denominación que hay que escoger (tema importante, sin
duda), los proyectos presentados por países socios del Mercosur – en particular
Argentina y Brasil –, nos despiertan la mayor atención, particularmente en
tanto ellos puedan dar una adecuada respuesta al fundamento de opinión
pública en el que se procura repose el Mercosur. En este sentido, la mejora de
las competencias y funcionamiento de la Comisión Parlamentaria Conjunta
nos parece adecuada, sobre todo si tenemos presente las facultades que le
otorga el Protocolo de Ouro Preto, al encargarle, por su parte, “acelerar los
procedimientos internos correspondientes en los Estados Partes para la pronta
entrada en vigor de las normas emanadas de los órganos del Mercosur”;
coadyuvar en la “armonización de legislaciones” y examinar “temas
prioritarios” por encargo del Consejo Mercosur (sobre este punto se ha firmado
un acuerdo de cooperación entre ambos órganos), todas facultades consagradas
en el art. 25 del Protocolo de Ouro Preto, además de la competencia para
remitir “Recomendaciones al Consejo del Mercado Común, por intermedio
del Grupo Mercado Común” (Art. 26)
Por lo tanto, deberíamos continuar con el ejercicio de análisis de este
asunto sin agregarle calificaciones y contenidos que puedan dificultar la
obtención del debido consenso, regla de oro sobre la que se apoya toda la
arquitectura institucional del Mercosur.
11) La cuestión de una nueva entidad latinoamericana que aparece como
una proyección externa mayor del Mercosur y que abarcaría en especial
a los países sudamericanos, aunque no tiene hasta el momento el
nivel de una proposición formal expresada en un proyecto articulado,
ha estado y está presente en el discurso público de Jefes de Estado de
países socios del Mercosur y cobra en consecuencia señalada
importancia.
Es preciso reconocer que la integración latinoamericana si bien constituye
un modelo socioeconómico, con acento en lo comercial, aparece hoy día dentro
de una dinámica esencialmente política, por ende trascendente, a cuya
consideración no podríamos sustraernos, sin perjuicio de advertir que esta
cuestión abre un debate mayor que arrancaría de preguntas tan básicas como la
de la preparación misma de ese debate, los alcances político-institucionales de la
Política exterior del Uruguay
190 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
190
idea, el escenario de su análisis y consideración, las consultas de opinión pública
imprescindibles para decisiones de tal magnitud, los tiempos necesarios para
decantar alcances y contenidos habida cuenta del carácter “fundacional” de la
iniciativa, por sí misma permanente y no coyuntural y de suyo no tanto ideológica
como histórica, etc.
12) A ello se agrega a título de recordatorio que América del Sur más
Cuba y México cuentan con Aladi, única organización de integración
que abarcaría al Mercosur y a la Comunidad Andina, más Chile, y los
ya apuntado Cuba y México, la cual bien podría servir para llevar
adelante una articulación intrarregional que comprenda comercio,
servicios e infraestructura, cooperación científico-tecnológica,
integración sociocultural, convocatoria y servicio a otros agentes
activos de la integración como trabajadores y empresarios, etc., sin
incurrir en el siempre presente riesgo de la inflación institucional.
En este marco de referencia, se impone tener presente aquí el proyecto
Iirsa (Integración de Infraestructura Regional Sudamericana), que da cuenta
de un proyecto concreto que abarca comunicaciones, transporte, energía, etc.;
al que mi país presta la mayor atención con proposiciones específicas y de la
que todos sus participantes aguardan resultados muy tangibles.
13) Nuestra política exterior no desconoce, por cierto, ni la oportunidad
ni la magnitud de estos temas y, por ello mismo, se estima que un
examen sometido a las circunstancias de los niveles de concertación
que la proposición conlleva, con carácter previo, resultaría
imprescindible en tanto que el proceso avance.
Escenarios como el propio Mercosur, per se y ampliado, y en coordinación
con la CAN, en el marco más amplio major de la integración regional (Aladi),
se muestran como adecuados para el referido ejercicio, dado que el instrumento
institucional ya existe y no habría que crearlo.
14) La política exterior del Uruguay desde la creación misma del Mercosur
hasta el presente, sin solución de continuidad, ha privilegiado el
fortalecimiento institucional como uno de sus objetivos prioritarios
como ha quedado de manifiesto en la participación activa en Asunción,
Ouro Preto, y últimamente en la discusión y elaboración del Protocolo
de Olivos felizmente culminada con la instalación oficial en Asunción
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Didier Opertti Badán
191
en estos días del Tribunal Permanente de Revisión del Mercosur (13 de
agosto, 2004). Sin omitir por cierto la transformación de la Secretaría
Administrativa (Dec. N° 30/02), antigua SAM, en Secretaria Técnica o
simplemente Secretaría del Mercosur (Dec. N° 30/02), de cuyas
competencias y perspectivas da cuenta un excelente trabajo preparado
por ella para el primer semestre del 2004 titulado “Un Foco para el
Proceso de Integración Regional” (Montevideo, julio de 2004).
15) También hemos trabajado en la reciente creación del Coreper (Dec.
11/03, de 6 octubre de 2003), reconociéndole a su Presidente un
relevante papel coadyuvante en el desarrollo de la integración regional
y al cuerpo mismo el valor de un ámbito diplomático, por su parte
político, que jerarquiza la representación diplomática de los Estados
Miembros en el funcionamiento regular de la entidad Mercosur, en
coordinación con los órganos a los que está referido.
16) En los aspectos comerciales baste con dar una mirada a nuestra
permanente actitud de búsqueda de fórmulas de acuerdos en los más
variados temas para comprobar el compromiso uruguayo con el Mercosur.
Por ser más reciente y sólo a título de ejemplo sirva mencionar los
acuerdos con la CAN (diciembre de 2003), la defensa clara y sostenida de la
necesidad de responder a las asimetrías de los Estados socios del Mercosur;
nuestra posición en Puerto Iguazú (julio de 2004) a favor de la Libre Circulación
de Mercaderías y de Procesos Productivos, resoluciones estas últimas aún no
aprobadas por los cuatro socios, y un conjunto amplio de soluciones de los
que da cuenta el repertorio normativo albergado por la Secretaría.
17) Y en lo que atañe a los inaplazables alineamientos macroeconómicos
con participación de los Ministerios de Economía y Finanzas y de los
Bancos Centrales, Uruguay ha aportado ideas y propuestas y ha sido
línea de nuestra política exterior alentar este proceso como un
elemento fundamental para asegurar la estabilidad del proceso de
integración al preservarlo de variantes traumáticas sobre las que ya
existen antecedentes notorios en la región.
18) En suma: El Mercosur constituye para Uruguay un instrumento de
integración a la que el país está comprometido por mandato constitucional
vigente; esto conlleva una participación activa en todos sus órganos y
Política exterior del Uruguay
192 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
192
una actitud seria y responsable tanto en los niveles de la negociación y
toma de decisiones como en la ampliación de sus miembros.
Respecto de esta última, constituye un dato relevante la asociación de
Perú y Venezuela, así como el propósito hecho público por el Gobierno de
México en igual sentido en la reciente Cumbre de Puerto Iguazú.
El corpus juris del Mercosur incluye, además de la normativa económica
y básicamente comercial-arancelaria, definiciones de naturaleza política como
la del Protocolo de Ushuaia en materia de compromiso democrático al que mi
país asigna la mayor importancia y cuya eficacia ha quedado de relieve en
ciertas situaciones por la que atravesara alguno de los Estados Partes.
Cabe indicar, asimismo, que este compromiso institucional configura una
identificación internacional valiosa en tanto pauta el grado de madurez política
del Mercosur y lo coloca en un pie de igualdad con organizaciones como la
Unión Europea, por ejemplo, en línea con el Tratado de Madrid (1994).
19) Finalmente, el Ministerio de Relaciones Exteriores del Uruguay
mantiene fundadas expectativas acerca de la necesidad de una oportuna
revisión del Protocolo de Ouro Preto y en tal sentido reitera su disposición
a cooperar en la concreción de lo que en Puerto Iguazú se dio en llamar
“Ouro Preto II”, convocado no sólo al amparo de los primeros diez años
del Protocolo sino como la más propicia ocasión para legitimar y proveer
rango superior a ciertas creaciones hechas por vía de Resoluciones o
Decisiones, acaso no suficientemente sustentadas en Derecho, y, por cierto,
introducir aquellos elementos nuevos que sean necesarios para dotar al
Mercosur de un mejor instrumento jurídico y de un más realista enfoque
político-institucional.
En el presente, nuestra Cancillería trabaja en este tema y estará en
condiciones de aportar sus ideas en poco tiempo más.
II. El Mercosur y sus relaciones externas
20) Dentro de este capítulo, en propiedad sintético, paso a relacionar los
siguientes ejercicios.
1) Con la Unión Europea: estas negociaciones llevan varios años y si
bien pude decirse que no han obtenido el objetivo de alcanzar un
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Didier Opertti Badán
193
acuerdo de liberación comercial, la realidad muestra dramáticamente
ciertas dificultades mayores.
Entre ellas, a nuestro juicio, una fundamental: el grado de “sociedad de
confort” (“estado del bienestar”), alcanzado por los países europeos (aunque
este juicio se limite a Los Quince), con un fuerte pilar basado en el
proteccionismo – en especial en materia agrícola –, constituye para ellos un
activo casi inmodificable o intocable, en tanto que los países del Mercosur
estamos básicamente abocados a recuperar o a alcanzar grados de dignidad
vital básicos a través del medio más legítimo como colocar nuestras
producciones exportables en términos de calidad y competencia.
Es, pues, tan sencillo como lo que acabamos de expresar.
No obstante, hay algunos factores derivados y que habrán de incidir en
el resultado final de la negociación, si ésta culmina.
Dichos factores son los siguientes:
a) Un evidente agotamiento del modelo proteccionista europeo acosado
internamente por el consumidor y contribuyente, y, externamente,
por los recientes avances de la Ronda de Doha en el marco del Consejo
General de la OMC, tema sobre el cual volveremos.
b) El impacto aún no suficientemente medido del ingreso de los nuevos
socios de la Unión Europea.
c) Desde una visión positiva, los resultados – al menos en el terreno de
declaraciones –, de la Cumbre de Guadalajara de mayo de este año,
primera de la Unión Europea de los 25 con América Latina y Caribe
(33 Estados), que impulsan un fondo común de valores y cooperación
diferenciado de los anteriores en la medida en que los europeos que
se han sentado a la mesa no son todos países ricos y el diálogo se
vulva así más equitativo y equilibrado.
Esto, sin perjuicio de reconocer, que la ampliación, expectativas y
derechos de los nuevos socios de la UE puedan traducirse en procesos de
negociación no precisamente favorables a Mercosur y a América Latina,
afectados éstos seriamente por marginalidad y pobreza.
d) La inminencia del fin del mandato de los actuales Comisarios de la
Comisión Europea que agrega al dead-line del mes de octubre de este
Política exterior del Uruguay
194 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
194
año como término de la negociación interregional, un elemento no
sólo personal sino de cierre de una etapa sin duda relevante.
e) El mejor conocimiento de las demandas y ofertas, producto no sólo
del tiempo y negociación transcurridos, sino también de una
aproximación progresiva capaz de identificar con rigor los términos
de lo negociable y de lo no negociable.
Sobre este punto, el Uruguay reconoce que las economías mayores del
Mercosur – en particular Brasil y luego Argentina –, serán las que pagarán el
mayor precio por la apertura de sus mercados a los productos industriales y
aún de servicios, ofrecidos a la UE.
Como tampoco significa desconocer que siendo Europa el mayor inversor
extranjero en América Latina (más de 222.000 millones de euros en el 2003),
resulta totalmente lógico que se trate de mejorar la condición de las economías
de nuestros países como prenda y garantía de estabilidad social y política,
siendo notorio el papel que en tal sentido cumplirá la apertura de los mercados
europeos a nuestra producción exportable.
En cualquier caso, el crecimiento del comercio intrarregional
sensiblemente mayor en la UE que en América Latina y por tanto en el
Mercosur, seguirá siendo uno de los objetivos sobre el que debemos seguir
trabajando. Sólo el 33% de lo exportado por Uruguay en el 2003 tuvo por
destino el Mercosur mientras que Nafta y UE pasaron del 24 al 42%.
Esta última línea habilita el valor agregado que asignamos a la
convergencia Mercosur-Comunidad Andina.
Finalmente: estimamos que de una y otra parte existen intereses políticos
y económicos que nos inducen a pensar que al “final del día” culminará este
ya demasiado extenso proceso de negociación.
2) Con la Comunidad Andina: Tras varios años de negociación pudo lograrse
un acuerdo en lo comercial, sin olvidar lo alcanzado a nivel institucional
como la aceptación de Venezuela como Estado Asociado, la indicación
a Colombia y Ecuador de que serán aceptados cuando lo soliciten; y ya
fuera de la CAN, la invitación a México a participar en las reuniones
hasta la suscripción de los acuerdos comerciales respectivos.
En lo que respecta a las negociaciones comerciales con la CAN, éstas
comenzaron el 16 de abril de 1998 con la suscripción de un Acuerdo Marco
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Didier Opertti Badán
195
entre ambos bloques formalizando el compromiso de negociar una Zona de
Libre Comercio.
Luego de un extenso proceso de negociaciones, se logró, en ocasión de
la Cumbre de Brasilia – diciembre de 2002 –, la suscripción de un nuevo
Acuerdo Marco Mercosur/Comunidad Andina con el objetivo de concluir las
negociaciones tendientes a alcanzar un acuerdo de libre comercio con fecha
límite el 31 de diciembre de 2003, objetivo conquistado el día 16 de diciembre
de ese año en Montevideo.
Surgió entonces, en este contexto, la iniciativa de un Espacio de Libre
Comercio en la Aladi, confeccionado sobre la base de los trabajos de un grupo
informal integrado por todas las delegaciones.
El día 4 de agosto se llevó a cabo una reunión a nivel de Ministros, en la
ciudad de Montevideo, en virtud de la cual se logró brindar un impulso político
fundamental que cristalizó con éxito en la firma del ACE N° 59 entre el
Mercosur y Colombia, Ecuador y Venezuela, países miembros de la CAN, el
día 16 de diciembre de 2003.
Uruguay, por su parte, ha finalizado la negociación de todos sus temas
que se encontraban inconclusos, al igual que las demás partes signatarias, con
excepción de Paraguay y Ecuador, entre sí, que hasta el día de la fecha continúan
negociando.
El día 12 de agosto las Delegaciones de las respectivas presidencias pro
témpore (Brasil y Venezuela) remitieron una nota a la Secretaría General de la
Aladi, solicitando el inicio del proceso de protocolización del Acuerdo.
Corresponde mencionar que las Delegaciones se comprometieron a
prorrogar los Acuerdos Bilaterales vigentes mientras no se produzca la entrada
en vigor del ACE N° 59 Mercosur–CAN.
3) En el ámbito del Alca: Desde la reunión de Miami de finales del año
pasado poco es lo que ha acontecido a nivel de negociación global sin
perjuicio de advertir los progresos que a nivel bilateral y aún por
grupo de países se viene procesando entre Estados Unidos y países
latinoamericanos.
En lo que concierne strictu sensu a Mercosur no se anotan nuevos capítulos
de concertación en dicho escenario notoriamente incidido, entre otros factores,
por el proceso electoral en curso en los Estados Unidos.
Política exterior del Uruguay
196 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
196
No obstante, los avances de la Ronda de Doha y los eventuales resultados
de la negociación Mercosur/UE están llamados a producir algunos efectos
sobre todos los ámbitos de la negociación comercial externa de nuestra región,
incluida por tanto el Alca.
4) Mercosur y terceros Estados: ámbito bilateral
Es importante mencionar los diferentes campos de negociación.
A) Mercosur – Bolivia
En lo que respecta a esta negociación, Uruguay ha aceptado la iniciativa
de acelerar y profundizar los cronogramas de desgravación actualmente
vigentes (ACE N° 36) siempre que resulten de carácter recíproco.
B) Mercosur – Chile
En la LIV Reunión del GMC Uruguay se comprometió a realizar esfuerzos
tendientes a la aprobación interna del Protocolo de Solución de Controversias.
Cabe asimismo señalar que está previsto una reunión de la Comisión
Administradora del ACE N° 35 Mercosur–Chile para el mes de septiembre.
C) Mercosur – Perú
En relación con el ACE Mercosur–Perú, sólo resta finalizar el anexo de
Uruguay relativo al Programa de Liberación Comercial (PLC), a fin de proceder
a su protocolización en Aladi.
Por su parte, los acuerdos bilaterales de Perú con cada uno de los países
del Mercosur fueron prorrogados hasta el 30 de septiembre de 2004.
D) Mercosur – India
Acuerdo de Preferencias Fijas Tarifarias
El 25 de enero de 2004 se suscribió en Nueva Delhi el Acuerdo de
Preferencias Fijas Tarifarias, en proceso de negociación. Asimismo, se suscribió
una side letter, mediante la cual se acordó completar la negociación de los
capítulos restantes al 30 de junio del corriente (listado de productos, reglas de
origen, salvaguardias y solución de controversias).
En la reunión negociadora celebrada en Nueva Delhi del 24 al 26 de
junio se continuaron analizando los Textos normativos referentes a los anexos
sobre Reglas de Origen, Salvaguardias y Solución de Controversias.
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Didier Opertti Badán
197
Asimismo se hizo un intercambio de listas de productos entre Mercosur
(205) e India (352).
En relación con Zonas Francas, el tema fue considerado en la última
Reunión del Grupo Mercado Común celebrada en Buenos Aires. Al respecto,
las Delegaciones acordaron en esa oportunidad que “en un plazo de diez días, el
Mercosur identificará los sectores cuya producción originaria de las Zonas Francas
de Manaos y el área aduanera especial de Tierra del Fuego podrán beneficiarse
de las previsiones del Acuerdo. Se acordó solicitar a la India la misma
identificación con relación a sus zonas francas. En estos días se realizará una
videoconferencia –20 de agosto –, la cual estará precedida los días 18 y 19 de
una reunión IntraMercosur que abordará las relaciones extrarregionales en general
(India, SACU, Marruecos, China, CCG, etc.) y una nueva reunión negociadora
en Brasil en el mes de septiembre 2004.
E) Mercosur – Sacu
El 16 de junio del corriente año se llevó a cabo la I Reunión Técnica Mercosur-
Sacu en São Paulo, en ocasión de la reunión de la Unctad. Durante la misma, la
Delegación de Uruguay presentó su posición sobre Zonas Francas resultando
incluida en el texto del Acuerdo Preferencial de Comercio en negociación:
F) Mercosur – China
Los días 30 de junio y 1 de julio de 2004 se llevó a cabo la reunión entre
el Mercosur y China . “V Diálogo Mercosur–China”.
Los puntos centrales desarrollados en la misma fueron:
• Insistencia del Gobierno de China en la necesidad del reconocimiento
de la República Popular China por parte del Paraguay.
• Fueron creados los Grupos de Enlace.
• Propuesta del Mercosur de negociar un Acuerdo de Preferencias Fijas.
Propuesta no aceptada por China.
• Propuesta China de celebrar una Cumbre Mercosur–China en el mes
de noviembre del corriente año.
G) Mercosur – Corea
El 4 de junio de 2004 se realizó en Buenos Aires la V Reunión de Alto
Nivel Mercosur-Corea. En dicha oportunidad ambas Partes acordaron un
Comunicado de Prensa Conjunto.
Política exterior del Uruguay
198 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
198
Asimismo, coincidiendo con la citada reunión, se llevó a cabo un
seminario sobre “Nuevas perspectivas de las relaciones comerciales y de
inversión entre Corea y Mercosur”.
Actualmente, se trata a nivel del GMC la propuesta de Corea de realizar
un estudio de factibilidad de un acuerdo comercial, incluyendo la posibilidad
de un acuerdo de libre comercio que permita el incremento de las relaciones
comerciales y económicas entre Mercosur y Corea.
I) Mercosur – Egipto
Con fecha del 5 de enero de 2004, la propuesta de Acuerdo Marco para
la creación de un Área de Libre Comercio entre el Mercosur y la República
Árabe de Egipto.
En ocasión de la XXVI Reunión del Consejo del Mercado Común, 7 de
julio de 2004, se firmó en Puerto Iguazú el Acuerdo Marco Mercosur-Egipto.
J) Mercosur-Japón
El día 9 de octubre de 2002 tuvo lugar la V Reunión de Alto Nivel Mercosur-
Japón. En dicho encuentro se realizó un intercambio de información con respecto
a la situación económica de ambas Partes, las perspectivas comerciales Japón-
Mercosur, la posición del Mercosur y de Japón con respecto a los Acuerdos de
Libre Comercio y las negociaciones multilaterales en la OMC, así como las
relaciones comerciales y de inversiones entre el Mercosur y Japón.
Con respecto a los mecanismos para incentivar el comercio entre
Mercosur y Japón se mencionó la posibilidad de establecer un Centro de
Promoción del Mercosur en Japón y también la posible realización de una
misión comercial conjunta a ese país. Por otra parte, se realizó una presentación
sobre las oportunidades que se presentan en la región para las empresas
japonesas por parte de un representante del Iirsa (Iniciativa de Infraestructura
de América del Sur).
La VI Reunión de Consulta de Alto Nivel Mercosur-Japón se celebró en
Tokio los días 28 y 29 de julio de 2004.
K) Mercosur – Consejo de Cooperación del Golfo (CCG)
Existe actualmente, a consideración de los Estados Partes del Mercosur,
una propuesta de “Acuerdo Marco” de Cooperación entre el Mercosur y el
CCG, la cual ha sido objeto de positivas reacciones.
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
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L) Mercosur – Unión Magreb Árabe (UMA)
En abril de 2003, durante la visita del Sr. Presidente de la Comisión de
Representantes Permanentes del Mercosur (Coreper) — Dr. Eduardo Duhalde
— al Reino de Marruecos, se presentó, en nombre del Mercosur, un mensaje
en el sentido de la buena predisposición para establecer los primeros contactos
con la UMA a fin de definir las posibilidades de llegar posteriormente a algún
tipo de Acuerdo entre ambos bloques.
M) Mercosur– Singapur
En marzo de 2004 se recibió la iniciativa de Singapur de iniciar contactos
a fin de suscribir un Acuerdo de Libre Comercio con Mercosur, concretándose,
el 3 de junio, en una propuesta para iniciar negociaciones, denominada
“Entendimiento de Cooperación en materia de Comercio e Inversiones”.
Durante la LIV Reunión del GMC se resolvió remitir un proyecto de
Entendimiento entre el Mercosur y Singapur como contrapropuesta.
N) Mercosur – Caricom
Los intentos de acercamiento entre Mercosur-Mcca y Mercosur-Caricom
datan de 1998, aunque hasta el momento, no han podido ser concretados.
O) Mercosur – México
El pasado 21 de abril de 2004, en ocasión de la visita del señor Secretario
de Relaciones Exteriores de México, Dr. Luis Ernesto Derbez Batista, a la
Argentina, anunció oficialmente la intención de ese país de incorporarse al
Mercosur. Intención que recibió la mejor disposición de parte del bloque.
P) Mercosur – APEC
Existe una invitación realizada a Mercosur para asistir durante el mes de
noviembre del presente año a la “Apec Joint Ministerial Meeting” la cual tendrá
lugar en Santiago de Chile.
Q) Mercosur – Marruecos
Fue recibida, con expresiones de conformidad, por parte de los Estados
Partes del Mercosur, el interés del Reino de Marruecos en suscribir un Acuerdo
de Preferencias Fijas con el Mercosur.
Política exterior del Uruguay
200 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
200
III. El Uruguay en la Ronda de Doha
22) Los 147 miembros de la Organización Mundial de Comercio llegaron
en el seno del Consejo General con fecha 31 de julio de este año a un
acuerdo en las negociaciones comerciales de la Ronda de Doha al
que la Política Exterior uruguaya le reconoce, más allá de detalles y
perfectibilidad, un valor relevante desde el punto de vista político, en
primer término especialmente si se contextualiza como corresponde
la situación remanente de Cancún.
Igualmente es preciso reconocer que los esfuerzos hechos en Cancún
por quienes impulsaron la negociación – en especial la Presidente del Consejo
y el propio Gobierno sede –, sumados a los desplegados en Ginebra en los
meses siguientes a Cancún y en su última etapa con una decisiva actuación del
llamado Grupo de los Cinco Países interesados (Estados Unidos, la Unión
Europea, Brasil, India y Australia), han culminado en un instrumento marco
que respeta la estructura del documento original de Cancún y acuerda bases
para la eliminación de los subsidios a la exportación de los productos agrícolas,
así como una reducción sustantiva de las ayudas internas que prestan los países
desarrollados y que producen efectos que distorsionan el comercio
internacional.
Vale recordar, como dato muy concreto, que en el primer año del futuro
acuerdo, el conjunto de estas ayudas deberá reducirse al menos en un 20%.
En otros de los pilares de la negociación – acceso al mercado, que incluirá
los productos no agrícolas y los servicios –, se impone seguir negociando
fuertemente.
En dicho sentido, es preciso subrayar que tres de los cuatro socios del
Mercosur estuvieron presentes en ocasión de la referida sesión del 31 de julio,
lo cual patentiza la importancia que la política exterior uruguaya y mercosureña
le asigna a este ejercicio multilateral en el que cabe destacar el papel cumplido
por el canciller del Brasil, Celso Amorim, como ha sido reconocido
internacionalmente y muy especialmente a nivel regional.
23) Todo lo expresado antes no nos impide advertir que al retomarse los
trabajos en setiembre próximo, el Consejo de la OMC tendrá una
ardua tarea a su cargo que incluye dar efecto vinculante a un nivel
compromisorio que tiene a su favor la fuerza del consenso.
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Didier Opertti Badán
201
Uruguay continuará prestando su cooperación a estos trabajos en el mayor
nivel técnico, diplomático y político posible.
IV. El Uruguay en Naciones Unidas
24) Uruguay miembro fundador de Naciones Unidas sigue con
preocupación la agenda y decisiones de la Organización responsable
de la Paz y Seguridad de la comunidad internacional, hoy severamente
dañada por conflictos armados, que responden a razones diversas,
pero que tiene en común el sufrimiento de pueblos y naciones, que
parece no tener fin.
La política exterior de Uruguay es de incumbencia en los temas centrales
de Naciones Unidas por lo que ésta representa de multilateralismo y
universalidad y por su carácter – a nuestro juicio – insustituible en el superior
mandato de proteger a la comunidad internacional en su conjunto.
Por ello, seguiremos participando en todas aquellas instancias que
supongan ya sea el perfeccionamiento del sistema de Naciones Unidas y a la
adopción de compromisos ciertos y serios como el de la lucha contra el
hambre que lleva adelante el Gobierno de Brasil y en particular su Presidente,
Sr. Ignacio Lula da Silva instancia en la que participará personalmente el
Presidente del Uruguay, Dr. Jorge Batlle Ibáñez, el próximo 20 de septiembre
en Nueva York.
25) El Uruguay desea conocer tan pronto como sea posible los trabajos
del grupo de personalidades nominado por el Secretario General para
exponer sus propias ideas y experiencias acerca de la posible reforma
de las Naciones Unidas, con la atención siempre puesta en los mejores
criterios de equidad para un funcionamiento armónico de sus
diferentes cuerpos de decisión y recomendación.
26) Uruguay apoya los trabajos de Unctad como lo refleja la presencia en
la última Conferencia celebrada en São Paulo con la presencia del
Presidente Batlle y su delegación, por entender que un desarrollo con
equidad es el mejor garante de la Paz.
27) También el Uruguay presta apoyo y utiliza con beneficio los trabajos
de la Cepal a cuya difusión procura contribuir responsablemente.
Política exterior del Uruguay
202 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
202
28) En el ámbito jurídico y acorde a las mejores tradiciones del país, la política
exterior Uruguay presta una especial atención a los trabajos de codificación
y desarrollo progresivo del Derecho Internacional que lleva a cabo las
Naciones Unidas en el ámbito de la Comisión de Derecho Internacional
– que personalmente integramos –, y de la Sexta Comisión de la Asamblea
General, teniendo una particular incumbencia en el tema de los Acuíferos
dentro del llamado tema de los “Recursos Naturales Compartidos” (que
abarca también Gas y Petróleo). En ese sentido, es preciso recordar que
Uruguay ha presentado en el Mercosur y difundido fuera de éste, un
proyecto articulado relativo al Acuífero Guaraní que reafirma el principio
de la soberanía de los Estados bajo cuyo suelo se localiza el recurso acuífero
sin perjuicio de la observancia de elementales criterios de racionalidad
concertada para su empleo a nivel del Mercosur en cuanto el recurso se
halla en el subsuelo de los Estados Partes.
Es preciso reconocer el apoyo que esta iniciativa ha recibido de parte de
los países socios del Mercosur, en cuyo ámbito se halla a consideración de un
Grupo Especial de Alto Nivel.
29) Los temas del Ecosoc también demandan la especial atención de
nuestra Política Exterior, así como los demás trabajos que en otros
ámbitos de Naciones Unidas ésta desarrolla, tales como medio
ambiente, lucha contra el narcotráfico, combate al terrorismo, igualdad
de sexos y rechazo de cualquier tipo de discriminación, derechos
humanos, corte penal internacional y otros muchos que mencionar
excedería nuestro límite material.
El contacto y colaboración con la Alta Comisionada para los Derechos
Humanos es línea operativa de nuestra política exterior.
En suma: la reafirmación del multilateralismo y el papel de Naciones
Unidas constituyen piedra angular de la política exterior uruguaya.
La participación amplia de Uruguay en las llamadas Operaciones de
Mantenimiento de Paz (OMP), medida en número de efectivos y en niveles
de responsabilidad, ejemplifica el convencimiento en el mecanismo y en su
eficacia, cualquiera fuera el lugar donde se despliegue (basta con mencionar
la presencia de efectivos uruguayos: 1.824 en la República Democrática del
Congo, y 576 en Haití).
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Didier Opertti Badán
203
V. El Uruguay en la OEA
30) El Uruguay cree en el regionalismo, el que refleja – sin duda – la
Organización de Estados Americanos y, a la vez, es plenamente
consciente del papel que le cabe al sistema interamericano en la
atención de una extensa y variada agenda político-social.
Sostenemos que regionalismo e integración constituyen alternativas ciertas al
globalismo o mundialización, y, en tal sentido, apreciamos especialmente el trabajo
de la OEA en la defensa del sistema democrático, a través del a Carta Democrática
Interamericana de Lima, con la que concluyera una Década de gestión el Secretario
General César Gaviria, quien contará siempre con nuestro apoyo, el mismo que mi
Gobierno ha prestado y seguirá prestando, al recién electo Secretario General, Sr. D.
Miguel Ángel Rodríguez, ex Presidente de la hermana República de Costa Rica.
Estima mi gobierno que han quedado atrás – felizmente – tiempos
históricos en los que el papel de la OEA no le permitía afirmar su propia
identidad e independencia en un marco condicionado por la Guerra Fría.
Empero, hoy día, el papel de la OEA, por ejemplo, en los procesos
electorales que tienen lugar en nuestros países y la seriedad de su compromiso
democrático, constituye sin duda un activo regional a cuya construcción hemos
contribuido todos y todos debemos defender y proteger.
La atención de situaciones difíciles, como las que vive por ejemplo la
República de Haití, miembro de la OEA, sirve para demostrar la respuesta
coadyuvante del organismo regional y las Naciones Unidas; en tanto que el
primero no posee capacidad de intervención suficiente y la segunda puede
jugar con los capítulos VI y VII de la Carta de San Francisco.
En ese marco, Uruguay, también miembro de la OEA, participa en las
operaciones de mantenimiento de la paz en Haití, como índice elocuente de la
posibilidad de armonización entre ambos escenarios, dentro de una línea
política a la que Uruguay presta su plena adhesión, con miras a la reconstrucción
de esta sufrido país hermano.
VI. El Uruguay en el mundo
31) Es interesante observar que Uruguay viene desarrollando una política
de presencia en África – respuesta lógica desde todo punto de vista –
Política exterior del Uruguay
204 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
204
, que se trasunta no sólo en el funcionamiento efectivo de Embajadas
en algunos de sus países, sino de modo muy expresivo en las visitas
presidenciales llevadas a cabo por el Presidente Batlle a Angola en el
mes de octubre de 2003, así como a Sudáfrica y a la República
Democrática del Congo en el mes de abril de 2004.
32) Pasamos a referirnos al plano bilateral. En efecto, la pertenencia de
Uruguay al Mercosur y autorizado por éste (Dec. 32/00, Dec. 37/00
y Acuerdo de Complementación Económica para la creación de un
Area de Libre Comercio Mercosur–México en el marco de Aladi –
ACE N° 54 –, habilitando los acuerdos bilaterales de México con los
países partes del Mercosur, 05/07/2002) ha permitido a Uruguay
concluir con México un Tratado de Libre Comercio ya en vigor, al
que mi país asigna alto grado de significación económica en tanto
que abre posibilidades de acceso al mercado e inversiones con una
economía socia del Nafta, receptora y expedidora de bienes y servicios.
Nuevas fórmulas generales y renovadas líneas de productos y maneras
diferentes de medir cuotas de acceso (tal el caso de textiles ahora mensurables
por metro lineal plano y no por suma global en dólares, etc.), destacan entre
otros elementos francamente positivos.
33) El actual proceso de negociación de un Convenio de Inversiones
con los Estados Unidos, próximo a concluir, es otro de los pasos
importantes de nuestra política exterior con un país que constituye
hoy día uno de los principales mercados de colocación de nuestra
producción (en especial, la cárnica) dentro de una tendencia creciente.
Sin embargo, hay que decir que esta negociación – auspiciada en el cierre
de la sesión del Alca en Miami, 2003 – se inscribe en un marco de relaciones
políticas entre Uruguay y Estados Unidos, basadas en el respeto recíproco y en
la coincidencia en ciertas causas fundamentales, particularmente en el combate
al terrorismo internacional y en la defensa de los Derechos Humanos, tema éste
de la mayor sensibilidad para nuestra sociedad democrática, en el cual reconoce
– reitero – el papel de la Comisión de Ginebra y, por cierto, la Interamericana.
34) En suma: Uruguay, país con Embajadas residentes en 43 Estados y
concurrentes en 57 Estados, practica una política exterior en cuya
estrategia tiene cabida una apertura al mundo sin descuidar la región.
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Didier Opertti Badán
205
Nuestro comercio dentro y fuera de la región muestra rasgos interesantes,
tales como la ubicación entre los primeros cuatro mercados de destino: Brasil,
Estados Unidos, Argentina y Alemania (de dos países de fuera de la región,
que se agregan así a los mercados vecinos tradicionales).
Asimismo, en el plano de la concertación política regional, el Grupo de
Río cumplió en su debido tiempo una labor plenamente reconocida desde el
formato de Contadora y Apoyo a Contadora y luego finalmente como Grupo
de Río.
En términos actuales, podría pensarse que la agenda de dicho Grupo ha
de ajustarse a los nuevos temas de la región y eventualmente a temas de fuera
de ésta.
Sin perjuicio de lo anterior, si se concibe al Grupo de Río como una
suerte de “bancada” regional, cobraría un relieve significativo por ejemplo a
nivel de la Asamblea General de ONU, y aún fuera de ésta, en los diferentes
diálogos interregionales, con Estados y grupo de Estados, como lo ha
demostrado la práctica en estos últimos años.
Evitar la duplicación de las agendas regionales, en particular con la que
tiene a su cargo la OEA, constituye sin duda uno de los límites razonables al
Grupo de Río. En este sentido la agenda de la XXIII Reunión programada de
Cancilleres del Grupo incluye temas diferenciados como el de los mecanismos
financieros innovadores en materia de inversiones públicas e infraestructura,
entre otros, así como un avance de información sobre la reunión de Jefes de
Estado en Nueva York del 20 de setiembre relativa al combate al hambre y la
pobreza. En todo caso, lo que se viene a indicar patentiza la utilidad del
mecanismo de si la región es capaz de trasladar a él temas de interés general,
no suficientemente agotados en otros escenarios.
En suma, Uruguay favorece el funcionamiento del Grupo de Río al que se
prevé como el interlocutor político de la región en el ámbito de Naciones Unidas.
VII. Estrategias de la política exterior del Uruguay
El propio enunciado de los temas muestra las prioridades y líneas rectoras
de la política exterior nacional; no obstante, a fin de una mejor ilustración
sobre ellas, cabría indicar lo siguiente:
Política exterior del Uruguay
206 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
206
1) Uruguay es país independiente al tiempo que Estado socio del
Mercosur; por lo tanto este binomio básico debe ser tomado en cuenta
en todos aquellos ámbitos en los que el compromiso mercosureño
formalmente contraído incida sobre la toma de decisiones de las
autoridades nacionales.
2) Desde esta perspectiva, la estrategia está dirigida a consolidar en el
Mercosur desarrollos institucionales suficientes como para garantizar
el funcionamiento previsible y objetivo de los órganos del sistema;
de ahí la línea de proyección y concreción de la Secretaría y del Tribunal
Permanente de Revisión a título de ejemplo de la ya referida
orientación institucional.
3) El Uruguay no concibe al Mercosur como un bloque cerrado y
autosuficiente sino como una plataforma de proyección en la inserción
externa; por ello negocia desde el Mercosur hacia fuera cuando ello
está determinado por el consenso de los socios y lo hace de modo
individual, por razones de defensa del interés nacional cuando ello
no colisiona con norma alguna de la organización mercosureña.
4) En la relación intracontinente, la política exterior uruguaya reconoce
la existencia de un espacio regional ampliado, que se refleja en su
apoyo a los acuerdos con la Comunidad Andina, sin perjuicio de
reconocer las individualidades de los integrantes de ambos
agrupamientos – Mercosur y CAN – y del espacio todavía librado a
la negociación bilateral. Por aquí podría advertirse una cierta cláusula
implícita de subsidiariedad no todavía desarrollada en el terreno
normativo del Mercosur.
5) En las relaciones intercontinentales, el binomio valores comunes/
intereses compartidos es reconocido como el motor de la negociación
Unión Europea-Mercosur. A unos y a otros la política exterior
uruguaya le reconoce la gravitación acorde a su respectiva naturaleza.
6) Las limitaciones de recursos constituyen un factor restrictivo de la
proyección de estrategias; no obstante la presencia equilibrada en
países centrales de todos los continentes provee a la política exterior
uruguaya de un marco de relaciones donde la bilateralidad convive
armónicamente con el multilateralismo y auspicia de este modo niveles
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Didier Opertti Badán
207
de concertación con efecto multiplicador. A titulo de ejemplo nuestra
misiones en África y en Asia, nos permiten acceder a un mejor
conocimiento de realidades económico políticas con sesgos sociales
remarcables a la vez que habilita una prospección de mercado así
como ejercicios de cooperación internacional tales como la OMP en
el Congo, entre otros.
7) La política exterior del Uruguay define sus objetivos en la respectiva
norma presupuestal bajo el tema de productos estratégicos, por medio
de lo cual se provee al planeamiento gestión y acción de criterios no
discrecionales y por consiguiente razonablemente previsibles.
8) Finalmente, el apoyo profesional del servicio exterior, permite
introducir programas y pautas en el recorrido sustancial de la
formación del diplomático en correspondencia con los aludidos
productos estratégicos.
Así lo reflejan los programas a cumplimentar en ocasión de los ascensos
de grado.
Conclusión
Para finalizar y con el propósito de resumir en un solo párrafo la nota
esencial de la política exterior uruguaya, podemos afirmar:
Se trata de una política exterior de Estado, de una gestión de gobierno y
de acciones de la administración, todo ello operado en el plano de un fuerte
compromiso con la integridad soberana del Estado y con la atención concertada
de las nuevas demandas que la evolución social y política genera en lo interno
y que proyecta hacia afuera.
Los venezolanos y su democracia
208 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
208
esde hace casi cuatro años, nuestro país entró en un período de
transformaciones profundas. No seamos ingenuos: todo proceso de
transformación de una sociedad es una fase difícil, hecha de esperanza y de
adelantos sociales, de satisfacciones y de progresos reales, pero también de
conflictos, resistencias y, a veces, de crisis. Recuerdo que esta palabra, ahora
corriente en nuestro lenguaje, era objeto de análisis especializados cuando era
estudiante en Toulouse. En América Latina, particularmente en el Cono Sur,
era la época de ausencia de democracia; en un sintagma: “tiempo también de
crisis”.
Digámoslo francamente: sólo las sociedades sometidas a dictaduras y a
regímenes autoritarios no ven sus conflictos aflorar e invadir el debate público,
los medios de comunicación y la vida política. El Premio Nobel de Economía,
Amartya Sen, analizó este fenómeno en el caso de las hambrunas en el mundo.
En Venezuela, en donde el Gobierno del Presidente Chávez ha emprendido
reformas considerables, todas las sensibilidades se expresan para manifestar
su apoyo o su reprobación de las políticas aplicadas. Es lo propio de todas las
democracias. El pueblo venezolano está construyendo una democracia que,
día tras día, fundamenta su legitimidad en el derecho. Una legitimidad adquirida
mediante el sufragio universal, la voluntad de un pueblo inscrita en la
Constitución Bolivariana.
*
Ministro de Relaciones Exteriores de la República Bolivariana de Venezuela
Los venezolanos
y su democracia
Jesús Arnaldo Pérez
*
D
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Jesús Arnaldo Pérez
209
¿Y los enemigos de la democracia? ¡Existen en Venezuela, como en todas
partes! Es el destino de todas las democracias jóvenes como la nuestra, en
plena crisis de adolescencia, pues el período democrático que nuestra generación
vivió de 1958 a 1998, durante cuarenta años de un pacto político entre el
partido socialdemócrata (Acción Democrática) y el Partido Socialcristiano
Copei, era un sucedáneo de la democracia. La prueba es que los partidos
políticos no fueron capaces de responder a las legítimas aspiraciones de un
pueblo que confió en ellos. Numerosos son los responsables y los diputados
en la nueva Asamblea Nacional de Acción democrática, Copei y Primero Justicia
que no han condenado públicamente el golpe de Estado del pasado 11 de
abril, manifestando así su profundo desprecio por la democracia.
El pueblo venezolano afirmó de manera clara que no hay retroceso posible.
El movimiento antidemocrático, de tendencias fascistas y retrógradas, llegó a su
apogeo ese día negro del mes de abril. Creo que no hay lugar en la Venezuela de
hoy para aventuras golpistas. Y me atrevo a afirmar que en América Latina ya no
hay más lugar para las dictaduras militares ni para las violaciones de los derechos
humanos. Quiero creer que es una página que quedó definitivamente atrás en la
dramática historia latinoamericana. Los pueblos latinoamericanos están abriendo
otras vías de esperanza en democracia. La democracia no es un privilegio de los
países ricos. También nosotros tenemos derecho a vivir, desarrollarnos y morir en
democracia.
Amartya Sen y Hugo Chávez Frías: de la teoría a la práctica
La situación política venezolana era casi desconocida en Francia fuera
de los estrechos círculos intelectuales especializados en América Latina. Fue
justo antes del brillante triunfo electoral del candidato Hugo Chávez Frías,
cuando la prensa francesa se interesa por lo que inexorablemente iba a pasar
en Venezuela, particularmente el mensual Le Monde Diplomatique y el diario Le
Monde. En efecto, una semana antes de las elecciones presidenciales del 1998,
en diciembre, el Dr. Arturo Uslar Pietri (QEPD) hacía un análisis en Le Monde
Diplomatique de las razones profundas del cambio que se acercaba con las
elecciones del 6 de diciembre. Se trataba sólo del análisis histórico del cual
hablaba siempre el extinto y distinguido intelectual venezolano. El título era
“Venezuela a un paso de un gran cambio. Fin de un ciclo político”. Sin embargo,
Los venezolanos y su democracia
210 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
210
hay que reconocer que ya en Noviembre del 1992, Ignacio Ramonet, Director
de Le Monde Diplomatique, en su editorial “Les rebellions à venir”, se refirió de
una manera muy acertada a los sucesos del 4 de febrero en Venezuela como
una respuesta y una búsqueda desesperada de soluciones políticas a la creciente
miseria que viven los pueblos del mundo en el marco de la mundialización.
Después de conocer el resultado y la elección incontestable del Presidente
Hugo Chávez Frías por la mayoría de los venezolanos y la aceptación de la derrota
por parte de la “coalición antichávez”, el diario Le Monde publica el 8 de diciembre
del 1998 un artículo reseñando su triunfo, una parte en la primera página presenta
un dibujo del rostro del aspirante Hugo Chávez con una frase que decía “el candidato
de los pobres”. Además en ese mismo número fue publicado su “portrait” en una
página central completa. El periodista tomó muchos elementos significativos del
discurso del entonces candidato, al contrario de las informaciones de la televisión
que lo calificaban “populista”. El artículo de Le Monde se refería a “Hugo Chávez,
el revolucionario convertido” y explicaba como el nuevo Presidente supo conjugar
la retórica guerrera con un sincero misticismo para erigirse como el “candidato de
los pobres” con el apoyo de la izquierda y el centro contra una oligarquía que
mantiene el poder en el país apoyada por los partidos Acción Democrática y Copey.
El mismo Le Monde publicaba dos días después, es decir, el jueves 10 de diciembre
de 1998 en la misma página, un “portrait” de Amartya Sen, el nuevo Premio
Nobel de Economía 1998, en que lo calificaban “el Premio Nobel de los pobres”.
Su libro Development as freedom, de 1999,
1
fue traducido al español y al francés. Por
primera vez en la historia se otorgaba un Premio Nobel de Economía a un
investigador cuyo centro de interés científico había sido siempre la pobreza sin
haberse interesado mucho a los mercados financieros.
La coincidencia entre el “candidato de los pobres” y el “Premio Nobel de
los pobres” es curiosa pero muy simbólica, significativa y de actualidad: la guerra
contra la pobreza estaba al orden del día en Venezuela junto con la mundialización
y la inserción de nuestro país en el ámbito internacional como experiencia interesante
para la humanidad. Hugo Chávez Frías, el candidato de los pobres, se convierte
entonces desde 1998 en el “Presidente de los pobres” por la voluntad de la mayoría
del pueblo venezolano que a su vez está pobre, desposeído y aún más, muchos de
1
Amartya Sen: Desarrollo y libertad, Ed. Planeta, España, mayo 2000 y Un nouveau modèle économique. Développement,
Justice, liberté, Ed. Odile Jacob, Paris, août 1999.
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Jesús Arnaldo Pérez
211
nuestros compatriotas están por debajo de los criterios que definen la pobreza
según las estadísticas que se han publicado. Diferentes especialistas califican a
Venezuela como un “país pobre y a la vez rico en recursos naturales” y mucho se
habló de esta dicotomía que se catalogó en su momento como el “efecto Venezuela”.
De esta manera podemos afirmar que el común denominador entre el
economista Amartya Sen, Premio Nobel de Economía 1998, el teórico, y el
Comandante Hugo Chávez Frías, Presidente de Venezuela elegido el mismo
año 1998, el práctico, es el interés que cada uno de los dos a su manera ha venido
demostrando en defensa de los pobres y desposeídos. El Premio Nobel y su
equipo de investigadores con sus análisis agudos, precisos de la génesis y la
medición de la pobreza han contribuido al conocimiento del mayor flagelo actual
de la humanidad y, de otro lado, el Presidente de la República Bolivariana de
Venezuela y su equipo de Gobierno, que tratan desde hace cinco años
incansablemente de encontrar las vías (Fus, Plan Bolívar 2000, Banco del Pueblo,
Banco de la Mujer, Plan Barrio Adentro, Misión Robinson, Misión Ribas, Misión
Sucre, Misión Vuelvan Caracas, etc.) para poner en práctica en Venezuela una
economía con rostro humano donde no se le niegue las libertades elementales
(salud, educación, habitación, trabajo y ocio) a la mayoría de los venezolanos y
venezolanas.
La política exterior de la República Bolivariana de Venezuela
Los esquemas de pasadas administraciones en materia internacional
estaban agotados y las áreas de inserción de Venezuela en el mundo parecían
inmovilizadas. El Presidente Chávez se propuso lograr una nueva visión y un
nuevo estilo, cuyo propósito esencial es abrir nuevos espacios para Venezuela
en el mundo, en función también de nuevos valores políticos, sociales y éticos,
el reflejo de aquellos que animan su gestión en el ámbito interno. Esta manera
de enfocar y hacer las cosas ha roto con muchos paradigmas del pasado y,
obviamente, ha generado reacciones entre quienes estaban acostumbrados a
la otra época. Estoy convencido, sin embargo, de que los frutos de este quehacer
internacional, los cuales ya se perciben, harán cambiar de opinión a quienes
todavía no se atreven a incorporarse a esta nueva Venezuela.
La resuelta participación de Venezuela en los asuntos mundiales responde
a la necesidad de hacer valer cabalmente los intereses del país en un entorno
Los venezolanos y su democracia
212 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
212
internacional cada vez más competitivo y exigente, y a la determinación de
contribuir a la gestación de un mundo multipolar.
Estamos empeñados en afianzar un modelo democrático encaminado
a rescatar valores humanos y espirituales, guiados, al propio tiempo, por la
determinación de contribuir al desarrollo de una cooperación internacional solidaria.
Nuestro desarrollo interno en nuestra política exterior, en estos tiempos de
revolución pacífica y democrática, posee fundamentos en nuestra nueva
Constitución.
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en su Sección
Quinta, asigna una importancia primordial a las relaciones internacionales al
establecer con claridad los propósitos y principios que han de regir la conducta
internacional del país. En ella se establece que las relaciones internacionales de
Venezuela responden a los fines del Estado en función del ejercicio de la
soberanía y de los intereses del pueblo, y que es competencia del Poder Público
Nacional, la política y la actuación internacional de la República, así como la
defensa y suprema vigilancia de sus intereses generales.
Por otra parte, las líneas de la política exterior de Venezuela han sido
plasmadas en el Plan Nacional de Desarrollo 2001/20007 en el contexto del
equilibrio básico titulado: “Fortalezcamos la soberanía en la integración
multipolar”. Allí se establecen las estrategias destinadas a fortalecer la acción
internacional del país, sustentadas en los siguientes objetivos:
• Impulsar la democratización de la sociedad internacional, con el fin de
estimular la acción concertada de los países en desarrollo, al igual que
la solidaridad y la cooperación entre los distintos actores del sistema
internacional.
• Promover la integración latinoamericana y caribeña, para abordar con
mayor eficacia las desigualdades sociales y los altos niveles de pobreza
que afectan a los países de la región.
• Consolidar y diversificar las relaciones internacionales, robusteciendo
la cooperación sur/sur y ampliando las relaciones con otras regiones y
países.
• Fortalecer la posición de Venezuela dentro de la economía internacional,
contribuyendo así a la ampliación de nuestras exportaciones no
tradicionales y añadiendo así a las tradicionales.
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Jesús Arnaldo Pérez
213
En consonancia con estos postulados, el Presidente Chávez no ha
escatimado esfuerzos para proyectar la imagen del país. Las visitas oficiales y
de trabajo que ha realizado a naciones de Asia, África, Medio Oriente, Europa,
así como a otros países, y las numerosas visitas a Venezuela de mandatarios
extranjeros, responden al propósito de ampliar soberanamente y con base en
el pluralismo internacional, las posibilidades y alternativas de acción de
Venezuela en los más diversos escenarios y con los más diversos actores. Se
han reforzado así las relaciones con nuestros amigos tradicionales y se han
estrechado con nuevos polos de poder como Rusia, Irán, China y la India.
En la hora actual, los contactos personales entre los Jefes de Estado y de
Gobierno, de todas las latitudes, son igualmente necesarios para contribuir a
la paz mundial, a través del diálogo y la cooperación. El Presidente Chávez se
ha convertido en actor protagonista en el ámbito internacional, proyectando
un mensaje de paz y de solidaridad entre todos los pueblos; siendo esta visión
apoyada y compartida por otros líderes del mundo.
Hoy en día, en circunstanciales internacionales tan preocupantes, se impone
la reflexión y la ponderación entre todos los gobiernos del mundo para combatir
flagelos como el terrorismo internacional. Por razones bien conocidas, el
terrorismo pasó al primer plano de la atención internacional. Venezuela acompañó
la aprobación por unanimidad de las resoluciones de la OEA y del Tiar, adoptadas
recientemente en Washington, en las cuales se expresa la solidaridad hemisférica
con los Estados Unidos por los ataques terroristas de que fue objeto. Allí se
reiteró nuestra repulsa al terrorismo y nuestra confianza de que no se produzca
una escalada de violencia que pueda afectar la paz y la seguridad internacionales
y agravar los problemas humanitarios.
Sin embargo, pienso que, en ningún momento, pueden subestimarse los
grandes y permanentes desafíos como el combate mancomunado contra el
atraso y la pobreza, y los esfuerzos a favor del desarrollo económico y social.
Se trata de una responsabilidad ineludible para todos los Gobiernos del planeta
y que Venezuela, por su parte, la ha asumido con determinación.
El Gobierno de Venezuela cree en la integración, en la concertación y en
la cooperación y las cultiva de manera sistemática. Nunca antes se había producido
en Venezuela una actividad tan intensa para promover la integración regional no
sólo económica y comercial, sino también política. De ello dan testimonio la
celebración en Caracas a principios del año 2001 de la Cumbre del Grupo de los
Los venezolanos y su democracia
214 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
214
Tres, entre Colombia, México y Venezuela; un mecanismo de cooperación
con un acuerdo de libre comercio que no estaba a la altura de sus expectativas.
En Caracas los Presidentes de los tres países decidieron relanzar este importante
esquema de cooperación, al acordar intensificar la consulta política, el
intercambio comercial y la cooperación.
De igual forma, se logró con éxito la celebración de la Cumbre de la
Comunidad Andina de Naciones que culminó con la adopción de la Declaración
de Carabobo, cuyos acuerdos están destinados a desarrollar la agenda social y
la integración económica entre los países andinos. La CAN, al igual que el G3,
confrontaba serias dificultades que impedían la debida consecución de sus
objetivos más importantes; ahora, con el renovado impulso presidencial de
Valencia, presenta condiciones para su cabal desempeño y para allanar el camino
hacia el mercado común andino en el 2005.
También se realizó en Margarita la reunión de Jefes de Estado y de
Gobierno de la Asociación de Estados del Caribe, a la cual asistieron 25
gobernantes de la región; en lo que fue un acontecimiento fundamental para
promover la cooperación entre sus países miembros.
Por razones obvias, por nuestra vocación pacifista y nuestra solidaridad,
todo lo relacionado con nuestra región tiene indudable prioridad; de allí nuestra
decidida contribución en el proceso de paz colombiano, pues la paz de
Colombia, sencillamente es también la de Venezuela. La suscripción de los
acuerdos de cooperación energética con países caribeños y centroamericanos,
es una demostración significativa de la solidaridad regional que ponemos en
práctica sin distinción de ningún género.
Los temas de la democracia y los derechos humanos revisten especial
interés para Venezuela; por ello nos hemos propuesto hacer valer cada vez
más la significación de la democracia participativa y protagónica.
Otro aspecto que cabe resaltar de nuestra política exterior tiene que
ver con nuestra activa participación en los mecanismos de cooperación y de
articulación de esfuerzos entre los países en desarrollo, como el Grupo de
Río, el Movimiento de los No Alineados, el Grupo de los 77 y el Grupo de
los 15.
Venezuela ejerció la presidencia del Grupo de los 77 durante el año 2002
al 2003 en lo que constituye un reconocimiento internacional a la intensa labor
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Jesús Arnaldo Pérez
215
desplegada por el Gobierno de Venezuela en las Naciones Unidas y en las
gestiones de los países en desarrollo frente a los grandes temas económicos
mundiales.
La Segunda Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Opep,
celebrada en Caracas en septiembre del 2000, constituye un gran logro de la
política exterior venezolana. Nunca antes había tenido lugar en Venezuela una
reunión de esta magnitud, a la cual asistieron connotados dirigentes de África,
Asia y el Medio Oriente con un claro mensaje de unidad y concertación,
demostrándose además que la Opep actúa como canal de comunicación entre
pueblos, razas, culturas y religiones de una extraordinaria diversidad.
Hemos contribuido resueltamente al fortalecimiento de la Opep y es
indeclinable nuestro compromiso de continuar ofreciendo un flujo de petróleo
adecuado, oportuno y seguro a los consumidores, a precios justos y estables,
enfatizando el vínculo entre la seguridad, la oferta y la transparencia de la
demanda petrolera mundial.
A diferencia del poco interés que gobiernos anteriores atribuían al G15,
el Presidente Chávez ha desplegado una decidida participación en este esquema
de cooperación sur/sur y por tal razón asumió en el 2001 la presidencia del
Grupo 15, cuya XII Cumbre se realizó recientemente en Caracas. Siete
mandatarios representantes de América, África y Asia así como los
representantes de alto nivel del resto de las 19 naciones que integran el grupo
aceptaron la invitación del Presidente Chávez y las propuestas y medidas
formuladas por nuestro país, encaminadas a la plena utilización del Grupo en
beneficio de todos los países en desarrollo.
Los Jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de los 15 reafirmaron en
Caracas, en un comunicado conjunto, su voluntad política de fortalecer la
cooperación sur/sur y de actuar para ampliar e intensificar el diálogo a fin de
explotar sus potencialidades y complementarse mutuamente. Decidieron que
“la Troika (Venezuela, Argelia e Irán) asuma mayor responsabilidad para
garantizar que el Grupo emprenda vigorosamente planes, proyectos y
programas identificados en conjunto, y que se adopten acciones efectivas para
dar seguimiento a las decisiones de los Jefes de Estado y de Gobierno”.
La XII Cumbre de los Jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de los
Quince culminó con el firme propósito de proponer nuevas actividades en
Los venezolanos y su democracia
216 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
216
áreas de interés común en temas como: Energía y Desarrollo, Tecnologías de
la Comunicación y la Información, Medicamentos Genéricos y Salud Pública;
así como de implementar la cooperación en Investigación Médica y Programas
de Recursos Humanos.
Los mandatarios evaluaron asuntos fundamentales de la escena
internacional y los efectos que éstos tienen en sus respectivos países. En las
sesiones de trabajo calificaron como decisivo el tema de la energía y desarrollo,
al cual otorgaron gran importancia debido a su trascendencia en la economía
mundial y, en particular, en las naciones en desarrollo.
Con respecto al diálogo norte/sur, los países del Grupo de los Quince se
comprometieron a continuar los esfuerzos por mejorar la interacción y fortalecer
el entendimiento mutuo con los países desarrollados, entre ellos el G-8.
Reiteraron el apoyo a las disposiciones contenidas en el Documento
Final de la Décima Reunión Especial de la Asamblea General con respecto a
la relación entre desarme y desarrollo, así como el compromiso de combatir el
narcotráfico. Sobre este último insistieron en la necesidad de coordinar esfuerzos
para enfrentar este flagelo a través del irrestricto apego a los principios del
derecho internacional. También, reconocieron su firme propósito de combatir
el comercio ilícito de armas pequeñas y armas ligeras.
En la Declaración de Caracas sobre Energía y Desarrollo, los Jefes de
Estado y de Gobierno del Grupo de los Quince comprometidos a combatir la
pobreza y contribuir con el desarrollo económico y social de cada unos de los
países miembros respaldaron el diálogo internacional de carácter permanente
para propiciar la evaluación detallada de la situación energética global.
Consideraron que para lograr el impulso del área energética deben valerse
de la inversión pública y privada respetando las legislaciones nacionales y
las prioridades de desarrollo – y de la intensificación del comercio y el
intercambio de tecnologías para aumentar la eficiencia del uso de la energía.
A través de un proceso dinámico, los Lineamientos Generales del Plan Nacional
de Desarrollo 2001-2007, primer plan de la nueva era constitucional, están
destinados a impulsar una creciente interacción positiva entre: un sostenido
equilibrio macroeconómico, efectivas oportunidades sociales, nueva dinámica
territorial, ampliación en las oportunidades políticas y diversificación racional
en el ámbito internacional.
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Jesús Arnaldo Pérez
217
El Presidente, como cabeza visible del Ejecutivo Nacional, ha apuntado su
atención a todos los ámbitos de la vida nacional. La mayor prioridad es restituir a
los ciudadanos sus conculcados derechos políticos y civiles, y, a su vez, satisfacer
sus necesidades materiales e incrementar su acceso al proceso de toma de decisiones.
En cuanto a la política exterior, se plantea una diplomacia sin precedentes
en la historia nacional. El gobierno nacional ensancha sus posibilidades de
acción multiplicando los contactos y las gestiones para cultivar el diálogo político
y conjugar esfuerzos en diversas áreas de interés puntual para Venezuela.
En este proceso destinado a marcar un perfil propio en el mundo a través de
una diplomacia “proactiva” y eficaz, se actúa resueltamente, en todos los escenarios
y con los más diversos actores, con base en la autodeterminación de los pueblos y
el pluralismo internacional, en procura de resultados concretos que beneficien al
país tanto en el ámbito político como en el económico, comercial, social, cultural.
Estoy persuadido de que en un mundo competitivo y globalizado como
lo es ineluctablemente el de hoy se requiere, más que nunca, una política exterior
activa y dinámica que promueva cabalmente los intereses nacionales y que, al
propio tiempo, sea factor coadyuvante en la articulación de esfuerzos destinados
a favorecer principios y propósitos considerados como fundamentales por la
comunidad internacional en general y se conviertan mediante procesos
racionales y estructurados en fuentes generadoras de valores fundamentales
para toda la humanidad, como lo son: el mantenimiento de la paz mundial, la
felicidad y el bienestar de nuestros pueblos y el acceso al desarrollo y a altos
niveles de vida como factor primordial que garantiza los dos anteriores.
Por todo lo anterior y por vivir nuestro país un intenso proceso de cambios
políticos e institucionales, Venezuela ha suscitado interés en la comunidad
internacional y su diplomacia es observada con respeto. El hecho de ser hoy en
día un país inmerso en profundas y significativas transformaciones confiere a
nuestra política exterior una legitimidad que la nutre con los mismos principios
de justicia, equidad y de democracia participativa que sustentan la actuación del
Gobierno para fomentar el desarrollo integral de Venezuela y su renovación.
Equilibrio internacional
El mundo de hoy se enfrenta, como una cuestión de supervivencia, al
imperativo de superar el modelo de la Globalización resultante de la proyección
Los venezolanos y su democracia
218 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
218
del neoliberalismo en el ámbito internacional. Dentro de él se abre paso, de
manera alternativa, un modelo democrático y justiciero de bienestar nacional
y local, que pretende rescatar valores, humanos y espirituales, mediante el
establecimiento de una cooperación internacional solidaria. Parecería que hoy
en día se está inaugurando el tiempo del liderazgo de la sociedad civil, no
comprometida con los grandes poderes económicos y políticos. El respeto a
la autodeterminación de los pueblos, el fortalecimiento del diálogo sur/sur, el
criterio de la multipolaridad del mundo actual, la consolidación de la presencia
de Venezuela en el ámbito internacional y el ejercicio de la diplomacia económica
son, en conjunto, el norte de nuestra política exterior reciente.
Hoy la diplomacia venezolana es observada con sumo interés y respeto en
todas partes del mundo, por su dinamismo, su apego a las normas del derecho
internacional y por su disposición a promover un mundo multipolar y solidario.
Venezuela ha puesto particular énfasis en su soberanía nacional, en el
fomento de la integración y en la revalorización del diálogo.
Nuestro país comienza a recoger frutos de haber procurado, desde el
primer momento de su gestión: el relanzamiento de una diplomacia activa y
eficiente, comercial, económica y financiera, la revitalización de la política de
bloques regionales, una política más audaz frente a actitudes hegemónicas
internacionales y la transformación de la estructura interna de la Cancillería,
imprescindible para hacer posible los cambios planteados.
El relanzamiento de la política activa y eficiente se puso en práctica, con
la realización de múltiples viajes internacionales del Señor Presidente de la
República a los distintos continentes, en los que fue acompañado por
delegaciones empresariales del sector público y privado, con el objeto de
promover un mayor intercambio comercial con los países visitados.
Los resultados de estos viajes y del relanzamiento comercial de Venezuela
con sus países amigos se han concretado en inversiones que se están haciendo
en otras áreas de explotación de hidrocarburos en el país. De la misma manera,
Brasil ha incrementado sus inversiones en Venezuela y como ejemplo están su
participación en la construcción de la línea 4 del metro de Caracas y en el
nuevo puente sobre el Río Orinoco.
A la Cancillería le correspondió iniciar la ejecución de la nueva estrategia
diplomática orientada geográficamente hacia lo que se denominó las cuatro
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Jesús Arnaldo Pérez
219
fachadas fundamentales: la Atlántica, la Caribeña, la Andina y la Amazónica, y
que tienen sus puntos neurálgicos en Guyana, Brasil, Colombia y el Caribe,
vecinos y socios naturales.
Venezuela y Guyana acordaron en este marco crear la Comisión
Binacional de Alto Nivel (Coban) y el Consejo Binacional Empresarial, los
cuales propician nuevas iniciativas y actividades para la expansión,
fortalecimiento y avance de los vínculos entre las dos naciones, más allá de
nuestras diferencias limítrofes, lo cual quedó plasmado en la reciente visita
que hiciera a Georgetown, el Presidente Hugo Chávez Frías.
Con Brasil, además del incremento del intercambio comercial bilateral, y
el interés de Venezuela en intensificar la relación con este país en todos sus
órdenes. Particularmente se impulsó con Brasil la búsqueda de una mayor
integración latinoamericana, mediante el acercamiento de la Comunidad Andina
de Naciones con Mercosur, altamente propiciado por Venezuela.
Nuestra relación con Colombia, con todo lo compleja que es, por los
numerosos temas que ella conlleva, es hoy más digna, más clara, más
transparente, a veces más emotiva, pero también porque es hoy más afectiva.
Con Colombia, se han atendido cuidadosamente todos los aspectos de esa
relación, que es tan importante para Venezuela por la condición de países
históricamente hermanos, vecinos inseparables y, hoy por hoy, por tener en
Colombia a nuestro segundo socio comercial.
Venezuela ha estado contribuyendo activamente a la paz en Colombia,
prestando su territorio a las diferentes partes envueltas en la actual situación
de ese país, en la búsqueda de un entendimiento que nos interesa como primeros
afectados fuera de la nación hermana, además de interesarnos como país
bolivariano. Ha sido fortalecida, y es nuestro interés profundizar la nueva política
de Venezuela hacia el Caribe, mediante la cual se propició una posición de
reciprocidad solidaria con Cuba, con la Asociación de Estados del Caribe, con
el Caricom, con los países centroamericano-caribeños, una de cuyas expresiones
ha sido los acuerdos complementarios en el área de la energía, a través de los
cuales Venezuela provee de crudos y productos petroleros a estas naciones, a
los mismos precios, pero con facilidades de pago, asumiendo solidariamente
su responsabilidad como potencia energética de la región.
Con respecto a Estados Unidos, se acentuó una relación de amistad y de
buena voluntad hacia ese país, pero con claras manifestaciones de independencia
Los venezolanos y su democracia
220 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
220
y autonomía en la elaboración y desarrollo de nuestra política exterior en el
mundo. La buena voluntad y la racionalidad de esa relación, históricamente de
mucha relevancia para Venezuela, se expresó desde el primer año de gestión a
través de la aprobación por parte del entonces Congreso de la República del
acuerdo con Estados Unidos para evitar la doble tributación, tras un efectivo
impulso efectuado por el Ministerio de Relaciones Exteriores.
A la generación inquieta en búsqueda de nuevos
horizontes
Hoy el pueblo venezolano vive momentos de intensa emoción que se
manifiestan con sentimientos profundos que salen directos desde el corazón.
Pero ahora todos los venezolanos sabemos que debemos pasar de la emoción
a la acción.
Son propicios estos momentos para centrarse en la idea de una generación
de hombres que, a principios de los años setenta, salimos del liceo de los
montes de Venezuela tomando diversos rumbos, provenientes de los distintos
caminos. En los días del liceo soñábamos, amábamos y abonábamos nuestras
conciencias para las luchas que se avecinaban. Unos pensaban directamente
en la acción política y en las formas futuras de la organización revolucionaria
del pueblo. Otros inventábamos salidas desde la ciencia y el conocimiento,
para superar la exclusión de las mayorías y construir verdaderas alternativas
democráticas, pensando en el paisaje, en la música y en el ambiente, en la
naturaleza y en el hombre como ejes de lo que después definiríamos como la
sustentabilidad, conditio sine qua non del desarrollo de la sociedad.
Eran los días en que apenas preveíamos el futuro, que hoy se abre como
una esperanza y una expectativa real, justamente por haber tenido la intuición
y la certeza de que eran posibles las salidas a la crisis estructural. Y así como en
los días de la Guerra de la Independencia mucha gente del monte fue capaz de
enormes sacrificios de fortunas y de vidas para la causa de la libertad, nuestra
generación también se entregó a esa causa, ya bajo otras condiciones. El reto
era la formación, el conocimiento, la ciencia, la disciplina, los principios éticos
y morales. En eso nos hemos empeñado. Hemos demostrado que podemos
atravesar el desierto sin vendernos por un vaso de agua. A mí me tocó un
exilio voluntario de unos cuantos años en Francia, años de desarraigo que lo
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Jesús Arnaldo Pérez
221
que produjeron en mí fue un amor más profundo por mi gente y por esa
sociedad venezolana donde es tan grato y placentero vivir. Mis profesores del
Liceo O’Leary, contribuyeron a forjar nuestras convicciones democráticas e
inculcaron en nosotros el amor por el trabajo bien hecho.
Ahora esa “generación inquieta en búsqueda de nuevos horizontes” que
a pesar de todo pudo capacitarse durante el período de la Democracia
representativa, hoy exige e impulsa la Democracia Participativa y Protagónica
en nombre del principio de la mejora continua.
Hemos demostrado que valía la pena insistir aun cuando el camino estaba
plagado de dificultades que todavía hoy existen, entre otras cosas porque hay
quienes las han magnificado y se empeñan en hacer retroceder un proceso que
ya es irreversible y que ya no es el sueño de un grupo de muchachos
“zagaletones” sino la voluntad de todo un pueblo que ha entendido que, cuando
la “arepa” es para todos, hay que amasarla entre todos.
Es imposible olvidar decir que esa “generación inquieta en búsqueda de
nuevos horizontes” a la cual pertenezco siempre contó con el apoyo
determinante de padres y madres, pero también familiares, parientes y amigos
que nos orientaron sin descanso, con pocos recursos materiales, pero con un
buen sentido y con dignidad hacia la vía profesional y al trabajo creador como
única alternativa de promoción social para la gente de escasos recursos.
Estoy preocupado porque la Democracia que decidieron los venezolanos
en el marco de la Constitución Bolivariana corre peligro. Vivimos en efecto
una crisis caracterizada por un déficit de demócratas en Venezuela. Cuarenta
años de democracia representativa que tanta expectativa creó en la juventud
venezolana no fueron suficientes para formar verdaderos partidos políticos y
dirigentes que ayudaran a superar las grandes dificultades del pueblo venezolano,
y pudimos ver en los difíciles momentos del mes de abril de 2002 a
representantes de esos partidos políticos tradicionalmente “defensores de la
Democracia”, a algunos de sus diputados y dirigentes de la llamada “izquierda”,
cómo aplaudían su muerte al lado de un aprendiz fascista.
Un periódico conocido de la “oposición inteligente” publicaba
jocosamente, en su primera página del 12 de abril, “Chao Huguito”, en vez de
expresar tristemente “Chao, Democracia”, demostrando así su desprecio por
el pueblo venezolano. ¡Qué contradicción! Algunas de esas mismas personas
Los venezolanos y su democracia
222 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
222
las estamos viendo hoy en día, arremetiendo a mansalva contra el Poder
Electoral representado por el Consejo Nacional Electoral. De ahí la necesidad
de hacer un llamado a los venezolanos para que se reconozcan en la “generación
inquieta en búsqueda de nuevos horizontes” para que ayuden a la gestación de
una verdadera oposición con convicciones y conciencia democrática. La patria
los necesita.
El nuevo reto para la “generación inquieta en búsqueda de nuevos
horizontes” es la defensa de nuestra Constitución y promover su contenido,
es decir, el desarrollo sustentable del país, donde la República Bolivariana de
Venezuela debe desempeñar un papel preponderante, como lo jugó durante la
Independencia, con sus recursos humanos, energéticos y naturales. Los
resultados de las Misiones Robinson I y II, Ribas, Sucre, Mercal y Barrio Adentro
demuestran que la salud, la alimentación y la educación como libertades
fundamentales para el desarrollo sustentable en Venezuela son posibles, y que
junto con la Misión Vuelvan Caras nos permitirá ir erradicando progresivamente
la pobreza.
Miles de millones de habitantes pobres de este planeta, nos están
observando cada día más, gracias a la globalización y numerosos dirigentes de
países del Norte como del Sur esperan y desean el éxito de los métodos que
estamos experimentando en Venezuela para lograr los objetivos de la Cumbre
del Milenio de las Naciones Unidas y comparten con nosotros la idea del
Presidente Hugo Chávez para la creación de un Fondo Humanitario
Internacional que permita luchar eficientemente contra la pobreza. Estos
esfuerzos que hacen el gobierno nacional y el pueblo venezolano deben ser
difundidos en todo el mundo y sus latitudes de ahí el papel que debe jugar la
Cancillería de la República Bolivariana de Venezuela. Creo, como lo afirma el
Presidente Chávez, que en Venezuela hemos escogido la solución más difícil,
que consiste en aumentar la Democracia y reducir la pobreza, pero estamos
seguros de que lo lograremos.
La FAO fue creada para eliminar el hambre; sin embargo, vemos cómo
el hambre, a pesar de los avances tecnológicos, a pesar de las grandes
posibilidades que tenemos, se ha incrementado en el mundo. El Presidente
Lula, en estos momentos, está liderando un proyecto de Hambre Cero; pues
bien, el Presidente Chávez está de acuerdo en que es verdad que el hambre
tiene que ser cero, pero la visión del Presidente Chávez es mucho más sistémica,
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Jesús Arnaldo Pérez
223
una visión “holística” de lo que es el hambre: el hambre es pobreza. Yo creo
que no sólo de pan vive el hombre y eso es lo que se dice y mucha gente lo
repite. Necesitamos también saber leer, saber escribir, necesitamos tener buena
salud, necesitamos cultivarnos, necesitamos cultura, etc.
Aquí en Venezuela estamos realizando un trabajo metodológico para
poder tratar de alcanzar las metas que se fijaron los Jefes de Estado en las
Naciones Unidas – en la Cumbre del Milenio –: reducir a la mitad de aquí al
2015 la pobreza en el mundo y cada sector, reducir justamente a la mitad la
cantidad de personas que no tienen agua potable, entre otras cosas. Los acuerdos
de Dakar, de la Unesco, de educación para todos y de calidad se ven
materializados en Venezuela por los diferentes tipos de Misión social que lleva
a cabo el gobierno venezolano.
El Desarrollo Sustentable para erradicar la pobreza
En la Cumbre de Johannesburgo en septiembre 2002 todos los Jefes de
Estado y de Gobierno del planeta coincidieron en la necesidad urgente de
concentrar todos los esfuerzos de la humanidad en la lucha contra todas las
manifestaciones de la pobreza. En efecto, particularmente el Presidente Jacques
Chirac en su discurso llamó patéticamente la atención del mundo diciendo
que «nuestra casa está en llamas y estamos mirando a otro lado» e insistió en
que «la persistencia de la pobreza de las masas es un escándalo y una aberración».
Al mismo tiempo, el Presidente francés propuso el aumento de la ayuda pública
al Desarrollo Sustentable y argumentó que no era suficiente concluyendo en la
necesidad de «una retención solidaria sobre las riquezas considerables
producidos por la mundialización.»
Por su parte el Presidente Hugo Chávez reafirmó que la República
Bolivariana de Venezuela sigue y asume el camino del Desarrollo Sustentable.
Además, el Presidente venezolano propuso, como lo hizo en Monterrey y en
Nueva York, «la creación de un Fondo Humanitario Internacional, […] un
Fondo Humanitario rigurosamente obligatorio en donde por ejemplo
aportemos 10% del gasto militar del mundo, […] en donde por ejemplo
aportemos 10% de la deuda externa que los países pobres del mundo le
pagamos al mundo desarrollado […] un Fondo Humanitario Internacional
donde se dedique o se dirija un porcentaje de los grandes capitales del
Los venezolanos y su democracia
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224
narcotráfico, de los grandes capitales de la corrupción…». Finalmente en enero
2004, el Presidente Chávez insistió de nuevo, en la reciente Cumbre de
Monterrey de países americanos, en la necesidad de crear el Fondo Humanitario
Internacional para erradicar la pobreza en el continente y el Presidente Chirac
en su mensaje de año nuevo ante el cuerpo diplomático acreditado en París
anunció que en el segundo trimestre del año, presentará las conclusiones del
grupo de expertos calificados que designó para buscar nuevas fuentes de
financiamiento internacional, en particular en torno a la idea de gravamen de
los flujos financieros mundiales. Notamos con grata satisfacción que los
Presidentes Chirac y Chávez comparten las mismas preocupaciones con relación
al Desarrollo Sustentable y al combate urgente y decidido para erradicar la
pobreza en el mundo.
La Diplomacia de la República Bolivariana de Venezuela deberá orientarse,
de acuerdo a todos los programas sociales que se están realizando en el país,
en el marco del desarrollo sustentable.
En efecto, en la última Cumbre de la Tierra en Johannesburgo quedó
demostrado que no se había avanzado nada en las metas y en los compromisos
adquiridos y que por el contrario la situación empeoró. Los expertos, al referirse
a la Cumbre del Milenio, coinciden en que a pesar de todos los esfuerzos que
vienen realizando los países para erradicar la pobreza no podrán alcanzar los
objetivos en los tiempos previstos.
Tanto la Cumbre de Río como la Cumbre del Milenio tenían como centro
de preocupación al hombre y la lucha contra la pobreza. De allí que Venezuela
viene trabajando con planes y programas de desarrollo social, mencionados
en este artículo, que constituyen ensayos metodológicos de lucha contra la
pobreza para poder alcanzar los objetivos de esas Cumbres.
Nuestro país se ha constituido en un centro de ensayo y de
experimentación de lucha contra la pobreza y por esa razón se ha convertido
en foco de atención mundial porque el mundo quiere conocer la experiencia
venezolana. Porque la creencia general es que la pobreza es una fatalidad y por
ende no se puede hacer nada para erradicarla. En Venezuela estamos trabajando
con planes concretos para combatirla.
Es por eso que la diplomacia de la República Bolivariana de Venezuela
está llamada a transmitir, a través de sus embajadas, consulados y
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Jesús Arnaldo Pérez
225
representaciones diplomáticas, los avances que se han realizado y además buscar
la cooperación y experiencias de otras naciones en la lucha contra la pobreza.
Los embajadores son comunicadores de esa acción, informan y buscan
proyectos de cooperación bilateral y multilateral que permitan reforzar el trabajo
que se está realizando en el país. Cooperación para reforzar la participación
ciudadana, nuevas tecnologías para la agricultura sustentable, experiencias
donde la empresa privada y los empresarios coadyuven a la creación de empleos,
etc., programas que nos apoyen para el trabajo que se viene realizando en
cuanto al combate de la pobreza.
El Desarrollo Sustentable permitirá erradicar la pobreza. Pero el
Desarrollo Sustentable significa también una agenda bilateral y multilateral en
materia ambiental que incluyan la búsqueda de proyectos para tratar los
problemas sociales, nuevas técnicas de agua potable, cambios climáticos,
reglamentación internacional para tratar los problemas ambientales, como
problemas globales.
Como países energéticos y “megadiversos” tenemos responsabilidades
ambientales que podemos compartir en los foros internacionales en donde
participamos como por ejemplo en la OPEP sería conveniente analizar los
pasivos ambientales que nos deja la industria petrolera. Podríamos preguntarnos
cómo hacer para que se cumpla el principio de internalización de los costos
ambientales y la aplicación del principio de que “el que contamina paga”. Ese
es un principio del Desarrollo Sustentable.
Otro de los principios del Desarrollo Sustentable que estamos llevando
a la práctica con la participación de las comunidades autóctonas en el desarrollo
del país, es el manejo de los recursos naturales, de los parques además de la
participación activa de la mujer y de los jóvenes.
Venezuela un país que ha firmado el Tratado de No Proliferación de
Armas Nucleares. Somos un país pacífico porque la guerra es contraria al
Desarrollo Sustentable.
La Democracia es por esencia Desarrollo Sustentable y éste está contenido
en la Constitución Bolivariana, de allí el gran esfuerzo que estamos haciendo
para fortalecer nuestras instituciones, para formar personas responsables que
le propongan alternativas al país y buscar soluciones en el marco democrático
respetando las leyes y la Constitución.
Los venezolanos y su democracia
226 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
226
Todo lo que estamos haciendo en Venezuela tiene como objetivo
fundamental lograr las metas que se han fijado en las Naciones Unidas. Estamos
preocupados porque esos propósitos no se logran solamente con los discursos
oficiales ya que se necesita una voluntad política y nuestro gobierno ha
expresado esa voluntada política en los foros internacionales. Voluntad política
que se traduce en los planes, programas y en las Misiones sociales que se
llevan a cabo.
También esa voluntad del gobierno venezolano se ha expresado en primer
lugar reforzando la Democracia, y en segundo lugar aumentando el presupuesto
para cristalizar los planes de apoyo social y al mismo tiempo logrando la
participación de las personas como corresponsables de su futuro.
La lucha contra la pobreza no depende solamente de los gobiernos sino
que debe incluir la participación de las personas para que ellos mismos puedan
buscar las respuestas a sus problemas e igualmente hacer que participe la
empresa privada.
Estamos llegando a un momento en donde ya se ha demostrado que el
crecimiento de los países desarrollados o subdesarrollados no es suficiente
para darle bienestar a la mayoría. Al mismo tiempo sabemos que la integración
económica, que tenga como centro de interés la integración de los mercados,
y que es inminente, lleva consigo una necesaria competencia entre los pueblos
por la mano de obra, por las facilidades que se le darán a las empresas para que
inviertan, la exoneración de impuestos, por la presencia de regímenes que no
respeten los derechos sociales de los trabajadores, etc. Eso nos llevaría a una
competencia desenfrenada hacia los bajos salarios y a la poca protección social,
al trabajo de los niños y al empeoramiento de las condiciones de trabajo en
general, es decir le contrario de lo que es el Desarrollo Sustentable. Eso sería
lo que ocurriría con esa inminente integración del mercado, donde el mercado
sea el centro del interés.
Venezuela propone la integración de los pueblos a través de la cultura, el
intercambio de información y la relación directa entre los pueblos. Sólo así esa
integración podrá crear las condiciones necesarias para que esa mundialización
de los mercados tenga rostro humano.
El momento es propicio ya que en la Unesco, las Naciones Unidas van a
discutir de aquí al 2005 la Convención sobre Diversidad Cultural donde la cultura
y los pueblos no serán los objetos pasivos de la integración de los mercados.
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Jesús Arnaldo Pérez
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La Educación, la Salud y la Alimentación de los
Venezolanos como libertades elementales para el
Desarrollo Sustentable en Venezuela
El Presidente de la República Bolivariana de Venezuela Hugo Chávez
Frías piensa que la mejor forma de eliminar la pobreza como condición
indispensable del Desarrollo Sustentable, es dándole “poder a los pobres”.
En efecto, durante este año 2003, a partir del mes de febrero después de
haber enfrentado con éxito las tentativas desestabilizadoras antidemocráticas
y a pesar de las grandes pérdidas económicas ocasionadas, el gobierno
nacional puso en práctica una serie de acciones concretas destinadas a
transmitir “poder a los pobres” a través de la Educación, la Salud y la
Alimentación. Es así como nace la Misión Robinson a cargo del Ministerio de
Educación, Cultura y Deporte cuyo objetivo es erradicar el alto porcentaje
de analfabetismo que todavía persiste en nuestro país y ayudar a más de un
millón de Venezolanos a obtener el certificado de estudios primarios. Luego
aparece la Misión Ribas a cargo del Ministerio de Energía y Minas que pretende
ayudar hasta la obtención del Bachillerato a centenares de miles de jóvenes
que por diversas razones no pudieron hacerlo. Finalmente, la Misión Sucre y
la creación de la Universidad Bolivariana a cargo del Ministerio de Educación
Superior que tienen como objetivo dar la oportunidad a más de medio millón
de bachilleres para que puedan seguir estudios y obtener un diploma
universitario.
En lo que respecta a la Salud y a la Alimentación, el Gobierno del
Presidente Chávez implementó el Plan Barrio Adentro y la Misión Mercal a
cargo del Ministerio de Salud y Desarrollo Social, del Ministerio de
Agricultura y Tierras y del Ministerio de la Defensa. El primero tiene como
meta fundamental el mejoramiento de la calidad de vida de los más
necesitados en los barrios marginales de las grandes ciudades del país. Ese
plan consiste en ofrecer una asistencia integral gratuita en materia de salud
y educación con la participación de las comunidades organizadas con la
ayuda de personal médico especializado. Al mismo tiempo el gobierno
elabora una red de salud pública basado en las casas de la salud y en las
clínicas populares. Otro plan de impacto social significativo la Misión Mercal
destinado a reforzar las condiciones de seguridad alimenticia en el país y
cuya meta es conformar un sistema logístico de adquisición, transporte,
Los venezolanos y su democracia
228 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
228
almacenamiento, distribución y venta de alimentos y medicamentos
genéricos básicos. Los alimentos y los medicamentos son vendidos a precios
inferiores a los del mercado, permitiendo así ejercer el derecho a la salud
para millones de Venezolanos.
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Juan Ignacio Siles del Valle
229
Berni pinta “Primeros Pasos” en 1937, el mismo año en que Picasso da
luz al “Guernica”. La asociación es arbitraria pero intencionada. No sólo porque
se trata de dos obras maestras que nacen sincrónicamente unidas en la dilatada
trayectoria de ambos pintores, sino –sobre todo- porque ciertamente Antonio
Berni (1905-1981) representa en la pintura argentina lo que Pablo Picasso fue
Antonio Berni
Primeros Pasos
Alberto G. Bellucci
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Director de los Museos Nacionales de Bellas Artes y de Arte Decorativo de Buenos Aires
Los venezolanos y su democracia
230 DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
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en la europea: artistas únicos, ética y estéticamente inquietos, militantes de
una izquierda a menudo utópica, exuberantes en su creatividad, ávidos por
explorar diversas posibilidades plásticas propias de la figuración y por denunciar
los temas más urticantes de la sociedad del siglo XX: las crueldades de la
guerra en el caso de Picasso, la marginalidad y las injusticias urbanas en el caso
de Berni.
En 1930 Berni vuelve a la Argentina, luego de cumplir una beca de cinco
años en Madrid y París. Tiene veinticinco años, está recién casado con Paule
Cazenave, estudiante de escultura que ha conocido en Francia, y es padre
flamante de Elena, apodada Lily. Madre e hija serán las protagonistas de varias
de sus obras de fines de los años treinta y comienzos de los cuarenta, entre
ellas estos “Primeros pasos”, “Paule y Lily” (1941) y “Lily” (1943), tres obras
fuertemente ´clásicas´, afirmativas del “retorno al orden” y enraizadas en las
huellas lejanas del prerrenacimiento y en las cercanas de la pintura metafísica
italiana. Es curioso – aunque explicable – que estos retratos familiares, que
habitan ambientes serenos y quietos, de aire congelado, hayan nacido
inmediatamente después de la poética convulsiva, exacerbada y cargada de
expresionismo, con que Berni intentó conmover a la sociedad sobre los efectos
de la crisis y la desocupación (“Manifestación” y “Desocupados”, de 1934;
“Medianoche en el mundo”, 1936/7). Pero ya hemos dicho que hubo muchos
Berni en Berni, como hubo tantos Picasso en Picasso.
Volvamos a “Primeros Pasos” y detengámonos, también nosotros, para
participar de su aparente serenidad. El pintor ha retratado al mismo tiempo la
fisonomía precisa de su mujer y su hija (Berni fue un eximio retratista y nunca
abandonó esa temática) y la universalidad prototípica de sus actitudes, extensible
a otras muchas personas y a la humanidad entera. Éste es uno de los secretos
que tan profunda impresión produce en el observador atento y que, en definitiva,
implica el cambio de rumbo en la comprensión de una representación que a primera
vista parecía bastante obvia. El hieratismo de las actitudes, tanto en la niña que
baila suspendida en el aire como en la madre que, pensativa, ha abandonado la
costura, se emparienta con la inmovilidad de la arquitectura y el paisaje del
fondo – magnífico, por cierto –, que nos remite a los maestros italianos del
siglo XIV. Los pliegues de la tela que cae de la mesa y la cortina facetada que
prolonga la blusa de la bailarina tienen esa misma presencia congelada, inmóvil,
eternamente fijada en el momento en que han sido sorprendidas por el ojo del
DIPLOMACIA, ESTRATEGIA Y POLÍTICA - OCTUBRE/DICIEMBRE 2004
Jesús Arnaldo Pérez
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pintor. Una densa calma envuelve el conjunto. Pero si se contempla con atención
se puede percibir el latido de sentimientos -reconcentrada ilusión en la hija,
huída hacia los propios recuerdos en la madre- que confluyen sus vibraciones
desde las dos figuras laterales hacia el eje central del cuadro que, no por
casualidad, coincide con el canto de la puerta abierta. Esa línea blanca marca
el eje de un díptico virtual donde cada ala corresponde a una edad de la mujer;
dinamismo desprejuiciado de la adolescencia frente a la resignación de la mujer
adulta que ha visto – sigue viendo – desaparecer demasiado pronto esas
ilusiones.
En esta gran obra Berni desencadena todo un mundo de posibles
memorias, desde aquellas que enhebran distintos picos del realismo figurativo
occidental hasta los bordes de una geometrización precisa que entra en juego
con la caracterización psicológica. Objetividad y subjetividad, quietud y
vibración, línea y color en mutua asociación: en suma, un diálogo íntimo del
cual se invita a participar al espectador, para completarlo.
“Primeros Pasos” se expuso en el XXX Salon Nacional de Bellas Artes
en 1940, donde obtuvo el primer premio, e inmediatamente pasó a formar
parte del acervo del Museo Nacional de Bellas Artes. Cinco años antes ese
mismo Salón Nacional había rechazado “Desocupados”, un monumental
temple sobre arpillera de Berni que hoy se exhibe en el Museo de Arte
Latinoamericano de Buenos Aires (Malba), a pocas cuadras del Museo Nacional
de Bellas Artes. Símbolo claro de lo cercanos que se dan los triunfos y los
fracasos en la vida del artista, y evidencia, también del tiempo generalmente
breve que la historia se toma para restaurar el necesario equilibrio de una
apreciación madura e inteligente.
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